Un viaje inolvidable (3)

Día completo para Naya y Sandra. Después de esa noche de amor, tienen otro día completo para estar juntas. ¿Qué harán? Por la tarde fueron a la playa... Por la noche salieron de fiesta...

[…] Cerraron la puerta del baño y nada más cerrarla ambas se agarraron con mucha pasión volviéndose a besar. Sandra en este apasionado beso empujó a Naya hasta la puerta, chocando su cuerpo con la misma y provocando un golpe ruidoso con el cuerpo de ella.

¿Estáis bien chicas? – se escuchó a Eva de fondo

¡Si!- dijo Sandra- ¡Que me tropecé y me di con la puerta! – dijo medio riéndose

¡Ya sabía yo que no eras de las mejores en gimnasia! ¡Torpeee! – dijo a gritos a la vez que se reía.

Naya y Sandra comenzaron a reírse también, había colado esa pequeña mentirijilla. Se arreglaron y salieron del baño.

¡Vamos a desayunar! – dijo emocionada Sonia

¡Vamos! – respondieron todas.

Bajaron hasta el comedor las cuatro juntas charlando y riéndose de los anticipos que Eva y Sonia les estaban dando de esa noche que pasaron en la habitación 205.

Se sentaron, como la noche pasada, en una mesa de cuatro personas. Cada una cogió lo que quería desayunar, todas desayunaron fuerte, es normal… a las cuatro aquella noche les había dejado agotadas. Eva y Sonia les contaron a las chicas los detalles de esa noche con sus respectivos chicos, pero Sandra y Naya a pesar de querer prestar toda la atención del mundo a sus amigas, estaban evadidas… en otro mundo. Ninguna de las dos se podía quitar de la cabeza la noche anterior, y mientras las otras dos contaban su noche, ellas solo pensaban en la suya. Sandra y Naya coincidieron más de una vez la mirada en el desayuno, una mirada cómplice.

Bueno… ¡Ya os hemos contado nuestra noche! ¿Qué tal la vuestra? ¿Qué hicisteis? – preguntó Sonia intrigada

Pues nuestra noche ha sido genial… ¿a que sí Sandra?

No lo sabéis vosotras bien… - dijo riéndose

¿Pues qué hicisteis para pasároslo tan bien? – preguntó Eva con bastante intriga

Pues bebimos mogollón, fumamos, hablamos… ya sabes, lo mítico… pero congeniamos muy bien, y de hecho nos llevamos de maravilla a pesar de habernos conocido ayer – dijo Sandra y guiñó el ojo a Naya

Sí, la verdad es que compartimos muchas cosas en común, hemos hecho buenas migas… Y nos lo pasamos genial, fue una noche diferente… - siguió Naya, y respondió al guiño de Sandra con otro suyo.

¡Pues de maravilla chicass! ¡Ay! ¡Me alegro muchísimo! Ya sabía yo que os lo pasaríais bien, si es que no hay ninguna mejor que Naya, por eso es mi mejor amiga. – dijo Sonia

Jejeje – rió la aludida. Gracias Sonia, pero sin Sandra no habría sido lo mismo.

Sandra tendió a sonrojarse, y otra vez ella y Naya se quedaron mirando mientras bebían su zumo de naranja. Todas terminaron de desayunar y se reunieron en el hall con el resto de los compañeros que habían decidido ir al viaje.

Estuvieron hablando entre ellos para llegar a una conclusión final entre todos y plantear el nuevo plan del día. Hacía un día soleado, pero sin demasiado calor, hacía fresquito, no te agobiabas, por lo cual, decidieron ir por la mañana de visita turística, cada uno por su cuenta y con su grupo. Luego quedarían a la hora del almuerzo en el hotel, y por la tarde… ¡playa! Lo estaban deseando… Pero lo mejor vendría por la noche… ¡Fiesta! Era sábado y todos querían arrasar.

Pasó la mañana, una mañana algo cansada de tanto andar por las calles mirando tiendas, edificios, museos… Pero llegó la hora de comer y todos se volvieron a reunir en el hotel. Después de comer, las cuatro chicas subieron a su habitación para coger sus bikinis y demás utensilios para ir bien preparadas a la playa.

¡Nayaaa!- dijo gritando Sonia. ¿Has cogido mi crema solar?

Que va tía, se te habrá olvidado meterla, ¡a mi que me cuentas!

Pues fijo que se me ha olvidado… soy un poco desastre

¿Un poco? – ambas rieron

Sandra, Naya, escuchar, haber… que nuestros ligues se van a poner con nosotras en la playa, no os importa ¿verdad? – dijo Sonia

¡Qué va! – respondieron las dos a la vez, y se rieron.

