Un viejo me folla (8)

Esta vez mi amo Don Toño quiere aumentar mi humillación y vergüenza, asi que termina alquilándome en un bar (fotos).

Un viejo me folla 8

Esta vez mi amo Don Toño quiere aumentar mi humillación y vergüenza, asi que termina alquilándome en un bar (fotos).

S us palabras me sonaron como una bofetada. Yo sabía que le pertenecía y que EL podía hacer conmigo todo lo que deseara.

CUALQUIER COSA.

Sin embargo nunca llegué a imaginar que quisiera cederme en alquiler, pero allí estábamos, en un céntrico bar, esperando que alguien, previo pago por utilizar mi cuerpo, me recogiera y me llevara a no se donde, para usarme y poseerme, a su antojo, durante todo el fin de semana. Iba a ser prostituida, convertida en puta de verdad durante 48 horas. Dos días en que serviría a quien había comprado mi cuerpo y que, en aquellos momentos entraba en el bar.

Saludó fríamente a mi Amo y me miró detalladamente como relamiéndose. Le entregó un sobre diciendo "Está todo ahí, cuéntelo".

Mi Amo contó el dinero y dijo que era lo establecido, dándose ambos la mano y quedando para el Domingo a las diez de la noche en aquel mismo Bar.

Sin dirigirme la palabra, ni siquiera me miró, mi Amo se fue y me dejó completamente en manos de quien me había comprado por dos días.

Lo primero que dijo mi comprador fue que me levantara y fuera hasta la máquina del tabaco, situada a la entrada del Bar, y que volviera a la mesa, y que lo hiciera balanceando el culo.

Obedecí y volví a la mesa, le pedí permiso para sentarme y me ordenó hacerlo a mi lado.

Me preguntó si llevaba ropa interior y si llevaba el coño rasurado, contestando afirmativamente a ambas preguntas.

Me dió una bolsa de papel y me ordenó dirigirme a los servicios, quitarme la ropa interior y las medias, depositarlas en la bolsa y volver. Así lo hice, me senté y deslizó su mano introduciendo un dedo dentro de mi coño. Yo estaba completamente seca y muerta de vergüenza. Dijo que comprobaba si realmente tenía el coño depilado y si servía para puta.

Dijo que efectivamente, al tener el coño seco se demostraba que era una puta auténtica, que me prostituía por complacer a mi amo, aunque la verdad yo lo hago por un chantaje que me mantiene como su esclava..

Me puse muy colorada y quería salir corriendo, pero tenía la obligación de obedecer a mi Amo de verdad y entregar mi cuerpo a aquel hombre tan desagradable.

nos fuimos del bar, no sin antes ordenarme que le siguiera dos o tres pasos por detrás, ya que no quería que nadie pudiera pensar que se iba a follar a una fulana como yo. Obedecí y continué callando y andando, pero llorando dentro de mi.

Al llegar a su casa me ordenó desnudarme y empezó a urgarme por todos mis agujeros. Me miró el interior de las fosas nasales, y estuvo mirando y tocando mis dientes. Me hizo abrir las piernas y me introdujo uno de sus dedos por el ano. Lo encontró estrecho y me espetó que tenía un culo ideal para practicar la sodomía con el. Seguidamente me introdujo varios dedos a la vez dentro de mi coño, que continuaba muy seco, y por eso me hizo daño, no pudiendo reprimir un gesto de dolor y desagrado. Me abofeteó diciéndome que ya que había pagado una buena suma de dinero por mi, que, al menos pusiera buena cara, cara de puta cara y no de fulana de veinte duros. Me tiró al suelo y me dejó el culo rojo con una paleta de pingpon. No tuve más remedio que chillar.

Paró al instante, me amordazó y me puso una capucha, esposándome las manos a la espalda. A partir de aquel momento todo fueron patadas, puñetazos y bofetadas, mientras me decía con voz autoritaria que las putas no teníamos derecho a nada, ni a quejarnos ni mucho menos a chillar. La paliza que me pegó fue dura, pero peor fue después cuando se ensañó con mis pezones.

Al haberme encapuchado, yo estaba completamente desorientada y él lo aprovechaba para golpearme con una fusta donde yo menos me lo esperaba, ya que, en realidad ni siquiera sabía donde estaba, y el procuraba cambiar de posición sin hacer ruido. Me puso pinzas en los pechos, pinzas que hacía saltar luego con la fusta, peor lo peor fue cuando me acercaba un cigarrillo y me hacía pequeñas quemaduras en los pechos. Finalmente volví a caer al suelo, cosa que aprovechó mi comprador para apagarme el cigarrillo sobre mi pubis.

Seguramente intuyó que lloraba y optó por dejarme un rato tirada en el suelo. No se cuanto rato, pero un LEVANTA FULANA me devolvió a la realidad. Me arrancó más que sacó la capucha y me levantó cogida por el pelo. Me quitó la mordaza y me ordenó chupársela y tragarme todo el semen. Obedecí por miedo a otra paliza, aunque me daba mucho asco. Agarrándome del pelo otra vez, tiró con fuerza hacia abajo haciéndome poner de rodillas. Se bajó la cremallera del pantalón y sacó un pene muy bien dotado que me penetró la boca hasta el fondo de mi garganta. Sentí como me ahogaba.

De repente orgasmo, corriéndose dentro de mi boca. Yo tenía dificultades para tragármelo todo. Limpió su pene en mi cara y cabello, y ordenó que yo continuara lentamente limpiándole con a lengua. Lo hice hasta que volvió a levantarme tirándome de los pelos. Me retorció uno de mis pezones hasta que casi me desvanecí.

