Un verano con mi tía (2) - El plan más inesperado

Después de los acontecimientos de la noche anterior, era el momento de ir a la playa con mi tía pero la historia tomó un giro demasiado inesperado.

2 - El plan más inesperado

Era ya de día y detrás de la puerta se escuchaba la radio de fondo, era música Rock.

Yo notaba las sábanas suaves sobre mi cuerpo, la luz del sol ya se hacía notar por la mañana. Eran las 9:00. Me incorporé y comencé a buscar mis calzoncillos erráticamente por todos lados. Debajo de la almohada, entre las sábanas...No estaban por ningún lado. solo tenía a mano el pantalón corto que me había dado mi tía la noche anterior.

-¡David! ¿Ya te has levantado?- se escuchaba al final de la casa.

Entonces dejé de buscar lo que estaba buscando y me acordé de la noche anterior. Además recordé cómo mi tía me había tapado el cuerpo con la sábana

para no tener mi desnudez a la vista. Me sentía avergonzado.

-Sí...Ya voy

-Ven, desayuna conmigo, te he hecho unas tostadas-

-Eh, sí, ya voy...

Entonces me puse el pantalón corto sin los calzoncillos y salí camino al baño. Ya dentro, vi que en el cesto de la ropa estaban mi ropa interior. La había cogido ella y la

había puesto ahí. Entonces saqué mis calzoncillos, me los puse y sali del baño una vez había orinado.

Yo de camino a la cocina y aún despeinado y medio dormido dije buenos días.

-Hola cariño, ¿qué tal has dormido? Siéntate aquí- Me señaló mi silla en la mesita pequeña de la cocina. Y es que la cocina no era muy grande.

De hecho era una mesa plegada que estaba contra la pared y apenas había sitio para dos personas, pero los dos nos sentamos juntos a desayunar, sus piernas estaban

casi chocando con las mías y su plato plato prácticamente tocaba el mío.

-Pues he dormido bien, pero pasé mucho calor

-Uff, yo también, es que quise poner el aire pero no funcionaba. Quizás ya mañana puedas dormir en tu habitación. Así estarás más fresquito. Esta noche podemos dormir con el ventilador del salón. -Entonces me sonrió cerrando los ojos mientras mordía la tostada. Su tostada tenía queso y mermelada.

Mi tía Marta comenzó a hablarme de su vida, de su trabajo, de la vida en Barcelona...De hecho, hablaba mucho, pero yo siempre que se ponía a hablar me abstraía y acababa mirándole las piernas que aún estaban un poco rojas, un rojo que hacía contraste con los laterales de los muslos que estaban blancos. Su constante voz de fondo era como el sonido del mar, que sabes que está ahí pero no le prestas atención. Sus piernas ahora estaban cruzadas y además iba descalza. Entonces recordé lo de la noche anterior, esto me provocó una leve erección, tuve que juntar más las piernas y pensar en algo triste y trágico para que se me bajara.

-¿Si o no David?

  • ¿eh?- dije yo saliendo de mi estado hipnótico.

-¿Que si quieres ir a la playa con Raquel y Santiago?

-Ah, sí, sí, vamos.

Eran ya las 9:40 y mi tía se percató de que llegábamos tarde.

-Mierda, hemos quedado a las 10:15, se me había olvidado. Vístete que nos vamos. yo recojo esto y voy a ponerme el bañador. David, cógeme el protector solar

que está en la mesita de noche de la derecha, en el primer cajón. -Todo esto lo decía recogiendo los platos rápidamente.

Entonces fui a su habitación y en vez de vestirme, lo primero que hice fue buscar el bendito protector solar. Éste no estaba en la mesita de noche así que fui a la otra de la derecha y para mi sorpresa, encontré un vibrador con forma de pene grande lleno de venas, era bastante realista.

-¿Lo has encontrado?- gritaba desde el baño.

-Eh...No tía, aquí no está.

-Vale, no te preocupes, ya lo encuentro yo, no busques en otro sitio, déjalo.

Ya sabía yo por qué no quería que buscara en otro sitio.

Ella salió del baño ya vestida y con el pelo medio mojado.

-¿Qué haces que no te has cambiado? venga, que llegamos tarde, Raquel y Santi nos esperan.

Entonces ella cogió su bolso se echó perfume y salió al comedor.

-voy a pasear a Ozzy, cuando suba quiero verte listo.

Cuando subió yo ya estaba listo. Tenía conmigo mi toalla, el bañador y mis chanclas. No me hacía falta nada más.

-Venga, vámonos, adiós Ozzy! Mamá viene luego.

-Adiós Ozzy...- Dije yo.

La verdad es que yo estaba un poco apático, el día anterior le había escrito por whatsapp a Pilar,  la chica que había conocido y no me había contestado. No me apetecía mucho ir a la playa con dos desconocidos.

