Un viaje sin vuelta atrás II
En una visita a mi hermana, nunca pensé la sorpresa que me guardaba su compañera de piso...
Aún estaba un poco mareado por el alcohol ingerido, tenia el estomago revuelto y la cara reseca y pegajosa especialmente alrededor de la boca. Las sensaciones no eran las mejores y sin embargo parecía dispuesto a seguir obedeciendo ciegamente los deseos de aquella mujer que había decidido someterme sin ningún miramiento. Allí estaba yo, desnudo y desorientado, con el trasero aun lastimado y un dolor en los testículos que no terminaba de desaparecer y, aun así, me sentía bien como nunca antes me había sentido, el deseo por complacerla me excitaba sobremanera, llegados a este punto, había sido violado, golpeado, zarandeado y humillado pensé que lo peor ya habría pasado y eso me animo a seguir adelante.
--- Debe ser el efecto del alcohol que me impide pensar con claridad --- Pensé.
Sin mucho tiempo para ordenar mis ideas, escuche de nuevo la voz de Mónica que llamaba desde el fondo de pasillo.
--- Angela, ven al baño ahora --- Dijo con tono seco. Sin pensarlo me encamine hacia allí y entre en el baño sumiso y cabizbajo.
--- Metete en la ducha, tenemos que lavarte y asearte, una zorrita como tu debe de estar presentable en todo momento --- Me dijo mientras desenroscaba la alcachofa de la ducha.
Sin pensarlo entre en la ducha y me quede allí de pie inmóvil, esperando y tratando de no hacer nada que pudiera molestarla de nuevo, me sentía vulnerable y desprotegido, a pesar de que cubría mi cuerpo todo lo que me resultaba posible con los brazos y las manos. Mientras tanto ella salió del baño. Pude oír como hurgaba en los cajones de su dormitorio y al instante volvió con un Plug anal de goma de tamaño medio en una mano y el dildo con arnés que había usado poco antes conmigo en la otra. Desmonto el dildo del arnés y lo lanzo con desdén dentro de la ducha. No era tan grande como había pensado, era más bien de tamaño medio, no más de 12cm de largo y quizás 2cm de diámetro, estaba sucio y tenía restos.
--- Ahora inclínate y ponte a cuatro como una perra, mira como has puesto mi dildo, tienes que estar siempre limpia por dentro y preparada para complacerme --- Dijo bruscamente. Yo obedecí al instante, noté que mi cuerpo lo hacía casi instintivamente. Entonces note que abría mis nalgas con firmeza e introdujo la manguera de la ducha lentamente en mi ano unos pocos centímetros. Instintivamente trate de cerrar las piernas, pero conseguí relajarme y dejarme hacer antes de que la cosa se pudiera poner peor. De pronto ella abrió el grifo y note como el agua tibia comenzó a llenarme por dentro, lentamente, pero sin oposición mis intestinos se iban llenando de líquido, mientras mi vientre se hinchaba despacio. Cuando no pude aguantar más, agache la cabeza para mirar entre mis brazos por debajo de mi pecho y pude ver como mi barriga estaba hinchada sobremanera, casi como la de una embazara de pocos meses.
---Ahhhhhhh…!!! --- Exclame sobresaltado al verme y pensar que podía estallar en cualquier momento.
--- No te preocupes putita no creas que vas a explotar, antes te saldría el agua por la boca a borbotones --- Dijo Mónica riéndose mientras acariciaba mi barriguita. Entonces corto el grifo sin decir nada más, saco la manguera y rápidamente introdujo el Plug en mi ano sin dejar escapar apenas unas gotas de agua.
