Un viaje inolvidable (1)

Un viaje puede cambiar el destino de las personas, el de Sandra y Naya cambió.Te puedes enamorar de la persona que menos te lo esperas. 1ªparte.

Los alumnos de la universidad tenían preparado un viaje a la costa cántabra, por su propia cuenta, pagándose ellos mismos el viaje. Tan solo iría el que quisiera apuntarse. Náyade no estaba segura de ir o no…los estudios no la iban muy bien, estaba haciendo mucho el vago ese año. Sus amigos eran los típicos juerguistas, y ella también lo era.

Finalmente, después de muchos comederos de cabeza y gracias a la insistencia de sus amigos, Náyade decidió ir a ese viaje.

Se trasladaron en autobús hasta la costa, un largo y cansino viaje (teniendo en cuenta de que procedían del sur de España) pero en el cuál disfrutó mucho por el ambiente que se percibía, todo el mundo estaba contento, felices por la juega que se tirarían allí por las noches.

Su grupito de amigas comenzó a charlar con otro grupo de chicas que estaban también sentadas cerca de ellas, mientras Náyade estaba escuchando su mp4 mirando hacia la ventana, ajena a todo el mundo. De repente tuvo la sensación de sentirse observada, hizo un leve movimiento de cabeza y a escasos centímetros se encontraba una chica, a la que nunca había visto. Se quedaron mirando por unos instantes hasta que Náyade apartó la mirada. Su amiga Sonia, que estaba sentada a su lado, la observó cuando giró la cabeza y miró a la chica con quien se estaba cruzando la mirada. Sonia al ver que no se dijeron nada comprendió que no se conocían, pero ella sí que la conocía. Pertenecía al grupo de amigas nuevas que se acababan de echar por lo que decidió presentársela a Náyade.

¡Sandra! – gritó Sonia

¡Dime! – contestó

Mira, te voy a presentar a mi mejor amiga se llama Náyade

Náyade se giró otra vez al oír su nombre.

¿Qué dices de mi Sonia?

Mira Naya (que así la llamaban sus amigos, para evitar el nombre dificultoso) esta es Sandra, nos han presentado antes, como no teníamos compañeras en el hotel y ellas tampoco, hemos decidido compartir la habitación. ¡Ya verás que fiestas nos tiramos!

Encantada Sandra – dijo Naya estirando el brazo a Sandra para darse la mano.

Lo mismo digo – dijo sonriendo ella

Bueno, ya que te he presentado a Sandra, te presentaré a la otra chica que compartirá habitación con nosotras. Eva Naya, Naya Eva.

Encantada – dijo Eva.

Igualmente- respondió Náyade.

Siguieron hablando entre ellas el resto del camino que les quedaba hasta llegar a su destino. Náyade y Sandra hicieron muy buenas migas, se reían juntas, hablaron de sus estudios… pero Naya comenzó a ver algo especial en Sandra… Era una chica muy guapa, con el pelo moreno liso y unos ojos verdes que cautivaban. Pero a la vez que se la venían esas cosas tan lindas sobre ella Naya se decía para si misma "¡Pero qué estoy pensando!".

Llegaron a Cantabria, se iban a asentar en un hotel al lado de una magnífica playa bañada por el mar cantábrico. El agua era muy azul, la arena resplandeciente y el sol hacía de ese paisaje un lugar maravilloso.

Las cuatro chicas se bajaron juntas del autobús y fueron directas al hotel a llevar sus pertenencias. La habitación del hotel estaba de maravilla para el poco dinero que les había costado. Había dos literas, cada una con otra cama encima suyo. Nada más entrar Sonia a la habitación (la mejor amiga de Naya) se pidió la cama de arriba de una de las literas y Eva seguidamente dijo lo mismo que había dicho Sonia. Náyade y Sandra se quedaron mirando y comenzaron a reírse.

Bueno Naya me parece que no nos queda otra elección que dormir en las literas de abajo ¿no?- dijo sonriendo Sandra.

