Un viaje inolvidable I
Se acercaba nuestro aniversario y queríamos hacer algo especial, algo diferente, divertido, fuera de nuestra normalidad de todos los días. Una deliciosa historia de la vida real cargada de mucho erotismo.
Se acercaba nuestro aniversario y queríamos hacer algo especial, algo diferente, divertido, fuera de nuestra "normalidad" de todos los días. Queríamos pasar unos días juntos, sin niños, para disfrutarnos todo el día uno al otro, platicar, jugar, hacer ejercicio, bailar, en fin, todo, nosotros solos, ya lo necesitábamos. Ya necesitábamos un tiempo juntos.
En base a esto, me dediqué a buscar opciones y "¡Zas!" que me encuentro con una experiencia nueva. Un hotel para adultos. Los huéspedes son solamente adultos, no hay niños, todo es paz y tranquilidad. Pero lo mejor, es "ropa opcional"!!! Esto aquí en México es muy difícil de encontrar, por eso la sorpresa de encontrarlo.
Esto me llamó mucho la atención, una nueva experiencia con mi esposa, disfrutar la playa, el sol, el aire, el mar, desnudos, completamente desnudos. Nos gustó bastante la idea, aunque si pensábamos que nos costaría un poco de trabajo, aventarnos a decir "¡Fuera ropa y a disfrutar!", sería nuestra primer experiencia nudista.
Al llegar al hotel, es como si te adentraras a un paraíso, mucha vegetación, todo verde, flores, rodeado de rocas. El hotel se encuentra arriba de un peñasco, así es que tiene una vista maravillosa del mar y su vegetación. Y a su vez, hace que la playa sea privada completamente.
Nos reciben muy cálidamente en recepción con unas refrescantes y deliciosas bebidas. Nos invitan a hacer un recorrido por el hotel. Durante el recorrido nos comentan que no nos extrañe ver personas desnudas, ya que así es el concepto del hotel. Este comentario nos comenzó a excitar bastante y a sentir un cosquilleo en nuestros cuerpos. Yo enseguida comencé a tener una erección, y como traía short, pues no me fue posible ocultarla, y de esto luego luego se dio cuenta Erika, mi esposa, por lo que se rió un poco y se acerca a mi oído y me dice: --- Y solo estamos empezando, imagínate lo que nos espera, pues cómo vas a andar en ese entonces, ji ji ji ---
Con ese comentario, en lugar de calmarme, me puso peor, mi erección era aún mayor. Mi pene quería salirse de su escondite para disfrutar también el paisaje. Erika vio mi reacción y para disimular con la chica de la recepción se trataba poner siempre delante de mi, pero no se qué fue mejor, si el remedio o la enfermedad, ya que al estar frente de mí, sus nalgas rozaban con mi pene y más se ponía duro, pero lo peor fue cuando ella al darse cuenta de lo que provocaba, al estar delante de mí (mientras nos explicaban cosas del hotel) ponía su manos atrás y comenzaba a agarrarme mi pene entre sus manos y acariciarlo. De plano yo ya no aguantaba y ya ni atención ponía en lo que nos decían. En una de esas, me pude acercar a su oído y le dije:
- Ya veo que se te esta antojando también, espérate un rato más y lo vas a tener todo adentro. Mmmmmm.
Y le di un beso en su oreja y con la mano le acaricié su rico y suculento culo. Ella dio un brinquito y volteo a sonreírme cerrándome un ojo.
Continuamos con el recorrido ya sin "interrupciones" y ahora sí, poniendo atención a la chica que nos guiaba.
Terminamos el recorrido y por fin nos fuimos a nuestra habitación. Nos pusimos nuestros trajes de baño para ir a comer (delicioso por cierto) y después nos fuimos a la playa. A descansar, a disfrutar la arena, el mar, el sol, el viento.
Ya en la playa, había como 2 o 3 parejas nada más. Nosotros llegamos con nuestras toallas y trajes de baño solamente. Yo con un traje de baño corto y ella con un hermoso bikini. Las parejas estaban dispersas a lo largo de la playa, solo una de ellas desnudas. Nosotros decidimos irnos a un lugar poquito retirado de la entrada a la playa, para animarnos a desnudarnos, ya que era nuestra primera vez.
Platicando y convenciéndola de que nos desnudáramos, yo ya estaba muy excitado, por lo que tenía el pene bastante parado, por eso le decía a ella, que me diera tiempo para "relajarme". Pero nada mas se reía y me tocaba el pene poniéndolo más y más parado.
