Un viaje inolvidable (2)

Segunda parte de esa noche de hotel entre Sandra y Naya. Pura pasión lo que sienten ambas. Seguirá si lo desean. Gracias por la acogida del anterior relato.

[…] Se metió dos dedos de su mano derecha en la boca, comenzó a chupárseles mientras veía como esa chica la comía su sexo con la más pura pasión que se pueda pedir. Su otra mano acariciaba esos pezones duros como piedras y en pocos segundos "Oh…. Siii… mmmmm… me voy nena… me voyyy" Naya se corrió con un gran orgasmo del cual hasta Sandra se quedó alucinada. Saboreó hasta la última gota que descendía por su sexo.

Lo has hecho muy bien mi nena… ahora déjame que te lo demuestre yo… - dijo Naya a Sandra.

Soy toda tuya mi pequeña fiera

Ambas se encontraban de pies, enfrente de la cama. Naya se acerco a Sandra y la besó apasionadamente, como queriéndola dar las gracias por lo que la acababa de hacer sentir. Sin parar de besarla la tumbó sobre la cama, dejando sus piernas colgando por la cama. La lamió la mejilla, la rodeó con su lengua su boquita mientras Sandra movía su lengua intentando alcanzar el piercing que esta poseía en su lengua. Naya no se dejaba alcanzar, y siguió lamiéndola el cuello ala vez que daba pequeños besitos que erizaban cada vez más los pelitos de Sandra. Llegó a sus pechos, aquellos preciosos pechos que tanto la gustaban, comenzó a jugar con ellos, pasaba su bolita por su pezón duro, provocando en Sandra una gran excitación, jadeaba en voz baja con los ojos semicerrados. A la vez que jugaba con esos duritos pezones la acariciaba suavemente, haciéndola sentir sus manos recorriendo su vientre…su monte de Venus…su sexo… Notó que estaba muy mojada, lo cual la sirvió para no detenerse más en los pechos y volver a comenzar a descender. Con su bolita de la lengua fue marcando todo el recorrido hasta el sexo de su amiga. Se agachó, se puso de rodillas frente a la cama, teniendo en frente las piernas de Sandra. Naya estiró una de sus piernas, comenzó a pasar su lengüita por la planta del pie, Sandra entre cosquillas y excitación se ladeó un poco soltando un leve gemido. Sin quitarla la mirada fija, Naya siguió besando la pierna de Sandra hasta llegar a su ingle. Repitió el mismo proceso con la otra pierna, pero esta vez al llegar a su ingle sacó aún más su lengua y comenzó a marcar su territorio en su sexo. Sandra sentía como esa bolita estaba rodeando su cueva de placer y ya estando tremendamente excitada la dijo "Dámelo todo…". Sin pensárselo dos veces Naya agarró de las caderas a Sandra y lamió su rajita, con diferentes movimientos con diferentes ritmos. Por un momento se pensó que estaba comiendo un helado. Con una lametada final subió hasta su clítoris, este estaba hinchado, esperando a que alguien apagara todo su fuego. Con la puntita de su lengua comenzó a acariciarlo, hasta que le entregó toda su lengua. Sandra comenzó a gemir cada vez más alto "Oh… mmmm… no pares, no pares…" Estaba sintiendo como esa bolita jugaba y rozaba cada vez más rápido y fuerte ese hinchado clítoris. Sandra no podía parar de moverse, era increíble el placer que estaba sintiendo, la estaba haciendo llegar al clímax esa chica con esa bolita en la boca, la estaba volviendo loca. Naya bajo ligeramente sus deditos hasta su sexo, hasta penetrarla. Los metía y los sacaba a la vez que no paraba ni por un instante de estimular el clítoris de su amiga. La introdujo otro dedito más, los gemidos y jadeos de Sandra se convirtieron en monótonos, creando casi una canción de ese disfrute sexual. Sandra sintió que no aguantaba más y en un grito con voz sexual le dijo "No aguanto más nena…me corroooh" Naya aceleró aún más todos sus movimientos, haciendo que Sandra tuviera el mayor orgasmo de su vida. Pegó unos tremendos chillidos a la vez que se agarraba de las sábanas y se incorporaba levemente. Naya sintió todos sus jugos en su mano y bajó a saborearles, como Sandra hizo con ella. Se volvía loca intentando lamerla todo su sexo, tampoco la quería dejar ni gota… quería dejarlo practicante limpio. Sandra se quedó inmóvil encima de la cama, con los ojos cerrados. Naya se levantó y se tumbó a su lado.

Te lo he demostrado ¿no? – le dijo susurrándola al oído

Demasiado nena… Ha sido el mejor orgasmo de mi vida – le contestó también al oído.

Naya se acercó a sus labios y los besó, era un beso de amor, muy lento, sin penetración alguna de su lengua, solo sentía sus labios con los suyos, como si fuesen uno solo. Se separaron y se quedaron mirándose fijamente a los ojos, unos ojos que ambas tenían preciosos.

Me gustas mucho… – dijo Sandra

Tu también a mi

Naya se levantó de su lado dejando a Sandra derrumbada en la cama. Aún estaba alucinando de lo que esa chica había sido de hacerla disfrutar. Esa noche nunca la olvidaría. Se dirigió al salón, desnuda, y cogió dos cigarrillos, un mechero y un cenicero. Al llegar a la habitación se lo enseñó a Sandra y la dijo:

Y ahora un cigarrito pal pecho

¡Por lo bien que lo hemos hecho! – dijeron amabas partiéndose de risa.