¡Parece ser que si! Aunque no me importa dormir abajo. ¡Fijo que desde arriba me caería, porque doy unas cuantas vueltas antes de dormirme!

Sandra se rió, y se quedó mirándola. La encantaba la sonrisa que Naya tenía. Poseía una dentadura perfecta, unos ojos grandes marrones claros con alguna pintita de marrón oscuro alrededor del iris. Un cabello largo rizado muy bonito, y tenia un piercing en la parte inferior del labio. Por unos instantes Sandra se quedó embobada mirándola hasta que Eva la dijo:

¡Eooo Sandra! Que te quedas trabada tía! Deja tus maletas ya, que vamos a bajar a cenar al comedor y luego subimos aquí. Que aquí nuestras queridas amigas nuevas han traído botellas de alcohol en las maletas.

La mirada de Sandra se iluminó. La iba mucho la fiesta, como a Naya y Sonia, y presintió que esa noche iba a ser genial.

Bajaron las cuatro riéndose y bromeándose de unos chinos que habían cogido allí una habitación. Naya comenzó a imitarles y las demás se partían de la risa. Sandra cada vez se quedaba más admirada de Naya. Estaba sintiendo lo mismo que sintió por aquella chica de su instituto, aquella compañera de clase de la cual se enamoró y no tuvo oportunidad de decirla nada de sus sentimientos. A pesar de ello, Sandra ha estado con alguna chica, pero relaciones sin importancia. Esa compañera la marcó, pero parecía volver a sentir lo mismo por esa chica a la que acababa de conocer.¡Lo tenía todo!

Llegaron al comedor, muchos compañeros de la universidad ya estaban abajo cenando. Era un serv-service, cada una cogió su bandeja y se sirvió lo que quiso. Se sentaron todas juntas en una mesa de 4 personas. Mientras estaban cenando y hablando se acercó un amigo de Naya y Sonia.

¡Ey Naya! Luego os pasáis las cuatro por mi habitación, que tenemos alcohol y hemos traído porros y unas pastillas. ¡Ya verás que desfase!

Bueno… es que teníamos planes nosotras

¡No la hagas caso Alex!¡Sí que vamos! Eva , Sandra ¿queréis ir? - dijo Sonia emocionada

¡Sí! – respondió inmediatamente Eva

¡Pues no hay más que decir! Son las 9:00. A las 12:00 os esperamos yo y mi compañero en la habitación 205.

¡Allí estaremos! – respondió Sonia.

Terminaron de cenar, y subieron directas a su habitación. Lo primero que hicieron fue encenderse un cigarrillo sentadas en el sofá. Naya dijo que a pesar de tener que ir luego a la habitación de los chicos, que ella quería beber algo del alcohol que trajeron ella y Sonia. A todas les pareció una buena idea, por lo que Naya pidió ayuda para mezclar la bebida y Sandra se mostró voluntaria.

Se dirigieron al baño, lo iban a mezclar en la bañera, por si se les caía algo para no manchar el suelo.

¡Vaya dos que son Sonia y Eva eh! – dijo riéndose Naya a Sandra

Ya te digo… Yo sinceramente no sé si ir luego a la habitación de esos amigos tuyos, ¡no les conozco de nada! – respondió agachando levemente la cabeza.

Si es por eso tu tranquila que son muy majos los dos, ¡si voy yo vas tú! Además… ¡no te vas a quedar aquí tu sola!

Ya… también es verdad… No sé ya veré luego

Terminaron de hacer las mezclas, tenían 3 botellas de vodka con limón, 2 de bacardi limón con limón y otras 3 de 43º con coca-cola. ¡No estaba mal! Se sentaron en el suelo y comenzaron a jugar un quinito, un juego con los dados en el cual puedes llegar a beber muchísimo. Todas estaban bebiendo mucho, y las que más Naya y Sandra. Pasaron los minutos y ya eran casi las 11:30, solo les quedaba media hora para tener que marcharse a la habitación de los otros amigos. Las cuatro se estaban partiendo de risa, el alcohol ya estaba corriendo por sus venas, y empezaba a provocar los primeros efectos. Sandra fue al servicio, pasaron 5 minutos desde que había entrado pero Naya también quería entrar al baño. La pobre se estaba haciendo pis de todo lo que había bebido y no aguantaba más, fue corriendo hacia el baño y llamó a la puerta.