Mientras me daba "tiempo", ella se quitó la parte de arriba del bikini. Y ¡guuaaauuu! Ahí estaban ese par de tetas que tanto me gustan, grandes, redondas y muy hermosas. Al aire libre, disfrutando el sol y el aire. Yo quedé impactado, y pensé que con esas visiones, mi pene nunca se iba a relajar.
Seguí admirándola por un tiempo, y ella sintiéndose deseada, comenzó a excitarse, por lo que se le comenzaron a parar esos pezones maravillosos. El "paisaje" obviamente mejoró muchísimo, con esos pezones igual de parados que mi pene, rodeados de una grande y hermosa aureola. De la emoción, la abracé y comencé a chuparle sus pechos y a mordisquear sus pezones. Ella ya muy caliente, igual que yo, se retorcía ligeramente con mis besos y lengüetazos, así que dejó salir unos ligeros gemidos. --- Mmmmmm --- Esto fue poco porque seguíamos en la playa con todos.
Con todos estos "acontecimientos" nunca me iba a "relajar", por lo que decidí de una vez quitarme mi traje de baño. Y le digo a ella, --- Ya, total. Con mucho orgullo puedo decir que tú eres la responsable de esto ---. Y que me paro, me quito el short, y por fin, sale mi pene súper erecto y duro, "a respirar aire puro", apuntando al cielo de tanta calentura que ya sentía en mi cuerpo. Ella al verlo abrió los ojos grandes y se sonrió diciendo: -- Pues me da mucho gusto de ser la responsable de que ese pene este a punto de estallar---.
Me dijo que me sentara porque quería acariciármelo. Me senté muy junto de ella y comenzó a acariciármelo muy delicadamente con una de sus manos, mientras nos dábamos un rico y largo beso, donde nuestras lenguas se entrelazaban de placer. De repente, separamos nuestros labios y le digo a su oído.
--- Amor, quiero cojerte, estoy muy caliente por todo esto y ya no aguanto más. Quiero cojerte aquí mismo!!! ---
Ella movió muy sensual su cabeza y su cuerpo abrazándome nuevamente y diciéndome, --- Siii, amor. Yo también quiero coger ahora mismo!!! Quiero que me metas esa vergota, quiero tenerla dentro de mí!!! Y coger y coger hasta que nos vengamos juntos--- Me vio a los ojos y me dio un beso.
Decididos a hacer el amor ahí en la playa, como tantas veces lo habíamos imaginado, nos paramos decididos a hacerlo. Al final de la playa, se veían unas rocas, que dividían la playa de su continuación, pero como la marea aún era baja, decidimos dirigirnos a las rocas. Al llegar ahí vimos que podíamos pasarlas, y al otro lado de las rocas había un espacio grande de la playa y completamente solo. Nos volteamos a ver y sin decirnos nada, nos reímos y pensamos --- Ahí podremos cumplir nuestro sueño!!! ---.
Pasamos las rocas sin dificultad, caminamos solamente unos pasos, nos paramos frente a frente y nos besamos, un largo y apasionado beso. Mientras, el mar nos acariciaba los pies. Sin dejar de besarnos, comenzamos a acariciarnos. Yo con una mano le tocaba toda la espalda, mientras que con la otra, recorría todas sus nalgas, acariciándolas y apretándolas, hasta que mis dos manos bajaron y quedaron prendidas de sus nalgas. Ella por su cuenta con ambas manos aprisionaba mi espalda, llevando mi cuerpo al de ella para tratar de fundirnos en uno solo, y al bajar las manos, se agarraba a mis nalgas, apretándolas hacia ella. Esto provocaba que nuestros cuerpos estuvieran muy juntos y obviamente mi pene completamente erecto se pegaba a su vientre, lo que provocaba que nos moviéramos para sentir el rose entre mi pene, en medio de sus piernas, y su vulva.
Nuestro beso, seguía y seguía. Separamos un poco nuestros cuerpos y ahora las manos fueron las que actuaban. Mientras yo con mis dedos le acariciaba su clítoris y le metía de 2 a 3 dedos dentro de su rica vulva, ella gimiendo de placer también hacía un excelente trabajo al acariciar mi pene, a todo lo largo, puesto que ya estaba muy duro y parado, y bajaba hasta acariciar también los testículos. Yo a cada una de sus caricias expresaba un rico, --- Mmmmmmm ---.
