Un viaje a Mallorca (10)

En el 10º capítulo recuerdo escenas importantes para mí...

UN VIAJE A MALLORCA.

Muchos encuentros y una visita.

En el 10º capítulo recuerdo escenas importantes para mí...

Al salir a la calle, lo primero que vemos es material de construcción: una hormigonera, varios sacos de cemento y de arena, cajas –abiertas- de baldosas en color gris oscuro y un montón de herramientas apiladas en una esquina.

No hay ningún albañil por ahí; seguramente que estarán tomando el "bocadillo de las doce"...

Giramos a la izquierda, subimos por la Calle Laud (también llamada de los Jamones), caminamos unos cien metros en línea recta y bajamos por delante del Hotel Tímor –este establecimiento fue uno de los primeros de la compañía RIU-. Te comento que está igual que antes, sólo a cambiado el color de la fachada: antes era verde espinaca y ahora está pintado en un bonito tono malva. Me preguntas:

Cuánto tiempo hace que no venías a El Arenal?.

Te respondo que en noviembre hará ocho años, pero que en mi mente tengo cada sitio y lugar fijado como si fuera un mapa. Me dás un beso y me dices:

Eres increíble...tú memoria es prodigiosa!.

Me río y te comento que no tanta y bromeo diciéndote que no tengo pinta de elefanta...

También te riés y de nuevo vuelves a decirme que te gusto mucho porque te hago reir. Me halaga mucho saberlo.

Seguimos bajando y llegamos a la Avenida; en frente y justo en primera línea está el lugar –durante veintitres duros, pero llevaderos años- de trabajo de mis padres. El Hotel Playa Golf es un "edificio" de cuatro plantas; está totalmente renovado: ahora es de lujo, de 5 estrellas...

Nos acercamos a la entrada: también tiene una puerta giratoria y en la esquina izquierda hay una gran fuente muy parecida a la del aeropuerto.

Te comento que este tipo de decoración debe estar de moda y ese momento pasa un señor con un carro con productos de limpieza. Nos dá los Buenos Días, me mira y pasa de largo. Camina un par de metros, se detiene, y dándose la vuelta viene hacía nosotros. Me dice:

Discúlpeme señorita, pero yo creo que la conozco...su cara me es familiar.

Al verlo de cerca enseguida lo reconozco. Le sonrío y le digo: "Hola Antonio, cómo va la vida?, y la familia?".

Empieza a reír sonoramente, me dá dos besos en la mejilla mientras exclama:

Pilar, eres tú?, Dios mío!. Estás guapísima, pero qué haces por aquí?, y los galleguiños (se refiere a mis papis)?, y tu hermano?, y este joven tan apuesto?, y...

Le digo sin dejar de reír, que pare el carro, seguidamente le cuento que mi familia está bien: mis padres "disfrutando" de su merecida jubilación, mi hermano vive en Galicia también, que se casó y que tiene una hija de tres años –saco la foto de Natalia y se la enseño-, la mira y dice:

Es una preciosidad, se parece mogollón a tí...

Le agradezco sus palabras, pero no sé yo si eso es cierto. Naty es una monada: rubita con los ojos verdes muy grandes, delgadita , de piel blanca....En una palabra una muñeca.

Y entonces te presento a tí, le digo que eres mi novio y que estamos de viaje de fin de semana. Te dá un choque de manos y te comenta:

Si yo estuviera en tu piel, cuidaría mucho a ésta chica. Es encantadora...

Me sonrojo y le digo que no exagere, él con una sonrisa te dice:

Hazme caso a mí y no la dejes ni a sol ni a sombra. Por ahí hay muchos buitres...tú ya me entiendes.

Le interrunpo y le digo que nos vamos, que vamos a comer con Carmen –la Granaina- y que antes debo hacer unos recardos...Me despido con el encargo de que dé muchos recuerdos a su suegra Encarna y a su mujer Milagros. Él me responde:

Por supuesto que se los daré y tú dale también un saludo de nuestra parte a tus "viejos" y diles que Antonio – el Sevilla- los recuerda con aprecio.