¡Sandra! – dijo gritando Naya

¿Si? – respondió ella asombrada

Soy Naya, ¿sales ya? O déjame entrar que me hago mucho pis… - dijo deprisa y como riéndose.

¡Entra, está abierta la puerta!

Sandra estaba pintándose la raya del ojo, la gustaba siempre estar coqueta, era una chica muy guapa. Naya comenzó a liberar esa agua que la sobraba, mientras, le decía a Sandra que luego la dejaría la raya del ojo para pintársele ella también.

Sandra se estaba mirando al espejo, y la daban tentaciones de mirar de reojo a Naya, pero…¿y si ella la descubría mirándola? No se podía arriesgar, Eva sabía que era lesbiana, pero nadie más en toda la universidad lo sabía excepto su anterior rollete de la uni. Pudo contenerse y no la miró. Cuando Naya terminó se acercó donde Sandra, las dos comenzaron a reírse, estaban algo contentillas por el alcohol. Se pintó la raya del ojo y ambas salieron del baño.

Iban a dar las 11:50 y Eva y Sonia ya querían marcharse a la habitación 205.

¡Vamos chicas!¡ Nos vamos ya a la habitación de Alex! ¡Venga Naya! – dijo emocionada Sonia.

Voy, voy. No me metas prisa – contestó Naya desganada.

¿Qué pasa Sandra tu no vienes? – la pregunto Eva al ver que se había esparrancado mucho en el sofá.

No me apetece sinceramente… Ya me está afectando un poco lo que me he tomado

¡Venga anda Sandra vente! Te dije que si yo iba tu venias conmigo! – le dijo Naya a Sandra como con voz de pena.

Ya Naya… pero no me apetece enserio. Son vuestros amigos, yo no les conozco

¡Pero tienen porros Sandra! – la dijo exaltada Eva.

Ya… por muchas ganas que tenga de fumarles no voy a ir

Bueno nada, dejarla que se quede… Sandra si quieres algo estamos en la 205, ¿vale?

Vale… - respondió Sandra.

Naya se quedó mirando a Sandra y en esa mirada pudo volver a darse cuenta de la belleza que poseía esa nueva amiga que se había echado. Se sentía mal por dejarla allí sola. Ambas coincidieron la mirada, de mientras Eva y Sonia ya habían salido por la puerta.

Enseguida vengo Sandra

¿Por?

Paso de dejarte aquí sola tía

¡No mujer! Tu pásatelo bien, no te amargues por mí…Que yo aquí veo la tele, tomo un poco mas de vodka, me echo unos cigarros y ya me iré a la cama.

Pues ya vengo yo ahora y haces eso pero conmigo, la verdad es que yo tampoco tengo muchas ganas de ir

Sí, ya

¡Enserio! Mira para demostrártelo calcula el tiempo que voy a tardar en regresar aquí ¿ok?

Jajajaja, ¡vale vale! Pero no vengas obligada eh?

No, tranquila que no vengo obligada.

Naya subió a la 205, ellas se encontraban el la primera planta. Llamó a la puerta y la abrieron.

¡Esa Naya!- dijo Alex (ese siempre era su saludo)

¡Hola!

Toma tía, te regalo esta china. Para que veas ¡eh! Oyes… me gusta esa amiga nueva tuya eh

¿Sandra?... o Eva

Eva… no sé que tiene esa chica. Y bueno… lo de Sonia y mi colega ya lo sabes… que se liaron hace unos días, así que igual la noche promete!

Pues igual sí… Bueno yo había subido para hablar un poco y decirte que voy a pasar la noche en mi habitación, que también tengo bebida yo.

