Un vecino miron

Mi vecino miraba mientras me duchaba, eso me ponia tan caliente que converti en rutina mis duchas

Hola me llamo Claudia, mi historia empieza hace un año cuando me mude a un piso en el centro, cerca de mi trabajo, compartíamos el mismo tres amigas y yo.

El edificio era muy antiguo de esos con carácter, pero muchos desperfectos, aunque inmejorable situación.

A los dos meses de mudarme me di cuenta en la ducha que alguien me miraba, disimuladamente mire por la ventana, que al estar abierta la mampara dejaba ver perfectamente dentro de la ducha, o sea que alguien estaba mirándome desnuda mientras me duchaba, eso lejos de enfadarme me calentó y seguí duchándome lentamente, acaricie con la esponja todo mi cuerpo. Soy una chica de diecinueve años, bastante normalita, lo más destacable de mí son mis pechos, son grandes y mi culo, que es redondo y bastante respingón, por lo demás lo dicho normal.

La escena se repitió a diario durante esa semana, yo me lavaba y el miraba, estaba dos pisos por encima del mío y a diferencia de mí él estaba en la cocina, yo veía sus zapatos ya que su cristalera era completa. Un día mientras me tocaba los pechos llenos de espuma, decidí masturbarme para él, metí mi mano entre mis piernas y empecé a acariciar mi sexo, a meter un dedo dentro, hasta que me corrí apoyada en las baldosas. Me ponía muy cachonda saber que él me miraba, ya sabía que vecino era, era el señor del cuarto. Un hombre de unos cuarenta y cinco años, bastante bien conservado, aunque no era mi tipo me encendía saber que me espiaba, me calentaba ver como se movía la cortina a la altura de su polla, lo que me indicaba que se masturbaba mirándome. Esa semana salí a paja diaria.

El sábado por la noche coincidimos en el portal, ambos esperábamos el ascensor cuando nos saludamos.

-hola, buenas noches señorita

-buenas

En ese momento llego una pareja y entro en el portal, al entrar en el ascensor yo me coloque ante él y note como me miraba, como de repente se acercó a mí y empecé a oír su respiración en mi cuello, su sexo presionaba mi culo y yo excitadísima me echa hacia atrás para sentirlo mejor. Él se movía poco para no despertar sospechas entre la pareja, pero se frotaba con mi culo, que yo ponía en pompa para facilitarle la tarea. Llego mi piso y la pareja me dejo pasar, ellos sabían dónde vivía y mi vecino siguió. Ya en casa me fui directamente al baño, estaba sola, encendí la luz y espere a verle en la ventana, dos minutos después estaba ahí, ese vez corrió un poco la cortina y nos miramos, yo me desnude lentamente y el miraba sin inmutarse, le sorprendí cuando apague la luz y dejo de verme, solo unos segundos, me fui a la habitación, había colocado mi cama bajo la otra ventana y me eche encima, me tumbe, abrí mis piernas y le di una panorámica de mi coñito depilado y abierto, el abrió mucho los ojos y descorrió un poco más las cortinas, se sacó la polla y agarrándosela empezó a masturbarse, primero lentamente y luego más deprisa, yo imitaba sus movimientos en mi coñito metiendo dos dedos dentro. Hasta que vi como su semen brotaba de su sexo y me corrí con él.

Al momento vi que limpiaba el semen que había ensuciado el cristal y el suelo, se escondía el pene en el pantalón y tras lanzarme un beso se fue.

Yo seguía tan caliente que volví a masturbarme varias veces más, no volví a verle hasta que el miércoles de nuevo coincidimos en el ascensor, esta vez estábamos solos. Tras salúdale volví a ponerme ante él y el de nuevo se froto contra mi culo, esta vez al acercar su boca a mi cuello me dijo.

