Un último baile

Una mujer prometida acepta dos propuestas de su futuro esposo que le llevara vivir una experiencia inolvidable

UN ÚLTIMO BAILE.

La vista era espectacular. Desde la cesta del globo aerostático se podían contemplar cientos de kilómetros de ese magnífico valle coronado por montañas. Era el regalo más bonito que jamás le hubieran hecho a Isabel. Mario la observó con detenimiento, no podía creer lo afortunado que era por estar con una chica tan increíble. No solo era un autentico bellezon de mujer sino que además era alegre, cariñosa y muy comprensiva. Por todo esto, estaba seguro de lo que estaba a punto de hacer.

  • Vaya vistas más bonitas, y no estoy hablando del valle – le dijo a su novia al oído al tiempo que la abrazaba desde atrás.

  • Que tontito – le respondió ella con un beso. Me encanta cariño, es un regalo de aniversario precioso.

-Pues aun queda lo mejor – le respondió con una sonrisa enigmática.

-¿A qué te refieres?

  • ¡Mira! -  le señaló él al lugar al que se dirigían para aterrizar.

La joven se quedo atónita al ver la verde colina decorada con sabanas de colores que formaban una emotiva frase: cásate conmigo. Se dio la vuelta y se encontró a Mario de rodillas mostrándole una sortija de compromiso y no pudo evitar que las lágrimas empezasen a brotar de sus ojos de la alegría.

-¿Eso es un sí? – preguntó él.

-¡Sí! – alcanzó ella a penas a decir mientras sollozaba y se arrojaba a besar al hombre con el quería compartir el resto de su vida.

Tres días después organizaron una fiesta con sus familiares y amigos más queridos en su chalet de las afueras para contarles la buena nueva. Llevaban cuatro años de noviazgo, tres de ellos viviendo juntos por lo que a pesar de recibirlo con alegría no fue una sorpresa inesperada.  Mario pese a su juventud tenía un importante puesto en una empresa aeronáutica, por lo que podían llevar una vida acomodada. Isabel por su parte también ganaba suficiente dinero a pesar de que solo trabajaba media jornada en la empresa de su padre, su tiempo libre lo dedicaba a hacer ejercicio, sobre todo pilates y natación que llevaba haciendo toda su vida. La prueba palpable  era su imponente figura. Mientras Mario recibía la enhorabuena y los chascarrillos de sus amigos, Isabel les enseñaba el precioso anillo que le había regalado su prometido a sus amigas.

-¡Isa es precioso! – le dijo su amiga Nati. Le ha tenido que costar un ojo de la cara.

-No lo dudes, pero no me ha querido decir cuánto. Esta tirando la casa por la ventana con todo esto de la boda. Parece que él fuese la novia en vez de yo.

Las amigas rieron ante la ocurrencia de la futura esposa y la avasallaron a preguntas sobre la emotiva pedida de manos. Tras una animada barbacoa los invitados abandonaron el hogar de la joven pareja que se dispuso a recoger todo el estropicio.

-Bueno si hemos sobrevivido a esto creo que podremos con la boda – dijo Isabel con sorna.

-Más nos vale, cuando se lo he dicho a mi madre se ha vuelto como loca jaja. Dice que está deseando ver el baile.

-¿El baile? ¿Por qué?

-¿No te lo he contado?

-¿El qué?

-Veras, ya sabes que yo tengo ascendencia latina. Pues en mi familia es costumbre que la pareja empiece el baile con salsa en vez de con un vals como se suele hacer normalmente.

-¿¡QUE!? ¿Quieres que bailemos salsa? Si sabes que se me da fatal bailar.

-Cariño, es una tradición familiar. Lleva haciéndose desde hace 4 o 5 generaciones. Mi madre y mi abuela se pondrían muy tristes sino lo hiciéramos.

-Pero… Si yo apenas se bailar y mucho menos salsa…

-Bueno, tienes 3 meses para aprender hasta la boda – le respondió él de forma picajosa.

-No me hace gracia – dijo ella  intentando parecer seria a la vez que cruzaba los brazos.

-Veeenga que no es tan malo – le dijo mientras la abrazaba. Seguro que hay clases en tu gimnasio, además es una forma muy sana y divertida de hacer deporte. Te vas a poner más buena todavía, al final me lo agradecerás y todo – le susurro para después mordisquear el lóbulo de su oreja.