Terminaron de preparar sus mochilas y trazaron rumbo a la playa, que por cierto… ¡estaba al lado del hotel! Se colocaron en un hueco alejado de la demás gente que llenaba la playa. Colocaron sus toallas, Naya y Sandra estaban al lado. Comenzaron a desnudarse, para quedarse en bikini. Sandra se quedó contemplando a Naya, contemplaba su magnífico cuerpo, sus pechos, sus piernas… ¡Su todo! ¡Era perfecta! Pero Naya hizo lo mismo con Sandra, la revisó de arriba hacia abajo. El verse otra vez así… medio desnudas… frente a frente, les recordó la noche anterior… Se sentaron en sus toallas y en escasos segundos aparecieron los ligues de Eva y Sonia, por lo que estas se apartaron un poco de sus amigas, para colocarse junto a sus chicos. Sandra y Naya estaban prácticamente solas, sus amigas charlaban y tonteaban con los chicos, cosa que a ambas les gustó, querían intimidad para ellas también.

¿Me hechas la crema nena? – le preguntó Sandra

Por supuesto, eso ni lo dudes

Naya la echó un chorrito en la espalda y comenzó a esparcirlo masajeándola. Sandra volvía a sentir las manos de Naya recorriendo su cuerpo, cada vez que pasaba su mano por alguna zona más sensible se la erizaban los vellos. Sandra lo reconoció, se estaba excitando mucho con ese masaje. Naya terminó y le tocó su turno con la crema. Lo mismo que sintió Sandra le pasó a Naya. Cerró los ojos y volvió a su mente esos besos tan apasionados, las caricias… le vino toda la noche anterior a la cabeza, y entre una cosa y la otra… esta también se excitó.

Me muero por besarte Sandra

Yo también amor

Estas están a lo suyo, no nos van a ver

Ambas se acercaron y se dieron un corto pero apasionado beso. Y se colocaron otra vez en sus toallas, esta vez tumbadas hacia abajo y con la cabeza girada, pero ambas cabezas mirándose. Así estuvieron un rato, mirándose el brillante contorno de su cuerpo, mezclado con la crema y el sol.

¿Vamos un poco al agua Naya? Qué… estoy muy caliente…por el sol… - dijo medio riéndose

Por el sol ¡eh! La verdad es que hoy está calentando mucho… - respondió irónicamente - Está bien, vamos a refrescarnos.

¡Eva! Nos vamos a dar un baño ¿vale?

¡Vale chicas!

Echaron una carrera hasta la orilla del agua, ¡estaba muy fría! Sandra metió los pies poco a poco, y Naya hizo lo mismo.

¡Qué fría está! – dijo Naya

¿Si? ¡Pues mira!

Sandra con una patada en el agua salpicó a Naya. Esta se retorcía de lo fría que estaba.

¡Te vas a enterar maja!

¿Si? ¡Uy qué miedooo!

Naya le salpicó ahora a Sandra, pero con las manos repetidas veces. Sandra corrió detrás de ella para mojarla más y Naya se fue adentrando más en el agua para que Sandra no la alcanzara. Finalmente, Sandra agarró a Naya por la espalda y la tiró al agua, cayendo junto a Naya. Comenzaron a reírse, estaban enteras mojadas. Se incorporaron y se quedaron mirando.

Estás preciosa con el pelo mojado… - le dijo Sandra

Tu también

El agua les llegaba por el pecho más o menos, había alguna ola que otra, pero sin ningún peligro. Había bandera verde.

¿A que no sabes lo que hago debajo del agua? – preguntó Sandra

¡Pues no! – dijo esta sorprendida

Sandra se metió debajo del agua, aguantando fuertemente la respiración, se acercó a las piernas de Naya, se agarró de su cintura y la dio un beso en el ombligo. Acto seguido salió a la superficie.

Yo también sé hacerlo

Ahora fue Naya la que descendió en el agua, y comenzó a acariciarla el vientre, su sexo por encima del bikini y le dio otro besito encima.

¿As visto?

Me ha gustado mucho… Ahora bucea a la vez conmigo

Ambas estaban debajo del agua, se agarraron apasionadamente y se besaron, a la vez que ambas se empezaron a toquetear. Cuando ya no aguantaron más volvieron a tomar aire nuevo. Se quedaron mirando… tenían las dos los pezones excitados, entre el frío del agua, esos tocamientos

No sé si aguantaré mucho sin volver a tenerte otra vez entera para mí – dijo Sandra

Esta noche nena, esta noche

Volvieron en las toallas, y estuvieron tomando el sol, charlando con sus amigas y jugando a las cartas todos juntos. Sobre las ocho ya empezó a refrescar algo, y se volvieron al hotel para ducharse, arreglarse, bajar a cenar y salir de fiesta por la ciudad.

