Un viaje a Mallorca (14 - 2)
Al igual que en los capítulos 11 y 12, el número 14 está dividido en secciones, en concreto 3. La 2ª sección ocurre entre el comedor y la discoteca.
UN VIAJE A MALLORCA.
Celos, amistad, diversión, amor y odio (un poquito) en la discoteca. II.
Al sentir el tacto de una mano en mi hombro semi desnudo sólo llevo el bustier de tirantes- doy un saltito de impresión y se me escapa un pequeño grito de susto.
Un voz joven y cantarina me dice:
Tranquila Pili, que no muerdo...
Es Juan, el camarero. Viene a pedirme ayuda y por eso me pregunta:
Cenaste ya?. Es que en la discoteca estamos preparando la gala y necesitamos alguna colaboración; alguien mientras dice esto sonríe pícaramente- te nombró, me dijo que viniera a buscarte y me "ordenó" que te lleve a rastras si hace falta.
Le contesto que sí, que ahora mismo voy. Tú me preguntas con cara de fastidio:
No vas a comer nada más?.
Si quieres voy contigo...
Te miro y rápidamente te digo que no te preocupes; sigue cenando tranquilamente y que luego a las once ya nos veremos abajo.
Me levanto de la silla en el momento en que Ángel trae una gran fuente y una salsera con tapa de porcelana azul con filo dorado. Saluda a Juan con un movimiento de cabeza y me dice:
Señorita, no va a cenar nada más?.
Le respondo que no, que ahora no tengo tiempo porque me necesitan abajo, pero que el banana split me apetecía mucho (un dato: son una mujer de antojos y los dulces me pierden...). Él me comenta con una sonrisa:
De veras?. A mí también me encanta, de hecho es mi postre favorito y el que prepara Francisco está para chuparse los dedos; si me espera un minuto le traigo uno para llevar. Le gustaría?.
Le digo que sííí!. Que sería genial.
Deja el menaje encima de la mesa y va a toda prisa a la cocina.
Juan, me guiña un ojo y dice:
Creo que has hecho otro amigo; Ángel es un tío muy serio, casi nunca habla con nadie y sonríe muy poco. Debe estar acomplejado mientras dice eso se toca las orejas y las pone como de "soplillo"-.
Eres mágica...
Sonrío al oír ese último comentario (sobre mí, yo no me río de nadie) y tú que estás sirviéndote un trozo de salmón le dices:
Yo también le digo eso, pero ella no se lo cree...
Ángel ya viene. Entre sus manos trae un paquete envuelto en papel de aluminio; me lo dá con una sonrisa muy tierna al tiempo que me dice:
Cuándo le dije al chef que era para usted, me "ordenó" que le dijera que le debe un baile.
Juan interviene y dice con una carcajada:
Espero que sepas bailar Pasodobles, porque Fran es más viejo que "Maricastaña"...
Nos reimos todos con la comparación y le respondo que tengo un Master en Pasodobles y que si quiere también bailaré uno con él. Me dice:
Te tomo la palabra, pero mejor un Merengue, ok?.
Nos vamos ya?.
Meto el paquete en la mochila y me la coloco en la espalda. Le digo que sí.
Te doy un besito en los labios y sonríendo te digo que te portes bien. Me dices:
Tú también; te echaré mucho de menos...
Te digo: Chao y al darme la vuelta para ir a la salida veo a Carolina mirándote; ella al notarse "descubierta" trata de hacerse la despistada tirando la servilleta al suelo y agachándose a recogerla.
Le digo a Juan que me espere un segundo, voy hacía ella y en voz baja, pero dura y cabreada le espeto:
"Marcos es sólo mío, así que no te atrevas a tocarlo por lo menos delante de mí-. De acuerdo, guapa?.". Adiós.
Me giro y al pasar por tu lado, tú me preguntas:
Qué le dijiste?. Me ha parecido ver que se estremecía...
Te digo que no, que "todo" (lo digo como la otra noche) está bien; y que me acerqué a ella a pedirle disculpas.
Verdad que soy muy mala?. Me encanta!.
Nos vamos ya.
Al pasar por la mesa del matrimonio Inglés los saludo diciendo: "See you later!" y a los abuelitos, les digo: "Buen provecho!". María me pregunta:
Ya te vas?, y Marquitos?. No os habreís peleado, verdad?.
Voy a responder que no, que voy abajo a ayudar a preparar la fiesta, cuando la señora Patro exclama en un susurro:
Vigila muy bien a la guía!.
Uhm!. Porqué dice eso?. Me gustaría interrogarla sobre ese asunto, pero ahora no tengo tiempo.
Le digo que estaré en la discoteca y que luego hablaremos.
Me reuno con Juan, el cuál está hablando con el maitre. Sebastián me dice:
Casi no has cenado nada...Quieres que te pida algo?.
Le respondo que no, gracias; y le comento que Ángel ya me dio un banana split...
Veo el reloj: las 22:25.
Juan me dice:
Pili, guapa vámonos ya.
Le digo que sí, me coge de la mano y tira de mí.
La discoteca está ubicada es el sub-suelo. Para llegar a ella hay que atravesar el hall, cruzar la zona de descanso y después bajar por una escalera de caracol.
Mientras vamos de camino, Juan me pregunta?:
Seguro que sabes quién me mandó a buscarte, no?.
Me hago la ingenua, le respondo que no estoy segura y para parecer más creíble, le pregunto quién está en la sala?. Me dice:
Mi niña bonita -se refiere a Ana-, un camarero llamado Carlos, Matilde, la mujer del chef, Diego, el jardinero, Yolanda, una camarera de la limpieza y Pelayo, el director (mientras lo nombra a él me mira y sonríe).
Le digo que casi todos me han invitado a ir y que cualquiera de ellos puede haber sido; también añado que Carlos es gallego como yo y claro: A morriña tira moito!.
Cruzamos el hall y en recepción no hay nadie. Juan me dice:
Anita tiene que volver a su puesto de trabajo y por eso alguien me envió a buscarte...
Pasamos por la zona de descanso y le digo que pare un momento; me pongo muy seria y él se me queda mirando con cara de miedo. Le digo textualmente: Joanet, q has fet? Juanito, qué has hecho?-.
Él sabe perfectamente a qué me refiero (y vosotros supongo que también lo sabeís, queridos lectores) y rápidamente me pide perdón con las siguientes palabras:
Por favor, perdóname; yo no quería causarte ningún problema, pero él insistió. Me dijo que le gustas mucho...lo cuál es normal, te describió como una mujer muy deseable y encantadora.
Al oír ese comentario me emociono mucho y tengo tantas ganas de verlo otra vez, como un hombre perdido en un desierto de encontrar un oasis.
Le digo que sigamos.
Al llegar a la discoteca (de fondo suena la canción "Bye- Bye" de David Civera) recibo el saludo de bienvenida de un hombre.
Veo el reloj y casi son las 22:35.
Continuará...