En la esquina de nuestra calle estaban Raquel y Santi esperándonos dentro del coche. Entonces Santi hizo un gesto señalándose el reloj pero en plan burlón.

-Hola! guapa, ¿cómo estás Marta? dijo Raquel.

-¿qué tal Marta?- dijo Santi mientras entrábamos y nos sentábamos en los asientos traseros.

-Este es mi sobrino David que ha venido a pasar unos días conmigo a Barcelona.- se cierra la puerta.

-Hola David- me dió la mano el hombre ya cuando estábamos dentro del coche y a Raquel le di dos besos como pude.

Santiago era el típico hombre desaliñado con el pelo largo y canoso, barba y gafas de sol negras. Su pareja, porque no parecían casados, era todo lo opuesto a mi tía. Era delgada, bajita y muy morena, eso sí, también tenía unas tetas mucho más grandes en proporción a su cuerpo. A los dos se les notaba que pasaban mucho rato al sol.

El coche que tenían era un poco viejo, al parecer tenían uno mejor pero se había estropeado y éste se lo habían prestado.

-Viene también Pupi- dijo Raquel.

  • ¿Ah sí?- contestó mi tía con cara de sorpresa y resginación elevando sus cejas.

Pupi era un tío muy peludo y bastante gordo, además transpiraba mucho y olía a sudor.

-¡Hola Pupi! entra. Dijo Santiago.

-Hola muchachos- Dijo Pupi, haciéndose un hueco al lado de mi tía que estaba en el medio.-¿Todo bien?- Llevaba una camisa a cuadros y un pantalón corto. Era un hombre extremadamente peludo.

Lo que sí pude notar es que su pierna tocaba inevitablemente a la de mi tía y ésta hacía el intento de apartarla, lo cual hacía que se moviera más hacia mi. Entonces sus muslos tocaban los míos.

De camino a la playa, íbamos hablando de la vida, y demás cosas sin mucha importancia para esta historia. Yo participaba en la conversación

pero seguía abstraido con las piernas de mi tía rozando las mías, también me fijaba de reojo en sus pechos. Además, sus manos, con las uñas pintadas de rojo, estaban sobre sus muslos sonrojados. Comenzamos entonces a adentrarnos en un camino lleno de piedras para aparcar el coche y yo notaba como le saltaban las tetas a mi tía. Yo me sujetaba de la agarradera de la puerta pero ella se tenía que agarrar a mi pierna

derecha, porque además no quería tener mucho contacto con el sudoroso y maloliente Pupi.

-Mierda, la playa está cerrada-

-¡¿Qué pasa?!- Preguntó Santiago a otras personas que venían hacia nosotros resignadas con sombrillas y neveras.

-Que está la marea muy alta y hay bandera roja-

-No me digas ¿Pero qué dices?- le dijo al hombre que le había contestado. -¡Gracias!

  • Te dije que miraras el tiempo antes de salir, a mi me sonaba que el tiempo no estaba para bañarnos- dijo con enfado Raquel.

-Coño, habérmelo dicho antes- contestó Santiago.

-No te enteras, siempre te pasa igual

-y por qué tengo que ser yo el responsable...

Entonces comenzó una acalorada discusión. Era obvio que se hubieran enfadado porque habían preparado bocadillos, cerveza, fruta, para pasar un día estupendo en la playa.

  • ¿Y por qué no vamos a tu casa Santiago?- Dijo Pupi.

-Porque están Pete y Sophie- Les dejé la casa para que estuvieran solos.

  • Bueno pues llámales y diles que vamos, no creo que les importe- respondió mi tía.

-Vale, llama- Dijo Santi a Raquel.

-Pete, hola, escucha, que hemos tenido un problema en la playa y no nos podemos bañar, está cerrada ¿Os importa que vayamos y os hacemos compañia en la piscina?

-¡Por supuesto! no hay problema - Se escuchaba de fondo a Pete, un tío inglés con un acento bastante pronunciado- Vosotros nos dejarnos la casa, será divertido si vienen, ¡venir!

-Ok, vamos nosotros con Pupi, Marta y su sobrino-

-Fantastic!

-Bueno, vamos para allá- dijo Santi.

-Qué bien, hemos salvado el día- dijo Pupi mientras tosía.

-Estupendo- Dijo mi tía- Aquí siempre hay un plan B, ya verás qué bien lo pasamos- Me acarició la pierna y me sonrió.

Al llegar a la casa, un chalet alejado de la ciudad, comenzamos a bajar las cosas del coche, entonces Raquel fue a abrir la puerta y nosotros llevábamos bolsas y neveras.

Y ¿cuál fue mi sorpresa? que aquellas personas, de la edad de mi tía, quizás entre los 40, estaban completamente desnudos de pies a cabeza.

-¡Hola! guys, ¿como están?- Encantado, me dio la mano Pete y Sophie me dio dos besos.

