Un viejito loco me sacó ricos orgasmos

Un anciano de la colonia que padece de sus facultades mentales me cogió rico en mi departamento

Hola, les cuento algo que paso hace 3 años, cuando mi bebé tenia 6 meses y poco antes de mi segundo embarazo, espero les guste.

El protagonista de este relato es un señor del que no se mucho, cuando llegué a vivir a esa colonia con mis padres cuando cumplí los 18 años él ya estaba en la situación que les comentaré, no se como se llama ni le pregunté, supongo que vive en la misma colonia o por lo menos en las cercanías pues siempre anda rondando cerca, le dicen “el profe’ pues al parecer era docente de secundaria, ya es una persona mayor, calculo que alrededor de los 60 pero no tiene cabello canoso aun que ya se ve grande, dicen que el señor estaba bien, una persona normal pero de pronto el señor se empezó volver loquito, a su hermana, que también era maestra le pasó lo mismo, y pues ambos dejaron de trabajar aun que supongo viven de la pensión que les deben de dar, es un señor muy listo en cuanto a conocimientos, siempre anda preguntando a la gente que se encuentra en la calle cosas de literatura, matemáticas, historia, física, biología, etc. A veces cuando en mis años de estudiante estaba esperando el camión con mis amigas, el señor llegaba y se juntaba con nosotros y nos comenzaba a preguntar distintas cosas, y de hecho cuando me lo eh llegado a encontrar en la calle ya a lo largo de los años me gustaba encontrármelo para que me hiciera sus “exámenes” pues aun que no lo crean me gustaba la escuela y soy lista, entonces me gustaba me pusiera a prueba y casi siempre contestaba todo lo que pregunta, a veces se pone en un semáforo a dirigir el transito para “ayudar” a los policías, ayuda a cruzar a las señoras y a veces cuando hay tianguis le ayuda a las señoras a subir sus bolsas al taxi, siempre anda muy alegre y con una forma de caminar peculiar, casi siempre anda de traje y abrigo aun que parece vagabundo, mas o menos limpio, es moreno y chaparrito, mas o menos de mi estatura, siempre anda con el cabello bien peinado aun que en el transcurso del día, de tanto agarrarse la cabeza acaba todo greñudo.

A pesar de que desde hace años me encuentro con él, y siempre se porto muy amable y alegre, nunca me falto al respeto de ninguna manera y tal ves por eso fue que hice lo que a continuación les platicaré.

Por la tarde iría acompañaría a mi esposo a una comida de trabajo en un restaurante, por lo que me vestí para la ocasión, una minifalda negra ajustada, la orilla inferior de esta era marcado por una franja azul eléctrico, saco negro, una blusa gris sin mangas de licra con un escote normalito pero se marcan mucho mis tetas, pantimedias negras, botines negros de tacón de 4 cm. Y de ropa interior una tanga de hilo color negra (para que no se marcara en la falda) un bra push up negro con un encaje que sobresalía muy coqueto y sexy por la blusa, me peiné con el cabello suelto ondulado, aretes largos de oro, un collar delgado discreto pero igual de oro, me puse maquillaje poco cargado, me veía muy guapa y sexy, y aun que la comida era en la tarde me arregle desde temprano pues como me bañe no me gusta estarme cambiando a cada rato, preparé a mi hijo para llevarlo a su campamento de verano, como sale tarde nos daría tiempo de ir a la comida y recogerlo después, finalmente llevaría a mi bebé con mis papás que accedieron a cuidarlo y como ya habrán notado, no me gusta perder el tiempo dando vueltas, lo llevaría después de dejar a mi hijo al campamento por la mañana aunque tuviera que dejar al bebé desde temprano.

