Un viaje a mallorca (21 - 2)

En el penúltimo capítulo (el 21-B) nos dedicamos a despedirnos: ahora de nuestros nuevos amigos, también ato algunos cabos sueltos y esperamos al taxi que nos lleva al aeropuerto.

UN VIAJE A MALLORCA.

Hablando se entiende la gente...o eso dicen. B.

Enseguida te levantas, te pones a mi espalda y cogiéndome por los brazos, me los aúpas por encima de la cabeza.

Al momento paro de toser, te miro y después de acariciar tu hermoso rostro, te doy las gracias. Me respondes:

De nada mi amor; este truco me lo enseñó mi abuelita cuando yo era pequeño...

Intervengo y te digo con una sonrisa que seguro que siendo niño serías una ricura, porque ahora –y al hablar me muerdo el labio inferior y arrastro las palabras- estás más bueno que un flan con nata.

Te ríes y me dices:

Pues no creo...era el más feucho del grupo: era gordito, mi cara parecía un cráter –por culpa de la rubeola-, a los 12 años me caí con los patines y me rompí un diente, llevaba gafas de esas de "culo de vaso", en fin.. era un adefesio.

Te beso en los labios y te pregunto, usando la comparación del cuento de H. C. Andersen, como pasaste de patito feo a un bello cisne?.

Miras tu reloj y como ves que faltan ocho minutos para la media, me abrazas por la cintura y me dices:

Qué te parece si te lo cuento mientras vamos de camino hacía dentro del hotel?.

Paco y compañía vendrán de un momento a otro y si de algo presumo, además de mi (te ríes en una carcajada y tocas tu paquete) amigo Manolito, es que soy muy puntual o intento serlo.

Te digo que me parece buena idea y mientas subimos por el sendero, te comento que lo de ser puntual ya lo sabía porque al conocernos en el chat te lo pregunté y me dijiste eso mismo; me guiñas un ojo y me preguntas:

Tú que opinas, te mentí?.

Te respondo textualmente: "en absoluto; eres muy puntual y tu polla es la mejor que me ha follado", pero instantáneamente recuerdo a Pelayo, cuando le hice en su despacho aquella mamada, veo en mi mente su atractivo rostro reflejando un gran placer y parece que vuelvo a oírlo hablar...

Sí, me encanta, es la mejor felación que me han hecho nunca!.

Me estremezco y se me pone la piel de gallina, pero tú no te dás cuenta porque en ese momento pronuncias un nombre de mujer: Giselle.

Te miro de reojo; estás como en una nube...como si estuvieras en el Paraíso. Te pellizco con un poquito de celillos (para qué voy a negarlo?) y dás un brinco de sorpresa. Me miras fijamente y me dices:

Ella, Giselle fue mi primera novía y la chica más importante en mi vida hasta que...

Te quedas callado un segundo e incluso veo tus ojos anegados en lágrimas. Te pregunto "Hasta qué?". Me respondes, limpíandote con furia la cara:

La pillé en la cama follando con mi peor enemigo!.

Puta traidora!.

Abro la boca para preguntarte que te hizo y por qué, pero tú lo intuyes y cambias de tema diciéndo:

Menos mal que llegué a tiempo que si no...Ese cerdo casi te viola y -añades en tono chulesco- ya sabes que tú eres mi putita!.

Ya no agunto más, estoy harta de que te creas mi dueño; me separo de tí y echo a correr hacía la zona de la piscina, pero antes de llegar, me alcanzas y cogiéndome por un brazo me preguntas con voz sorprendida:

Qué te pasa?. Estás enfadada conmigo?.

Yo creí que te gustaba que te llamara así.

Lo siento. Perdóname.

Voy a mandarte a tomar viento, pero al mirarte a la cara veo tus atractivas, varoniles y sexys fracciones tan cerca de mi rostro que es inevitable que suceda esto: cierro los ojos, rodeo con mis manos tu nuca y beso tu boca. Es un beso con una mezcla de pasión, de amor y de sabor...a tortilla de patatas y marisco.

Al separarnos, te relames los labios y con una sonrisa dices:

Si tengo hambre, ya sé a quién comerme: a tí!.

Tu flujo es tan dulce como la miel y tus besos son...deliciosos.

Estás buenísima de arriba a abajo.

Yo también sonrío al oírte hablar y al ir a decirte (no llego a decírtelo) que me perdones tu a mí y que por supuesto que soy tu putita, tu reloj suena y anuncia las seís y media.

Me abrazas por los hombros y con paso acelerado vamos hacía el hotel.

Al entrar a la zona de descanso, en el sofá grande de ante color crema están sentadas Matilde y Ana; Juan está junto al mostrador de recepción hablando con Ramón, pero Francisco no está por nigún sitio.