-Come in!- Nos invitó Pete a entrar. Yo estaba en shock. Y lo que más me sorprendió, y no es que sea gay, fue el rabo que tenía Pete, era enorme, no quería imaginar lo que le mediría en erección. El hombre medía unos 188cm, además su novia o mujer, de unos 170cm tenía un culo enrome y unas caderas enormes. Era una mujer pelirroja bastante atractiva.

Mi tía, pudo comprobar mi cara de estupefacción.

-David, cariño- Me decía en voz baja mientras los demás abrian cervezas y hablaban.-Se me olvidó comentarte que Santi, Raquel, Sophie y Pete, son nudistas.

No te preocupes si no quieres quitarte la ropa. No estás obligado.

-Vale...-dije yo nervioso.

Entonces me senté con una cerveza en una silla debajo de un toldo y a mi lado estaba Pupi que se estaba quitando la ropa. Yo lo miraba de reojo y ponía cara de asombro mientras bebía cada vez más rápido la cerveza. Cerca de la piscina, veía a mi tía, hablando con Pete y Raquel. Esta ya se había quitado la ropa y mi tía seguía vestida con su pantalón y su camiseta de tirantes. Debajo tenía el bañador aún. Estaban a unos 3 ó 4 metros de mi.

Yo no podía comprender la conversación porque además, Santi y Sophie estaban al otro lado poniendo música y sacando los bocadillos y snacks. Entonces escuché la palabra "ropa" y vi cómo Raquel se reía y señalaba la ropa de mi tía. Acto seguido, mi tía se giro desde lejos, mirándome y sonriendo.

Todos estaban ya desnudos, relajados y con bebidas en la mano, incluso Pupi que me dijo que iba a bañarse a la piscina.

Después de que se fuera Pupi mi tía se encaminó hacia mi y me dijo:

-Cariño, voy a quitarme la ropa yo también ¿vale? Tú no tienes que hacer nada, puedes bañarte así si quieres, no te preocupes.

Mientras me decía esto, la sangre me empezó a bajar a la entrepierna. Yo bebía cada vez más rápido mi cerveza. Se sento en la silla de al lado y comenzó a desnudarse. Mi tía hablaba a gritos con Raquel y Sophie sobre un tema gracioso que no recuerdo, todo de lo más natural. Primero se quitó el el pantalón, luego la camiseta y finalmente el bañador.

Entonces cogió el protector solar que había en una mesa y comenzó a untarselo por el cuerpo, por todas las tetas, por todos lados, incluso la entrepierna, pero no su espalda.

Yo la miraba de reojo atónito casi terminando la cerveza que había comenzado hace pocos minutos.

-¿Me echas en la espalda?-

-...- Me quedé paralizado

-¿David?

-...-

-¡David!

-¿Eh? sí, está bien.- Yo no podía todavía asimilar la situación en la que me había metido de repente.

Entonces me echó en la mano, se puso de espaldas a mi y comencé a untarsela. En ese momento no pude evitar mirarle el culo, era precioso, blanco, y aún embadurnado de protector.

Cuando acabé, se giró y me dijo:

-¿Vienes?

En ese instante no pude evitar mirarle las tetas a mi tía, eran enormes y pálidas y sus pezones eran rosados.

-Ahora sí que podré broncearme toda.- Esto lo decía mientras se masajeaba y se miraba las tetas.

-¿entonces vienes?- me preguntó

-Sí, ya voy, voy a tomarme otra cerveza. -Yo tragaba apresuradamente.

En ese mismo instante aún no sabía cómo salir de la situación tan incómoda. Todos estaban en la piscina bajo el sol y completamente desnudos y relajados.

Mi tía no estaba dentro sino fuera, sentada en el borde, con el pelo mojado y la cerveza en la mano. Santi también estaba en el borde hablando por teléfono con sus gafas de sol puestas y los demás estaban dentro de la piscina jugando con una pelota.

Entonces mi tía,que estaba de espaldas a mi, se giró sonriendo y me hizo un gesto con la mano para que fuera con ellos. Dicho lo cual, me acabé la segunda cerveza y me

dirijí hacia el grupo muy intimidado pero ya un poco más relajado por el efecto del alcohol.

Yo llevaba un bañador azul con estampados de surfistas que me llegaba hasta las rodillas y contrastaba mucho con toda la estampa de cuerpos desnudos y deshinibidos.

Todo transcurrió normal durante varios minutos, hablábamos como si nada pero mis ojos se desviaban hacia las tetas de las mujeres, especialmente las de mi tía y hacia el coño pelirojo y recortado de Sophie que estaba de pie con una copa.

Yo seguía en el agua, tenía ganas de orinar pero me daba vergüenza hacerlo dentro de la piscina así que pregunté por el baño. Raquel muy amablemente me dijo: ven, te digo donde está.-No pude evitar mirarle las tetas y el tatuaje que tenía en una de ellas, era como una estrella.