--- Ahora ponte de pie --- Me dijo mientras abría el armario del baño y sacaba una maquinilla de rasurar de mujer y crema hidratante para rasurado. Me levante no sin esfuerzo, el agua en mi interior sonaba con cada movimiento y me hacía estar muy incómodo, cuando estuve de pie mire hacia abajo y vi que mi vientre hinchando apenas me permitía verme la punta de mis pequeños pies. Sentía que el Plug se escaparía y todo aquel liquido iba a salir a presión de un momento a otro, así que cruce las piernas con fuerza y aprete las nalgas todo lo que pude. Una vez tuve el cuerpo embadurnado con la crema, Mónica comenzó a dar pasadas suaves con la maquinilla por todo el cuerpo, los pies, las piernas, los brazos el torso, la espalda y por supuesto toda la zona púbica y perianal. Aquello me excito sobremanera, a pesar de todo, Mónica era una mujer extremadamente atractiva y sensual, además no podía negar que me gustaba realmente.
--- ¿Pero otra vez? Vamos a tener que hacer algo con estas molestas erecciones tuyas Angela, cuando eres capaz de controlar tu pequeña polla, podría pasar por un clítoris bastante grande, pero esto está empezando a ser un problema --- Me apremio con tono serio a la vez que me lanzo una mirada de desaprobación. El dolor en mi vientre me estaba empezando a resultar insoportable, mis tripas rugían y el agua tibia no ayudaba para nada en mi afán de contener todo aquel liquido dentro de mí. La erección desapareció al instante ante aquella incomodidad, estuve a punto de decirle que no aguantaba más y que me quitara el Plug, pero antes de poder decir palabra fue ella la que hablo.
--- Bien ya estas casi lista, ahora siéntate sobre el Plug o creo que no vas a poder aguantarlo mucho más tiempo en su sitio --- Obedecí rápidamente más por sujetar aquel tapón donde estaba que por complacerla a ella y me senté en la ducha con las piernas estiradas y cruzadas una sobre la otra. Entonces comenzó a hurtarme crema en la cara para después empezar a rasurarme con la maquinilla.
--- Hay que tener especial cuidado con tu barba, aunque es escasa, no puede quedar ningún rastro de ella en tu cara de zorrita, por eso debemos tener especial cuidado ¿Verdad putita mía? ---- Pregunto. Yo asentí ligeramente pero no conteste, estaba mordiendo mi labio inferior, tratando de pensar en algo que no fuese el tremendo dolor que sentía en mi vientre.
--- Por favor mi ama --- Pude decir mientras comenzaban a brotar lágrimas de mis ojos y mis manos temblorosas sujetaban mi barriga hinchada tratando de mitigar el dolor.
--- No podemos tener prisa en este proceso, debemos hacer las cosas a su debido tiempo, además te ves tan linda con tu barriguita --- Me dijo alegre y pausadamente.
--- Espera un momento debo de ir a por algo --- Me dijo mientras dejaba las cosas sobre el mueble del baño. Cuando la vi salir, comencé a llorar cubriéndome la cara con las manos, no podía soportar aquel dolor y sin embargo ni siquiera me planteaba la idea de desobedecer a mi ama. Casi al instante ella regreso divertida e hizo caso omiso de mis lagrimas como si mi sufrimiento no tuviera nada que ver con ella.
--- Esta bien, ahora ponte de nuevo a cuatro y cuando te diga puedes quitarte el Plug, pero no antes, porque quiero grabarlo con el móvil --- Me dijo con indiferencia. Yo obedecí al instante como una perrita obedece a su sueña, me puse a cuatro y esperé a que me diera permiso para poder sacármelo.
--- ¡YA! --- Exclamo divertida mientras me enfocaba con su móvil grabando la escena.
Ni siquiera me dio tiempo de llegar a tocar el Plug, en cuanto la escuche darme la orden, mi esfínter se relajó y el Plug salió disparado contra la pared, note como el líquido salía a chorro de mi interior, provocándome una sensación de bienestar indescriptible. Tarde varios segundos en vaciarme por completo, estaba seguro de que Mónica había introducido al menos tres litros de agua en mi interior.
--- Y está a sido la 3º lección de hoy, debes estar siempre limpia por dentro, preparada para lo que pueda ordenarte o se me antoje en cada momento, si te comportas como una puta cerda tendré que limpiarte yo y como has podido comprobar, soy bastante exigente con eso --- Dijo dándome una nueva lección, aunque esta no había sido para nada gratuita.