  • Me da a mí que la única que me lo va a agradecer es esta – le respondió ella de forma picarona mientras le frotaba el duro paquete a su futuro esposo.

Se fundieron en un ardiente beso mientras sus manos se peleaban con la ropa del otro. Se liberaron de sus prendas superiores mientras se intercambiaban besos y caricias. Mario contemplo el vientre plano y los pechos de la talla 95 de su amada. Isabel se fijo en el peludo torso de su pareja, que si bien no era muy orondo, si que había visto días mejores.

  • Me da a mí que el que necesita bailar eres tú  - le dijo ella para después pasar su lengua por el pecho de su amado.

  • El baile te lo voy a dar yo a ti  dijo mientras la cogía en brazos y la llevaba hasta el dormitorio. Se deshizo de los pantalones de su chica y se abalanzó encima de ella. Sus lenguas ocupadas en encontrase mutuamente, sus manos recorriendo los rincones más íntimos del otro y sus corazones latiendo a 100 por hora debido el frenesí del momento. La lengua de Mario cambio de objetivo y se centro en describir círculos alrededor de los pezones de Isabel mientras sus dedos penetraban a su futura esposa. Ella deseosa de sentir algo más que sus dedos se coloco encima de él y le arranco los bóxers dejando al aire su lustrosa y dura polla. Se puso a horcajadas  y se dejo caer sin miramientos clavándosela entera de golpe. Los ruidos de la cama quedaban eclipsados por la extasiada jinete que no paraba de botar y gemir con rabia. Los amantes se miraron a los ojos y sin dirigirse ni una palabra supieron al instante que el otro estaba llegando a su clímax.  Intensificaron sus movimientos y gemidos hasta que estallaron en un gran orgasmo simultáneo, quedando abrazados en la cama que afortunadamente  había conseguido resistir su pasión.

  • Ha estado muy bien cari – le dijo ella al tiempo que lo besaba. Aunque deberíamos dejar algo para la noche de bodas jaja.

-Hmm ¿sabes? Es buena idea.

-¿El qué?

-No hacerlo hasta la noche de bodas.

-¿¡Te has vuelto loco!? Si lo hacemos casi todos los días! No aguantaría ni una semana…

-Pero así sería más divertido y nos pillaríamos con más ganas para la noche de bodas.

  • Si la teoría es muy bonita, pero tú a mi me tienes una semana sin follar y me voy rozando con todos los muebles, imagínate 3 meses…

-Jajajajaja – rio Paco ante el humor de su chica. Vale hagamos una cosa durante los dos primeros meses vamos haciéndolo cada vez menos y el tercero estamos sin nada de sexo.  Cero. De hecho podemos hacerlo como una competición, si alguno no aguanta más y le pide al otro acabar con la sequia, entonces tendrá que hacer lo que el otro quiera, sin discusión. ¿Qué te parece?

  • Me da a mí que ya se lo que me quieres pedir jaja - le respondió ella sabedora de las ganas que tenia él por desvirgarla analmente. Pero ¡vale! Estaré encantada de que cumplas mis fantasías – le dijo sacándole la lengua. Aunque… ¿Qué pasa si los dos aguantamos hasta la noche de bodas?

  • Pues en ese caso cada uno tendrá que hacer una cosa que le pida al otro, así nos aseguramos que la espera merezca la pena.

-Jajaja vale trato hecho – dijo ella chocándole la mano, inconsciente de las consecuencias que le acarrearían esa decisión.

Al día siguiente Isabel fue a su gimnasio de siempre para hacer un poco de ejercicio y de paso informarse sobre las clases de salsa. Tras la clase de spinning salió directa a hablar con el monitor.

-¡Toni! ¿Estás muy ocupado? – le pregunto al monitor alto y rubio que colocaba unas mancuernas en sus estantes.

-Para ti nunca guapetona – le respondió él coqueteando con ella como hacia habitualmente.

  • Como eres...  - le dijo evitando entrar al trapo. Veras estoy interesada en apuntarme a las clases de salsa, pero no tengo ni idea de cuando son ni de quien las da.

-¿Tu bailando? Creía que lo odiabas…

-No me apasiona pero he de cumplir una promesa.

-Ya veo. Pues son los miércoles y los viernes, si no recuerdo mal a eso de las 7. Las da un chico mulato llamado  Michael.

