Un viaje al pasado - 7
Final de la historia, ¿Se vivía así en la edad de piedra? Algunas tribus de África, Papúa Nueva Guinea y del Amazonas si viven en la edad de piedra
UN VIAJE AL PASADO – 7
Cuando me dijo que esa noche quería yacer conmigo en parte me alegre, pero quería ser yo la que marcase las pautas, entonces le pedí hacer el mismo ceremonial con el que su padre me había hecho su esposa, el desconocía esa fase, le indique que no se preocupase y que se dejase hacer lo que le indicaría en su momento.
Como de costumbre, después de comer, me fui a la choza, lo senté en una banqueta y le pedí que me enseñase su pene, yo no se lo había visto todavía, en eso levanto su taparrabos y ante mis ojos apareció una maravilla, era como un pepino de largo, pero más delgado, y estaba en reposo, con delicadeza lo agarre con mis manos y comprobé que no era necesario descapullarlo ya que estaba circuncidado, al igual que el de su difunto padre, al contacto de mis manos, empezó a saltar, lo acaricie y me lo metí en la boca, nunca le habían hecho una mamada, el se extraño de mi acción y notaba que estaba incomodo por la situación, al mismo tiempo, masajeaba sus testículos comprobando que estaba bien duros, cargados de esperma fecundador capaz de dejar preñadas a todas las mujeres del poblado, lentamente comencé la mamada, eso lo tranquilizo, en un momento que me lo saque de la boca, llame a Sanka, al entrar y verme en acción, comprendió que es lo que quería, se puso detrás de mí y me puso las consabidas hiervas en mi culo, al mismo tiempo que acercándose me dijo al oído.
- Te necesitaba a ti para que lo convirtieras en un autentico hombre, si lo consigues le diré que tú debes ser su primera esposa para siempre.
Me estaba dando la autorización para que me lo tirase, que con ello conseguiría que se casase conmigo, convirtiéndome además de por herencia, por casamiento en su primera esposa y favorita, cuando note que ya había crecido lo suficiente y estaba lo suficiente duro, me di la vuelta y le ofrecí mi culo, el no sabía lo que hacer, entonces le dije que me metiese su pene en mi culo y empujase fuerte como lo hacía su padre, fue decirle que su padre había hecho lo mismo, me agarro de las caderas, separo mis gordas nalgas, con su glande toco mi esfínter y de un solo golpe me lo metió hasta los huevos, nunca me habían metido un cipote tan grande y gordo ni en el culo ni en la vagina, mi esfínter se había abierto fácilmente para permitir la entrada de tal maravilla, cuando lo sentí dentro, comencé a moverme afín de provocarle los consabidos movimientos de mete y saca en mi culo, rápidamente se dio cuenta de lo que tenía que hacer, y no lo hizo con suavidad, lo hizo como un campeón, con cada embestida me daba la sensación que me saldría por la boca tal maravilloso pene, en eso dando un grito se descargo en mi culo, sentí como su abundante esperma llenaba mis intestinos, al sacarlo un rio de semen salió de mi culo, dejando un charco en el suelo, que pronto los perros se encargaron de lamerlo. Yo me di la vuelta y comencé a limpiárselo con mi boca, ya está acostumbrada a limpiar el de su padre y no me daba ninguna repugnancia limpiar el de su hijo, la cara que puso era de asombro y satisfacción, una vez limpio le dije.
- Amo y señor, a su padre le hice todos los días lo mismo hasta que me tomo por esposa, yo soy ahora vuestra esposa heredada si quieres todos los días puedo hacerte lo mismo y por la noche yacer a tu lado para ser tu esposa heredada más y mejor.
No dijo nada, me ayudo a levantarme y me indico que fuese a dar de mamar a mi hijo.