Con estas caricias, acerca su boca a mi oído me da un beso, me mete la lengua en él y me dice. --- Ahora si amor, estamos en el mar, en la playa y muy cachondos. Soy toda tuya!!! --- "¡Hazme el amor! ¡Hazme el amor!" Quiero sentir tu verga dentro de mi, toda, toda ---
Sus palabras me pusieron a mil!!! La tomé entre mis brazos y la recosté en la arena, las pequeñas olas llegaban hasta nosotros para formar parte de nuestra relación. Admiro su cuerpo, su rostro, sus ojos, su sonrisa, sus pechos, sus piernas. Ella, al darse cuenta de esto, abre sus piernas para mostrarme su hermosa vulva, toda depilada, lo que la hace verse más bonita, tierna y apetitosa. Sin decir más palabras, simplemente con su mirada me dice --- Cojeme ya!!! Te necesito!!!---
Me hinco e introduzco mi pene en su vagina, en mi "conejito" como le digo de cariño. Estábamos tan calientes, que su vulva estaba ya súper mojada por lo que mi pene entró con mucha facilidad hasta el fondo.
AAAhhhhhh!!!!! --- gritó ella. --- Así amor, asiiiii. Lo quiero todo hasta el fondo.----
Recostados en la playa, y ella abrazándome con sus piernas, comencé a meter y sacar mi pene. Entraba y salía con mucha facilidad, por lo lubricados que estábamos. Lo hacíamos con calma, disfrutando cada centímetro que entraba y salía. Fuimos incrementando poco a poco nuestros movimientos. Cada vez más fuerte era la intensidad con que entraba y salía.
Me levanté un poco, e hincado sobre la arena, la tomé por la cintura y ella sin dejar de apretarme con sus piernas. Comencé a moverme más rápido, metiendo y sacando la verga. Hasta que comencé a ver que ella se contorsionaba y comenzaba a dar gritos ---- Yaaaa, yaaaaa, ya viene!!! Sigue, sigue, sigue. No pares!!!---
En eso yo también empecé a sentir contracciones en mi cuerpo, estaba por llegar mi orgasmo, hasta que por fin explotamos los dos. Ambos dando un fuerte grito y terminamos abrazándonos y recostados sobre la arena. Sintiendo las pequeñas olas del mar cómo acariciaban nuestros cuerpos entrelazados.
Permanecimos así un rato, acariciándonos y besándonos. Hasta que recuperamos energías y decidimos regresar a la parte de la playa donde estaban todos.
Ya había más parejas, ya casi todos desnudos. Nosotros decidimos pasar el resto de la tarde, ahí en la playa, viendo como después iban pasando parejas al otro lado de las rocas, me imagino que a hacer lo mismo que nosotros, ji ji ji. Fue espectacular. Terminamos la tarde acostados uno junto al otro tomando el sol y descansando. Disfrutando nuestra primera experiencia desnuda.
Ya en la noche, después de darnos un rico baño, nos estábamos "vistiendo" para ir a cenar cuando se me ocurrió otra "fantasía". Cuando vi la ropa que ella se iba a poner, que consistía en una blusa azul cielo de tirantitos pegada al cuerpo y una faldita blanca de picos muy al "vuelo" que cuando se la pone me encanta por que con sus movimientos de cadera van volando los picos y ella se ve muy sensual.
La abracé por la cintura, recargándole mi pene (que ya estaba bien erecto de tan solo imaginármela con esa ropa) en sus nalgas, le dije al oído
--- Amor, que te parece si nos vamos sin ropa interior? Total, ya anduvimos desnudos, pues hay que seguí así, sin nada abajo. ---
Ella mirándome a través del espejo me sonrió, volteo su cara y me dio un beso en la boca, mientras que con su mano me agarraba mis nalgas. Y me dice --- Claro, me parece bien, creo que eso nos va a poner muy excitados ---
Nos "vestimos". A ella, ya describí como iba "vestida", aunque falta decir que traía unas zapatillas blancas tipo huaraches para hacer juego con la falda. Por mi parte traía una playera tipo polo, también azul cielo y un short blanco que en las piernas quedaba holgado (luego sabrán de la importancia de este detalle).