-eres una putita, te encanta excitarme y ver cómo me llevas al limite

-sí, me gusta que me mires y que te masturbes mientras lo haces

-a mí también me gusta, me encantaría follarte si me lo permitieras

-una cosa es dejar que me mires y otra es déjame follar por ti

Mientras ella le dice eso él quiere convencerla, le mete una mano por arriba del pantalón vaquero y busca sus braguitas, le acaricia por encima

-putita estas mojada, abre más las piernas, voy hacer que te corras ahora

Empieza a mover sus dedos, entra y sale de mi coñito caliente y húmedo mientras no deja de intentar convencerme

-putita me encantaría hacerte eso con mi polla, me vuelves loco, quisiera probar el sabor de tu coño. Deja al menos que te lo chupe

Llegan a su piso y saco la mano de mi pantalón, le miro y veo la frustración en sus ojos y el bulto en su pantalón y lo decido.

-ven conmigo

El me sigue, abro la puerta sé que no hay nadie, me dirijo a mi habitación el entra tras de mí y cierro la puerta con llave, el me empuja contra la puerta y me besa, mete esta vez la mano bajo mi blusa y saca mis pechos del sujetador, los muerde mientras desabrocha mi pantalón y lo deja caer a mis pies, mientras yo suspiro descontrolada, mas excitada que nunca, me da la vuelta apoya mis manos en la pared y abriendo mis piernas busca mi sexo y lo penetra con un dedo, luego dos y entra y sale deprisa, más deprisa, hasta que grito mi orgasmos apoyada en la pared para no caerme, entonces me gira y poniéndose de rodillas apoya mi pierna en su hombro y abriéndome empieza a lamer mi conejito hambriento, chupa sin miramientos y me vuelve loca me agarro de nuevo a su cabeza con otro orgasmo, entonces me sienta en la cama, se desabrocha el pantalón y saca su polla, me lanzo a chupar con avidez, mientras acaricio sus testículos gordos, su polla también es gruesa, normal de larga pero muy gruesa, me la meto por completo en la boca y lo masturbo con mi boca un rato hasta que sus jadeos me dicen que está a punto.

-¿tienes un preservativo?

-si –le digo buscando la caja en la mesita-

-menos mal porque me muero por follarte

Se pone el preservativo, me hace poner de rodillas en la cama y empujándome hacia adelante me pone como un perrito, me agarra de las caderas y se hunde dentro de mí, de un solo golpe me penetra hasta el fondo, se queda quieto unos segundos y empieza a moverse, es duro, entra y sale completamente abriéndome, volviéndome loca esperando la penetración, grito de nuevo como una perra y el me da un azote

-calla putita que vas hacer que me corra enseguida

De nuevo vuelve a azotar mi culo sin dejar de follarme y me corro una y no sé cuántas veces más sin que el pare de follarme, entra y sale, entra y sale, hasta que de repente noto un dedo en mi culo.

-quiero follártelo también

-no

-si putita, voy a follarte ese lindo culo tuyo

Empieza a meter su dedo lentamente, luego lo mueve y noto una extraña sensación, luego hace lo mismo con dos y al rato de estar así me relajo y de nuevo tengo otro orgasmo, saca su polla y noto la cabeza en mi culito, empuja y noto un fuerte escozor

-me duele

-tranquila putita será solo un momento, iré con cuidado

Noto como empuja un poco más, un poco más hasta que el dolor es insoportable y doy un grito de dolor cuando el empuja y penetra completamente mi culito.

-no te muevas pequeña, ahora empezare a follarte, veras el placer que te da con lo putita que eres esto te gustara.

Empieza lentamente a moverse y el dolor cede, su mano acaricia su clítoris, lo pellizca y lo fricciona acelerando la penetración, ella ya relajada nota su culito dilatado y empieza a disfrutar la enculada.

-así zorrita voy a correrme, mueve tu culito lindo mi amor

-si yo también, frótame

Los dos están a punto, el placer los hace gemir al compás, les nubla la vista y ninguno es consciente mientras están corriéndose el en el culo de su preciosa y deseada vecinita y ella  con su vecino follándole el culito virgen…

Ninguno de los dos ve esa figura masturbándose en la ventana del cuarto piso…