Al salir Sanka, me dijo,
- No te preocupes, el me cuenta todo, fue el, él que me pidió que fueses tu su maestra ya que le habían dicho que su padre gozaba mucho contigo, nunca había estado con una mujer ya que las leyes no se lo permiten, pero ahora como tú eres una de sus propiedades heredadas puede estar contigo las veces que quiera incluso dejarte preñada, yo le hablare para que te despose y seas su favorita y su muy mejor primera esposa y que no te sustituya por otra, eres mi hermana y quiero que seas la esposa de mi hijo.
Como gesto de agradecimiento puse mis manos sobre su cabeza afeitada al mismo tiempo que ella hacía lo mismo, poniendo sus manos sobre la mía, recogí a mi hijo y me senté a darle el pecho, ya tenía seis meses estaba hermoso al cerdito ya no le daba el pecho, ya que comía con sus hermanos de camada, no obstante siempre se acercaba a mí y de vez en cuando lo ponía a mi teta, que seguía mamando.
Esa noche, me acosté a su lado, y fue la primera vez que le di un beso a un hombre de color, que en realidad me gustaba, ya que su físico era todo lo contrario al de su padre, lo que pasaba es que el anillo que lucía por mi viudedad, no me permitía satisfacerme con besos. Poco a poco nos fuimos colocando en un 69, el me preguntaba qué es lo que quería hacer y le dije.
- Amo, te voy a enseñar una cosa que te gustara, yo te daré placer con mi boca y tú me darás placer con la tuya.
Me puse en la posición y me metí su falo en mi boca, al mismo tiempo que bajaba mi pelvis poniéndole mi chichi a la altura de su boca, no hizo falta decirle nada, enseguida note que su lengua buscaba mi clítoris y el orificio vaginal, mis flujos vaginales comenzaron a lubricar mis labios menores inundando su boca, su pene acusaba su excitación, sin decirle nada me levante y me tumbe de espaldas, abrí mis piernas y le invite a que me penetrase, el instinto hizo el resto, su enorme falo lo fue introduciendo en mi vagina hasta sus huevos, cuando lo sentí en su totalidad, lo amarre con mis piernas cruzándolas por detrás de sus glúteos y le pedí que empujase fuerte. Comenzó con un mete y saca tan brutal que casi me desgarra mi útero, así permanecimos como 10 minutos hasta que se descargo completamente, aplastando mi cuerpo, como pude lo ladee y me tumbe sobre el sin sacarla me monte sobre su pene y lo cabalgue hasta que nuevamente estaba tan dura como la lanza con la que había matado al león, movía mis caderas de tal manera que él comenzó a poner los ojos en blanco, decía unas palabras que para mi eran desconocidas y nuevamente se descargo, mi vagina estaba completamente llena de su polla y de su semen, no quería quitármela, se incorporo lo suficiente para sentarse y yo le seguí en la postura, estábamos frente a frente, el me cogía mis tetas y las estrujaba, haciendo que de mis pezones saliese la leche reservada para mi hijo, pero él la aprovechaba y mamaba de mis tetas, al mismo tiempo que me subía y bajaba de su pene, nuevamente se corrió dentro, ya llevábamos tres cuando me dijo.
- Nilam, ponte como esta tarde, como las perras.
- Si mi amo.
En eso tan pronto me puse a cuatro patas, me abrió la piernas y de un solo golpe me la metió en la vagina, diez minutos después, se descargaba nuevamente.
Me había echado cuatro polvos seguidos sin parar, menudo semental tenía como amo, no podía dejarlo escapar. Acabamos agotados, lo abrace y nos quedamos dormidos.
A la mañana siguiente tras las labores como madre, bañar a mi hijo, darle el pecho y cargármelo a la espalda para ir a buscar la leña y ordeñar las bacas y cabras Sanka se acerco a mí y me dijo.
- Ghaib, me ha dicho que no te dejara que otro hombre te compre, que serás su primera esposa, que anoche, en sueños vio a su padre y él le pidió que este siempre contigo, que le tienes que dar muchos hijos.
- Gracias hermana Sanka, frotándole su cabeza afeitada, yo seré una buena esposa para tu hijo y le daré muchos hijos.
