Un viaje lleno de nuevas experiencias III.
Los cuatro amigos regresan de la playa. Noche de Switch y al final sexo.
Llegamos los cuarto a la casa de la playa. Yo en el camino no dejaba de darle vueltas a lo de Ángel; ¿por que ha cambiado tanto de cuando llego de la compra a ahora? ¿De que se reían Gonzalo y él cuando me dirigía al agua para que se me bajara la hinchazón del bañador? ¿Se habrían dado cuenta? Y quien no, pesé, 19cm se ven bien, jajajajaja. En eso estaba cuando ya habíamos llegado a casa.
Decidimos ducharnos en pareja, a parte de ahorrar tiempo, también le ahorraríamos a nuestros anfitriones agua y gas.
Nosotros íbamos a ser los segundos, así aprovechaba para preparar las cosas de la cena y hablaría con Ángel de lo que me rondaba en la cabeza.
Fui a la habitación para preguntarle para ver dónde tenía una tabla para cortar y cual fue mi sorpresa que me encontré a Gonzalo de frente y completamente desnudo.
Yo: perdona Gonzalo, solo quería preguntarte que donde guardáis una tabla para cortar.
(Joder con Gonzalo, no iba mal armado el tío)
Gonzalo salió así, sin cortarse ni un pelo y se dirigió a la cocina.
Ángel que estaba buscando en la nevera cuando se giró y lo vio se quedó blanco. Gonzalo con toda normalidad se puso a buscar entre los cajones y enseguida mire como Ángel lo miraba con deseo. Yo tampoco me quede atrás. Me acerqué al oído de Ángel y le dije susurrando: “no está mal el chaval”. Ángel se giró y me sonrió.
Gonzalo: me voy a la ducha que me estará esperando este. Y es de un impaciente. Jajajaja.
Mientras nos quedamos en la cocina los dos pensativos. Y fue cuando me decidí a preguntarle a mi chico que es lo que ocurría.
Ángel: Mira nene no se como te lo vas a tomar esto. No se si después de lo que te cuente vas a dejarme. Si lo haces estás en todo tu derecho.
Yo: Que ocurre Ángel me tienes preocupado todo el día. ¿Estás mal? ¿Ocurre algo con Gonzalo?
Ángel (medió riéndose): hombre muy preocupado no estabas porque Gonzalo y yo nos hemos dado cuenta del bulto en tu bañador. Pero a lo que iba; ha ocurrido algo con Gonzalo a la vuelta del súper. Le he comido la polla y la boca en el ascensor. Y cuando he entrado no sabía como miraros ni a Adolfo ni a ti.
Yo: Mira Ángel yo también tengo que decirte algo; Adolfo y yo también nos hemos comido la polla. Pero ya está, si quieres busco un hotel y nos vamos esta noche. Ponemos cualquier excusa, pero que con ellos para hacer planes vamos a quedar.
Ángel un poco sonrojado me dijo: cariño si no es eso, es que me ha gustado y ahora cuando ha llegado desnudo a la cocina quería follarmelo contra la encimera. No veas el culo que gasta.
Yo: No te preocupes no se de que rollo van ellos. No se si habrán sido sinceros como nosotros. Si es así, quieres que juguemos juntos los cuatro. Porque Alfonso tampoco carga mal.
Nos miramos los dos, asentimos con la cabeza. En ese momento llegaron los dos.
Gonzalo: venga parejita al agua pato.
Nos dirigimos hacia la ducha. Allí con el calor y el roce nos volvimos a poner calientes. Pero queríamos reservarnos para la noche.
Las vacaciones que parecían que iban a ser aburridas empezaban a ser algo animadas.
Terminamos de ducharnos y nos dirigimos hacia la cocina. En eso caímos que no habíamos llevado ningún pantalón corto para estar cómodos por casa. Así que Ángel y yo desde la habitación les preguntamos que si no les importaba que estuviéramos por casa con bóxers y camiseta. Ellos como si lo tuviesen preparado contestaron a la vez. “Mejor, nosotros vamos a hacer lo mismo; así estaremos más frescos y cómodos”.
Pues allí estábamos los cuatro en bóxers y camisetas. Adolfo y yo nos fuimos a la cocina para terminar de hacer la cena; mientras Gonzalo y Ángel se ponían a jugar con la consola.
Mientras que poníamos la mesa y terminábamos los últimos platos no pude aguantarme más y le conté a Adolfo que Ángel sabía lo nuestro y que no pasaba nada.
