Un viaje, la playa y dos hombres

Si la razón es el centro de masas del hombre, pues el placer de vivir y experimentar es la razón de esta historia.

A veces necesitamos tiempo para pensar y curar heridas, para cerrar puertas y abrir otras, para renacer y sentir fuerza, para encontrarse con uno mismo y lo que significa la propia esencia, ese tiempo lo necesitaba, ansiaba tenerlo, siempre habrá quien lastime tu corazón, así que decidí tomar un respiro, un tiempo para mi, tome un morral, recogí lo necesario unos cuantos billetes y tome el primer autobús que me llevará a mi playa preferida Choroní.

Al llegar al pueblo busque una de las posadas mas encantadoras, excelentes habitaciones, servicio estupendo, entre y conseguí la sonrisa de la muchacha que atendía en recepción, le pedí una habitación sencilla, me respondió:

Buenas tardes Sr., disculpe solo tenemos habitaciones matrimoniales, dobles, triples, séxtuples, pero sencillas no….

Sonreí y le dije

No importa me quedo con la matrimonial.

Fui a mi habitación, una linda cama muy playera un baño en las mejores condiciones, todo era perfecto, tendría en ese momento las 5 p.m. aproximadamente, tire todo al piso, me quite la ropa, me puse mi bermuda mi playera, mis sandalias y salí a caminar al pueblo en dirección a la playa.

Me sentía único, solo, lleno de alegría al escuchar el mar cada vez que caminaba para acercarme a el, la brisa marina tocaba mi cuerpo, aquel hermoso sol apunto de esconderse. Finalmente llegue a la playa extendí mis brazos e inhale profundamente, llenando mis sentidos de las mas increíbles sensaciones. Deseaba compartir ese momento con alguien pero solo estaba yo, pero era suficiente para hinchar mi espíritu de emoción, camine bordeando la orilla de la playa admirando su belleza, la gente empezaba retirarse otros desaparecían entre los arbustos para armar sus carpas y pasar la noche, y en el horizonte el sol estaba ansioso por tocar y besar el mar.

Finalmente llegue al otro extremo regrese unos cuantos metros y me senté frente aquel enorme mar y aquel maravilloso sol. Detrás de mi habían unos arbustos que escondían una silueta humana, hasta ese momento desconocía esa presencia, seguí admirando y contemplando el mar sin notar la inesperada compañía, tome un puñado de arena y exclame en voz alta:

"Como este puñado de arena, te ahogaras en el mar de mis recuerdos". Y lancé la arena al agua.

Escuche en ese instante una suave voz que salía dentro de los arbustos y decía

"Amigo la arena y el mar son uno, sin ellos esta hermosa playa no existiría, así que no creo que este hermoso mar sea capaz de ahogar su propia arena".

Lleve mi mirada hacia los arbustos, un poco apenado porque pensé que estaba solo, pero con voz firme le dije

Si, tal vez tienes razón pero el mar siempre se encarga de traer arena nueva y llevarse la vieja.

Aquella silueta, se levanto y se acerco a mi, me asuste un poco porque era un desconocido me mostró su mano y me dijo

Mucho gusto, me llamo Ricardo Albizzati.

Sonreí, extendí mi mano y respondí

Un placer, mi nombre es Felipe Casas.

¿De dónde eres? Pregunto

Soy de Mérida.

Sonrió y me dijo

Que coincidencia soy de allá también, sentémonos disfrutemos del atardecer, estuve esperándolo desde esta mañana, sabes llegue hoy.

Ahhh si? Respondí, yo también llegue hoy hace rato de hecho, bien sentémonos.

Nos sentamos frente al mar mirando como el sol empezaba a tocarlo, como este quería esconderse detrás de el.

¿A qué te dedicas Ricardo? Pregunte.

Soy médico, respondió con una gran sonrisa mi mágico amigo.

¿Y tú?

Bueno, soy ingeniero, respondí

Que bien, excelente, y comenzamos a conversar acerca de nuestras vidas y su paso por esta existencia.

Mientras el hablaba, yo miraba sus ojos, eran expresivos llenos de emociones, había algo en el que me atraía enormemente y me obligaba a explorar todo su rostro, todo su cuerpo, me sentí interrumpido cuando me pregunto.