Después de comer, Ghaib, me dijo que por la noche quería volver a dormir conmigo, pero que después de comer él tenía que ir a cazar un antílope para celebrar una fiesta.
A media tarde regresaba de la llanura, traía a sus hombros una gacela, se la dio a la segunda y tercera esposa para que la preparasen para mañana, que sería día de fiesta.
Esa noche, volvimos a tener sesión de sexo duro, en el sentido de experimentar todas las posturas posibles, tenía la fogosidad de un muchacho de 20 años y la potencia de un león, por si no lo sabéis, un león copula 20 veces con la hembra en tan solo 30 minutos, y así permanece mientras a la hembra le dure el celo, yo creo que cuando mato al león de melena negra, se comió sus testículos, con el fin de tener la potencia sexual del animal. Bendito león.
Al día siguiente, en reunión familiar, comunicaba a su madre a sus otras esposas heredadas a sus hermanos de padre que el tomaba como primera esposa en matrimonio a Nilam, y que sería desde ese momento siempre su primera esposa, todo lo que ella diga será obedecida de inmediato como si lo dijese el mismo.
Después me dijo que quería sacarme el anillo de la nariz, yo le dije.
- Amado esposo Ghaib, te agradezco tu decisión, pero el anillo, si me permites, lo mantendré puesto hasta que te de un hijo, cuando de mi vientre salga un hijo tuyo yo me quitare el anillo, pues seré la madre del heredero.
- No quiero que tus otras esposas se vean relegadas por no casarte con ellas.
Esa noche cenamos la gacela, invito a todo el pueblo y tras la cena se celebro la ceremonia de la boda, igual que cuando me había casado con su padre.
Como tenía que ser, nuevamente sesión especial de sexo, cinco posiciones, cinco vaciados, tenía el coño encharcado de semen, ya no sé si cuando orinaba salía orina o semen.
En esa actitud, la tuvimos durante seis meses, que fue cuando le dije.
- Amado esposo, te comunico que vas a ser padre, en mi vientre esta tu hijo haciéndose fuerte y valiente como su padre y su abuelo, yo se que será un digno sucesor y valiente guerreo.
El al recibir la noticia, me levanto del suelo como si fuese una pluma, me retiro de hacer todas las labores domesticas, se encargaría las otras esposas y sus hermana, yo solo tenía que preocuparme de mi hijo que ya tenía un año y de mi salud.
Yo estaba en el sexto mes de embarazo, cuando un día llego un coche con cuatro hombres blancos, dos hombres y dos mujeres, de inmediato reconocí a los dos hombres, eran mi ex Julio y mi amante Sebastián, de seguida me fui a hablar con Ghaib y le dije:
- Amado esposo, ha llegado el hombre que me dejo aquí, con otro hombre con el que estuve casada, yo no quiero irme con ellos, además vienen con dos mujeres, no sé si serán sus esposas o las traen para dejarlas, si te preguntan por mi diles que yo les contare la historia, que tu no me conociste.
- No te preocupes Nilam, lo que tu digas será la verdad.
En eso los cuatro entraron en la choza y se sentaron ante Ghaib, yo estaba sentada a su derecha. Sebastián tomo la palabra, ya que era el único que sabía algo del idioma, yo en ese momento le daba clases y le pondría un cero.
- Jefe Ghaib, sentimos la muerte del gran jefe Zaafir, tu padre, veníamos a buscar a la mujer blanco que se quedo aquí para que tu padre la enseñara a ser una mujer.
- Yo Ghaib, no conocí a esa mujer, mi primera esposa si la conoció ella te dirá que paso.
- La mujer, estuvo en el poblado unos meses, pero vinieron los hombres del norte y nos dieron sacos de sal por ella y se la llevaron, vinieron más veces y nos dijeron que aquella mujer la habían vendido a un árabe que tenía muchas mujeres y que ahora vivía en una choza muy grande y que tenia carretas que andaban solas. No han vuelto por aquí.