Volvió a dejarme tirada en el suelo, magullada, con el semen resecándose en mi pelo y en mi cara y con su gusto dentro de mi boca.

Le pedí permiso para ir al baño y me dijo que no. Que era una puta que le había costado muy cara y que tenía que disfrutar de mi cuerpo todos y cada uno de los minutos por los que había pagado.

Me hizo poner a cuatro patas y mover el culo. Volvió a introducirme los dedos en la vagina y se quejó de que estaba seca y que, si me follaba podía hacerse daño. Seguidamente me metió algo que no se que era por el culo y dijo que se acercaba el gran momento en que iba a dar por el culo a una puta mamona como yo.

Me cogió de la barbilla y me puso tan cerca que pude deducir que había bebido coñac.

Mirándome fijamente me preguntó si estaba contenta y si me hacia ilusión poder recibir su polla dentro de mi culo.

Por miedo a más golpes le dije que si, que por favor me la metiera por el culo, pero al parecer, no lo dije con mucho convencimiento.

Me abofeteó diciendo:

No te comportes como una fulana barata, he pagado mucho por ti y me merezco algo más de convencimiento en tus palabras.

Ponte te rodillas y suplícame que te de por el culo, puta !

Obedecí al instante y estuve al menos cinco minutos suplicándole. Si me paraba, me abofeteaba. Finalmente le imploré que me follara el culo llorando.

Me dijo:

No me llegas ni a la punta de los zapatos, zorra, así que debes suplicármelo mientras me los lames.

Me golpeó mientras preguntaba:

¿ Lo entiendes puta ?

Lo hice, aún llorando y suplicando hasta que agarrándome del pelo me llevo hasta una pared, pasando las esposas por entre un tubo de la calefacción que bajaba, y que me dejaba como en un ángulo de 90 grados con el suelo. Me amordazó otra vez y me puso la capucha.

Yo sabía que iba a romperme el culo.

No me dolió tanto como esperaba aunque todo mi cuerpo tembló, lo que hizo que, sin querer, intentara cerrar el ano. Eso lo excitó aún más, y empezó a cabalgarme con energía. Cambió los insultos por los cachetes en las nalgas mientras comentaba lo acogedor que le resultaba mi culo y lo rico que lo tenía.

Volvió a correrse dentro de mi culo entre suspiros de placer.

y cuando ya, por fin, acabó, dijo que se iba a descansar un rato, que al día siguiente teníamos mucho trabajo.

Me intrigó esa frase del "teníamos mucho trabajo" pero me preocupó más que me dejara atada y amordazada, con los ojos vendados, en aquella posición tan incomoda que ni siquiera podía echarme en el suelo como los perros. El regusto de su semen aún estaba en mi boca y sus restos en mi cara y en mi pelo, y, también por mis muslos empiezan a correr el líquido que mi comprador había depositado en mi culo.

Cada vez me dolían más las muñecas, las pantorrillas y todo el cuerpo. Pensé en las pobres putas que tenían que aguantar cerdos como ese cada día, pensé en mi Amo, pensé en mil cosas, hasta que al final solo pensaba en el dolor que padecía , en que hora debía ser y en como podía intentar dormir.

Seguro que ya es de día, no distingo nada pero seguro que ya ha amanecido .... De repente agua helada impactó sobre mi cuerpo, el chasquido de un látigo y el cuero cruzando mi espalda.

Venga puta, a trabajar !

Me desató del tubo de la calefacción y me obligó ha hacer flexiones en el suelo mientras me azotaba con un látigo. 100 flexiones y 100 latigazos. De pie y a saltar, moviendo las tetas arriba y abajo. Más golpes... y a empujones y latigazos me hacía andar a ciegas. Tropecé contra una cama y me tendió en ella, atándome en cruz.

Antes de atarme, no obstante, me puso a cuatro patas y volvió a follarme el culo mientras me insultaba. Me decía que tenía que recuperar lo que había pagado por mi y que reservaba mi coño seco para los clientes que estaban al llegar. El se quedaba con mi culo, y que si le hacía quedar mal me iba a acordar toda la vida de él, ya que me iba a rajar la cara.

No iba a ver las caras de los cerdos que me iban a poseer, ni tampoco podría gritar. Abierta e indefensa esperé a que empezara mi nuevo tormento, y no tuve que esperar mucho, los penes y las corridas se fueron sucediendo en mi coño y sobre mis pechos. Los manoseos y los orgasmos fueron pasando hasta que perdí la cuenta. No sentía nada. Empujones, penetraciones y más liquido en mi interior o sobre mi cuerpo. Algunos me mearon después de follarme, y un par de colillas encendidas fueron apagadas en mis pezones, aunque lo peor eran los olores y suspiros de los cerdos que me poseían.

La tortura, primero sexual y después ya solo física debió durar todo el día sin ningún descanso.

Cuando se acabaron las penetraciones mi comprador me explicó la razón de que me hubieran follado tantas decenas de hombres,

Me duchó con agua fría y me enculó una vez más mientras el agua helada corría por mi cuerpo. Solo dejó que me tapara con el abrigo. El resto de mi ropa iba en una bolsa que entregó a mi Amo, junto conmigo, a la hora acordada y en el Bar donde empezó mi prostitución. Estuvo sobándome hasta el último momento, y dentro del coche, justo en el parking, me volvió a sodomizar antes de devolverme a mi dueño y señor. A pesar de todo yo continuaba seca y soñando en que mi Amo haría que me corriera..... como así realmente fue.

Continuara

Autora: Veronica

Escríbanme y díganme que les pareció mi historia, y así podré seguir escribiendo, díganme que podría hacer para liberarme de esta situación humillante, espero sus comentarios.