Después de dejar a mi hijo en el campamento me dirigí a casa de mis padres, pero olvidé por completo que era la fiesta del barrio, por lo que había fiesta y las calles cerradas por los puestos y juegos que hay, para llegar a casa de mis papás con la camioneta tenía que dar mucha vuelta, lo más práctico era dejar la camioneta donde me encontraba y caminar 5 calles hasta casa de mis papás, así lo hice, baje de la camioneta, cargue a mi bebé con sus cosas y caminé. Cerca de donde paré la camioneta hay una base de taxis, había unos taxistas sentados en una banca en su base, con ellos se encontraba el señor que les platique en un inicio, vestía pantalón kaki, una camisa azul cielo y abrigo negro, cuando cambió el semáforo y me dispuse a cruzar la esquina el señor caminó a la mitad de la calle y se dispuso a “detener” el trafico para que yo pasara, pero en cuanto me vio se le abrieron los ojos como platos y la boca igual, y con rostro y tono de sorpresa dijo – haaaaay mamasita, estas bien buenota, que patotas tienes y que nalgotas (empezó a caminar tras de mí), estás muy sobrasa hija, no tus patotas me gustan tus patotas-  a mi en lugar de enojarme o incomodarme me dio mucha risa, pues la forma en que lo hizo fue sumamente divertida, los taxistas, el poli y la gente que se encontraba alrededor todos soltaron la carcajada pues fue muy gracioso, continué caminando por la calle y el señor atrás de mí gritando para abrirme paso -dejen pasar a esta diosa, la diosa afrodita, diosa del amor y el deseo, preciosa, monumento de mujer, déjenla pasar- a mi ya hasta pena me estaba dando, podía sentir lo sonrojada que tenía la cara, lo bueno fue que a mitad de calle el señor se quedó diciendo -adiós mamacita, me encantan tus patotas preciosura de mujer- y se fue alejando sin dejar de decirme cosas.

Llegue a casa de mis papás y ya se me había pasado la pena de la que había sido victima, salude a mis papás y deje al bebé en el sillón, me despedí rápido pues les comenté que había dejado mal estacionada la camioneta y tenía que regresar rápido, así que salí de casa y regresé corriendo a donde había dejado la camioneta.

Me acercaba a la esquina donde está la base de taxis y el señor seguía con los taxistas los cuales me vieron aproximarme, él no se dio cuenta pues me estaba dando a espalda y con toda la intención le preguntaron sobre mi, yo ya me encontraba algo cerca así que pude escuchar.

  • Oiga profe ¿Qué le dijo la morra de hace rato?

  • Noooo… que viejota ¿la vieron? Pinches patotas que tenía (con sus manos marcaba según él, el grueso de mis piernas, bueno en general de mi cuerpo), y las nalgotas que tiene… noooo… yo ya ni le hago nada a esa mega viejota.

  • ¿Ella no le dijo nada? – pregunto otro.

  • No, pues iba con su bebé, imagínate, las chichotas que ah de tener, lastima que no se le veían.

Para ese entonces yo ya estaba en la base de taxis y me quedé parada escuchando lo que decía, pero al ver eso, los taxistas ya no dijeron nada y dejaron que el señor siguiera en su loquera.

-Está para darle unas fuertes cogidotas, meterle hasta dentro de su pepa la verga y abrirle las nalgotas para llenarle el culote, pinche vieja tan mas sabrosa… se ve que es medio puta, ah de coger bien rico con ese culote, nada mas de acordarme de su culote se me pone dura la reata.

Yo lo interrumpí.

-¿Qué anda diciendo de mí? Yo lo tenía en otro concepto, siempre respetuoso y educado y salió mas guarro que estos de aquí.

Se giró y al verme nuevamente se sorprendió, pero eso no evitó que me viera de arriba abajo.

-Perdón reinita, avísame que estas atrás y escuchándome.

-¿De verdad piensa todo eso de mí?

-No, no, no reinita, como cree.

-Uuummm salió igual que todos estos, puro hablar y presumir y a la mera hora nada de nada.

-La verdad reinita, usted esta para que se la coja un machote en plena flor de la vida, o un jovencito que tenga la energía para que la canse pero pues yo ya no le aguanto el ritmo.

-Tiene razón pero de esos ya no hay.

-Como de que no, mire aquí a mis amigasos- dijo dirigiendose a los taxistas.

-No esos no sirven para eso.

-Que mas me gustaría reinita pero no, yo ya no le doy el ancho.

-¿No que ya hasta lo tenía bien parado?

-Con usted es inevitable.

-Pues vengase, vamos a comprobarlo.