Les daba a entender, de que me habían vendido a unos mercaderes de esclavos del desierto y que estos a su vez la vendieron a un jeque árabe, que vivía en un palacio con más mujeres y que tenían muchos coches, que nos habían dado muchos sacos de sal, muy apreciada entre los nativos de tribus primitivas.
Pregunte si esas mujeres también se tienen que quedar para ser enseñadas.
- No estas mujeres son dóciles, las enseñamos nosotros, tenemos métodos más delicados para que sean obedientes, las hemos comprado hace dos días y trabajaran en nuestras casas.
Me estaban dando a entender, de que aquellas mujeres eran prostitutas, vete a saber de qué país, y las tenían retenidas en burdeles, que ahora ellos eran unos proxenetas.
Yo les dije:
- Las mujeres no son moneda de cambio, las mujeres son las que dan la vida, las que cuidan de los hijos y de los maridos cuando están enfermos, son los maridos los malos que saben satisfacer a sus mujeres y van a satisfacer a otras que no son sus mujeres, son ellos los que tienen que ser castigados. En nuestro pueblo, nosotras enseñamos a nuestras hijas a portarse bien con sus maridos y sus hijos, que las cosas del bosque nos las da el gran espíritu para que vivamos de ellas y las cuidemos, si nosotros no cuidamos los ríos, el bosque, la tierra, ellos no nos darán peces, leña para hacer fuego y tierra para sembrar no vengan mas por este pueblo. Vosotros soy hombres malos y cruel con las mujeres. Fuera del pueblo, si no se marchan yo le diré a mi amado esposo que los aprese y les ponga a trabajar como mujeres.
Tanto Julio, como Sebastián, se asustaron de tal manera, que no fueron capaces de decir una sola palabra, las pobres mujeres que les acompañaban no habían entendido nada, pero también estaba asustadas, desde luego las había librado de que hiciesen el viaje a la edad de piedra viaje que yo había comenzado hacia casi 4 años.
Cuando salieron, Sanka, y las otras esposas me acariciaron mi cabeza afeitada dándome las gracias, Ghaib me felicito por haber expulsado a aquellos hombres malos de nuestro mundo. Viviríamos como en la edad de piedra pero teníamos unas leyes que respetar y un deber que cumplir con nuestras familias, vivir en paz, con uno mismo y con los demás. Me alegre de todo lo que había pasado, tanto Julio como Sebastián, no me habían reconocido, tan cambiada estaba? No les gustaba el color de mi piel color chocolate con leche, mi vientre abultado por la preñez que tenia, mi cabeza afeitada, símbolo de la tribu, mi nariz anillada, en señal de respeto por mi marido fallecido pues me daba igual, yo era feliz con todo aquello, con mi esposo, mi hijo y el que venía, las mujeres del pueblo me querían y yo a ellas, les había enseñado a comportarse en lo que se refería a las relaciones sexuales, que no fueran pasivas, que el sexo no solo era abrirse de piernas y que se la metiesen, no el sexo es mucho mas, tiene que disfrutar el hombre y la mujer por partes iguales, los hijos no solo los hace la mujer, los hacen los dos, hombre y mujer y se tienen que hacer con amor.
Mi segundo hijo nació a los tres meses de aquel acontecimiento, también fue un varón, después vino una niña, otro varón y así hasta tener 8 hijos en total. Hoy vivo con mi amado esposo Ghaib, mis hijos y mis hijas, soy feliz, mis tetas ya no son lo que habían sido, tengo estrías por toda la tripa, benditas estrías símbolo de maternidad, Sanka, murió, llego a conocer a seis de sus ocho nietos, las otras esposas se casaron con hombres de la tribu, ya no tengo la anilla de luto por Zaafir, tal vez algún día Dios no lo quiera tendré que ponérmela por Ghaib. Mi esposo no tomo otras esposas, yo le satisfacía lo suficiente.
Espero haber reflejado en esta historia lo que se supone seria la vida de una mujer en la edad de piedra, gracias por vuestras lecturas.