Decidimos bajar a ver un show que presentaban en una parte del hotel. El sentirnos "desnudos" en medio de tanta gente, nos empezó a excitarnos mucho. Ella comenzó a sentirse mojada y se le comenzaron a parar sus pezones. Yo al darme cuenta de que ya estaba bastante caliente, se me comenzó a parar el pene, y como no traía nada abajo del short, era inevitable que se me notara mi erección. Esto nos dio mucha risa, por lo que también nos divertimos mucho al vernos y sentirnos así. Así que nos anduvimos paseando por todo el hotel.
Al terminar el show y después de cenar, regresábamos a nuestra habitación, con la excitación al máximo por pasar la velada sin nada debajo de nuestras ropas rodeados de muchas personas, con la inquietud de no saber si se daban cuenta de que andábamos "así".
Regresamos cruzando el jardín, con la luna en todo su esplendor, el clima muy calido, sin mucho calor, el ruido de las olas del mar, alumbrado el camino con pequeñas lámparas. En medio del jardín, llegamos a las escaleras que nos llevaban a nuestra habitación, nos paramos y rodeados de las plantas y los árboles nos comenzamos a besar muy profundamente.
Nuestras lenguas se entrelazaban entre sí, mientras que nuestras manos recorrían nuestros cuerpos de arriba a bajo. Yo con las dos manos, comencé a recorrer su cuerpo desde lo alto de su espalda hasta llegar a sus nalgas, acariciarlas y apretarlas por encima de la falda, continuando hasta sentir la piel de sus piernas y subiendo nuevamente hasta tocar sus nalgas pero ya debajo de la falda y acariciar su hermoso culo. Ella con las dos manos se sujetaba rodeaba mi cuello. Así ella sentía mi pene, ya bien erecto, entre sus piernas. Lo que provocó que nuestra excitación llegara al máximo.
Comencé a besarle el cuello y con una mano a acariciarle sus pechos, apretándolos y sintiendo lo parado de sus pezones. Mientras que ella, con pequeños gemidos de placer, comenzó a acariciar mi pene sobre el short. Ya no aguantábamos mas, nos sentíamos ya muy calientes. Lo que nos llevó a realizar otra fantasía más, hacerlo ahí afuera, en medio del jardín, con el riesgo de que alguien nos viera.
Sin importarnos nada, y besándonos solamente, ella subió su mano por mi pierna y gracias a la holgura del short pudo agarrar mi pene con la mano y sacarlo del short por la misma holgura, continuando acariciándolo de arriba abajo, con sus uñas recorriendo mis testículos. En eso, yo le levanto la falda de adelante y comienzo a acariciar su clítoris con mi dedo y al llegar a la vulva me doy cuenta que esta empapada, le meto varios dedos y ella se contorsiona un poco de placer. Así estamos un rato acariciándonos mutuamente, sin importarnos nada ni nadie.
En eso, ella me abraza por el cuello con sus brazos y levanta una de sus piernas para pasarla alrededor de mi cintura. En esta posición mi pene lo dirijo hacia su vulva y al sentir su roce con ella, mi esposa me abraza con más fuerza y mi pene se introduce en ella por completo. Los dos gritamos y nos abrazamos con fuerza. --- AAAAhhhhhh!!!! --- Comenzamos el mete y saca acelerando poco a poco la velocidad, sin dejar de abrazarnos y besarnos.
En mi cabeza recorría esa imagen: en medio del jardín, en las escaleras haciendo el amor muy intensamente. Con el riesgo de ser vistos. Pero no nos importaba, nosotros estábamos muy ocupados sintiendo nuestros cuerpos y mi pene entrando y saliendo constantemente y a un ritmo ya muy rápido. Cuando comienzo a sentir que me voy a venir, le digo a ella --- No me dejes solo, acompáñame. Vente conmigo!!! ----
No fue problema, con tanta calentura, ella también ya estaba a punto de venirse. Cuando me abraza más fuerte y con sus labios cerca de mi oído me dice. --- Ya me vengoooo amoooorrrr, yaaaa me veeeennnngoooo!!!!!----- Y nos pudimos venir juntos. Sintiendo las contracciones que nuestros orgasmos provocaban, nos quedamos fuertemente abrazados por un rato. Luego ella baja su pierna, nos damos un beso y continuamos abrazados el camino a nuestra habitación disfrutando de la noche, de la luna quien nos va guiando con su luz.
Esta historia me ha sido enviada por mi amigo Ben, quien me solicitó atentamente la compartiera con ustedes, a mi gusto es excelente, porque tiene ese erotismo tan delicioso de la vida en pareja, espero que les guste tanto como a mi.