Adolfo: Felipe yo también quiero serte sincero, se lo he contado a Gonzalo. Y el me ha contado lo que ha pasado en ascensor entre ellos dos, señalándolos.
Yo: Pues entonces estamos todos en paz. Ángel me ha dicho que quiere que follemos todos juntos.
Adolfo: por nosotros bien. Gonzalo quiere probar tus 19cm en su culazo.
Terminamos de cenar. Gonzalo y Ángel se pusieron a fregar mientras que nosotros preparábamos unas copas. Esta noche queríamos quedarnos en casa a descansar.
Adolfo: Venga chicos, ponemos una peli o jugamos a la Nintendo; mientras nos tomamos unas copitas.
Yo: me parece buena idea, jugamos a unas partidas y luego vamos viendo.
Nos pusimos por parejas, pero esta vez jugaban Ángel y Adolfo y Gonzalo conmigo. Empezamos a tontear a pegarnos empujones, a darnos manotazos en el culo. El alcohol iba jugando su mejor baza, con la excusa de ir chispa ya no nos importaba tocarnos el culo o darnos unos azotes, con tal del que el otro perdiese. Una cosa llevo a la otra y al final mirándonos bien teníamos nuestras pollas morcillonas dentro de nuestros bóxers.
Yo: Joder Gonzalo con la tontería del roce mira como me estás poniendo. En ese momento giraron todos y miraron hacia mi entrepierna.
Adolfo: Pues Ángel tampoco se ha quedado atrás mira como estoy yo.
Nuestras parejas se miraron y nos dijeron a nosotros señalando también su entrepierna. “Y nosotros que”.
Yo le hice un guiño a Ángel y de una tiramos de los bóxers de Gonzalo y Adolfo. Como si se un resorte fuera sus pollas salieron disparadas. Ante nosotros teníamos dos pollas de unos 17 cm deseosas de recibir una buena comida. Los juntamos a los dos y mientras que nosotros se las comíamos, ellos no paraban de ahogar sus gemidos comiéndose las bocas.
En una de estas Gonzalo me levanto, tiro de mi bóxer y dijo. "Ahora te toca a ti, esta polla te la vamos a comer entre los tres”. Y allí tenía a Gonzalo, Adolfo y a mi chico haciéndome una mamada a tres.
Yo levante a Gonzalo porque quería probar aquella polla que mi novio se había comido en el ascensor. A nuestro lado estaba Ángel dándole polla a Adolfo. En resumen, acabamos por comernos la polla entre los cuatros. Nuestras bocas sabían a la polla del otro.
Tuvimos que dejar de mamar porque sino nos íbamos a correr entre todos y la noche solo acababa de empezar.
Adolfo cogió a Ángel y yo por descarte a Gonzalo. Los pusimos los dos en el sofá a cuatro y nosotros debajo empezamos a hacerles la mejor comida de culo. Vaya dos golfos que para ahogar los chillos de placer estuvieron un buen rato besándose.
Adolfo: Joder que culo se gasta tu chico y mira como traga mis dedos, voy por el segundo y me pide un tercero.
Yo: pues Gonzalo tampoco se queda atrás, mira ya van los tres. Yo creo que está preparado para que lo folle.
En esa conversación estábamos cuando los oímos decir: queréis dejar la charlas para otro momento y nos queréis follar. Los dos nos miramos y dijimos a sus órdenes.
Empezamos con buen ritmo lo dos; mientras que los follamos y otras nos follaban a nosotros decíamos que teníamos que cambiar. Que nos gustarían que nos foliaran ellos. Así que cambio de roles, Gonzalo me follaba a mi y Ángel a Adolfo. Al final acabamos follando entre todos.
Estaba Gonzalo follando a Ángel cuando le sentimos decir, me voy a correr.
Ángel: Gonzalo como pares y me la saques te la corto. Córrete dentro tío.
Gonzalo me miró para que le diera permiso mientras que me follaba a Alfonso. Parece que el permiso fue mutuo; porque nos corrimos a la vez y dentro de la pareja del otro.
Cuando terminamos acabamos Gonzalo y yo destrozados en el suelo comiéndonos la boca. Ángel y Adolfo a su vez se miraron y de una nos llenaron la cara con su leche. Con sus pollas iban recogiendo la leche y nos la iban dando de beber. Acabamos los cuatro sudados y llenos de leche.
Y esto solo había sido el primer día, aún nos quedaban 6 por delante.