Entonces, mientras yo salía del agua Pete dijo:

-Hey Deivid!- y me hizo un gesto muy inglés y me señaló el pantalón con el dedo como queriendo decir que me quitara el pantalón.

-Estar nosotros en familia buddy, no preocupar nada- Entonces miré a Raquel que me sonrió y me hizo un gesto para que la siguiera.

Mi tía no había escuchado nada porque estaba riéndose con Pupi de una historia graciosa que le estaba contando.

Una vez me hubo guiado hasta el baño Raquel me dijo:

-David, no te sientas presionado, al final te acostumbras a estar así cuando todos lo estamos. Pero si quieres quitarte el bañador no pasa nada. Hace años que somos nudistas.

-Vale, Raquel, gracias.- Ella me volvió a sonreir, yo volvi a mirarle las tetas disimuladamente y salió de la casa completamente desnuda moviendo el culo de manera sensual.

Yo mientras orinaba pensaba:

-¿Me lo quito? ¿no me lo quito? ¿Qué es lo peor que puede pasar- me dije a mi mismo.

Entonces me armé de valor y me bajé los pantalones, mi pene estaba completamente encogido por el tacto de la ropa fria, pero estaba decidido. Salí del baño con total naturalidad.

Y justo cuando salí, Pete me miró y me hizo un ok con el dedo de manera amistosa mientras se fumaba un cigarro.

Mi tía no me llegó a ver, solo me alcanzó a ver justo cuando me metía en la piscina, con lo cual no pudo ver mucho.

-Tu nephew ya ser nudista Marta- Dijo Pete riéndose y echando otra calada a su cigarro.

Entonces mi tía sonrió mientras sus preciosas tetas se hacía más coloradas al sol. Consecuentemente dijo: "uff me estoy quemando" y se metió en el agua. ella nadó un poco hacia a mi pero de pie, porque la piscina no era muy profunda,el agua le llegaba justo hasta debajo de los pezones y me dijo:

-Bueno, ¿esperabas que fuera así tu segundo día en Barcelona?

-Eh, no, la verdad es que no- dije nervioso.

-No estás relajado, te noto tenso.

-¿Yo? qué va...

-Sí, no sé que te pasa, no estás tranquilo.- Los demás seguía hablando entre ellos.

-Sí, lo estoy-

  • Ven, dame las manos, ¿tú sabías que yo era instructora de Yoga también?.-Algo me sonaba, siempre supe que mi tía había hecho muchas cosas. Era una mujer de mucha experiencia.

-Eh...Sí...-Me cogió de las manos y me hizo moverlas de un lado a otro.

-Pero cógemelas bien- Ella entrelazó sus dedos con los míos. En ese instante, y con el tacto de sus manos, sus pezones aputando hacia mi y viendo su pelo mojado, sus labios, y ojos azules no me pude contener y comencé a tener una terrible erección.

En tal instante, y como si en cámara lenta sucediera, vi como Pupi corría rápidamente hacia la piscina para lanzarse detrás de mi tía.

lo ví en el aire agarrándose las rodillas para hacer una bomba gigante, todo esto pasó muy rápido, pero como digo, lo vi todo en cámara lenta.

Justo cuando cayó sobre el agua, tal fue la cantidad de agua que se esparció que esto pilló por sorpresa a todos, incluida mi tía.

Y tal fue el susto que se pegó que se abrazó a mi enseguida gritando. En ese pequeño pero placentero instante noté como los pechos de mi tía se pegaron a mi y

como su entrepierna llegó a posarse entre mi pene erecto y cómo sus brazos se pegaron a mi cuello. Ella seguía agarrada a mi riendo mientras Pupi le echaba agua y se reía. Mi pene ya erecto tocaba su pierna izquierda. Entonces me soltó.

-¡Serás imbécil!- espetó mi tía y comenzó a tirarle agua a Pupi.

Pupi se reía a carcajadas también y entonces Santi salió de la casa con un flotador de unicornio y lo tiró al agua, todos se animaron aún más y acabamos todos en el agua riendo.

Mi tía cogió entonces el flotador y me dijo: "ayúdame a subir".

Ella se agarró a mi con un brazo, mientras subía una pierna pero no podía.

La intenté sujetar de ambas piernas y justo cuando intentaba subir, una de sus piernas hizo un gesto brusco que consigió alcanzarme un testículo.

Mi tía me había dado una patada tan fuerte que hice un gesto de dolor y mientras ella reía, repentinamente se tapó la boca con una risa traviesa

se acercó hacia mi con sus pezones a la vista preguntándome si estaba bien.

-Sí...-Contesté adolorido.´

-¿Dónde te he dado?

  • En los huevos- dije con voz de sufrimiento.