Ante la mirada atónita de los taxistas tomé de la mano al señor y la jale conmigo y caminamos al semáforo , los taxistas le empezaron a decir que me diera duro, que aprovechara, que acabara conmigo y no se que mas, al cambiar el semáforo llegamos a mi camioneta y le dije que subiera.

-¿A que si es enserio?

-Si – contesté – ¿no quiere? Ándele súbase.

Subimos a mi camioneta y toda la gente que se encontraba ahí se dio cuenta de lo sucedió y esa idea me encantó.

El camino a casa es de unos 15 o 20 min. Durante el trayecto no cruzamos palabra alguna, el único sonido en la camioneta era la música, el llegar al portón para ingresar al fraccionamiento entre pero me detuve a saludar a los vigilantes.

-Vig. 1. Ya de vuelta putita.

-Asi es.

-Vig. 1. Andas muy elegante hoy ¿te vas a ir de puta?

-No, tengo una comida por la tarde con mi esposo.

-Vig. 1. Con ese pendejo, mejor quédate y pasamos a darte verga al rato.

-Me encantaría pero saben que no puedo.

-Vig. 2. Si quédate puta y pasamos los dos a cogerte rudo en un trio.

-Eso estaría muy rico.

-Vig.1. Ya vez, mejor quédate con nosotros y te hacemos las dobles metidas que te gustan.

-Será para la otra, ahorita tengo un invitado y mas tarde saldré a la comida.

Miraron al señor que no decía nada.

-Vig. 2. ¿Se la va a coger señor?

-No le digan nada, es un viejo amigo y tenemos cosas que hacer, así que con su permiso me retiro, nos vemos luego.

Les guiñé el ojo y moviendo los dedos de mi mano les dije adiós y seguí a mi lugar de estacionamiento, bajamos de la camioneta, lo tomé de la mano y lo lleve dentro del edifico y tomamos el elevador.

-¿Coges con los polis?

-Si, cuando hay oportunidad.

-¿Entonces si vamos a coger?

-Pues si, ¿o no le gusto?

-Si, pero no te creo que quieras coger conmigo.

Se abrió la puerta del elevador, caminamos por el pasillo hasta la puerta de mi departamento y entramos, sin decir nada lo lleve a mi recamara, nos sentamos en la cama, él a mi derecha, por su forma de ser yo pensé que estaría bromeando, moviéndose, muy intranquilo pero nada de eso, estaba muy tranquilo y sin iniciativa alguna, cosa que no me gusta, me acerqué a él y aprovechó para besarme, puse mis manos sobre la cama para inclinarme un poco para atrás cuando por fin se animó a hacer algo, su áspera mano se colocó entre mis piernas, yo las separé para darle libertad, dio un par de caricias circulares a mi muslo y subió su mano a mi vagina, sentí sus dedos frotar mi cálida intimidad protegida por el hilo de la tanga y la pantimedia, no dejaba de besarme y su lengua se metía poco a poco en mi boca para buscar mi lengua, su aliento no era malo y en verdad me estaba calentando, sus dedos frotaban mi vagina que por las prendas que llevaba casi casi lo podía sentir como si no trajera nada, de un momento a otro dejó de besarme y sacó su mano de mi falda.

Se puso de pie, desabrochó su pantalón y lo dejó caer al suelo, aventó su abrigo y mientras desabrochaba su camisa yo me quité el saco y lo avente a un silloncito que tengo en una esquina, se sacó la camisa dejándola caer, finalmente bajo su boxer rojo y se agachó rápidamente para sacarse el pantalón, calcetines y zapatos quedando completamente desnudo frente a mi, a pesar de ser prácticamente un vago y padecer de sus facultades mentales, el señor era aseado, no olía feo, su cuerpo delgado , moreno y flácido no me resultó desagradable, probablemente por lo caliente que me había puesto sin darme cuenta, sujetó su pene aún flácido, yo también lo tomé de inmediato y el retiró su mano, sentada en la cama me agache hasta meterlo en mi boca, tenía mal sabor, a orines, y sus pelos se me metían en la boca, pero yo estaba fuera de mí, solo quería que me cogiera, así que con mi lengua acaricié su glande a lo que él soltó un gemido y sentí como con una mano acariciaba mi cabello, empecé a follarme la boca mientras con mi mano lo masturbaba también, poco a poco se empezó a poner duro y a crecer dentro de mi boca, no alcanzó un tamaño espectacular, pues era un pene bastante normalito, de unos 15 o 16 cm. Por mucho, lo podía tener todo en boca sin que me provocara arcadas, no pude mirarlo debido  la posición en la que me encontraba pero él solo se limitaba a acariciar mi cabello sin decir nada ni emitir sonido alguno.