Una vez duchadas, arregladas y maquilladas bajaron todas juntas al comedor. Cenaron, y volvieron a subir a la habitación para coger sus bolsos y demás cosas. Bajaron hasta la calle y fueron caminando hasta la zona de bares, discotecas, pubs… Sonia y Eva habían quedado con sus ligues en un pub, y Sandra y Naya fueron con ellas. Pidieron sus copas y se quedaron tomándolas en la barra, mientras hablaban y reían de las chorradas que soltaban cada una. Pidieron más copas, desde que llegaron hasta que los ligues de Eva y Sonia aparecieron pasó una hora. Eva y Sonia comenzaron a bailar con ellos, mientras las otras dos se quedaron en la barra. De repente pusieron una canción que a Naya le gustaba mucho.

¿Bailas conmigo Sandra?

Lo haré encantada

Comenzaron a bailar, al principio normal, pero luego comenzaron a tocarse, a deslizarse la una sobre la otra, a bailar cada vez más cerca. El ambiente entre ellas se estaba caldeando. Las dos bailaban estupendamente.

Naya… me estas poniendo a cien

Tu también a mi… Quiero volverte a tener junto a mi, las dos solitas

¡Ven conmigo! – le dijo mientras le agarró de la mano y la llevó hasta donde estaban sus amigas.

Vamos al servicio chicas, enseguida venimos ¿vale? Cuidar las copas y los bolsos.

¡Vale Sandra! – respondió Eva.

Entraron al servicio, había unos seis baños. Uno quedaba libre y se metieron en él, cerraron la puerta y comenzaron a besarse alocadamente, como si nunca antes habrían probado sus bocas. Sandra volvió a sentir ese piercing en la lengua que tanto la volvía loca, comenzó a jugar con él dentro y fuera de la boca. Comenzaron a tocarse… Sandra metió su mano por debajo de la camiseta de Naya llegando hasta sus pechos, y los comenzó a acariciar. Naya bajó sus manos hasta su sexo y comenzó a darla un pequeño masaje por encima del pantalón. Entre la crema solar… los tocamientos debajo del agua… ¡no aguataban más! Se deseaban con locura, y en un arrebato inesperado comenzaron a respirar cada vez más fuerte y mirándose con ansiedad se desnudaron rápidamente la una a la otra.

Sandra llevó a Naya hasta la puerta y allí siguieron besándose sin control, no se podía distinguir qué lengua era la de cada una. Bajó su cabeza hasta sus pechos y comenzó a besarlos hasta ponerlos duros. Luego Naya hizo exactamente lo mismo. Sandra extendió su mano hasta el sexo de Naya y comenzó a acariciarla el clítoris con suaves movimientos circulares. Naya volvió a hacer lo mismo que Sandra le estaba haciendo, y se acercó otra vez a su boca, ya la echaba de menos. Prácticamente a la vez comenzaron a penetrarse con sus dedos. Se estaban masturbando mutuamente, y con solo pensarlo, se ponían más excitadas. Podían ver sus caras frente a frente, y los gestos de placer que cada una hacía. Naya soltó un leve gemido, y Sandra la calló con un beso en la boca.

¡Shhh! Haber si nos van a descubrir amor

Me daría igual

El orgasmo era previsible, ambas estaban llegando al clímax.

Eres… lo mejor… que me ha pasado… - le susurró a Naya con voz entrecortada, antes la tremenda excitación que tenía.

Tú también... lo eres… para mí

Córrete conmigo nena… vamos… sigue

Mmm… más rápido… más rápido

Oh… sí… ya estoy… estoy llegando

Cuando llegaron al clímax final fundieron sus gritos dentro de un beso cargado de erotismo, de furia, de pasión… No podían hacerse notar, sino las demás chicas de los otros baños las descubrirían. Se corrieron al mismo son, y se quedaron mirándose ante ese magnífico orgasmo compartido.

Te quiero

Yo también te quiero

Se fundieron en otro beso, pero este más romántico... un beso de felicidad, de amor, de lo bonito que había sido volver a compartir sus cuerpos y de saber que ambas sentían lo mismo por la otra.

Se limpiaron con el papel higiénico del baño, se vistieron y regresaron con sus amigas a la barra.

Cuanto habéis tardado ¿no? – preguntó Sonia

Es que había cola, y luego nos quedamos charlando con unas chicas que van conmigo a clase – argumentó Sandra

Así pasaron la noche, con bailes, risas, bebiendo y fumando… En fin, una noche de fiesta, pero con sexo anticipado. Regresaron al hotel, todas estaban rendidas, agotadas… por lo que nada más llegar se pusieron el pijama y durmieron plácidamente, hasta la mañana siguiente.

Sólo las quedaba otro día más para disfrutar de ese viaje, "Un viaje inolvidable" . La siguiente noche era la última, por lo que la disfrutaron mucho