-¡ay! lo siento- Ella sonreía apenada. En ese instante tuvo el reflejo de agarrarme la polla pero no la encontró porque toda la erección me estaba bajando de golpe.

Sophie había conseguido subirse al flotador, estaba de espaldas y yo podía ver su almeja pelirroja mojada mientras sus pies pataleaban sobre el agua.

A mi aún me dolía horrores, mi tía estaba preocupada.

-¿te he hecho mucho daño?

-Un poquito...- No era broma, ni estaba fingiendo, me había dado una patada bastante fuerte que no podía ni moverme.

-Voy al baño- Dije con voz de soldado adolorido.

Entonces salí del agua a mirarme. Mi tía me siguió con la mirada preocupada, los demás apenas se habían enterado.

Cerré la puerta del baño, miré mi pene y tenía un pequeño rasguño sobre el prepucio. Me salía algo de sangre, entonces pensé en el anillo del pie de mi tía. Al rato llamó ella a la puerta.

-¿David? ¿estás bien?

-sí tía, ya salgo.

-Vale...

Pasó un rato y yo seguía en el baño. Aún me dolía el golpe testicular y además el rasguño era visible y aunque no brotaba mucha sangre sí que salía un poquito.

-¿David?- Llamaron a la puerta otra vez. Era mi tía de nuevo.

-¿Sí?

-Cariño, ¿estás bien? me tienes preocupada.

-Sí, ya salgo.- Entonces abrí la puerta y mi tía estaba ahí con su pelo mojado y sus tetas al aire. Tenía su pubis rasurado y era precioso.

-A ver, déjame ver, entra-Puso su mano sobre mi pecho y me empujo para adentro mientras me miraba la polla.

-siéntate ahí- Me hizo bajar la tapa del baño. Se arrodilló, me abrió las piernas, sujetó mi dolorida polla con cara de curiosidad científica y la inspeccionó con sus manos.

-Te hice un rasguño ahí.- Señaló con su dedo. Su pelo goteaba sobre mis piernas mientras miraba de cerca.

-Sí...-dije con cara de pena.

-¿dónde más te duele?

-El testículo derecho- Me agarró el testículo con una mano y lo toco con el dedo de la otra mano.

-Perdón, es el izquierdo- dije confundido.

Me lo sujetó e hice un gesto de dolor.

Entonces me miró a la cara y como si estuviera protegiendo un pollito pequeño, escondió mis testículos entre sus preciosas manos con uñas pintadas de rojo y dijo:

-pobrecito mi sobrino, que le he hecho daño. No te preocupes que pronto dejará de doler.

-Espero que sí...- Yo miraba atónito.

Si te sigue doliendo me dices y te hago un masaje.

-Eh...No, está bien tía, de verdad.

-¿seguro? mira que no me cuesta nada. Vamos a la habitación de Santi y Raquel y allí lo miramos mejor.

-No, no, enserio- Tenía mucha vergüenza porque todo esto lo decía aún con mi pene entre sus manos y yo ya notaba como crecía.

-Vale, cariño- En ese preciso momento iba a soltarlo pero una de sus manos, todavía sujendo ambos testículos dijo:

-aishhh, es que la herida es grande- Habiéndo dicho esto se miró el dedo del pie donde estaba el anillo sujetándo aún, por supuesto, mi miembro ya semi-erecto.

Con su dedo comenzó a acariciar la zona de la herida.

Entonces se incorporó apoyándose en mis muslos. Sus tetas le bailaron cuando se puso de pie para abrir la puerta.

-Quedate ahí un momento. ¡Raquel!

-¡Dime cariño!- Se le escuchó desde el fondo.

-¿Tienes Betadine?

-¡Sí! ¡¿qué ha pasado?¡ Está en el segundo cajón debajo del lavamanos.

-Vale David, abre ahí y pásamelo.- Dijo mi tía agachándose de nuevo, apoyándose en mis piernas y señalándome el cajón.-Mira a ver si hay algodón también.

-Sí que hay- Dije yo preocupado.

-¿Qué ha pasado?- Acababa de entrar Raquel en el baño

-Mira lo que le he hecho a David- Dijo mi tía preocupada. Entonces se acercó Raquel.

-A ver deja que me ocupe- Le dijo Raquel a mi tía. Raquel tenía nociones de primeros auxilios ya que estuvo un tiempo trabajando en una ambulancia. Mi tía se puso de pie mientras miraba con las manos en sus caderas. Yo la miraba a ella. Raquel me sujetaba la polla y me untaba betadine en la herida. No podía dejar de ver sus tetas naturales y el tatuaje de la estrella.

-¿Cómo te has hecho esto cariño?

-He sido yo con este anillo- Dijo mi tía. Entonces la mire de abajo a arriba, me recreé en los dedos de los pies, las piernas, su vagina, su barriga, sus tetas, su boca, su pelo, ¡todo!

Raquel seguía a lo suyo.