-¿Si? Pensaba que las daba una chica latina…

-¿Claudia? Antes si, pero se mudó y contrataron a este chico. Por lo que dicen baila muy bien.

-Hmm bueno pues me apuntare para el viernes y a ver qué tal.

-Oye y ¿cuándo te vas a echar un bailecito conmigo? – le preguntó el monitor tirándole la caña.

-Cuando las ranas críen pelo rubito – le esquivo ella con gracia como hacía siempre.

Estaba acostumbrada a que todos los tíos del gimnasio le tirasen los tejos, y aunque había algunos que estaban muy bien, ella quería a Mario y su vida sexual era más que satisfecha por lo que nunca se había siquiera planteado ponerle los cuernos.

Por fin llego el miércoles, Isabel llego a la clase que estaba llena de mujeres salvo por un par de chicos. Mientras estiraba como de costumbre antes de hacer ejercicio, se puso a cotillear a un grupito de chicas que estaba cuchicheando.

-… me pregunto a quien le tocara hoy bailar con él.

  • Si me toca a mí me voy a arrimar bien jaja quiero comprobar si es verdad lo que me dijo Eva.

-Uuuuh cuenta, cuenta ¿Qué te dijo?

  • Pues que el otro día le toco bailar con él y que se  arrimo bastante a él en una ocasión y …

Isabel no pudo escuchar más ya que en ese momento entro el profesor saludando a todo el mundo. Era mulato, alto y fuertote pero sin ser un croissant. Era calvo y tenía una sonrisa radiante que contrastaba con su oscura piel. Sin duda era muy atractivo.

-¡Muy buenas a todos! Antes de comenzar, ¿hay alguien nuevo?

Isabel levanto la mano y después se fijo en que era la única, por lo que se sintió un poco intimidada.

-Está bien, ponte aquí en primera fila – le dijo el mulato. Isabel avanzó a pesar de la vergüenza y se situó frente al profesor que la observo con detenimiento.

-Bueno, ¿Cómo te llamas?

-¿Eh? Isabel

-Isabel yo soy Michael, el profesor de salsa obviamente, ¿has bailado salsa alguna vez?

  • Alguna vez pero no demasiadas – dijo ella algo cortada.

-Entiendo… En ese caso hoy haremos una clase sencillita, pero antes de nada quiero que entiendas que esto no es como otras clases donde aprendes ejercicios y los repites de forma automatica. Puedes aprender los pasos básicos y aun así no estarías bailando. La salsa hay que sentirla, tienes que dejar que sea tu body el que reaccione de forma natural a la música – dijo sin perder la sonrisa. Se acerco al reproductor, accionó el play y la música comenzó a llenar la sala. Acto seguido se puso a mover las caderas los pies y las manos al ritmo de la música ante una impasible Isabel.

-Bueno no te preocupes ya te irás soltando – dijo alegremente y de forma despreocupada, lo que alivió la tensión de la novata. Ahora vamos con los pasos básicos.

Dedicaron la primera media hora de clase a practicar los pasos más sencillos en solitario. Si bien al principio fue difícil para Isabel, poco a poco fue ganando seguridad en lo que hacía. Michael tenía muy buen rollo y dirigía la clase de forma animada, cuando veía que alguien perdía el ritmo se acercaba y bailaba con esa persona y hasta que recuperaba el ritmo. Además ,siempre hacia algún comentario chistoso, por lo que era muy fácil sentirse integrado. Justo cuando mejor se le estaba dando mejor a Isabel, Michael paró el reproductor.

-Muy bien he visto bastante ritmo solo nos faltan unos mojitos pero no me dejan meterlos en clase. Ahora vamos a probar los 15 minutos que quedan por parejas. Isabel, tú ponte conmigo.

Se pusieron el uno en frente del otro. Isabel se sintió intimidada por aquel hombretón, pero su sonrisa la tranquilizo nuevamente.

-Tranquila mami, te daré cancha porque por ser tu primer día. Pero no te acostumbres.

  • Jajajaja pues te advierto que aprendo rápido, y que es eso de ¿mami? Si aun soy una mocita.

-Jajaja no worries es mi forma de hablar. Nací en USA, en una comunidad hispana y me mude aquí hace unos años, por eso aun no he perdido mi acento ni ciertas formas de decir algunas cosas.

