Un verano con mi tía Marta (4) - La casa de Günter
Al acabar la tarde en casa de Raquel y Santi, los alemanes nos invitan a mi tía y a mi a quedarnos a dormir en su casa. Lo que pasó después fue de locos.
4- La casa de Günter
Entramos en casa de Günter, yo aún ayudaba a mi tía pero ya se le había pasado un poco la borrachera.
- Günter, ¿me puedes dar agua?- Mi tía agarró el brazo del alemán riéndose y se fue con él a la cocina. Por primera vez senti celos.
-Nosotras nos vamos a dormir, llevamos todo el día fuera- me dijo Mila. Eran ya las 11 casi. No entendía por qué se iban tan pronto a la cama, tal vez, aparte de estar cansadas, también estaban disgustadas. Su hija se dirigió a la habitación pero me dio también las buenas noches con una sonrisa.
Lo curioso de esta familia es que Günter siempre hablaba a su hija en español, él decía que lo hacía para que aprendiera el idioma. Con su mujer sí que hablaba en alemán.
-¡Buenas noches! Natali- Le dijo a su hija desde la cocina. A su mujer le dijo algo en aleman que no entendí. Mientras, se quedó coqueteando con mi tía en la cocina.
yo me quedé con cara de tonto, no sabía que hacer. Entonces me dirigí a la cocina enfadado.
-¿Tía?
-¡Cariño!ven, siéntate con nosotros.
-No, estoy cansado ¿Dónde dormimos?
-¿Günter?- mi tía miró al alemán.
-Sí, por aquí- Se levantó y me guió hacia una habitación que estaba arriba. La casa tenía dos pisos. Era una habitación que supuse que estaría al lado de la de Natali ya que su puerta estaba entreabierta y se podía escuchar música a un volumen muy bajo.
En la habitación que me correspondía había solo una cama, le di las gracias a Günter y él me miró con una sonrisa y me agarró el hombro.
-De nada amigo, ponte cómodo. Si necesitas algo pídeselo a Natali, ella necesita hablar español. No se ha adaptado aún a la vida en España.
-Vale, gracias.
Cuando se fue, cerré la puerta y mire a mi alrededor, había un armario y una bandera del Bayern de Munich en una de las paredes. Era una habitación como de un adolescente. Efectivamente, había una foto de un chico al lado de otra chica, probablemente sería su hijo.
Después dejé mis pertenencias en la cama y me agaché para ver si había otra cama y para mi sorpresa no la había. Entonces, salí de la habitación para buscar el baño, escuché que tiraban de la cadena y seguí ese sonido por el pasillo, justo salía de él Mila, que estaba completamente desnuda. Me sonrió y me dijo pasa, sus tetas eran preciosas.
-¿quieres duchar?- me dijo
-Eh, tal vez.- Vale, mira, y se metió en el baño, yo la seguí y me explicó cómo funcionaba la ducha ya que tenía un mecanismo raro pero en vez de fijarme en cómo me explicaba observaba su figura bronceada, sus tetas, su culo...
-Si quieres desnudar puedes hacerlo también.
-Eh sí- entonces comencé a tener más erecciones. El día estaba siendo muy intenso.
-Preguntar a Natali si tienes problemas.
-ok, gracias- dije
-Buenas noches David.
-Buenas noches.
Pasó una media hora, yo ya me había duchado, todo el pasillo estaba a oscuras cuando salí del baño, la puerta de Natali estaba cerrada, también la de Mila y la única luz que se veía en toda la casa era la luz de mi habitación y la de la cocina abajo. Todo lo demás era penumbra total.
Yo llevaba solo los calzoncillos puestos e iba descalzo, todo el pasillo tenía una alfombra, con lo cual no hacía ruido cuando caminaba y mientras me dirigía hacia mi habitación escuché a mi tía cuchicheando con Günter. Se escuchaban risas.
Entonces, con la toalla al cuello y en calzoncillos, decidí bajar las escaleras para asomarme desde la escalera. Desde mitad de la escalera se podía ver el fondo de la cocina. Yo no los veía directamente a ellos pero sí que los podía ver a través del reflejo de una ventana grande de la cocina.
Günter estaba intentando ligar con mi tía pero ella se resistía.
-Vamos Marta, no pasa nada. Todo estar bien. -Se escuchaba muy de lejos, había que esforzarse mucho para escuchar la conversación. Yo apenas respiraba para escuchar bien.
- ¡No! ¡para Günter! tu mujer está arriba, tu hija, ¡mi sobrino!