-También le duele el testículo derecho- Decía mi tía.

-¿Sí? a ver, levanta- Entonces me puse de pie con Raquel completamente agachada a escasos centímetros de mi pene. Entonces me levantó el testículo con una de sus manos.

-¿Ahí te duele?-

-No, ahí no.-Entonces mi tía se agachó también.

-No, era aquí detrás- le explicó a Raquel mientras me sujetaba el testículo pero por la parte lateral.

-Ahí, ahí, me duele.- Ya no me estaba doliendo porque poco a poco estaba creciendo.

-Yo veo que funciona- me miró Raquel sonriendo y golpeándome las nalgas- Era evidente que se había percatado de mi pequeña erección.

-No parece tan grave.- Raquel también se incorporó y salió rápido que Sophie la estaba llamando, sus tetas también eran una gozada.

-Bueno, ya se te irá el dolor- dijo mi tía acariciándome una vez más ambos testículos.

-Sí...- Contesté tímidamente.

-¿Vamos?- Ella me cedió su mano y yo se la sujeté para salir juntos del baño. Pero mi erección se estaba haciendo más grande.

-Eh, tengo que orinar-

Dicho lo cual, me miró el pene y me dijo "vale, te espero fuera. Si te está doliendo avísame y nos vamos a casa"

-Ok, tía.

Al salir, mi tía no me esparaba, estaba fuera con los demás que ya estaban sentados en la mesa con un bocata, unos platos con olivas, papas y algo de queso.

-Yo lo intento, pero me gusta la carne- Contestó Pupi a Pete.

-Puedes encontrar differentes fuentes de protein en otros alimentos- Decía Pete que era vegano.

-Nosotros ya mucho tiempo ser veganos- El inglés de Sophie no era tan bueno como el de su pareja.

  • Yo lo he intentado, pero me cuesta dejar el pollo- Contestó mi tía. Estaban hablando sobre dieta vegana.

La única silla libre era la que estaba al lado de mi tía. Me senté.

-Eh, David ¿qué ha pasado? ¿que te ha dado tu tía una buena patada?

-Sí...la verdad es que sí. Contesté a Santi.

  • ¡Pobrecito!- Mi tía me miró y comenzó a acariciar mi muslo mientras hablaba con los demás sobre el evento. Yo en ese momento no escuchaba la conversación. Solo notaba su mano suave y caliente sobre mi pierna y de fondo oía su voz riendo con los demás con total naturalidad. En ese momento me di cuenta de que tenía casi una erección completa. Yo no estaba acostumbrado a estar tan deshinibido, además que me acariciara con tanta normalidad me estaba dando muchísimo morbo. Menos mal que no tenía a nadie más a mi izquierda. Mi tía no se percataba de mi erección porque seguía hablando. Pero cuando dejo de hablar, Santi comenzó a contar una anécdota mientras los demás escuchaban atentamente. Ella dejó de acariciarme y me miró a los ojos y me dijo:

-¿Estás mejor?- Justo cuando acabó de preguntar, su mirada inconscientemente se dirijió hacia mi pene para comprobar sorprendida y con cara de enfado que estaba completamente empalmado. Yo con mi mano izquierda bajé mi polla avergonzado.

Acto seguido, ella me pellizco la pierna para que sintiera dolor y cogió su vaso de agua que estaba en la mesa y disimuladamente me lo echó sobre mi pene sonriendo y a la vez sintiendo vergüenza.

Esto hizo que mi erección bajara pero no por mucho tiempo ya que hacía mucho calor y mi pene se secaría pronto.

-¿Hacemos photo?- Dijo Pete animadamente. -Quiero recuerdo para Manchester.-

Como no salíamos todo en la foto, a Pete se le ocurrió la genial idea de que mi tía, Sophie y yo nos levantáramos para ponernos detrás de él, Pupi, Raquel y Santi.

yo tenía una semierección y tenía mucha vergüenza.

-No, está bien, no quiero salir- Dije asustado.

-Come on man!- Dijo Pete medio en broma medio enfadado.- Vamos, ¡tú poner en medio de Sophie y tu tía!

Sophie y mi tía ya estaban detrás de todos, solo faltaba yo.

-ok, dije yo- Cuando me levanté, todos estaban mirando a la cámara para el selfie excepto Sophie, que se dio cuenta que yo tenía la erección pero no le dio importancia.

En ese momento, cuando me puse en medio de las dos mujeres, la peliroja y mi tía la pechugona, ambas me abrazaron, mi tía puso si mano en mi espalda

y sonrieron a la foto, mi pene estaba comenzando a ponerse duro notando la suavidad de las caderas de ambas pero a Pete no le gustaba cómo habíamos salido.

-Oh, fuck, no gustarme esta photo-

-Espera, hazla con el mío, dijo Raquel.