¡Vale tía!

Además así estáis los 4 solucos

Jejeje. ¡Pues no las esperes despiertas esta noche!

Jejeje vale vale… lo tendré en cuenta!

Naya bajó a todo correr hasta su habitación. Metió la llave, abrió, y allí estaba Sandra tumbada en el sofá viendo la televisión. Se giró y la miró, ambas se sonrieron. Naya la comentó lo que le había dicho su amigo y que posiblemente Eva y Sonia no vendrían a pasar la noche. A Sandra se la iluminaron los ojos, no se lo podía creer, iba a estar toda una noche con Naya sola. Estaba muy confusa, no sabía que hacer con Naya, ¿y si ella la rechazaba? No tenía ni idea de si ella sentía algo por ella o no

Naya la enseño la china que le había dado su amigo, y se la dio a Sandra para que se haría ella un porro. Sandra dijo en voz alta "¡Esta noche promete!" a lo que Naya le respondió "¡Y tanto!". Naya fue otra vez a su maleta y sacó una botella de crema de orujo y la elevó enseñándosela a Sandra.

¿Qué quieres que acabemos borrachas? – dijo Sandra.

No me importaría… – dijo riéndose- Vamos a tomarnos un chupito por habernos conocido.

Esa es muy buena idea – le contestó ella.

Se tomaron el chupito, y se encendieron el porro que Sandra se había hecho. Cuando se le terminaron ya las dos estaban algo tocadas. Naya se quedó mirando a Sandra fijamente a los ojos, mil pensamientos extraños la pasaban por la cabeza, ¿Qué veía en esa chica? ¿Por qué cuando la miraba sentía algo dentro de ella? ¿Por qué se imaginaba besándose eso labios tan dulces que ella tenía? Sandra giró la cabeza y se quedó observándola a ella también, corriendo por su mente miles de pensamientos eróticos junto a ella.

¿Tomamos otro chupito? – le dijo Naya

¿Otro? ¡Vamos a acabar muy mal!

Este es el último, vamos a brindar por

¡Por esta noche! –dijo Sandra cortando a Naya.

¡Está bien! Brindemos por esta noche.

Ambas estaban sentadas una al lado de la otra en el sofá, se sirvieron los chupitos, se chocaron los vasos y se los tomaron. Posaron los vasos y Naya procedió a encenderse un cigarro, Sandra también se encendió uno. Mientras fumaban el cigarrillo Sandra se quedó mirando a Naya como fumaba, estaba mirándola ese piercing que tenia en el labio inferior y se moría de ganas por poder besar esos labios. Naya giró la cabeza y se quedaron amabas mirándose por unos segundos, hasta que Sandra en un arrebato la besó. Sandra se apartó de sus labios, se enrojeció, y ahora era incapaz de volverla a mirar. Naya se quedó paralizada, no se lo esperaba, nunca había sentido sus labios junto a los de otra chica, aunque siempre quiso saber qué se sentía.

No se dijeron nada en unos segundos, hasta que Naya habló.

¿Por qué has hecho eso…?

Lo siento… es que…eres …tan guapa…y

Ahora fue Naya quien la besó. Sandra estaba flipando, no se lo podía creer, ¡la había dado un beso ella! Naya se apartó y dijo:

Lo siento…no sé lo que me pasa… nunca había besado a una chica

¿Y te ha gustado?

Sí… y mucho

Sandra se abalanzó sobre ella y la besó, tiernamente, notaba ya que Naya quería jugar con su lengua y esta la dejó. Sandra notó algo raro cuando sus lenguas comenzaron a juguetear. Naya tenía un piercing en la lengua, y eso la estaba excitando muchísimo. No podía parar de jugar con esa bolita encima de su lengua. Comenzaron a besarse cada vez más apasionadamente.