-Ya veo jaja.

-Y yo veo que es cierto que aprendes rápido, dijo tras un giro al que ella se acoplo a la perfección. ¿De verdad apenas habías bailado salsa?

-Pues no. Nunca he sido muy de bailar.

-Nadie lo diría, tienes cuerpo de bailarina.

-Jajajaja anda ya!

-Es cierto.

-Vaya pues gracias. Supongo que será porque hago  bastante ejercicio. Hay otras formas de estar en forma sin necesidad de bailar ¿sabes? - le respondió intentando bromear.

-Jajaja puede ser. Pero en ninguna de ellas se hace algo tan divertido como esto. Sin previo aviso cogió a Isabel por las manos y la hizo girar nuevamente, pero esta vez dos veces seguidas y mucho más rápido, haciendo que ella perdiera el equilibrio y cayese. Michael la sujeto con firmeza por la espalda y la cadera y se rio ante la cara de sorpresa de su alumna.

  • Bienvenida a clase de Isabel – dijo él con una sonrisa sincera a escasos centímetros de su cara antes de devolverla a la verticalidad. Muy bien clase, hemos acabado nos vemos el viernes. Todos aplaudieron como de costumbre salvo Isabel que aun intentaba asimilar como había hecho eso con ella.

Tras la clase se dio un una ducha en los vestuarios que le ayudó a relajar los músculos. Se encontraba secándose despreocupadamente cuando la asaltó el grupito de chicas de la clase de salsa.

-¡Hola! Isabel ¿verdad?

-Ah sí, vosotras estabais en la clase de salsa ¿no?

-Sí, yo soy Patri y ellas son Rocio y Vane.

  • Encantada

-Bueno ¿Qué te ha parecido la clase?

-Muy entretenida la verdad, nunca he sido muy de bailar pero se me ha pasado la clase volando.

  • Suele pasar, pero cuando veas pasos más avanzados sudaras la gota gorda - afirmó Vane.

-No lo dudo jaja.

-¿Y que te ha parecido Michael?

-Es muy majo y muy divertido. Se nota que le gusta lo que hace, y se le da muy bien. Me ha puesto a dar vueltas al final de la clase y ni siquiera sé que ha pasado.

-Jajaja si suele hacerlo siempre con las nuevas. Y ¿eso es todo? - preguntó Roció.

  • Jaja a ¿qué te refieres?

-Ya sabes mujer, que si le ves con buenos ojos.

-Aaah jajaja. Pues sí, la verdad es que esta bueno y tiene una sonrisa muy bonita.

-Vaya otra que se une al club de admiradoras de Michael jajaja - dijo Patri.

-Jajajaja bueno tanto como admiradora no ¿eh? Que yo tengo novio jaja

-Yo también jaja - dijo Rocio pero eso no quita que no pueda alegrarse una la vista jaja.

-Jajajaja totalmente cierto.

Estuvieron hablando de otros chicos del gimnasio y de las diferentes clases a las que iban mientras se cambiaban. Isabel hizo buenas migas con ellas. Lo agradeció, ya que desde que su antiguo grupo se separara, no solía hablar con mucha gente del gimnasio. Cuando llegó a casa se encontró a  Mario haciendo la cena.

-Mmm ¿que huele tan bien?

-Lubina al horno señorita.

-Mmmm hacia un montón que no me la hacías.

-Oye, oye que esto es para mí, para ti hay las sobras de ayer – quiso tomarle el pelo a su chica.

  • Joo no me vas a dar ni un cachito – dijo poniéndole ojitos a su futuro marido.

-Mmm creo que no.

-Pues entonces no te digo como me ha ido en la clase de salsa.

-Jajajaja vaaaale, pero también me tienes que demostrar que has aprendido.

  • De eso nada, hasta la boda te quedas sin salsa.

-Pues tu sin sexo – quiso él continuar el pique.

-¿Acaso crees que vas a poder resistirte a catar este cuerpazo de bailarina? – dijo ella pasando sus manos por su cuerpo de forma sensual.

-¿Y tú vas a poder resistirte a este cuerpazo de cocinero? – le pregunto el imitándola y provocándola un sonoro ataque de risa.

Las apuestas estaban altas. Ambos eran muy cabezones y querían ganar a toda costa por lo que esa noche no hicieron el amor a pesar de las muchas ganas que tenían.