Al vernos llegar tan acaramelados, la señora del chef nos dice con una pícara sonrisa:

De dondé venís pichonzines?.

Anita y yo ya penzábamos en ir a buscaos...

Me sueltas y después de darme un suave beso, dices muy amablemente:

Mejor dilo tú, cariño...

Yo iré un momento al baño. Ahora vengo.

Al sentarme al lado de Matilde, ella te dice:

Mira porahí a ver si ves a mi Paco...

Hace un rato que fue p’ya, a lo mejor s’caio por el water p’bajo!.

Al oírla hablar, Ana y yo nos partimos de risa. Qué mujer tan ocurrente; que cosas tiene...

Gracia y salero Andaluz.

Mientras les cuento –sin ser muy explícita- que tú y yo estuvimos despidiéndonos muy mucho en el palmeral; Matilde se ruboriza y dice mirando a Ana:

Niña, tápate los oíos...que eres mu jovencilla pa oír esas perrerías!.

Al oírla, la recepcionista y yo rómpemos en una fuerte carcajada.

En ese momento vemos venir a Juan; viste, como se suele decir: arreglado, pero informal: lleva un pantalón vaquero negro, camiseta de manga corta blanca y zapatos también negros, su cabello está más de punta que nunca y al acercarse a nosotras me meto con él –en plan broma- y tocándole el pelo, le digo: "te pareces a Espinete de Barrio Sésamo". Él se ríe, me guiña un ojo y exclama:

Eso es nuevo, yo creí que me parecía a Bart Simpson!.

Se sienta junto a Ana y al preguntarme por tí y por Paco, os vemos llegar; al verme, enseguida me piropéa con una simpática y tierna frase:

Parezes un chicle de fresa!.

Pero luego dice algo fuera de tono y lugar. Exclama:

Es normal que Marcos no pare de comerte. Es que estás mu...

Tú lo miras con cara de sorpresa, como si fueras un niñito al que han pillado diciéndo una palabrota o contando un secreto. Su mujer le recrimina con un codazo y él para intentar paliar la situación me dice:

Creo recordar que el banana split te encanta, no? –le digo que siii-, dame 10 minutos que vaya a la cosina y te traiga un par p’ llevar; así luego en el aeropuerto te lo comes a mi salud, vale?.

Se lo agradezco y le digo con mucho aprecio que es un cielo. Matilde frunce el ceño y dice:

Un sielo con muchas nubes y rayos, truenos y sentellas!.

Francisco hace el ademán de ir hacía la escalera y tú con un susurro dices:

Y yo voy con él.

Te digo que de acuerdo, te doy un beso "volado" y te recuerdo que a las siete vendrá un taxi a recogernos y que por eso debemos estar preparados y con el equipaje a punto. Antes de irte, me devuelves ese beso (besas la palma de tu mano y soplas sobre ella) y me dices con un guiño:

Ok nena, venimos en un momento.

Al minuto de irte tú, viene Ramón y me dice:

Hace media hora vino una señora anciana muy elegante y dejó este paquete y una carta para tí (guardo el sobre en la mochila); me pidió que te diera un cariñoso saludo y sus disculpas por no despedirse personalmente, pero dijo que la esperaban con urgencia en Llucmayor.

Sabes de quién te hablo, no?.

Le explico que se trata de Doña Catalina Salvat, la dueña del Hotel Playa Golf. Con los ojos abiertos como platos y una tímida sonrisa dice:

Caray chica, que bien te codeas con la Jet Set...con la gente Vip!.

Puedo preguntar de qué conoces a esa "millonetis"?.

Mientras le cuento que esa señora fue durante 23 años la jefa de mis padres y que durante mucho tiempo mi madre trabajó en su hacienda de campo –huelo el contenido del paquete y llego a la conclusión de que hay una sobrasada (en realidad había 2 y una butifarra), veo a lo lejos entrar por la puerta giratoria a Paul y Katy, el matrimonio Inglés y a más personas.

Ellos al verme, en vez de ir hacía los ascensores se dirigen hasta donde estamos nosotros; llevan varias bolsas del centro comercial y por eso deduzco que vienen de vuelta.

Ramón se despide con un hasta luego y se va para el mostrador de recepción.

Al llegar a nuestro lado nos saludan con un Good Afternoon, pero Mati dice chapurreándo:

Hello –jelló-!.

Todos nos reímos con simpatía al oírla.

Paul me dá una bolsita y me dice:

This is for you, Pily! .

La abro y saco una caja de bombones Mon Cherie (de esos con licor y cereza) con forma de corazón.

Me pongo en pie y los abrazo al tiempo que les doy las gracias; les ofrezco un bombón a mis nuevos amigos y yo también me como uno. Es exquisito. Ummm!.