Disculpa la intromisión y eso ¿a quién echabas al mar?

Respondí.

A una persona que después de ser todo ahora es nada.

Con su fuerte mano tomo mi cuello, lo apretó por la nuca en señal de amistad y me dijo

Tranquilo hombre a veces son necesarios algunos tropiezos para crecer, no importa, el mar te traerá nueva arena.

Gracias, y continué observándolo

Me daba vergüenza que supiera que en realidad esa persona había sido tristemente otro hombre, al cual pretendí dar todo y a cambio obtuve nada, falsedad y engaño, que pena sentía por mí, por dejar que otra persona fuera capaz de hacerme pasar por tonto, y tal vez el mayor coraje, era por haber sido un hombre, pero me sentía mucho mejor, porque ahora estaba con mi nuevo amigo Ricardo, en la playa conversando así que todo empezó a borrarse.

Le pregunte

Hey, Ricardo y ¿viniste con tu familia?

No. Vine con unos amigos, pero cuando llegamos decidieron irse a Cepe a pasar la noche.

Cepe esta a media hora en lancha ¿verdad?, y ¿por qué no fuiste?

Si, esta a media hora, en realidad no sé quería estar solo.

Jaja, como yo!

Si quieres después de acá nos vamos a comer algo, ¿qué dices?

Si, claro respondí.

Nos quedamos viendo el horizonte y al rato vimos como el último rayo del sol era encerrado y embebido por el inmenso azul del mar. Fue una sensación maravillosa además la mejor parte es que no me sentía solo, algo que no me desagradaba para nada.

Fuimos al pueblo conseguimos un puesto de comida y nos dispusimos a comer, en medio de la cena me propuso regresar a la playa pero con una botella de guarapita para beberla, no teníamos mucho que hacer ni el ni yo, ambos estábamos solos así que le dije que si, pregunto.

¿Dónde te quedas?

En la posada alemana respondí.

Que bien, yo también me hospedo allí.

Chévere, todo al parecer es genial!

Caminamos un rato por el malecón, viendo artesanía y luego nos fuimos a comprar no una sino dos botellas, una para cada uno, divertida prometía ser la noche.

Eran ya las 9 p.m. mi amigo y yo, nos fuimos de nuevo a la playa al lugar donde nos conocimos, cuando llegamos cada uno abrió su botella, brindamos y empezamos a beberlas, mientras bebíamos compartíamos nuestras historias personales, hablábamos de nuestras vidas, me comento de algunos desatinos en su vida yo igual, entre todo aquello me dijo que tenia una estrellita en su vida que le iluminaba y guiaba siempre el camino, lo mire y le dije… si!... pregunte

Puedo saber ¿quién?, ¿tu novia?

No, mi hija, se llama Patricia.

Lo mire y dije

Que bien amigo, se ve que la amas

Por supuesto, es mi mayor tesoro.

¿Y ahora esta con su mamá?

No, su mamá murió.

Discúlpame, no quise ser impertinente.

Tranquilo, ya eso paso, ahora mi hija esta con sus abuelos, mientras yo estoy acá de vacaciones.

Me pareció un hombre tierno al oírlo hablar, lleno mi espíritu y di gracias a la noche por permitirme conocerlo y que en ese momento fuéramos amigo, sin condiciones, ni recriminaciones, todo estaba genial. Después de unos cuantos tragos ya los efectos del alcohol se hacían notar, entrábamos y salíamos del mar, yo no podía dejar de mirarle su cuerpo, el parecía no prestarme mucha atención, ni tampoco se daba cuenta que yo le tenía mis ojos incisivos admirándolo, al rato de estar sentados me dice:

Amigo en confianza y ¿qué te hizo esa mujer para hacerte venir hasta acá solo y echarla al mar?

Ya mi mirada y forma de hablar estaban un poco torpes por el alcohol y le dije

Bueno pequeño, me engaño, dijo que yo era toooodo en su mundo y lamentablemente no era naaaada, porque amaba a otro, y me lo dijo en mi cara

Tranquilo amigo y ud ¿qué hizo?