--- Ahora termina de ducharte y date prisa, estaré en el dormitorio de Lucia y ven desnuda, quiero saber como te ves depilada y limpita, ahhhhh y no se te olvide eso, lo quiero como nuevo --- Dijo señalando el dildo que había lanzado a la ducha antes. Salió del baño y se encamino al dormitorio de mi hermana. Termine de asearme lo más rápido que pude, lave el dildo con agua y gel de ducha. Cuando termine me seque con una toalla, salí desnudo del baño y con el dildo en la mano me dirigí al dormitorio de Lucia, donde Mónica me estaba esperando.
Cuando entre Mónica había puesto sobre la cama un biquini a rayas rojas y blancas, un blusón blanco Ibicenco y unas sandalias de dedo de goma de color blancas y negras.
---Te ves bonita putita mía, desde aquí tu pequeña polla parece un clítoris grande y aunque no tienes tetitas aun…. Las areolas de tus pezones son generosamente grandes y te hacen verte más femenina --- Dijo mientras me observaba con detenimiento.
--- Ves vistiéndote, voy a buscar algo a mi dormitorio, el biquini es de cuando tu hermana estaba un poco más delgada y he cogido uno que la parte de arriba no tenga copas, La principal diferencia entre ella y tú ahora mismo es el tamaño de sus tetas ---
Solo me había terminado de poner el biquini cuando regreso de nuevo con un pintauñas color rojo sangre, a juego con las rayas del biquini.
--- Ven siéntate aquí a mi lado --- Me dijo mientras se sentaba en la cama, yo obediente hice lo que me había dicho. Primero comenzó a maquillarme en silencio, se notaba que estaba muy pendiente de lo que estaba haciendo, un poco de base de maquillaje para dar un tono uniforme a todo el rostro, un poco de maquillaje y colorete, las pestañas y los labios también de color rojo. Después mientras me pintaba las uñas de las manos y los pies me fue dando algunas indicaciones de lo que esperaba de mí.
--- Vamos a bajar un rato a la piscina, normalmente suele haber bastante gente en esta época de año. Quiero que te comportes como la perrita que eres, muévete contorneando tu femenino cuerpo, los hombres te van a mirar y veras deseo en sus ojos, aunque te resulte molesto debes acostumbrarte a ello, en lo relacionado con el sexo son así, simples e irracionales. Pero no olvides que tienes poder sobre ellos y que yo lo tengo sobre ti. Tienes que aprender a interpretar mis miradas, en público no te puedo hablar como a mi putita esclava, pero tienes que saber en cada momento que es lo que quiero de ti. Ahora ponte de pie y bájate la braguita del biquini ---
La obedecí y bajé la braguita del biquini hasta mis rodillas, dejando toda mi zona intima al descubierto de nuevo, me sentí avergonzado, pero en el fondo sabía que era lo que quería hacer.
--- Vamos a solucionar provisionalmente lo de tus molestas erecciones --- Dijo mientras cortaba un trozo de cinta adhesiva de fisioterapia de color rosa. La pego a lo largo de todo mi pene por la parte de arriba y después tiro de ella con fuerza hacia atrás entre mis piernas pegándola totalmente entre mis cachetes, quedando mi pene y mis testículos pegados totalmente contra la zona del perineo.
--- Bueno, se ve que algo escondes ahí, pero con unas braguitas va a ser difícil adivinar el que. Sobre la cama he puesto los complementos que necesitas de tu hermana, cógelos y espérame en el salón, voy a cambiarme ---
Termine de vestirme como Mónica me había dicho y me mire en el espejo. Realmente parecía una chica y la verdad es que me vi obligado a reconocer que tenía mucho más que ofrecer como mujer que como hombre.
