Un viaje a mallorca (20)

El capítulo 20 se divide en dos partes. En la número 1, conozco a varias personas y recibo una invitación.

UN VIAJE A MALLORCA.

Últimas horas en el hotel. 1.

La voz que oígo me dice:

Pilar querida, dónde estabas?.

Por qué no has ido a comer con Marquitos?.

Y eso de que no venis de excursión con nosotros...acaso te encuentras mal?.

-Cómo seguro que suponéis esa voz es de mi curiosa "abuela" María-.

Mientras me acribilla con esas preguntas se acerca a mí y al ver la carpeta entre mis manos, centra en ella su atención y se interesa por su contenido.

Se la dejo ver y con mi mejor sonrisa le digo que es el premio que gané anoche.

Abre su bolso, saca unas minúsculas gafas para leer y hojea las páginas mientras me dice:

Qué suerte tuviste. Es un regalo fantástico...supongo que irás con tu novío, o no?.

Al ir a preguntarle que por qué dice eso reparo que en la mano izquierda lleva una rosa roja, la señalo y ella me dice:

Tu Marcos nos dio una a Patro, a Dora y a mí antes cuando vino al comedor.

Le pregunto –intentando no parecer ansiosa- a qué hora ocurrió eso?. Responde:

Pues vino dos veces, primero eran las 14:30 más o menos porque a esa hora Pepe toma su pastilla de calcio y esa medicación es bastante controlada y luego creo que una hora después.

Al oír esa respuesta le vuelvo a preguntar distraídamente si tú ahora estabas arriba y cuando va a contestarme veo por el rabillo del ojo acercarse a Pepe y dos matrimonios más.

María que también los ha visto mueve la mano en gesto de saludo y al acercarse ellos me presenta a la nueva pareja diciéndo:

Esta es Dora y su marido, Andrés. Ellos son de Segovia...

Dora se acerca a mí y al darme un beso en la mejilla me dice:

Mari –la señala con la cabeza- nos habló mucho y muy bien de tí y también de tu novío... (da un suspiro) es un chico muy guapo y muy atento, antes nos dio una rosa a cada una...

Y Patro interviene diciéndo con un murmullo:

Y a la señorita Carolina le dio otra...

Y Pepe apostilla:

Es que hoy es su cumpleaños; cumple 31 espléndidos años!.

En el momento que les digo que voy al comedor a ver si queda algo para comer, me fijo que Ramón viene hacía nosotros con una gran carpeta marrón en las manos. Al ver en mis manos el dossier de Halcón Viajes, se detiene un minuto y después de saludar a los abuelos me aleja un poco y me pregunta:

Veo que por fin tienes tu premio...en dónde es el viaje?.

Le dejo el dossier y al leerlo sigue diciéndo:

Qué maravilla...seguro que la excursión del domingo a los Lagos de Covadonga y al Mirador de la Reina te encantará; me han contado maravillas de estos lugares. Puedo saber con quién irás?.

Irás con el chico que te acompaña aquí o con otro?.

Se ríe bajito y me cuchichea:

Me ofrezco voluntario y –en tono de broma añade- cómo es todo pagado mucho mejor..., pero en seguida se pone serio y cogiéndome la mano dice: Pero lo de verdad importante es la compañía: TÚ.

No quiero mentirle y por eso le digo con toda sinceridad que no iré contigo, pero tampoco soy tan ingenua –a pesar de que es mi mayor defecto- de revelarle que invité al director del hotel a que sea mi acompañante.

Durante un interminable segundo me quedo callada sin saber que decir y al abrir la boca para decirle que voy arriba un momento, se abre la puerta del despacho y Pelayo, con rostro serio mira a Ramón y le dice:

Muchas gracias Sr. Pons (le coge la carpeta) necesito cotejar unos datos; –me mira mí y susurra-:

Buenas tardes señora –los ojos le brillan intensamente-. Celebro que su premio le haga ilusión...su acompañante es un hombre muy afortunado!.

Joer, que nervios más tontos me han entrado. Cómo se las gasta el tío!.

Con rápidez y con un lígero temblor en la manos miro el reloj y veo que pasan díez minutos de las cuatro; me despido de ellos y volviéndo junto a los abuelitos les comento que voy a buscarte al comedor. Patro me dice.

Pili, si es sólo por eso, no te merece la pena ir porque Marcos no está arriba, nada más estuvo un ratito.

Lo vi hablando con Paco, el cocinero, sabes quién es, no?.

Le digo que sí, y que también conozco a su mujer, Matilde –mientras hablo estas palabras pienso que demonios le habrás dicho al chef- y que por la tarde tenemos una cita con ellos para despedirnos. María interviene diciéndo con voz triste:

Te vas hoy y no me dijiste nada!.

Le doy un abrazo y le pido perdón; me sonríe y dice:

**No querida, perdóname tú a mí...soy una sentimental de campeonato!.

Te hemos cogido –ella y Pepe me dan la mano- mucho cariño en estos días y nos gustaría volver a verte...en septiembre, en concreto el sábado día 18.**

Ese día se casan Evita y Adrián; anoche nos llamó por teléfono y nos dijo que atrasan la boda por cuestión de fechas, pero lo más importante es que están muy enamorados y contentos y ella misma sacó a relucir tu nombre...