Le doy las gracias por sus palabras y cuando estamos a punto de irnos, llega un señor impecablemente vestido con traje y corbata, tiene el pelo corto castaño oscuro con algunas canas y lleva puestas unas modernas gafas de sol. Es muy moreno, bastante alto y corpulento, aunque con una " percha" muy elegante y sofisticada...Debe tener unos cuarenta y tantos años

Pasa por nuestro lado y nos saluda en catalán:

Bon día!.

Antonio, que sigue ahí, le dice:

Don Lorenzo, recuerda usted a esta señorita?.

El hombre me mira de arriba a abajo, se quita las gafas y muestra sus ojos de color miel. Se parece mucho a Paul McCartney, el componente de Los Beattles. Dice:

Es una joven muy bella, pero ahora mismo no recuerdo quién es. Lo lamento.

El Sevilla le contesta:

Es Pilar, la hija de Domingo -el Gallego-. Verdad que está muy hermosa?.

A Don Lorenzo se le ilumina el rostro, me coge la mano, la besa y me dice:

Disculpe mi torpeza, pero hace varios años que usted y sus padres se fueron a su tierra, verdad?.

Le respondo que en noviembre hará ocho años. Me pregunta por ellos y me encarga saludarlos de su parte y sacando el móvil hace una rápida llamada (habla en catalán, pero yo lo entiendo perfectamente) y al cabo de un minuto me dice.

Acabo de hablar con mi suegra y al decirle que usted estaba aquí, me "ordenó" –se ríe- que la inste a que pase un momento por su casa. Ya sabe que usted era la niña de sus ojos...y que sus padres más que empleados eran y son amigos para nosotros.

Le agradezco su amabilidad y le digo que por supuesto que pasaré a visitar a Doña Catalina.

Me invita a entrar al hotel y a tomar un aperitivo, pero me excuso diciéndo que mi pareja –te señalo- y yo vamos a comer a casa de Carmen Jiménez y antes debo hacer unos recados. Me dice:

Carmen ahora trabaja en mi casa, pero hoy es su día libre. Es una mujer excelente...

Tu reloj suena anunciando las doce y media del mediodía.

Le digo que sí y que por ese motivo nos invitó. Me pregunta en qué hotel estamos alojados y al decirle que estamos en el RIU Playa Park, exclama:

Un hotel magnífico y con un director joven, pero muy competente. Muy buena elección.

Me despido ya; le nuevo le doy las gracias y me pide un segundo, se va corriendo al hotel, entra en un despacho y vuelve con varios folletos en la mano. Al dármelos me dice:

Tome, dele esto a sus padres...Seguro que les hará ilusión volver a ver su "casa".

Muevo la cabeza en gesto afirmativo y guardo los papeles y la foto en la mochila.

Ahora, definitivamente nos despedimos. Tiendo mi mano hacía él y me la estrecha con suavidad y también te ofrece a tí su mano mientras te dice:

A tenido usted mucha suerte en conocer a esta joven. Trátela como un tesoro...

Tú le devuelves el choque y con una sonrisa respondes:

Sí, lo sé, soy un hombre muy afortunado.

Saludo una vez más a Antonio, me coges de la mano y nos vamos caminando por la acera.

Es casi la una menos cuarto.

Mientras vamos de camino a casa de Doña Catalina te explico que ese hombre tan elengante es su yerno mayor y que además de ser el gerente creo que es uno de los principales accionistas.

Me quedo un momento parada delante de un moderno local; en la puerta de entrada recubierta de luces de neón puede leerse: Pub MAXIM’S dentro de un logotipo en forma de manzana con un mordisco. Me preguntas:

Pili, cariño. Qué pasa?.

Te digo que ahí dentro pasé muchos fines de semana muy divertidos con mi pandilla y también te pregunto si te acuerdas del relato de un striptease que publiqué en la página de Internet Todorelatos.com. Me respondes:

Sí, por supuesto, ese me gusta mucho. Sobre todo el final...pero qué putita eres!. Pero que tiene que ver?.