Naaaada, me fui soloooooo y triste… jajaja

Mis palabras fluían torpemente y sin mucha elocuencia, hasta cierto punto sentía sueño, y le dije

¿Puedo confesarte algo?

Si claro

¿Pero seguirás siendo mi amigo?

Si vale, me he divertido contigo, dime

Bueno, pero júrame

Si si si siiiii tranquilo dime.

Bueno allá voy, en realidad… esa ella no era ella, es un el.

En medio de mi visión borrosa, logré ver su cara sin mucha expresión, sonrió y dijo

Tranquilo vale, como sea te aseguro que quien sea no te merece, no hay rollo chamo no tengo nada contra ti.

Respondí, gracias, y me tire en la arena de la playa, quedándome dormido.

El se levanto, fue al mar se baño, yo lo observaba entre dormido y regreso, al verme en la arena tirado me toco el pulso se dio cuenta que estaba bien y se sentó a un lado mío, en realidad no sabia lo que pensaba en ese momento su mirada estaba perdida en el oscuro mar, mi cabeza ya se ponía en orden y me sentía menos intoxicado, empecé a darme cuenta de la pena que tenía por haber abierto mi boca, bueno en fin era un desconocido técnicamente, seguí con mis ojos cerrados muy cerca de el.

En medio del sonido de las olas del mar, sentí el rozar de su piel en mi vientre, en mi abdomen, eran sus dedos que delicada e inseguramente circundaban mi cintura, hasta llegar a mi ombligo y de allí continuar en línea recta hasta mi pecho, sus manos estaban ansiosas de descubrirme, perfilaban y quemaba cada poro, sus dedos me tocaban y me encantaba lo que ocurría, cuando abrí mis ojos su bello rostro estaba sobre el mío y sus labios estaban deseando quitarme un beso así que con mi mano acerque su cabeza a la mía y allí se rozaron nuestros labios, comencé a sentir su aliento y respiración y al siguiente segundo nos besábamos profundamente, su lengua era un látigo de fuego que me quemaba y yo seguía besándolo mientras nuestras manos comenzaban a explorar nuestros cuerpos.

Retiro su cabeza sonrió, tomo mi mano y me pregunto.

¿Y tu no era que estabas dormido?

Jaja, me reí y le conteste como hacerlo, si estas a mi lado, no puedo desaprovechar ningún segundo.

Sonrió me tomo y sentó a su lado y volvió a preguntarme

¿Puedo quedarme esta noche en tu habitación?, no quiero quedarme solo.

Claro, perfecto.

Estuvimos sentados un rato contemplando el oscuro mar, en silencio analizando cada uno por su parte lo que ocurría e imaginado diferentes finales a aquella historia que empezaba a cobrar vida, que llenaba de nuevo emocionantes instantes de tiempo. Al escuchar tanto silencio le pregunte

¿Por qué me besaste?, ¿fue un impulso?, ¿qué te llevo hacerlo?

Mira, respondió seré sincero, esta tarde te vi en la playa caminar y me pareciste un ángel, con esa cara de niño… luego te sentaste a pocos metros de mi, y logré sentir que algo nos conectaría, así que de alguna u otra forma el destino nos hizo encontrarnos acá, lejos solos y sin nada que pudiera perturbar el encuentro, y tu ¿por qué decidiste seguir conversando conmigo?, yo en tu lugar me hubiese ido, era un desconocido al fin ¿no?... di la verdad te fascine! Jaja

Soy una persona muy diplomática y pues no vi nada malo en ti como para no conversar, además en pocos minutos ganaste mi confianza.

Ayyyy siiiii, chico duro di la verdad! No te resististe a mi!, no lo puedes negar se te notaba cada vez que me mirabas, no puedes ocultarlo.

Sonreí y le dije, bueno, bueno tal vez.

No quería darle la total razón, pero era cierto no podía resistirme a su encantadora sonrisa, a sus bellos ojos, a su tierna y fuerte voz, a sus manos suaves, pero debía mantenerme mas sereno, además estábamos transitando por nuestras vidas en ese momento podíamos ser simplemente estrellas fugaces. Me miro se levanto, extendió su mano en dirección a mi para ayudarme a levantar de la arena.