Volvimos a posar para la foto y en un breve instante mi tía me miró otra vez la polla y esta vez sí que se enfadó un poco y me hizo gesto de que fuera al baño aprovechando que todos estaban de espalda y Sophie volvía a su sitio.

-Voy al baño- dije, pero nadie me hizo caso afortunadamente.

Al regresar, la comida comenzaba a hacer efecto y el sueño se apoderó de todos justo cuando salí del baño yo ya me habí recuperado y mi pene estaba completamente flácido, lo cual me aliviaba.

Santi se había tumbado en una hamaca que había fuera mientras leía el periódico. Pete y Raquel estaban recogiendo la mesa y mi tía y Sophie estaban hablando con los pies metidos en el agua. Pupi por su parte miraba el móvil mientras se acababa el resto de comida que quedaba en la mesa.

Yo no sabía que hacer así que pregunté a Raquel si podía ayudarles.

  • Tranquilo cariño, siéntate- me dijo Raquel amablemente. yo me senté con Pupi pero este no hacía ni caso, solo reía mientras comía olivas y veía unos vídeos y no me daba conversación. Santi se había quedado dormido y Pete ya había acabado de recoger con Raquel.

Raquel se acostó en una tumbona y siguió tomando el sol mientras se quedaba dormida. Su cuerpo moreno era de ensueño.

-Nosotros vamos a hacer siesta- dijo Pete

-You coming?- le dijo a Sophie.

-Sure- contestó Sophie mientras se levantaba. Mi tía seguía con los pies en la piscina y como Pupi no me hacía caso fuí a sentarme con ella al sol.

-Hola- le dije sentándome a su lado.

-Hola- dijo mi tía tomando el último trago de cerveza que le quedaba. -¿Nunca habías hecho nudismo verdad cariño?

-No...-

-Se nota- contestó sonriendo y mirándome la polla.

-¿Qué tal sigues del golpe? ¿Aún te duele?-

-Un poquito solo

-Un poquito dice...Pues no parece porque antes casi me muero de vergüenza contigo.

-Sí... Lo siento, es que...

-Ya lo sé, fue culpa mía, te estaba acariciando, te pido disculpas, no lo volveré a hacer. Vosotros los jóvenes tenéis las hormonas por los aires.

-No, no fue culpa tuya- A mi me gustaba que me acariciara así que le quité importancia.

-Bueno, no te preocupes. Yo llevo varios años haciendo nudismo y desde que conocí a Raquel y a Pete lo hago a menudo. De hecho suelo ir desnuda por casa pero claro, como estabas tú pues no era tan buena idea hacerlo pero claro, nunca pensé que el día acabara de esta manera. Tú y yo aquí sentados, desnudos los dos.

-Ah, por mi no te preocupes, estás en tu casa.

-¿Sí verdad?- soltó una carcajada- Ahora que ya me has visto todo ¿qué más dará?- Entonces me volvió a acaricar la pierna.

-ay, perdón, no lo vuelvo a hacer

-No te preocupes, está bien- contesté con una risa nerviosa.

-Qué calor otra vez. Voy a mojarme- Entonces se metió ella en el agua y se sumergió. A los pocos segundos salió y se puso a mi lado pero esta vez dentro del agua. Es decir, tenía mi pene a la altura de la cara.

-A ver, déjame ver la herida- me dijo de la manera más natural posible. yo me agarré el pene y se la enseñé. Ella me lo sujetó con naturalidad.

  • No sé cómo pude hacerte esto, pobrecito.

  • No te preocupes tía

  • ¿Y el tésticulo derecho?, lo tienes más grande que el otro. ¿No será por mi patada?

-No, lo tengo así de normal, pero ya estoy acostumbrado a que me lo digan.- Ella notó mi cara de enfado ya que las dos chicas con las que había estado en toda mi vida me lo había comentado también. Era un complejo que tenía.

-Perdóname, ¿he dicho algo que te molestara?-

-No, déjalo-

-Tu testículo está normal cariño, creo que es porque estás sentado que parece más grande. Yo lo veo bien

  • Ya...-Dije yo mirando hacia otro lado indignado.

-¡Eh! -yo no la miraba -oye, David- La seguía ignorando. Me tocó entonces la pierna. -¡David! ¿te has enfadado?-  Yo seguía mirando para otro lado.

-¡David!-entonces me agarró la pierna con fuerza y en broma diciendo "¡que tus testículos están bien!"

-ay ay ay- Me quejé de dolor, pero esta vez era un dolor fingido.

-ay, ¡perdona!- mi tía se asustó, pero esta vez me reí a carcajadas.

-¡Idiota!- Contestó riéndose. Acto seguido decidí meterme en el agua con ella y comencé a mojarla toda. Ella respondió tirándome agua a la cara y ambos comenzamos a jugar.

Ella quería cogerme las manos pero yo no me dejaba.