Te respondo que el tanga que llevaba puesto lo gané ahí una noche, en un concurso de piropos. Me preguntas:

Y cuál fue ese piropo ganador?.

Te miro a los ojos fijamente y te digo con voz sensual:

"De qué pastelería saliste, bombón?".

Me dices dando un bufido:

De la que tú eres la única cliente!.

Y seguidamente me besas con pasión en los labios y me acaricias suavemente la espalda.

Seguimos caminando unos metros más, giramos a mano izquierda y entramos en una urbanización con varios duplex. Te comento que la Señora es la dueña de todo esto; además de poseer el hotel, tiene una agencia de viajes en Palma, una casa rural y una finca de mil hectáreas de terrero en Llucmayor.

Doña Catalina nos está esperando en el portal. Es una anciana entrañable y para su edad –le hecho unas ochenta castañas- está expléndida: el pelo (completamente blanco) lo lleva implecablemente peinado, tiene un rostro muy bonito y bien cuidado sin demasiadas arrugas, sus ojos violeta son hermosísimos; me recuerda a la actriz Liz Taylor...Viste un traje de falda y blusón de gasa en tono verde agua de Chanel.

Cuando me ve, sus ojos se empañan de lágrimas y apoyada en un bastón de madera con el pomo en forma de cabeza de buho se acerca a nosotros y nos dice:

Bienvenida al Arenal, querida niña y usted también jóven!.

Le doy un cariñoso abrazo y un besito, tú la saludas con un suave beso en su delicada mano de piel muy fina y con una perfecta manícura. Al igual que Antonio y su yerno, me piropéa y también me pregunta por mi familia. Le cuento lo mismo que a ellos y de nuevo saco la foto de Naty y se la enseño diciéndo que es la hijita de Reni –mi bermano- La mira y dice:

Es igual a tí. Perfectamente podría ser hija tuya...

Le contesto que tiene un gran parecido a mí porque sus genes son más de mi familia, pero que por contra el carácter es más de su madre. Me la devuelve.

Entonces centra en tí toda su atención. Me pregunta:

Quién es este jóven tan atractivo?.

No me digas que es tu esposo?. Por qué no me mandaste una invitación de boda?.

Huyy!. Qué apuro...

Rápidamente le digo que no eres mi marido y tú con una sonrisa dices mientras me acaricias el pelo:

Pili todavía no es mi mujer, pero porque ella no acaba de aceptarme...

Te doy un suave codazo y noto como la cara se me pone roja de verguenza. Miro el reloj: las 13:05 horas.

Le cuento que debemos irnos, que tengo que ir a encargar unas cosas y luego iremos a comer a casa de Carmen. –la empleada de su yerno- Me pregunta:

Estaís alojados en mi hotel o en otro?.

Le contesto que en el RIU Playa Park, el hotel que está situado delante de la Iglesia de la Porciúncula. Y vuelve a decir:

Y cuándo os vais?. Es que quiero enviarte algo para tus padres...

Le digo que no se preocupe por eso, que no es necesario, pero como la mujer insiste acabo aceptando y le comento que nos vamos mañana por la tarde; en los billetes pone que el avión sale hacía Madrid a las 20:30, pero hay que estar con una hora de antelación en el aeropuerto. Así pues saldremos sobre las siete de la tarde.

Y dicho esto me despido de ella, diciéndole, aunque es inecesario que se conserve tan bien. Vuelvo a darle un abrazo y tu le dás de nuevo la mano.

Nos saluda con la mano...

Me coges por la cintura, salimos de la urbanización y seguimos caminando por la acera. Te comento que será mejor que no paremos más hasta llegar a dónde tengo que hacer los encargos. Me dices:

Lo qué tú quieras, pero si por mí fuera te llevaría de vuelta al hotel, a la suite y ahí no pararía de hacerte el amor, pero con tal de estar contigo me tiro de cabeza a donde sea.