-Si es solo un poquito, dame un beso
-¡No! ¡para!, ¡para!- Veía cómo le estaba metiendo mano.- Entonces tuve que hacer ruido, tosí y comencé a bajar las escaleras. No podía soportar ver la escena.
-Cariño, creía que te habías ido a dormir.
-No, tenía sed
- Sí, coge agua de ahí- Me dijo Günter un poco molesto con mi presencia.
-¿Vienes a dormir?- No pensaba irme de ahí sin mi tía.
-Sí, claro cariño, sube que ahora voy.
-No, si quieres te espero.
-Vale, buenas noches Günter. Gracias por invitarnos a tu casa.
-¡No hay problema! Mañana si queréis vamos a comer fuera.
-Estaría genial.-Ya se le había pasado la borrachera a mi tía.
Afortunadamente los dos salimos de la cocina, Günter se quedó acabando su trago.
-Menos mal que has bajado, se estaba poniendo muy pesado.
-Ya me di cuenta- contesté. Los dos estábamos ya en la habitación.
-Ahora vengo, voy al baño.- Mi tía salió
Cuando regresó, yo estaba ya metido en la cama sin camiseta y con la sabana hasta la barriga. Ella me miró sorprendida, no llevaba sujetador, solo la camiseta de tirantes, se le podían ver los pezones y solo llevaba las bragas.
-¿ay? ¿no hay otra cama?- me decía desmaquillada mientras se untaba crema en la cara.
-No, lo siento.
-No importa cariño, hay sitio de sobra, entonces cerró la puerta y se metió conmigo en la cama.
La temperatura era ideal por el aire acondicionado, de hecho hacía un poquito de frio. Los dos estábamos boca arriba.
-Vaya día- dijo ella. -creo que bebí demasiado pero ya se me pasó un poco.
-Sí, la verdad es que no me esperaba que fuera así, pero me lo he pasado bien. Ha sido divertido.
-Me alegro cariño- Entonces se giró hacia mi y comenzó a acariciarme el pecho.
-Eres muy guapo. ¿No tienes novia?
-Eh, no. -yo estaba tembloroso. Solo esperaba que no sacara el tema del golpe.
-¿Qué tal ahí debajo? menudo patadón te di.- Ya me quité el anillo del dedo del pie.
-¿Por qué? te quedaba bien.
-Ya, pero me trae recuerdos y no quiero.
-¿Sí? ¿y eso?
-Déjalo, no es nada. Sus ojos se encharcaron.
-Eh, tía, ¿estás bien? entonces me giré hacia ella, le toque el brazo y el otro lo puse debajo de su cuello y la abracé. Ella comenzó a llorar.
-Tía, ¿qué sucede? puedes contármelo.
-No te preocupes cariño, todo está bien. Eres muy cariñoso, eso me gusta.- entonces se quedó debajo de mi brazo con la cabeza apoyada en mi hombro y
yo mirando boca arriba. Ella con su otra mano en mi pecho. Se estaba quedando dormida. La verdad es que me lo estaba pasando bien en Barcelona con mi tía. No quería que acabara.
-Apaga la luz...- Dijo ya casi dormida.
-Vale- entonces estiré mi mano y apagué la luz de mi lámpara. Nos quedamos a oscuras los dos. Yo no me podía dormir. Estaba demasiado excitado y no quería moverme porque estaba muy a gusto sujetando a mi tía dormida entre mis brazos. Yo estaba empezando a tener calor pero por lo visto ella tenía frio a lo cual su reacción fue subir una de sus piernas encima de mi y ahí seguía dormida como si nada. Su rodilla estaba prácticamente encima de mi pene que estaba completamente duro y no paraba de chorrear debajo del calzoncillo.
Al momento ella me preguntó sin moverse de su sitio:
-¿David?- al parecer, se había despertado, pero no me soltaba.
Yo no contesté, estaba perplejo. Tenía su rodilla en mi polla y su mano encima de mi pecho.
-cariño, ¿estás despierto?
-Sí...¿tú?- no se me ocurrió otra cosa.
Te molesta que esté así.
No, está bien tía.
Vale- e hizo un movimiento con la pierna y la cabeza, como cuando uno está a gusto y se acomoda para estarlo aún más.
-ay, perdona.- Se había dado cuenta que tenía su pierna en mi polla- Entonces la bajó un poco.
-No te preocupes, puedes dejarla donde estaba
-¿Seguro?
-Sí
-David
-¿Sí?
-¿Estás cachondo?
-No...
-¿No?- entonces soltó una carcajada y levantó la cabeza mirándome en la oscuridad. Yo seguía mirando al techo.
-Pero si la tienes super dura.