No fue mucho tiempo el que se lo mamé, exagerando habrán sido un par de minutos, él mismo sujetándome del mentón me hizo para atrás, comprendí estaba listo, me recosté sobre la cama y subí mis pies flexionando mis piernas sobre la cama, separó mis piernas y yo subí mi falda dejando al descubierto la tanga y  las pantimedias, de manera muy torpe, sacó mis botines casi dislocándome los tobillos jeje, sujeto de mi cintura la pantimedia y la bajo junto con la tanga, levante un poco mi cintura para que pudiera sacarlas mejor y las bajó hasta quitarlas, separe las piernas nuevamente y él se quedo en medio de ellas dejando a su entera disposición mi vagina que sentía me quemaba, quería que ese anciano demente y vagabundo me cogiera de inmediato.

Pero no fue así, hizo algo que no esperaba, hizo bola mis pantimedias y tanga y las olfateo dando una larga y profunda aspirada, las dejo caer después al suelo y se agachó, introdujo su nariz en mi vagina separando apenas mis labios vaginales y su lengua acaricio la parte baja de mi entrada, saco su nariz, se levanto y de rodillas se colocó sobre la cama, se recostó sobre mí intentando muy torpemente meterme su pene pero no atinaba, me estaba desesperando pues no usaba sus manos para metérmelo únicamente intentaba metérmelo con su movimiento, por un instante me sentí como si un perro estuviera intentando cogerme hasta que por fin encontró la entrada de mi vagina y su pene se deslizó despacio en mi interior.

Apoyó sus manos sobre la cama por arriba de mis hombros y empezó a dar embestidas lentas pero profundas y muy ricas, mi respiración se agito pues me encanta me cojan con embestidas profundas, poco a poco en cada embestida el señor bufaba, primero en un tono bajo pero después de unos minutos parecía toro, dejó caer su cuerpo sobre mí aproveché para abrazarlo y bajé mis manos hasta sus nalgas y apretarlo contra mí y así sentirlo más dentro mío, con todo su cuerpo me aplastaba en las embestidas y a pesar de no tener un cuerpo muy pesado de esos que me gustan me estaba llevando por buen camino hacia un orgasmo, se levantó un poco y yo aproveche para sujetarme las rodillas y poder mantener la posición, hasta que se levantó, me tomó de los pies y ahora si movía la pelvis para cogerme, cosa que de inmediato me hizo tener un orgasmo pues sus embestidas ahora eran rápidas, ahora la escandalosa era yo pues otro orgasmo estaba por llegar y el señor no disminuía en nada su intensidad, hasta que me hizo tener otro orgasmo delicioso.

Al soltarme las piernas se dejó caer de nuevo sobre mi, nuevamente a follarme como animal, se notaba bastante agitado y estaba muy sudoroso, me sujeté de sus muslos para pegarme más a su cuerpo, el rechinido de la cama era lo único que competía con nuestros gemidos, no podía creer que este viejito enclenque me sacara dos orgasmos y aún me tuviera gimiendo.

Cuando por fin se cansó de esa posición se salió de mi, se puso de pie y me jalo hacia la orilla de la cama, torpemente se puso de rodillas y se dio a la tarea de lamer mi vagina, no lo hacía muy bien pero si lo suficiente para que sintiera rico, pero cuando me metió un dedo uuuufff le llené la mano de mis jugos, pero no satisfecho con eso atrapo con su lengua mi clítoris y se puso a follarme con un dedo y el cuarto orgasmo me llegó de golpe… no se de donde diablos estaba sacando la energía y la experiencia pero este anciano que se la pasaba vagando en la calle me tenía rendida en la cama.