Vamos ya son las 2 a.m., debemos ir a dormir.

Ok, respondí, entregándole mi mano.

Llegamos a la posada, teníamos la puerta de mi habitación al frente, la abrí entre y en seguida entro el cerrándola, no había terminado de escuchar el clic de la cerradura cuando, sentí sus manos en mi cintura empujándome a su cuerpo, comenzó a besar mi rostro mientras yo abrazaba su cuerpo, una vez mas nuestros labios se encontraron y unieron de nuevo, sondeábamos nuestras bocas, nuestros dientes, sentía una enorme sensación de placer, mis manos tomaron las de el apretándolas fuertemente, luego el me enredo con sus brazos y continuamos, tocando nuestros cuerpos de forma suave y delicada, apenas sentía el roce de la punta de sus dedos, aun sentíamos cierto miedo por descubrirnos. Le dije:

Puedes recostarte un rato en la cama, voy a ducharme para ir a dormir.

Ok, no hay problema respondió.

Entre al baño, no sentí ninguna necesidad de cerrar la puerta, me despoje de mi ropa y entre a la ducha, gradué las válvulas, el agua estaba perfecta tibia… para refrescarse, tendría un par de minutos cuando sentí su presencia del otro lado de la cortina del baño, vi como su silueta se despojaba de su ropa, y dijo:

No creo q te importe que tome una ducha contigo, así consumimos menos agua, hay que salvar el planeta.

Me reí, y le dije

Como crees que me desagradaría entra.

Cinco segundos después, estaba aquel semidiós griego en mi ducha, plantado frente a mí, toque su pecho me acerque, y nuestros vientres se tocaron, tocándose también nuestros penes, y comencé a sentir, como recorría mi parte inferior, el flujo de mi sangre no tenia control, tenia sensaciones por todos lados, en mi estomago, en mis piernas, mi corazón parecía una bomba de tiempo… me acerco a su rostro y una vez mas nos besamos, esta vez con el adorno del agua entre nosotros.

Bese su cuello, mientras el con una de sus manos tocaba mi cabello y con la otra acariciaba mis nalgas, yo con una de mis manos exploraba su cintura y con la otra sus nalgas, nos tocábamos… al poner mi cabeza en su pecho, escuche su corazón latir tan fuerte y rápido como el mío, aquello me daba más confianza, así que seguí besando su pecho, llegue a sus tetillas y bese una mientras con mi mano tocaba la otra, rodeaba con la punta de mi lengua toda su aureola, provocando placer en sus sentidos, y lo sabia por la forma en que apretaba mi espalda cada vez que lo hacía. Bese su pecho por todos lados, y con la punta de mi lengua dibuje una línea hasta su ombligo, allí me perdí en el oliéndolo y besándolo, sus manos acariciaban mi pelo, mientras las mías poseían su cintura, aun no me sentía conforme, así que llegue a su pubis, tenia sus vellos muy bien cortados y finamente cuidados, los míos también ostentaban por estar igual, esto me excito y me provocaba comerme cada parte de su cuerpo, quería saborear cada uno de sus poros.

Estando allí en su pubis, pegue mi barbilla a el, supongo que habrá sentido alguna cosquilla porque hizo un ruido de excitación y placer, baje un poco mi mirada hacia su pene, evidentemente erecto… tenia un bello color y una hermosa forma, así que hice que rozara mi cara, era su lazarillo porque con el dibujaba en su memoria una silueta de mi rostro. Lo sujete con una de mis manos y con la punta de mi lengua lo recorrí desde la base hasta la punta, volví a bajar a la base de su pene, y allí me encontré son sus testículos, no perdí oportunidad y los bese, los metí en mi boca y succione un poco, su cara mostraba signos de placer, halé algunos de sus vellitos con mis dientes para provocarle mayor placer, regrese a la base de su pene y lo bese hasta llegar a su glande, saboreé su uretra, mi lengua quería introducirse a través de el, claramente esto le provocaba mas de una sensación porque involuntariamente lo hacia contraer sus glúteos retirando su pene de mi boca, pero igual le encantaba porque volvía a buscar mi lengua, bese unas veces mas la punta de su pene, y poco a poco empecé a meterlo a mi boca, para que el sintiera las sensaciones de calidez y suavidad, una vez adentro mi lengua lo envolvía y saboreaba, sus manos acariciaban mis hombros y mi pelo, mientras mi lengua lo acariciaba comencé a sacarlo y a meterlo de mi boca una y otra vez, a fin que su prepucio le diera el mayor placer, al retraerse y estirarse, sus pupilas estaban dilatadas, le estaba inyectando un narcótico a su cuerpo que lo tenía hipnotizado. Estuve un tiempo saboreando, su pene… lo saque de mi boca me levante y lo bese, tome jabón y lo expandí por su cuerpo, el hacia lo mismo conmigo, entramos a la ducha y uno al otro se quitaba la espuma, entre besos y suaves toques.

