Un viaje en tren

En la noche viajando en un tren, pueden pasar cosas inimaginables.

Un viaje en tren

Eran las doce de la noche y agarrados de la mano corríamos con brío para el tren, nuestras intensas miradas risueñas eran dignas de ver, un instante mas y me abrazo a él. Cuando el tren comienza su traqueteo tomamos asiento frente a frente sin perdernos detalle del paisaje de nuestros rostros que parecen comunicarse, hablar en otro idioma diferente al de los gestos más comunes en la vida cotidiana. Mi mano nerviosa busca sobre mi escote un collar imaginario... su mirada se posa en mi piel tostadita, brillante y semi-desnuda. Se difumina el principio de mis senos, como el inicio de dos montañas menudas, chispeantes, danzantes con el incansable traqueteo del tren, bailan a un son mudo pero latente. Sus pupilas se dilatan imaginando esos senos, como palomas a punto de alzar el vuelo en sus manos temblorosas.

Quizá yo también lo estuviese viviendo porque aquella mirada insolente me gustó hasta el punto de enrojecer... sus brazos permanecían reposados en sus piernas, eran de aspecto suave, robustos, se adivinaban sus músculos, tenían aspecto fuerte... aquella atracción me recorría la espalda como una ráfaga de aire helado por la espina dorsal ascendiendo, provocando en mi nuca un cosquilleo transformado en humedad sexual rebosante de deseos ocultos, sentía la sangre recorrer mi cuerpo en toda dirección, la cara me ardía.

Un instante mas y mi mirada se posa en sus labios... un movimiento involuntario de estos, hace que se humedezcan marcando así su forma, su brillo, su textura... mis piernas realizan un impulso nervioso y se cruzan bruscamente, como queriendo ocultar mi excitación evidente.

Su mirada examina mi mirada inquieta que ahora mira sus piernas y sus muslos... su voz se convierte en un susurro que entra suavemente por mis oídos... como una caricia, de repente esboza una pequeña y maliciosa sonrisa cargada de picardía... me roza una rodilla como quien no quiere la cosa, ahora sus dedos se posan más firmemente y van subiendo por mis muslos adentrándose por debajo de mi falda sedosa, ahora mi mirada se pierde en la lujuria contenida su mano ansiosa busca mi vulva sedienta... de él, acaricia mis labios tiernos y temblorosos, nota ese fluido extraño que tanto le excita, el éxtasis de ese momento se transmite como un repentino estremecimiento en mi ser... y como llevados por el suspiro que habita en el aire nos levantamos sin prisas poseídos por la pasión hacia el lavabo más próximo.

Una vez entramos nuestras lenguas buscan danzar juntas un vals interminable encaminándome así a recorrer su espalda con sigilo, ahora mis dedos parecen una gran araña, explorando su piel con la yema de estos, explorar lugares improvisados, sus axilas recónditas son besadas a tiempo, su pecho acariciado, su sexo duro... mientras tanto él se deleita con mis senos en su boca de gustando los manjares de éstos, sus manos los alzan gloriosas, recorren mi falda y la dejan caer al suelo, mis muslos se enredan en sus caderas buscando su calor, un calor que los invade... su sexo se halla ahora al descubierto desafiante... mira hacia mi, lo recorro con mis besos y mis labios lo abrazan también... sus manos ansiosas acarician mis cabellos suaves haciendo remolinos... y yo sigo degustando su sexo prieto... me gusta y absorbo suavemente, descubro el placer de jugar con las zonas rasadas que sobresalen alrededor... su sabor me invade, él me agarra histéricamente por las caderas y poco a poco introduce su miembro por mis adentros, están tan mojados que una vez esta dentro, su miembro se desliza gustosamente a dentro y a fuera, llevamos un ritmo rápido, quizá demasiado... voy a estallar de nuevo y creo que él también mmmm , mi sexo tiembla a la vez que llegan oleadas de placer, se contrae a golpes como de tambor, él siente mi tensión desde mis adentros y su sexo está ahora como una roca... se detiene no quiere estallar, prefiere degustar más ese instante... me sienta y me abre la vulva con sus dedos;

Oh!! Que gusto más inmenso, se esta bebiendo mis jugos como un niño goloso, lame y relame un pastel exquisito, me estoy corriendo otra vez y le encanta me chupa tanto que tengo que retirar su rostro de mi sexo, no aguanto tanto cosquilleo y placer a la vez... ! Ahora estoy como borracha, embriagada de gusto me coloco delante del espejo observo mi cuerpo desnudo y su cuerpo detrás de mí, rozando con su sexo mis nalgas... me pongo hacia delante y él me pasa su pene por mi sexo desde detrás, restriega mis líquidos llevándolos hacia mi culito, yo me excito tanto que le suplico que me posea por detrás lo necesito, necesito sentirla dentro... poco a poco introduce su pene con cuidado por mi pequeño agujerito y comienza de nuevo a moverse, yo también lo hago, le pido más y más entre gemidos, él me acaricia a la vez mi clítoris, ahora siento que su sexo va a estallar dentro de mi, mi culito se tensa y llego al éxtasis, produciéndose en mi un multi-orgasmo repartido por todo mi sexo, estallando su pene dentro de mí con grandes movimientos, siento su semen como sale despedido en mi interior y eso hace que sienta más placer del que nunca hubiera soñado sentir. Sellamos con un beso el acto, el ritual que nos ha hecho ser salvajes, libres y recorrer el trayecto un tren más corto que jamás podríamos imaginar. Y aquí acabo nuestro viaje en tren... saliendo del lavabo las piernas nos temblaban... fue... inolvidable.

Por : Gaby

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