Te respondo que gracias por ser tan comprensivo y acompañarme en esta visita y que esta noche cuando vengamos de la fiesta, te daré "todo" –lo digo igual que anoche en el comedor cuando Carolina estuvo conversando con nosotros- lo que me pidas, y que no te negaré absolutamente nada. Te paras un segundo, me coges de los hombros y después de darme un apasionado beso en los labios, me dices:

Te quiero mucho y siempre te querré, no lo olvides nunca!.

Un poco extrañada por tus palabras te interrogo sobre el por qué de esa "confesión"?. Me respondes con un leve nerviosismo:

No me hagas mucho caso, soy un poco paranoico (como buen géminis) y tal y como dijo Antonio debo cuidarte y mimarte para evitar que nadie te separe de mí.

Me conformo con esa respuesta.

Seguimos caminando cogidos de la mano y llegamos a un local dónde emanan olores riquísimos, ves el letrero y lees: Horno – Pastelería "MIMAR". Benvinguts!.

Entramos (no hay nadie) y toco un tiembre que hay sobre la mesa de despachar. Al cabo de un minuto sale una mujer de mediana edad; es bajita, gordita, de pelo corto teñido de color rubio platino –lo sé porque sus cejas son oscuras- y con la sonrisa más fresca y luminosa que he visto en bastante tiempo. Lleva un uniforme de color azul claro y un delantal blanco. Nos saluda en catalán:

Bon Día. Benvinguts a S’ Arenal!.

Le saludo de la misma manera y a pesar de que mi catalán es bastante regular ella enseguida se dá cuenta de que soy peninsular y me dice en castellano:

Hola. En qué puedo serviles?.

Le sorío y le digo textualmente: "Mila, no me reconoces?". Se queda muy sorprendida, pero me responde:

Pues no, lo siento mucho. Vive usted por aquí?.

Le contesto que soy Pili, la Gallega...Ahoga un grito de alegría, sale de detrás del mostrador y me dá un caluroso abrazo mientras me dice:

Ohh!, Pili. Estás muy guapa, los aires del Norte te sientan estupendamente. Y tus papás y tu hermanito?.

Otra vez y al igual que antes le cuento a Mila sobre mi familia y también le muestro la foto de mi sobrina, al ver a Naty exclama:

Es una cría preciosa, es idéntica a tu hermano y se parece mucho a tí también...

Tu reloj suena y anuncia la una y media.

Le comento que gané en un concurso un viaje de fin de semana y que vine con mi novio –te presento-, que nos vamos mañana por la tarde, pero que mis padres me hicieron varios "mandados"; le doy un papelito con los encargos y ella los lee para asegurarse que está bien descrito. Me dice:

Si quieres, dime dónde te alojas y el repartidor te lo llevará a la hora que digas, te parece bien?.

Le contesto que de acuerdo, le doy las señas y le comento que vengan antes de las 19:00 horas.

Le pido también una tarta de manzana y un huevo de chocolate KINDER y le solicito que me haga la cuenta de todo. Me dice:

La tarta y el huevo son para regalar?.

Le digo que vamos a comer a casa de una amiga y que yo llevo el postre y el huevito es para su hijo.

Me dá el ticket: 73 Euros y me anuncia:

Además de las ensaimadas y las sobrasadas, te mandaré una coca de verduras; que yo sé que a tu papá le gusta mucho. Le dices que es de mi parte con mis saludos cordiales.

Le doy las gracias y tú que en este rato has estado muy callado, me acaricias la mano y dices en voz baja:

Cariño, son las dos menos cuarto. Creo que es mejor que nos vayamos.

Te miro y dándote un suave besito en la nariz te digo que sí.

Nos vamos. Me despido de Mila con un cariñoso abrazo y ella tendiéndote la mano te dice con una sonrisa:

Cuída mucho a esta chica; es lo más dulce que hay en esta tienda.

Alaa!. Qué piropazo!.

Me dá la tarta de manzana y el huevo...Tú me coges de la mano y salimos fuera.

Continuará...