Un viaje a Mallorca (14)

Al igual que en los capítulos 11 y 12, el número 14 está dividido en secciones, en concreto 3. La 1ª sección se produce en el comedor.

UN VIAJE A MALLORCA.

Celos, amistad, diversión, amor y odio (un poquito) en la discoteca. I.

Tu reloj suena anunciando las 21:30.

Mientras vamos hacía nuestra mesa, vemos al matrimonio Inglés ya sentados y comenzando a cenar. Seguimos avanzando y al pasar por la Nº12 vemos a los abuelos haciendo lo mismo. La señora Patro me coge de la mano y me susurra:

Pili, luego necesito hablar contigo un momento. Creo que es necesario que lo sepas...

Tú me preguntas "Qué pasa?", pero como no quiero preocuparte con seguro que algo insignificante, te digo que "cosas de mujeres".

Llegamos a nuestra mesa y tú muy galantemente retiras mi silla y me ayudas a sentarme; también me dás un suave beso en los labios.

Dos mesas más allá está Carolina –la guía-. Al verla sentada sola, la saludas con la mano; ella levantándose se acerca y dice:

Buenas noches!. Os fue todo bien?. Por lo menos no os habeís perdido...

Le sonríes (quizás demasiado) y respondes:

Sí, bastante bien. Carmen, la amiga de Pili es una mujer excelente –mi mente recuerda a Enzo- y su hijo Álex es un niño increíble...

Intervengo en la conversación

(vale, lo reconozco: estoy celosa de esta tía!)

y le pregunto por Miguel.

Ella me responde:

A llevado el bus a un parking de lavado y supongo que ahora vendrá...

En ese momento suena la musiquita de su teléfono móvil (That’s it!), lo coge, escucha y al cabo de un minuto dice:

Era él, me ha dicho que dentro de media hora llegará; que luego ya cenará algo y después podemos ir a la fiesta en la discoteca.

Vosotros ireís?.

Me pongo un poco chulita y casi sin pensar en lo hago y digo le enseño la tarjeta dorada que me dio Pelayo; también le respondo que por supuesto que iremos porque él mismo me invitó...

Me miras con ojos chispeantes...

Carolina, me dice con una sonrisa:

A mí también me dio otra...

Verdad que es un hombre guapísimo?. Sin desmerecer lo presente, por supuesto.

Esto último lo dice mientras te toca con delicadeza un hombro (que alguien me agarre o le parto la cara).

Será zorra!.

Un camarero jovencito, alto, delgado y con el pelo corto pelirrojo se acerca a nosotros y nos dice:

Hola, me llamo Ángel y yo les serviré la cena.

El menú de esta noche está compuesto de:

Vichyssoise –crema de puerros-.

Salmón a la salsa de naranja con patatas al vapor.

Y de postre un riquísimo banana split.

Les parece bien o quieren algo diferente?.

Estoy bastante histérica y para calmarme centro mi atención en Ángel; es un chico no excesivamente guapo, pero por su manera de hablar y su forma de estar (permanece erguido muy recto con las manos cruzadas en la espalda, al lado de la mesa) dá la sensación de ser muy eficiente y meticuloso en su trabajo.

Carolina sigue dando la vara y para sacármela de encima le digo con voz seria -tal vez fui algo grosera- que nos deje tranquilos un rato. Tú, al oírme exclamas:

Pili, qué te pasa?.

Carol me estaba contando sobre la excursión en Palma.

Tal vez deberiamos haber ido...

Me indigno sobremanera, te miro fijamente y sin pensar en lo que digo, ni reparar en el camarero y en algunos abuelos que me miran, escupo las siguientes palabras como cuchillos afilados; te digo: "Pues quedate con ella" –y girando mi cara la veo de arriba a abajo- "y fóllatela todas las veces que te salga de la polla".

Me levanto de la silla y tú haces la acción de cogerme del brazo, pero de mala manera me sacudo y te digo que no me toques y que me dejes en paz.

Carolina se va a su mesa (son imaginaciones mías o he visto una sonrisa triunfal en su cara de puta?). Debo estar medio loca...) y tú me dices:

Lo siento, no debí haberte sugerido eso. Sé que el volver a ver a Carmen y los demás sitios a sido muy importante para tí, pero a mí tampoco me ha gustado oír que ese guaperas –te refieres a Pelayo- te invitó personalmente a su fiesta. Compréndeme...

Por un momento me tranquilizo y te digo que te comprendo y que también lo lamento, pero que aunque a tí el director te caiga mal conmigo a sido muy simpático (y algo más...) y pienso ir a la discoteca con o sin tí.

Me sonries con cara de chico malo –Joder, que bueno estás!- y me dices:

De acuerdo, pero no te enfades conmigo. Recuerda que esta noche me debes algo...

Ángel sigue al pie del "cañón" –al lado de la mesa- y por supuesto lo ha oído todo, pero no se ha involucrado para nada; continúa en la misma posición y al ver que volvemos a sentarnos dice:

Qué quieren para beber?.

Ahora mismo traigo la crema...

Yo pido una botella de agua sin gas y tú una de vino blanco.

Miro el reloj: las díez menos cinco minutos.

El camarero trae una sopera como la de anoche y mientras nos sirve los platos, le pido disculpas por la escena que ha presenciado hace un momento. Con un gesto me indica que no me preocupe y sonríendo brevemente dice:

Bueno, esas cosas suelen pasar...

Para cambiar de tema y suavizar los ánimos le pregunto por Juan Homs. Me responde:

Esta noche le han cambiado de puesto de trabajo; está en la sala de fiestas...

Termina de servinos y diciéndo el consabido "Que aproveche!" se va hacía la cocina.

Comenzamos a cenar –mi reloj anuncia las 22:00 horas- y mirándome fijamente me preguntas:

Iba en serio lo que dijiste antes?.

Sé muy bien a qué te refieres, pero me hago la tonta (gracias a Dios soy inteligente) y con cara de duda te digo que no sé de que hablas.

Vas a explicarme el "cuento" como si yo fuera un niño pequeño y al ir a abrir tu boca –mejor come y calla- para decírmelo, noto una mano que, por detrás de mi espalda me toca en el hombro...

Continuará...