Katy me dice que se acordó que antes le dije que hoy nos íbamos y me los compró como detalle de amistad y me pregunta, como otras veces:

Where is Mark?-

Le respondo que fuiste arriba, a la cocina y que ahora vendrás, pero que si suben por la escalera tal vez te vean. Me dicen ok y se despiden de mí con un Good Travel –Buen Viaje-.

Al irse ellos veo en mi reloj que son las siete menos cinco y le pido a Juan que me ayude a sacar el equipaje del economato. Él se levanta del sofá y dice:

Vamos y así te cuento algo que te interesará saberlo...

Te acuerdas que ayer por la noche en la disco te dije que Marcos es demasiado celoso? -asiento con la cabeza- y también es muy posesivo; y esto lo digo porque lo oí hablar con ese chico Inglés que acaba de estar con nosotros y escuché como le decía que tú eres sólo suya y –Juanito me mira fijamente y continúa diciéndo- perdóname si te ofendo, pero repitió varias veces la expresión "mi putita".

Me parece que tu novío es muy soberbio y presumido...

Le respondo que lo eres un poco, pero bueno nadie es perfecto; aunque me molesta saber que has ido por ahí hablando de esas intimidades y además con desconocidos...

Me callo porque cuando llegamos al hall Ramón ya está solo y me pregunta si necesito ayuda, le digo que sí y entra también al economato. Cogen entre los dos todos los bultos: mi troley, tu bolsa, la coca de verduras, la bolsa con las 3 sobrasadas que compré en la pastelería MIMAR –meto el paquete de Doña Catalina- y la torre de las 5 ensaimadas; a mí sólo me dejan llevar el peluche que me regaló Carmen y la bolsita con la caja de bombones.

Al salir al hall mi reloj suena y anuncia las siete en punto.

Dejamos las cosas al lado de una columna y al darme la vuelta te veo venir con Paco, Matilde y Ana.

En ese instante entra al hotel un señor de mediana edad, alto, delgado, con bigote y barba oscuras, pelo corto negro y con ojos castaños pequeños muy vivaces. Dice:

Por favor, busco a la señorita Pilar A.

Es usted? -me señala y le digo que sí-; me llamo Vicente y yo seré el taxista que la lleve al aeropuerto.

Creo que no viaja sola, pero cuantos son?.

Le digo que con uno más y te presento así: "con mi novío Marcos P.", te da un choque de manos y me pregunta:

A qué hora sale su vuelo?. –le digo que en el billete pone a las 20:30-. Bien entonces, con que estemos allí en media hora es suficiente.

Si me pemite, iré guardando el equipaje en el maletero...

Le parece bien?. Los espero fuera en cinco minutos, de acuerdo?.

Le digo a todo que sí y mientras él lleva algunas cosas –las maletas y las ensaimadas-, me despido con besos y abrazos de mis nuevos amigos; tú también haces lo mismo, aunque sólo besas a las mujeres.

Mientras tú te despides, yo me dirijo al despacho del director, toco con un golpecito pum!. Al momento Pelayo me abre la puerta y durante un interminable minuto nos miramos intensamente.

Continuará y finalizará...

P.D. Como dije en el capítulo nº 5, dos días después de llegar a mi casa escribí a mi "abuela" María. Esta es parte de la carta que le envié...

Querida abuela María:

Hace casi una semana que nos despedimos en hall del hotel y ahora mientras estoy frente al ordenador escribiéndote estás líneas, mi mente recuerda cuando me confesaste que eres una bruja blanca y te ofreciste a "tirarme" el tarot. Te acuerdas?. Fue en la excursión a la fábrica de perlas de Manacor...

En áquel momento me hiciste la mujer más feliz del mundo: me dijiste que Marcos, el chico que fue conmigo a Mallorca, estaba enamorado de mí y que me declararía su amor...y en efecto así fue, pero su amor por mí no fue honesto, fiel, sincero...(amargas lágrimas cubren mi rostro). Me engañó con la guía, con esa puta –disculpa mi lenguaje soez-, pero mi corazón estaba lleno de odio y rencor sobretodo por él.

Por supuesto ya no estamos juntos, pero el domingo, unas horas antes de ir al aeropuerto; en el jardín, cerca de la piscina del hotel un hombre, también cliente del establecimiento intentó abusar de mí, gracias a Dios no logró satisfacer su instinto sexual porque en ese momento Marcos me salvó.

Volví a quererlo (realmente nunca dejé de hacerlo), pero al final...

Cuídate mucho y dale un achuchón con todo mi afecto para tu adorado Pepe.

PD. Dile a tu querida nieta Eva que pronto nos conoceremos en persona. Un besito para ella y para tí, lo mejor del mundo y todo mi cariño, amistad y respeto. Te quiero mucho.

Pilar.