-ehhh no...
-¿Te pone tu tía o qué?- Mi corazón iba a explotar y ella lo notó con la mano que tenía en mi pecho.
-David, pero si estás super nervioso.
-No, de verdad que no.
-A ver- Entonces se levantó, encendió su lámpara y quitó la sábana. La sorpresa que se encontró fue un pene enorme debajo de los calzoncillos y estos con una gota que marcaba el punto donde se encontraba mi uretra.
-David...Cariño...Mira cómo estás.
-¿Cómo?- yo miré mi polla y me hacía el inocente.
-Puedes quitartelos si te apretan- Mi tía se comenzó a reir con un bostezo.
-¿Sí?
-Claro, ya te la he visto, mira y así de paso me enseñas la herida.
-¿ehhh seguro?
-Sí,venga y nos vamos a dormir que estoy cansada.- En ese preciso instante que recibí su permiso, me bajé los calzoncillos.
-Ah, mira, ahí está la herida. Bueno, ahora no parece tan grande. Esto lo decía mientras movía mi pene en distintas direcciones. Acto seguido salió más líquido preseminal.
- ¿Y dices qué no estás cachondo? - mi tía era muy abierta y sonreía con curiosidad mientras colocaba la punta de su dedo sobre la gota de lubricante y la esparció
por todo el glande. Luego apretó de nuevo para ver si salía más y efectivamente, salía más líquido.
-Bueno, límpiate si quieres eso, ahí hay unos pañuelos - Habían unos en el escritorio de la habitación. Yo me levanté completamente desnudo y fui a cogerlos. Me limpié la polla de espaldas mientras mi tía me miraba el culo y me esperaba con la cabeza apoyada sobre su palma de la mano. Cuando volví a la cama ella dijo:
- Cariño, no tienes tan grande el testículo derecho. Tienes un pene muy bonito. No sé qué problema tienes. Ven aquí, túmbate. Acuérdate que me debes un masaje. Bueno pero eso lo dejamos para otro día que estoy cansada. Voy a apagar la luz. Entonces la apagó y se giró hacia el otro lado.
-Buenas noches cariño.
-Buenas noches.
Yo estaba demasiado cachondo, no me podía creer cómo me había dejado mi tía y ahora visto con perspectiva creo que debería haber sido más valiente pero cuando estás viviendo ese momento tan inesperado uno a veces reacciona de estas maneras.
Quería hacerme una paja y correrme pero quería ir más allá, no podía hacer lo mismo de la otra vez. Mi tía estaba en bragas mirando hacia el otro lado y ya prácticamente dormida.
Entonces, como estaba desnudo, empecé a acercarme poco a poco por detrás. Cada vez me acercaba más a ella hasta que conseguí que mi pene estuviera escondido entre sus nalgas. Mi tía entonces comenzó a mover su culo y a sacarlo más. Era una sensación muy placentera. Estaba empezando a gemir, yo puse mi brazo sobre su vientre y la abracé como si fuera sin querer. Yo me hacía el dormido.
-David, cariño, tengo calor apártate un poco- me aparté disimuladamente y me puse boca arriba fingiendo estar dormido pero estaba más despierto que nunca
y mi pene también. Yo mantenía los ojos cerrados pero pude escuchar cómo se quitaba las bragas vi también de reojo en la oscuridad cómo se incorporaba para quitarse la camisa.
Acto seguido suspiró y con alivio dijo: -Ya está- Y siguió durmiendo como si nada, pero esta vez mirando hacia mi, yo estaba boca arriba estaba preparado con mi mano en alto para que ella se juntara a mi como lo había hecho anteriormente. Pasaron unos 30 minutos y así pasó.
Mi tía comenzó a acercarse y apoyó de nuevo su cabeza sobre mi hombro y su mano sobre mi pecho. Después pasó lo que tenía que pasar, estaba teniendo frio y subió otra vez su rodilla sobre mi cuerpo, tocando completamente mi pene.
Ella entre sueños la notaba algo excitada porque no paraba de frotar su vagina contra mi muslo. Entonces, como si estuviera con su novio durmiendo plácidamente, me sujetó la polla y la dejó entre sus manos, como si fuera un juguete que no quería soltar. Y así se quedó un rato hasta que comenzó a realizar movimientos con su mano.
Me estaba masturbando.
-ay,cariño...-
Yo ya no podía más así que me giré un poco hacia ella que seguía acariciándome la polla y le empecé a meterle mis dedos en su coño, el cual estaba empapado. Al instante, ella se percató del error que había cometido, soltó mi polla. Se había despertado, pero se había dado cuenta que su sobrino tenía los dedos en su coño.