Después de unos cuantos segundos, ambas despegaron sus labios. Se quedaron mirándose, Sandra susurró a Naya que era preciosa, que desde que la conoció en el autobús se moría de ganas por besarla. Naya la contestó diciéndola que desde que la conoció algo había recorrido por todo su cuerpo, un sentimiento extraño que desconocía, pero que la incitaba a mirarla, a pensar en ella, a querer besarla.

Sandra le dijo que ella era lesbiana, que había salido con algunas chicas, pero que nunca le había gustado tanto una chica como le estaba empezado a gustar ella. Naya se sonrojó ante las palabras de Sandra.

No te voy a obligar a hacer nada que tu no quieras Naya.

Ya lo sé, pero que sepas que no me has obligado a nada.

De repente se escuchó la cerradura de la puerta, pegaron un brinco y ambas se quedaron mirando hacia la puerta. Era Sonia, venía a contarlas a las chicas lo que estaba pasando en la 205. Les dijo que lo sentían mucho, pero que esta noche iban a pasarla allí con aquellos chicos y que por favor no se enfadasen. Sandra y Naya se echaron a reír. Sonia se quedó confusa, no sabía de qué se reían.

Tranquila mujer, nosotras aquí estamos muy bien. Ya mañana nos vemos a la hora del desayuno – le dijo Naya.

¡Ay tía! Pensé que te ibas a enfadar por dejaros a las dos solas toda la noche

¡Qué va! Estamos aquí muy bien juntas.

Ya se os ve que os lleváis fenomenal.

No lo sabes tú bien, jejeje – le dijo Sandra a Naya en voz baja.

Bueno pues me alegro mucho de que no os moleste chicas. Yo me voy a ir subiendo a la otra habitación. ¡Buenas noches, pasároslo bien!

Sonia se marchó de la habitación, Naya y Sandra comenzaron a reírse. Sandra le dijo a Naya que le encantaba su sonrisa y acercó sus labios con los suyos para saborearles. Esta vez se besaron despacio, sintiendo cada movimiento de sus lenguas. Sandra agarró con sus manos la cabeza de Naya, atrayéndola más hacía ella en cada uno de sus besos. Ambas comenzaban ya a excitarse, su respiración estaba cada vez más agitada. Naya comenzó a acariciar con sus manos la espalda de Sandra, bajando casi hasta su culo. Sandra poco a poco, sin parar de besarla, la fue tumbando en el sofá, hasta que finalmente la tumbó completamente.

Naya… mira te voy a ser sincera… – dijo Sandra.

¿Qué pasa Sandra…?

Pues que ya sé que nunca te has acostado con ninguna chica… Pero es que me estas excitando muchísimo… y no soy responsable de mis actos.

Yo también estoy muy excitada, nunca antes había sentido lo que estoy sintiendo en este momento contigo. Quiero seguir y no parar en toda la noche.

Sandra al escuchar esto se puso muy contenta. Sentía que esa noche sí que iba a ser la mejor de su vida. Tenía a la chica de la que se había enamorado ese mismo día y encima, ella la correspondía, cosa de la cual ella había dudado a lo largo del día.

Esta bien…bueno… ¿Qué tal si vamos a la cama? Estaremos más cómodas.

De acuerdo guapa.