Una vez que terminamos, el cerro las válvulas, nos secamos con la única toalla que teníamos en el baño, tome su mano y lo guié hacia la habitación, el sonreía, una vez que estábamos frente a la cama, me tomo entre sus brazos y me apretó fuertemente, jugando apoyo todo su peso sobre mi, haciéndome caer sobre la cama… ambos reíamos, mientras nos dábamos cortados besos entre las risas y juegos, me pregunto:

¿Deseabas que esto ocurriera desde que me viste?, no me mientas!

Respondí, si, lo desee.

Visteeeee, soy irresistible y tu me tenias ganas desde que me viste! Jaja

Sonreí y le dije bueee, aun no ganas

Claro que si, ya lo admitiste.

Ambos reíamos y seguíamos tocándonos, su húmedo cuerpo mojaba el mío y el mío mojaba la cama, así que bueno, en ese momento solo nos importaba sentir placer y tenernos uno al otro. Sus fuertes piernas me atraparon y me dejaban si salida, así que seguí su juego y besé su cuello, mi lengua una vez mas quería reconocer cada uno de sus poros, su piel era suave y tersa, deliciosa y llena de un exquisito olor, mi piel tenia la lucidez y suavidad de nunca haber sido tocada por el tiempo ni la abrasión de la naturaleza, aun suave desprovista de vellos lo cual la hacia mas tersa. Nuestros poros transpiraban un dulce veneno adictivo que no nos permitía separar nuestros cuerpos.

Seguimos besando nuestros labios, jugando con ellos, mordiéndolos, nuestras manos hacían un retrato de nuestras caras, tocando cejas, nariz, mejillas, orejas… sentía su respiración sus inhalaciones y exhalaciones, de igual forma yo dejaba que mi respiración cubriera su piel, existía un sin fin de sensaciones que solo los dos compartíamos en el momento.

Tuve un segundo de libertad de sus piernas y aproveche para moverme y dejarlo a el tirado sobre la cama, baje a su pene y comencé a olerlo ya seco, era diferente su textura, mas suave, mas vibrante, y repetí lo anterior, con la diferencia que esta vez, fui mas allá y bese su entrepierna todos los intersticios de su ingle, su olor era maravilloso, el olor del jabón, pero sin dejar su energizante olor a hombre, a sudor que me excitaba y volvía loco, el con sus manos tomo mi pene y empezó a acariciarme y hacerme mover de tal forma que mi pene quedará en su cara, así que en ese momento ambos nos propinábamos placer, sintiendo nuestras bocas en diferentes lugares, y sintiendo nuestros penes en un lugar mas calido y húmedo, que revolvía nuestras entrañas haciéndonos estremecer de placer. Le dije

Ricardo, eres la persona ideal perfecta, para mi… quiero que esta noche me poseas en todo sentido.

Claro amor, digo si puedo llamarte amor

Por supuesto, que puedes… Es más, como prefieras me puedes llamar, hoy pertenezco a ti.