Cuando Mónica estuvo lista salió de su dormitorio, cerró la puerta del piso y nos metimos en el ascensor. Podía ver perfectamente todo su cuerpo debajo de su blusón negro de ganchillo. A pesar de estar delgada tenía unas formas muy femeninas. Sus caderas eran anchas, pero no demasiado, mientras su culito era redondeado y perfecto en su forma, sus muslos eran carnosos, aunque no llegaban a juntarse dejando un pequeño paso hacia su vagina, en cuanto a sus pechos eran generosos, redondeados y abundantes, tenía las tetas bastante grandes para su constitución y se notaba que hacía ejercicio regularmente, sus brazos y sus piernas eran musculosos para una mujer, pero sin resultar excesivos.
La piscina del bloque estaba hasta arriba, había gente en el agua, en las tumbonas, en el césped y en todos sitios, al fin y al cabo, estábamos en verano y Benalmádena era un lugar de veraneo.
--- Mira allí veo una tumbona vacía --- me apremio Mónica señalándome el lugar. Nos dirigimos hacia allí y ella coloco su toalla y sus cosas sobre la tumbona vacía.
--- Esta de aquí al lado tiene una toalla encima pero no hay nadie, pregúntale al señor de al lado si está ocupada Angela --- Me dijo Mónica con dulzura. El señor de al lado era un hombre de mediana edad, de unos 55 años o más, era bastante canoso, a pesar de que tenía poco pelo en la cabeza y barba de varios días desaliñada prácticamente blanda en su totalidad, estaba entrado en kilos, pero sin duda la parte de él que más resaltaba era su enorme y peluda barriga. Tenía mucho pelo por todo el cuerpo incluso en su espalda. Estaba tumbado y con las gafas de sol puestas, lo que me hizo dudar si estaría despierto.
--- Pero…. --- Dije dudando.
--- ¿Pero ¿qué? --- Contesto Mónica bajando sus gafas de sol y dejándome ver su mirada de incredulidad.
--- Nada, nada Mónica, voy a preguntar --- Acerté a decir sin que se me notara demasiado que esa mirada me había puesto nervioso.
--- Perdone, ¿Está ocupada esta tumbona? --- Dije tratando de afeminar mi voz todo lo posible.
--- ¿Como? ¿Qué? Perdona, no está ocupada guapa, puedes usarla si quieres, la he cogido para mi señora, pero parece que esta tarde tampoco piensa bajar a la piscina a darse un baño --- Me contestó el hombre mientras me observaba detenidamente sin dejarse nada por ver.
--- Gracias --- Le conteste sonriendo mientras acercaba la tumbona un poco más a la de Mónica.
--- ¿Sois de aquí o estáis veraneando? --- Me pregunto sintiéndose invitado a entablar conversación, mientras se incorporaba y se sentaba en la tumbona mirando en mi dirección. Yo mire hacia el otro lado, donde estaba Mónica esperando que me echara una mano con aquella situación, ya que era normal que estuviera acostumbrada a ese tipo de lances.
--- Somos de aquí, bueno yo soy de aquí y mi amiga Lucia, vivimos en el 5ºD, mi amiga Angela que es ella y a la vez hermana de Lucia está de vacaciones --- Contesto Mónica alegremente.
--- Menudo lio, jejejejeje, mi nombre es Manolo y estoy veraneando con mi mujer en el 6ºH --- Dijo el.
--- Un placer Manolo --- Sonrió Mónica
--- Hola Manolo mucho gusto ---- Dije yo
--- El gusto es mío sin duda ¿asique estáis las tres solas? --- Pregunto el con curiosidad.
--- Así es, pero nos encantan las visitas --- Dijo de nuevo Mónica con su encantadora sonrisa. En un principio el hombre debió de sentirse abrumado por la situación, era evidente que aquella respuesta le había pillado por sorpresa, tosió un par de veces, carraspeo y rápidamente recupero la compostura.
--- Estos caramelos Hall’s de menta fuerte a veces juegan malas pasadas --- Dijo aun tratando de contener la tos, se quitó un momento las gafas de sol para secarse el sudor de la cara con un pañuelo y entonces pude ver como tenía sus ojos clavados en mí, tratando de desnudarme con la mirada, a pesar de que Mónica era mucho más atractiva que yo y era la que le estaba siguiendo el juego.