Y Pepe continúa:

Nos encargó a invitarte y dijo que lleves a tu novío si quieres. Tiene muchas ganas de conocerte...

Y María dice:

Algo bastante normal –los miro con ojos sorprendidos-, porque en estos días le hemos hablado tanto de tí que eres como otra nieta para nosotros.

Así que ya sabes, ese día te esperamos en Madrid y no te preocupes por nada; resulta que Adrián es socio del hotel Osuna y como regalo de boda tiene 50 bungalows a su disposición y por supuesto uno es para tí y para tu Marcos

Les digo que me hace muy feliz su invitación y que acepto encantada, pero también dejo caer que tal vez tú no irás. María con su innata curiosidad pregunta por qué?.

Miro el reloj, veo que son y cuarto y para evitar tener que dar explicaciones –largas, duras y muy dolorosas- le prometo contárselo cuando reciba las copias de las fotos. Para ello le pido que anote el remite.

Me dice que lo hará y me despido de ellos con besos y abrazos, también me despido de los otros abuelitos y Patro me coge un momento del brazo y me susurra:

Pili, verdad que todo lo que pasó a influido para que Marcos no vaya a la boda?.

Solamente respondo con un breve y seco sí.

Los miro a todos de nuevo, en especial a María y me emociono tanto que empiezo a llorar igual que ocurrió con Carmen; ella se acerca a mí y al abrazarme me dice:

Querida niña, vamos no llores, porque sino...-ella también comienza a llorar- mejor nos vamos.

Entonces recuerdo que hoy era la excursión a la cueva del Drac, pero me parece que la hora de salida era para las 15:00 horas. Le pregunto a Pepe la razón del atraso y me dice:

Hace un rato llegó un grupo de Japoneses y el guía que va con ellos estuvo hablando con la señorita Carolina y ella después de llamar por el móvil, anunció que la excursión será a partir de las 17:00 horas. Y señálando a los orientales (Pepe pone cara de disgusto) dijo que vendrían con nosotros...y la verdad es que no me hace mucha gracia.

A qué hora os vaís?.

Le digo con mucho cariño que las personas de Japón son muy cultas, amables y honorables y más con la gente mayor; y le aconsejo que no sea tan desconfiado y que se deje llevar, le doy un beso en la mejilla y María, al oirme exclama:

Gracias Pilar, mi Pepe es más bueno que un trozo de pan, pero terco como una mula!.

Nos reímos todos y antes de llamar a un ascensor, le comento que a las siete vendrá un taxi a recogernos y que cuando vuelvan ya no estaré...

Al llegar el elevador me meto dentro y antes de pulsar el botón del centro me despido otra vez de María. CHAO.

Las puertas se cierran y mientras subo pienso en los viajes que tengo: a Los Picos de Europa y a Madrid. También pienso en lo que pasó en el despacho con el director y al recordar la felación que le hice presiento una placentera sensación e instintivamente cierro los ojos, meto mi mano derecha por debajo del vestido, toco mi coñito por encima de la tela y lo noto muy mojado.

Mmmmm!. Estoy lubricadísima.

Me encantaría sentir una polla taladrándome! Menuda putita que estoy hecha.

Al bajar del comedor, tengo que pasar por el economato y coger de la troley una braguita limpia.

En dos minutos el ascensor llega a la planta central y antes de abrirse las puertas me miro un segundo al espejo; tengo buen aspecto: las mejillas sonrosadas, los ojos brillantes y los labios rojos –señal inequívoca de que estoy contenta aunque no soy completamente feliz-. Y tú sabes por qué, no?.

Al llegar me encamino hacía el comedor y al entrar yo, sale el grupo de Japoneses y el guía que los acompaña; es un hombre muy atractivo de grandes y profundos ojos negros. Al cruzarse conmigo me mira un instante y me saluda con una movimiento de cabeza y una gran sonrisa.

Cuando me quedo sola recibo el saludo de Sebastián, el maitre. Me dice:

Hola Pili, por fin te veo. Antes le pregunté a Marcos por tí y me dijo que no sabía donde estabas.

Lo noté muy serio y algo triste. Estáis bien?.

Le respondo con un breve sí, le comento que debe ser porque hoy nos vamos y que tal vez sea la última vez que estemos juntos; intento disimular mi pena con una sonrisa y para cambiar de tema le pregunto si aún queda algo para comer. Me responde mientras me señala el dossier:

Vaya lo lamento. Haciaís una bonita pareja!...

O sea, que él no te acompañará al viaje, no?.

Oye, me ofrezco voluntario...perdón, era una broma; seguro que tienes un acompañante mucho mejor que yo...verdad?.

Esto...sí, aún quedan croquetas, pinchos de marisco, y varias cosas más en aquel aparador de la izquierda y en el otro –me indica con la vista- en donde está aquella pareja de ancianos hay repostería y dulces...o si prefieres otra cosa ve a ver al chef a la cocina. Él te dará lo que tú quieras.

Le agradezco su amabilidad y al pasar –algo distaida- por una fila de mesas, escucho un silbido y que una varonil voz me llama por mi nombre. De fondo se oyen carcajadas y más voces masculinas.

Continuará...