Me envolvió enseguida entre sus brazos, sus piernas me apresaron, nuestros poros sentían cada estirón de nuestra piel, las sensaciones eran indescriptibles, una vez mas nos entregamos a nuestros labios, quemando nuestros cuerpos deseosos de placer, una mezcla de sudor y agua cubría nuestra piel, y era maravilloso observarle esos ojos sedientos de amor, todo tenía un aire de perfección, la noche, la habitación, la forma tan inesperada de conocernos, todo indicaba que el era algo mas fuerte que un simple deseo carnal, evocaba algo que aun estábamos por descubrir, algo en lo que ambos queríamos estar inmersos,

Paso su pene por todo mi cuerpo, mientras yo acariciaba su piel, el experimentaba placer al saborear mi piel y al ponerse en contacto conmigo de todas las formas posibles, recorría incesantemente cada fibra de mi piel, la estudiaba, se detenía la aspiraba con su nariz, parecía que estuviera creando un banco de datos, una imagen de mi en su cabeza para recordar, cada vez mas excitaba mi cuerpo, y con cada paso se iba acercando a mi pubis, para introducirse en mi, y llenarnos de placer. Mientras me besaba se acomodaba al nivel de mi cintura, y con sus manos comenzó a buscar mi ano, yo inmediatamente accedí, y abrí mis piernas, el se encontraba encima mío, yo soportaba su peso, un peso que lejos de molestarme me encantaba y excitaba, cerca pudo visualizar una crema para humectar la piel, después de exposiciones solares, la tomo y untó su pene de ella, tomo otro poco y lo paso por mi ano, le dije

Que bien, cielo… te pido seas delicado aun nadie ha hecho lo que tu vas hacer.

Tranquilo lindo, más que dolerte estoy seguro que te encantará.

Confié en el y me relaje, el continuo expandiendo la crema por su pene y por mi ano, mientras me miraba con esos ojos brillantes radiantes de luz, alzo mis piernas en sus hombros, con sus manos separo mis nalgas y sentí como mi ano quedaba expuesto, empecé a sentir la cabeza de su pene, la pasaba alrededor de todo mi ano, buscando la mejor forma de introducirse, le dije:

Hazlo cielo… poco a poco

En ese momento empecé a sentir un fuerte tirón, que abría mi ano, cerré mis ojos, y empuñe las sabanas, el continuo hasta seguir introduciendo todo su cuerpo en mi, sentí que me abría por dentro, supongo que su placer era aun mayor, porque la expresión de su cara podía confirmarlo, tome sus nalgas, y allí se quedo el dentro de mi por un rato, nos besamos y enseguida empezó a embestirme, lo hacia de una forma muy suave y dulce, así que lejos de sentir dolor sentía placer además mis manos no dejaban de tocarlo, y el no dejaba de tocarme, lo que nos mantenía unidos y de alguna forma conectados, a parte de sentir que ya estábamos indudablemente formando un solo cuerpo.

Seguía intensamente mientras dejábamos escapar gemidos de placer, tal era el placer que a veces teníamos que controlarnos y hacer silencio, reíamos porque sabíamos que no podíamos hacer ningún escándalo, pero entre nosotros dos aquello nos provocaba mayor estado de excitación. Después de un tiempo y miles de dulces besos, se retiro de mi y decidió tenderse en la cama, yo me monte encima de el, coloque su pene en posición vertical, el me tomo de la cintura, y con un poco de ayuda de ambos, me inserte de nuevo en el, la sensación de ambos fue mayor, su cara era para mi toda una obra de arte, aparte de ser el ángel mas bello que en el camino había encontrado, me agradaba su estado saber que disfrutaba, comencé a moverme hacia a delante y hacia atrás, me quemaba por dentro produciéndome indescriptibles sensaciones, me sentía totalmente agradado con la situación, y en el se reflejaba el mismo estado… No desaprovechamos en tocar nuestros pechos y excitar nuestras tetillas, el cada vez que le tocaba una sonreía y gemía mas fuerte, el continuaba masturbándome, sentía que iba a estallar, después de un tiempo, sus músculos se tensaron un poco mas, su cara cambio a un estado de embriaguez de placer, sus gemidos se hacían mas fuertes, parecían bramidos, un toro que quería estallar… al poco tiempo sentí que me inundaba por dentro como un volcán de lava, su denso semen recorría todo mi ano, me beso… lo bese, caí en su cuerpo y al frotarnos unos con el otro produjo mi eyaculación mientras lo besaba, todo era una sensación incontrolable, que inundaba de placer la habitación y de un incesante olor a semen que se expandía por todos los rincones e indicaba que ambos habíamos alcanzado nuestro clímax de excitación. Allí encima de su pecho busque acomodo, el me abrió sus brazos y me recogió, enrollo sus piernas alrededor de mi cuerpo nos besamos una vez mas, y caímos en un profundo sueño.