Se fumaron el cigarrillo, un cigarrillo de placer. En cada calada revivían momentos de esa noche que estaban pasando juntas. Se le terminaron, miraron el reloj y ya era muy tarde como para seguir despiertas. Se levantaron y recogieron un poco la habitación y el salón, porque entre la bebida y la eufórica ropa que había salido volando estaba todo indecente. Cuando lo terminaron de acicalar todo cogieron su pijama y fueron al baño. Se dieron una pequeña ducha, por separado, mientras una se estaba duchando la otra se iba cepillándose los dientes y demás necesidades. Cuando las dos ya estaban limpitas y con el pijama puesto se dirigieron a la habitación.

¿Dormimos juntas? – preguntó Sandra.

Como quieras, aunque la cama es muy pequeña.

Ya es verdad, no me había fijado en eso… Bueno pues para no pasar la noche incómodas, mejor cada una en su cama, ¿no?

Igual es mejor…porque yo doy muchas vueltas…ya te lo dije nada más entrar a la habitación – dijo riéndose.

Sandra se acercó y la besó. Este era el beso de buenas noches, un beso húmedo, con sus lenguas volviendo a juguetear. Esa bolita había enamorado a Sandra.

Pensaré toda la noche en ti – le dijo Sandra al oído

Y yo en ti nena…Me costará dormir sabiendo que te tengo en la litera de enfrente

Ahora fue Naya quien la besó, dándola ella ahora su beso de buenas noches. Se acostaron en la cama y apagaron la luz. Ambas estaban rendidas y lo último que se oyó fue "Buenas noches amor…" "Buenas noches cielo…"

Amaneció un nuevo día en ese hotel próximo a la costa, desde el balcón se podía ver el mar, un mar con agua azul claro, con el sol haciéndolo en él el espejo del cielo. Las dos seguían dormidas plácidamente en sus respectivas camas. De repente la puerta se abrió y un alboroto comenzó a atormentar los sueños de ambas. Eran Sonia y Eva, que habían bajado de la habitación de los chicos, entraron entre risas y pequeños escuchitos entre ambas, dirigiéndose hacia la habitación.

¡Buenos días chicas! – dijeron gritando las dos a la vez.

Los dos angelitos dormilones comenzaron a moverse en la cama, hasta abrir poco a poco los ojos.

¿Qué hora es? – dijo Naya con voz de dormida

Las 9:00, ¡vamos a arreglarnos que hay que bajar a desayunar! ¡Que tengo un hambre ya…! – dijo Sonia

Hola Sandra… Despierta de tus sueñosss – le dijo Eva acercándose a su oído.

Hola chicas… Qué bien he dormido Dios mío

Nosotras también hemos dormido bien, ¿a que si Eva? – se miraron y rieron

¿Al final anoche bien?

Sí, ¡muy bien! Ya os contamos en el desayuno. Y correr, levantaros que a las 10 hemos quedado todos abajo para planear lo que haremos hoy.

Vaaaale pesada – dijo Naya a la vez que se revolcaba por la cama, como queriendo otra vez volver a dormirse.

¡Ey Sonia! Entra tú conmigo al baño, y nos arreglamos a la vez, porque sino un baño para cuatro chicas, con una hora de tiempo para arreglarse… ¡es imposible que lleguemos a tiempo! – todas se rieron

Cogieron su ropa de la maleta y se dirigieron al baño a cambiarse y asearse. Naya y Sandra se quedaron mirando cada una desde su cama.

Buenos días amor… - dijo Sonia

Buenos días cielo

Sandra se levantó de la cama y se sentó en la de Naya, agacho su cabeza hasta su boca y le dio un besito de buenos días.

Me encanto lo de anoche… me has hecho disfrutar al máximo – le dijo

Tu también a mi… lo volvería a hacer todas las veces que quisieras

Tranquila que lo haremos… Me gustas mucho ¿sabes?

Tu también a mi nena

Bueno… vamos a cambiarnos de ropa aquí, que ya estamos duchadas de anoche… a no ser que te de vergüenza que te vea desnuda

¡Que boba eres! – dijo partiéndose de risa.

Se cambiaron de ropa y fueron hacia el salón. Se sentaron en el sofá y se encendieron un cigarrillo las dos. Parecían dos tontas enamoradas, apenas se decían nada pero las miradas lo decían todo. Se volvieron a dar un pequeño y corto beso, y siguieron consumiendo el cigarrillo.

Sonia y Eva salieron del baño, duchadas y arregladas. Sandra y Naya se acabaron el cigarrillo y entraron a lavarse los dientes y pintarse un poco, a las dos las gustaba estar siempre guapas. Cerraron la puerta y nada más cerrarla ambas se agarraron con mucha pasión volviéndose a besar. Sandra en este apasionado beso empujó a Naya hasta la puerta, chocando su cuerpo con la misma y provocando un golpe ruidoso con el cuerpo de ella.

¿Estáis bien chicas? – se escuchó a Eva de fondo

¡Si!- dijo Sandra- ¡Que me tropecé y me di con la puerta! – dijo medio riéndose

¡Ya sabía yo que no eras de las mejores en gimnasia! ¡Torpeee! – dijo a gritos a la vez que se reía.

Naya y Sandra comenzaron a reírse también, había colado esa pequeña mentirijilla. Se arreglaron y salieron del baño.

¡Vamos a desayunar! – dijo emocionada Sonia

¡Vamos! – respondieron todas.

Aún les quedan dos días más para disfrutar esa estancia en la costa. ¿Qué pasará con estas dos chicas? Pronto lo sabrán…pero tiene toda la pinta de ser "Un viaje inolvidable"