--- Entonces tu eres Angela ¿No es así? --- Me pregunto mientras volvía a ponerse las gafas
--- Si, así es dije yo --- Dirigiendo mi mirada hacia el
--- Y qué edad tienes guapa, porque eres mayor de edad, ¿Verdad? --- Dijo en tono nervioso.
--- Si, claro, tengo 26 --- Dije tratado de tomar el control de la situación.
--- Vaya, pues pareces mucho más joven --- Contesto nervioso mientras acercaba su tumbona un poco más a la mía. Entonces vi claro lo que Mónica me había enseñado, aquel hombre sentía deseo por mí, había dejado de pensar con la cabeza y había empezado a hacerlo con la polla. Aquello me dio seguridad para hacerme con la situación.
--- Gracias, es que mi amiga Mónica me cuida mucho --- Dije flirteando mientras dirigía mi mirada hacia ella. Pero ella ya no estaba en la conversación, se había quitado el Blusón y estaba tumbada en la hamaca, bronceando su cuerpo de Diosa al sol.
--- ¿Y cuándo podría hacerte una visita Angela? --- Dijo Manolo, mientras me tocaba la rodilla tratando de llamar mi atención.
Cuando noté que me tocaba di un respingo y estuve a punto de gritarle, pero antes de articular palabra Mónica se me adelanto.
--- Señor Manolo no está bien que piense usted que puede toquetear a mi amiga como le plazca, la gente podría pensar mal y si se llegara a enterar su señora, podría tener usted un problema que seguramente no quiere tener --- Dijo Mónica tranquilamente y sin mover un ápice su postura sobre la tumbona. El hombre se sorprendió de la calma y la contundencia con la que Mónica le había hablado, carraspeo de nuevo, miro su reloj y dijo.
--- ¡Vaya! Son casi las 18:00, mi mujer tiene que estar esperándome para merendar, ha sido un placer conoceros chicas. Adiós --- Se levanto de la tumbona, cogió las dos toallas y su camisa y se alejó a paso ligero hacia la salida de la piscina.
---¡Como le has despachado! --- Dije entre risas mirando de nuevo a Mónica.
Pero ella no se inmuto, ni siquiera se molestó en contestar, simplemente siguió seria tumbada en la misma posición, dejando claro que había cometido algún error y que tendría que rendirle cuentas en cuanto ella lo reclamara. De nuevo me volví a sentir vulnerable e indefenso ante ella, ni siquiera el hecho de estar rodeado de tanta gente me hacía sentir seguro, solo si era capaz de aguantar hasta que llegara mi hermana, podría contarle todo lo que Mónica me había hecho y ella acabaría de una vez con esta situación, ¿Pero era eso lo que yo realmente quería?
--- Hola Mónica, ¿Que tal Lucia? --- Saludo un chico que paso delante de nuestras tumbonas.
--- Hola Marcos --- Devolvió el saludo Mónica incorporándose un poco sobre la tumbona.
--- Hola ¿Qué tal Marcos? --- Acerté a decir casi sin pensarlo.
Ella me miro y me dijo en un tono bajito que casi me costó trabajo poder escuchar.
--- Te lo dije, tu hermana y tú os parecéis más de lo que crees y conforme nuestra relación vaya avanzando, terminareis siendo como dos gotas de agua --- dijo en tono seco mientras se volvió a recostar sobre la tumbona.
Pasamos un rato más, sin mediar palabra, Mónica sumida en un silencio que me resultaba desconcertante y yo en mis pensamientos, cuando de pronto Mónica se puso de pie y comenzó a ponerse el blusón.
--- Es hora de irnos Angela, son más de las 19:00 y tenemos algo que hacer antes de que llegue tu hermana ---
--- Si, Mónica --- Me levanté de la tumbona lo más deprisa que pude, recogí mis cosas y la seguí con la cabeza agachada, avergonzado sin saber que era lo que había hecho mal para molestarla de aquella manera.