En la mañana al despertarme, aun sentía el sabor de su cuerpo al abrir mis ojos me di cuenta, que estaba allí, lo moví un poco, abrió sus bellos ojos, y sin mediar palabras me planto un beso, sonreí y le dije:

Levántate, tus amigos probablemente lleguen en un rato.

Si es cierto, voy a ducharme, ¿me acompañas?

No, déjame dormir un poco mas.

Bien como prefieras

Entro al baño, escuche la regadera, yo mientras tanto, aun quería sentir su sabor su aroma, cerré mis ojos para revivir aquellos intensos momentos, al rato sentí su cálida mano en mi espalda… y me pregunto

¿Tu, no me vas acompañar?, muévete!

Ante tal orden, no tuve mas remedio que ir a la ducha, me bañe rápidamente salí, y el ya estaba listo, me coloque el primer short y franela q conseguí.

Vamos, acompáñame a mi habitación así busco otra ropa

Ok, respondí.

Llegamos a su habitación era una habitación para seis personas, todo estaba en el piso, bueno es un viaje y la playa! Así que todo estaba bien, busco ropa nueva y se cambio, pregunte

¿Y ahora?

Ahora a desayunar, y te quedas conmigo, no vas andar por allí de realengo y sonrió, te esperas a que lleguen mis amigos.

Salimos pasamos el resto de la mañana, al regresar a la posada estaban sus amigos, me presento como un viejo amigo, que entre las casualidades de la vida estábamos allá en Choroní y coincidencialmente en la misma posada, todos personas muy agradables, conversamos un rato y le dije:

Regreso a mi habitación

Ok, pero bueno estaré pendiente de ti, y lo más probable es que en las noches me quede contigo, a mis amigos les invento cualquier excusa. Me contesto el.

Me fui a mi habitación, tenía un sin fin de preguntas por hacerme y por hacerle a él, en verdad no sabia por donde empezar, lo cierto es que logre calmarme y olvidar por un momento para disfrutar de aquella hermosa posada y por supuesto de la playa, en la tarde salí estuve en la playa, no lo vi por ningún lado, cene, regrese a mi habitación sentía que todo estaba en orden, al llegar como a las 8 p.m. en las hamacas de atrás en la posada al fondo estaba el esperándome, me dijo:

Hola Felipe, acá estoy como estaré siempre para ti

Sonreí, si mi corazón lo decía! Y lo abrace

Nos fuimos a mi habitación y nos entregamos nuevamente al placer… transcurrieron los días nos conseguíamos en la playa, a veces almorzaba con ellos, y el se escapaba a mi habitación donde pasábamos las noches abrigándonos, llenándonos de placer haciéndonos el amor y conversando acerca de nosotros. La noche antes de partir ocurrió algo inesperado, yo aun no sabia lo que pasaba ni que éramos o que seriamos, así que antes de hacer el amor como de costumbre, pregunte

Y luego cielo, que vamos hacer.

Su cara cambio por un instante y me dijo

Debo contarte algo, antes de irme

Si dime!

Mañana salgo a Caracas

Uhmm ok.. ¿y eso?

En tres días salgo de viaje, me mudare por un par de años a Madrid.

Me levante de la cama, no entendía sus palabras, lo mire estaba sentado en una esquina mirando hacia el piso, no sabia que decir, así que fui al baño, mi mirada estaba perdida, me sentía en otra dimensión inmerso en una especie de fantasía creada por mi mente, así que llegue al lavamanos y lave mi cara, sentí sus manos tomándome por detrás y besando mi cuello. Lo retire y regrese a la habitación y pregunte

¿Qué soy?

No. Respondió

No entiendo Ricardo, no entiendo!