-¡Ah! ahora ya no te duele eh!- Yo estaba teniendo cosquillas en el estomago, me estaba sintiendo muy a gusto con mi tía. -Ven aquí que te voy a arrear- me dijo riendo.

Yo seguía sin dejar que me sujetará pero al final cedí, nuestras manos se entrelazaron y las apreté fuertemente.

-¡ay! David, ¡me has hecho daño!- El agua se puso calma.

  • A ver, déjame ver- Le dije yo mirando sus dedos. Yo estaba muy cerca de ella, tenía las tetas casi pegadas a mi pecho. Sus dedos estaban ya arrugados de estar en el agua.-

¡Pero si no tienes nada!- le contesté riendo.

-¡¿Que no tengo nada?! tú si que no tienes nada ahí abajo! entonces hizo un amago de agarrarme la polla y yo me alejé.

-¡Qué! ¿me tienes miedo?-

-No...- dije yo alejándome de ella y riendo

-¡Ven aquí!- Nuestros dedos se volvieron a entrelazar.-¡Como me vuelvas a hacer daño te vas a enterar!- Dijo mi tía juntando los dientes y riendo. Ahora era ella la que apretaba fuertemente mis dedos.

Lo que intenté ahora fue hacerle una zancadilla para que me soltara pero ella no se dejaba. Con lo cual, me zafé de ella y le hice un placaje, ella gritó alegremente y esta vez la pude agarrar de la cintura.

-suéltame- ella reía- ¡Te vas a enterar! como no me sueltes te doy un rodillazo en los huevos- Yo ya la tenía en mis brazos, ella reía y sus tetas estaban pegadas a las mías. Nuestros genitales hacían un amago de querer tocarse.

-¡Suéltame David! me estás apretando- Ya no parecía tan cómoda.

-Vale, te suelto, pero con una condición.

-¿Qué condición?- Nos quedamos quietos unos segundos y el agua se calmó. Seguíamos abrazados, sus tetas estaban llenas de gotas y brillaban al sol.- Yo la miré fijamente.

-¿Qué condición David?- Mi pene estaba empezando a endurecerse. Hice una pausa bastante larga y dije:

-Que me traigas una cerveza-

-Vale, acepto- ella reía ella. Yo seguía sin soltarla.

-David, he dicho que acepto- Sus ojos azules me miraban tiernamente.

-Vale- Entonces la solté antes de que mi polla dura tocara su entrepierna. Acto seguido me giré y le di la espalda riéndome, a lo cual ella respondió con un apretujón fuerte detrás de mi. Se aferro a mi pecho como una garrapata. su cuerpo estaba totalmente contra mi espalda. Podía notar todas sus tetas.

-¡ay, ay!- Pretendí que me hacía daño pero en tono burlón.-Ahora me tienes atrapada tú. ¿No me vas a soltar?

-No

-Venga tía, suéltame-

-¡No!- Su cabeza estaba pegada a mi espalda. No me quería dejar escapar.

-Venga tía suéltame- Yo hacía como que quería soltarme, le tomaba los brazos pero ella los iba bajando más para que yo no se los quitara.

  • ¡No!- ella reía.

-¿Por qué?

-Porque eres un sobrino malo.

-¿Yo?

-Sí, tú ¿Acaso tengo otro sobrino?- Intenté otra vez quitármela de encima. Pero cada vez que yo intentaba zafarme agarrando sus brazos firmes ella los bajaba más hasta tal punto que sus abrazos ya estaban prácticamente debajo de mi cintura y uno de ellos estaba tocando ya mi pene casi erecto.

-¿No me vas a soltar? pues te vas a enterar de lo que te voy a hacer.

-¿qué me vas a hacer?- decía ella con alegría y desparpajo.

-No te lo digo

-Si no me lo dices no te suelto.

-Vale, no me sueltes.- Ante sus pocas ganas de soltarme y para hacerlo natural, por supuesto yo quería que siguiera jugando conmigo, comencé a hacerle cosquillas en las costillas con mis manos hacia atrás.

-¡No!- comenzó a gritar a carcajadas. -¡David! ¡Para! ¡ahí no!- Su risa resonaba en todo el espacio. Esto llamó la atención de Pupi y de Santi. Este se levantó las gafas,despertando de su siesta, pero sonrió, se bajó de nuevo las gafas y siguió durmiendo. Pupi por su parte volvió al móvil.

-¡Vale! ¡Te suelto, te suelto!-

-ok, más te vale- contesté yo ya con la polla totalmente dura. El lateral de uno de sus brazos estaba prácticamente tocándola.

-Pero con una condición

-¿Cuál?

-Que me hagas un masaje en la espalda cuando volvamos a casa, que me he quemado mucho.

-Vale, acepto- Habiéndo dicho esto, ella me liberó. Yo ya me imaginaba lo que pasaría después en casa, los dos solos en la intimidad.