Sandra se levantó y agarró de la mano a Naya llevándola hasta la habitación. Sandra la tumbó en la cama, y ella se colocó encima. Comenzaron a besarse, sus cuerpos vestidos estaban pegados. Sandra mientras la besaba comenzó a frotar su cuerpo con el de ella, con ligeros movimientos lentos cargados de sentimientos. Se estaban excitando muchísimo, cada vez más. En un impulso se desnudaron por completo quedando sus cuerpos desnudos cara a cara. Ambas tenían unos preciosos pechos, redonditos, estaban bien dotadas. Sandra bajó su cabeza hacia los pechos de Naya, comenzó a lamerles. Ya poseía esos dos senos para ella sola, no dudo en empezar a comérseles y a besarles. Su lengua jugueteaba con el endurecido pezón de aquella preciosa chica, pequeños mordisquitos fueron haciendo que Naya comenzara a expulsar pequeños gemidos llenos de erotismo. En un acto impulsivo Naya se incorporo, quedándose sentada en la cama y Sandra sentada encima de ella. Naya agarró a Sandra por su espalda y buscó su boca. Antes de conseguirla le sacó esa larga lengua con su piercing, Sandra intentaba conseguirla, pero esa dichosa lengua se la escapaba, hasta que finalmente Naya se dejó vencer. Un largo, húmedo y profundo besó se apoderó de esas dos jóvenes. Separaron sus labios, y poco a poco, muy lentamente, Naya continuó besándola la mejilla, mordiéndola el lóbulo de la oreja, besando todo su cuello… Sandra comenzó a zarandearse lentamente, sentía cada beso de esa chica, sentía mariposas cada vez que esos preciosos labios le besaban. Finalmente llegó a sus pezones. No se podía distinguir en pezoncito del piercing de la lengua, es increíble cómo pudo disfrutar Sandra de esa comida de tetas, fue increíble. Aún estando Sandra sentada encima de Naya, esta tumbó a Sandra hacia atrás. Naya se desencajó de ella y optó por ponerse encima de ella, sexo contra sexo. Sus labios estaban muy mojados, el clítoris súper hinchado. Sus labios comenzaron un pequeño juego de rozamientos en los cuales parecía que ambos sexos se estaban besando, sus fluidos se intercambiaban, a la vez que Naya jugueteaba con su ombligo y sus manos acariciaban los endurecidos pezones. Los gemidos comenzaron a aflorar en ambas chicas, mientras seguían excitándose se quedaron mirando por un momento y Sandra la dijo "Me pones muchísimo nena" a lo que Naya le contestó "Demuéstramelo" Sandra se incorporó poco a poco, besó esos labios carnosos, con ese piercing que tenía en el labio inferior y jugueteando con el de su lengua. Sandra se levantó de la cama, y agarrando de la mano a Naya la levantó a ella también. La cogió de su cintura y la llevó contra su cuerpo y juntando su nariz con la de ella y la susurró "Te lo demostraré…". Casi violentamente comenzó a besarla mientras la empujó hasta la escalera de la litera. Llevó sus manos hacia el escalón más alto de la litera obligándola a que se agarrara a él. Con su lengua comenzó a recorrer su cuerpo desde su boca hasta su monte de Venus. Allí estaba Sandra, agachada frente al sexo que más deseaba, podía percibir su ligero olor, la atraía. Comenzó a lamerle el sexo por sus proximidades sin quitarla la mirada de sus ojazos, Naya se estaba mordiendo el labio de deseo, de ganas de más de esa chica. Comenzó a llevar su lengua hacia ese inflamado y rojo clítoris. Le lamía muy despacio al principio. Naya se zarandeaba cada vez más y sus gemido ya no eran en tono bajo. Sandra la escuchaba y comenzó a excitarse aún más, esos gemidos la estaban volviendo loca. Esa locura se apoderó de ella y fuertemente comenzó a comerse el clítoris de esa chica como nunca se le han comido a nadie. Le introdujo dos dedos, pero estaba tan mojadita que tres dedos parecían poco para esa vagina. Naya seguía agarrada a las barras de la escalera de la litera pero tuvo que soltarse, no aguantaba más, el orgasmo era inminente. Se metió dos dedos de su mano derecha en la boca, comenzó a chupárseles mientras veía como esa chica la comía su sexo con la más pura pasión que se pueda pedir. Su otra mano acariciaba esos pezones duros como piedras y en pocos segundos "Oh…. Siii… mmmmm… me voy nena… me voyyy" Naya se corrió con un gran orgasmo del cual hasta Sandra se quedó alucinada. Saboreó hasta la última gota que descendía por su sexo.

Lo has hecho muy bien mi nena… ahora déjame que te lo demuestre yo… - dijo Naya a Sandra.

Soy toda tuya mi pequeña fiera

Continuará, su ustedes lo desean, claro está… hay mucho que contar