Bueno iré a hacer una especialidad

Pero ¿no crees que debiste habérmelo dicho desde un principio?

Hubo un silencio, porque no quiso responder

Pero tranquilo Felipe, hemos disfrutado juntos, me abrazo y llevo a la cama

Sentía una gran rabia y tristeza, acepte sus brazos, porque seria la última noche que los tendría, pero me sentí estúpido y burlado, me acomode cerré mis ojos, el me abrazo y esa noche fue apacible, solo nuestras respiraciones, solo el y yo… descansando y uniendo nuestros cuerpos para recordarlos, lo mire y le dije:

Te quiero Ricardo, en unos días has logrado ser la persona más importante de mi mundo.

Sonrió… pero no dijo nada, tampoco pude leer su mente. Despertamos temprano como a las 7a.m. nos duchamos, salimos de la ducha me dio un beso no quise prolongar la despedida y le desee todo el éxito en su nuevo camino. Regreso me beso me abrazo… y dijo, hasta luego, mis ojos querían llorar pero mi corazón los detenía, no podía seguir siendo el mismo tonto al que podían engañar!.

Me recosté en la cama a las dos hora escuche como salían sus amigos no quise asomarme, solo tape mis oídos con mis almohadas… transcurrió el día, almorcé en la posada… No salí hasta bien entrada la tarde, fui a la playa alrededor de las 5 p.m. a sentarme en el lugar donde había conocido a Ricardo, regresaba en el mismo estado en el que había llegado allí la primera vez, pero esta vez peor, porque sentí algo más profundo con el. Al irme acercando visualice la silueta de una persona en ese lugar…. No podía creerlo al aproximarme cada vez mas y mas, daba por certero que era Ricardo pero no quería engañarme mas… cuando llegue, vi sus ojos y su suave voz me decía:

Me quede necesito conversar contigo, mañana salgo a Caracas, mis amigos se fueron, te toca darme habitación esta noche.

Asombrado le dije

Claro… por supuesto.

Siéntate a mi lado, me respondió

Me senté a su lado y comencé a escucharlo.

Bien, creo que entre tu y yo hay cierta conexión y fue ella la que me hizo quedar, he pensado durante todo el día muchas cosas, y no sé tal vez se me han ocurrido un par de cosas, antes que todo ¿estarías dispuesto a intentar una relación?, ¿Qué respondes a ello?

Ricardo… uhmmm yo estoy dispuesto a eso y mucho más, creo haberte demostrado cuanto puedo llegar a quererte y amarte, pero perdóname si te digo esto, pero siento que no es reciproco.

¿Por qué lo dices?... ¿a caso sabes lo que yo siento?

Justamente porque no sé lo que sientes te lo digo, además eso es algo que tu debes responderte, estarás unos años allá! ¿Y yo?, ¿cómo alimentamos esto que sentimos en tal caso?. Debes responderte todo esto Ricardo. Soy una persona muy entregada y si tú y yo accedemos a intentar esto pues te aseguro que solo existirás tú y solo tú en todo momento, y necesito que me des seguridad de lo que sientes, para poder estar bien acá en Venezuela.

Bueno Felipe… no sé que decirte

Bien, yo acepto, pero dime ¿qué es lo que tú quieres?, te voy a decir que quiero yo!, quiero crecer contigo, quiero que seamos una familia, quiero apoyarte en todos tus proyectos, quiero ser parte fundamental en tu vida… ¿qué quieres tú?, respóndeme, sin evasivas!, no permitas que siga alimentado todo esto si tu no piensas retribuir nada cambio, tranquilo Ricardo dímelo con total franqueza y seguridad yo entenderé, podemos ser amigos sin ningún problema, ya te amo como amigo, estaremos un largo tiempo separados, y siempre existirán los celos de que puedas encontrar a alguien, en tal caso que eso ocurriese, prefiero que me lo digas de una vez…!!! no es tan fácil, porque aun no me dices que quieres, una vez que me digas lo que quieres, yo podré decidir muchas cosas.

Tenía mis manos sobre la arena… coloco una de sus manos encima de la mía y se quedo en silencio, perdiendo su mirada en el sol que agonizaba al ser mojado por el mar.