-David, cariño, ¿qué haces?- ella jadeaba- Para cariño, no podemos hacer esto- Pero se dejaba llevar.
-¿No te gusta?- yo ya me dejaba llevar por mis instintos. Ella no contestaba, seguía frotando su coño contra mis dedos.
- No está bien David, ahhhhh, David, cariño- Ya desistiendo y dejándose llevar por la lujuria mi tía Marta volvió a sujetar mi pene.
-Ay, cariño, no está bien esto- Pero ella ya estaba masturbándome de nuevo.
Entonces me incorporé y me puse boca arriba y comencé a besarle el cuello y a chuparle las tentas.
-David, soy tu tía, no me hagas esto cariño, ahhhhhh, para David- Yo seguía a lo mío, ella ya estaba más deshinibida. Yo tenía ganas de metersela
-Para David, ¡no! eso no lo hagas por favor- Entonces me sujetó las manos, me empujó hacia un lado y se subió encima mío. La tenía encima mío en la oscuridad pero podía ver a la perfección sus tetas colgando sobre mi cara.
-David, no podemos follar cariño, no podemos follar, ahhh- pero su coño se frotaba contra mi estómago y ella no parecía tener intención de parar. Seguía haciendo movimientos y yo no dejaba de chuparle las tetas, la abracé y la traje hacia mi y le empecé a besar el cuello. Sabía que eso le iba a gustar.
-David, cariño, no, no está bien- Pero ella jadeaba más y hacía movimientos más circulares ya prácticamente encima de mi polla. Su respiración era acelerada y ahí seguía diciendo que no quería follar pero su coño mojado seguía frotando mi pene. Tal sensación me estaba produciendo ganas de eyacular a lo cual le dije que parara que me iba a correr.
-No, David, cariño, no te puedes correr, no te puedes correr- Paró unos segundos pero comenzó otra vez con los movimientos. Yo ya no aguantaba más y sin usar mis manos estaba intentando que entrara mi pene en su coño y lo estaba consiguiendo porque tal era la cantidad de fluidos compartidos que mi pene acabó entrando lentamente en su vagina.
-¡ay cariño! ahhhhh, nooooo, no podemos follar, soy tu tía- Pero ya era demasiado tarde. Estábamos follando apasionadamente. Tenía la polla durísima y entraba y salía cada vez a más velocidad. Entonces mi tía decidió abrir sus ojos y mirarme a la cara mientras me follaba.
- ¿Te gusta?- Le pregunté mientras ella hacía todo el trabajo, yo solo podía observar cómo me estaba follando. Ella no contestaba. Solo me follaba y me miraba. Me apretó la barbilla con una mano, se detuvo de repente unos segundos mientras me miraba con la polla en su coño y puso cara de arrepentimiento. Pensaba que pararía en ese momento pero volvió a moverse como antes y cada vez a más intensidad, más profundidad, como si quisiera correrse ella también.
Ahora se juntó a mi, chupándome el cuello y solo movía su culo y hacía entrar y salir mi pene de su precioso coño. Yo ya no aguantaba más.
-Tía me voy a correr ahhhhh-
-No, ¡aún no cariño!
-No aguanto más tía
-Vale, córrete dentro cariño- Ella seguía cabalgándome y besándome.
-No puedo ahhhh-
-No me vas a dejar embarazada. Córrete si quieres dentro.
-Me corro, me corro
-Sí cariño dame tu leche, la quiero dentro de mi- Comenzó a moverse más rápido y me echó un morreo en los labios.
-ahhhhhhhhh
-Sí cariño- Los espásmos llegaron y yo comencé a correrme a chorros- ella me miraba y sonreía. Entonces soltó un suspiro cuando yo me corrí y se quedó encima de mi varios segundos.
Yo no podía creerlo. Me acababa de correr en el coño de mi tía.
-ayyyy casi me corro yo también, pero estoy muy cansada. Enciende la luz cariño.
Cuando la encendí se bajó de mi, su vagina soltó aire y toda mi leche salía de dentro.
-Pásame papel.
-Sí, aquí tienes.
Entonces se levantó y fue al baño. Luego fui yo a orinar y no nos dijimos nada hasta que apagamos la luz. Ella se había puesto de nuevo las bragas y la camisa. Yo seguía desnudo.
-Esto queda entre tú yo ¿vale?- Dijo mi tía preocupada y acalorada.
-Sí tía.
-Buenas noches David.
-Buenas noches tía Marta.
Así acabó la segunda noche con mi tía en Barcelona. De locos.