Con movimientos torpes (disculpen que repita tanto “torpe” pero no encuentro otra palabra para describir sus movimientos ya que son como si le costara trabajo controlar sus movimientos) se puso de pie nuevamente, tomo mis piernas las cuales se encontraban elevadas y bajó mi pierna izquierda sobre el colchón, después con mucho trabajo y casi cayéndose paso una de sus piernas sobre la mía quedando apoyado sobre el colchón y la otra en el piso, ahora si tomó su pene y me lo metió nuevamente en la vagina, termino de acomodarse y retomó las embestidas lentas pero profundas llevándome de nuevo a los gemidos, se apoyó en si rodilla flexionada y aceleró un poco el ritmo y a los pocos segundos nuevamente me hizo llegar al cielo… maldito viejo.

Al darse cuenta que de nuevo había tenido un orgasmo, se salió de mi y se dio una vuelta por el cuarto, me pidió por favor me quitara la ropa, me senté en el colchón y mientras me quitaba la ropa restante sentí como se subió a la cama y sus pies quedaron a mis costados.

Cuando terminé de desvestirme y gire para verlo se estaba masturbando como loco, me imagino para no perder la erección, me coloque de rodillas entre sus piernas y le empecé a lamer el pene que tenía empapado de mis jugos y con mis uñas le rascaba sus huevos peludos, quería hacerlo terminar y que me diera su leche en la boca pero el méndigo viejito tenía otros planes.

Al ver que no se corría, opte por cabalgarlo, entontes camine en cuatro por la cama hasta colocarme al lado de él, me subí sobre de él dándole la espalda, tome su pene y lo puse en la entrada de mi vagina, lentamente bajé hasta que estuvo todo dentro de mí, me quede de rodillas y así comencé a cabalgarlo, estaba decidida a hacerlo terminar por lo que el ritmo que tomé fue frenético, subía y bajaba por su verga al tiempo que movía las caderas, el viejo solo gemía y se retorcía intentando jalar aire, pero la que estaba terminando era otra, un orgasmo me llegó de improviso y solté un chorro de jugos que parecía que me había orinado sobre el viejo y justo cuando me quedé quita en transe disfrutando mi orgasmo el viejo se corrió en mi y eso no se si prolongó mi orgasmo o me provocó otro pero la mente se me nublo y por un momento me maree, cuando reaccioné mire mi vagina con la verga del viejo aún dentro de mi, flácida pero aun dentro y nuestras pelvis juntas unidas por una mescla amarillenta de fluidos de ambos, me levanté y fui al baño, la cantidad de leche de anciano era impresionante, mis piernas escurrían y mi vagina no dejaba de sacar leche amarillenta, me lave y me puse mi bata de baño, al salir el viejo estaba terminando vestirse, le pregunte si quería que lo llevara o le pidiera un taxi, a lo que respondió que no, se iría solo, le pregunte si quería dinero para su camión, me dijo que no necesitaba, le dije que lo acompañaría a la entrada pues no lo dejarían salir, me puse unas sandalias y así cubierta solo con la bata lo acompañe a la entrada.

Parecía que había vuelto a la normalidad pues ya andaba cantando y haciendo sus rutinarias preguntas, llegamos a la entrada del fraccionamiento, le di un beso en la mejilla y le dije se fuera con cuidado además de darle las gracias.

Cuando los vigilantes cerraron la puerta me preguntaron que había pasado, me abrí la bata y no fue necesario decirles nada, uno me tomo de la cintura y me abrazó contra su pecho, me beso mientras metía su mano en mi vagina sacando restos de leche del viejo, después el otro me jaló del brazo y de igual manera me abrazo pero me sobaba las nalgas hasta que me metió el dedo en el ano, me despedí de ellos pues lea dije que tenía que apurarme.

Volví a casa, cambie sabanas y cobijas de mi cama, me volví a vestir con la misma ropa y me arregle sin bañarme, olía a sexo.

Cuando llegó la hora subí a mi camioneta para alcanzar a mi esposo, en la camioneta se encerró un olor extraño, por mera curiosidad me agache un poco para oler mi vagina y esta era la que olía así, a esperma de viejo decrépito, y al momento pensé -tan bajo has caído yuri-