Las semanas fueron pasando y los preparativos de la boda pasaban factura a la futura esposa. A pesar de querer una ceremonia intima eran muchos los asuntos que tenían que arreglar; capilla, restaurante, fotógrafo, etc. A todo esto se le sumaba la falta de sexo, que empezaba a crispar a Isabel. Su única liberación era el gimnasio donde podía liberar toda la tensión o casi toda. A pesar de sus reticencias iníciales, había acabado por aficionarse a la salsa. Había entablado mucha complicidad tanto con las chicas como con Michael que solía estar muy pendiente de ella. Una tarde, tras la clase de salsa, fueron a tomar algo a un bar cercano al gimnasio.

  • ¿Habéis visto lo mal que baila Chari? Lleva 6 meses en la clase y ya lo hace Isabel mejor que ella jajaja - rio Vane.

-Jajajaja que mala. Aunque si es un poco pato, pero bueno yo es que soy una crack - se hecho flores Isabel.

-Jajaja que subidito te lo tienes, con eso de que eres el ojito derecho del profe…

-Que vaa jaja si trata a todas por igual.

-Venga ya Isa, siempre que hay varios que necesitan ayuda va a ti primero.  Por no hablar de todas las veces que baila contigo.

  • Bueno… Puede ser jaja, pero es que soy novata.

-Y yo que creía que eras un crack jajaja, pero te chinchas que hoy he sido yo quien ha bailado con él - le respondió Roció.

-Es verdad! Cuenta ¿has descubierto algo?

-Es posible jajaja

  • ¿De qué habláis? - preguntó Isabel intrigada.

-Olvidaba que no te lo habíamos contado jaja

-¿El qué?

-Pues veras surgió hace tiempo el rumor de que Michael es como un toro… y no me refiero a que este fuerte ni tenga cuernos jajaja.

-Jajajajaja que fuerte, ¿en serio?

-Sí, será verdad eso de que todos los negros la tiene grande

-Jajajaja ¿pero es verdad?

-Pues hemos estado un tiempo intentando averiguarlo pero no es fácil, la única manera es que alguien baile con él e intente comprobarlo.

-Jajajaja madre mía, estáis súper salidas.

  • ¿Me vas a decir que no tienes curiosidad?

En ese momento se le vino a la cabeza la imagen de Michael del día en el que se conocieron. Enfrente de ella con los brazos en jarra, su blanca sonrisa y su contorneado cuerpo. Sin embargo en su imagen mental la ropa de su profe iba desvaneciéndose dejando al mulato como dios lo trajo al mundo, por desgracia, su imaginación no le dejaba ver lo que el bailarín escondía entre las piernas.

-Bueno… Puede que un poco…

-Jajaja lo sabía. Bueno Roci cuenta, ¿qué has averiguado? - preguntó Patri ansiosa.

-Pues como sabéis hoy llevaba pantalones holgados pero debe ser que siempre lleva calzones apretados, porque si no me explico que no le hayamos notado nada nunca. El caso es que por suerte hoy hemos hecho un baile un poco mas pegado. He intentado zorrearlo todo lo posible pero no sabía si le estaba poniendo o no.

-Joder Roció que tienes novio jaja - le recordó Isabel, que no se podía creer lo que le contaba.

-Solo tengo curiosidad jaja no la tendría si mi Manu la tuviese grande.

-Jajajaja.

-En fin como no tenia forma de saberlo de forma visual, he tenido que recurrir a otra técnica mas… atrevida.

-Jajaja que has hecho?

-Pues en un descuido he hecho como que me caía y él me ha agarrado como de costumbre, pero he intentado que mano quedase a la altura de paquete y se lo rozado un poco.

Isabel estaba flipando con la actitud de su amiga. Por mucha curiosidad que tuviese ella jamás haría tal cosa, pues lo consideraría una traición a su futuro esposo.

  • Madre mía que golfa y ¿Qué has sentido? - la interrogo Vane.

-Dureza, mucha dureza,  pero ha sido solo un segundo, no he podido comprobar como de grande era, pero al menos ya sabemos que no es gay jajaja. Las chicas rieron ante la osadía de Roció.

-Pues yo voy a hacerlo también si me toca bailar con él - afirmó Patri.

-Y yo jaja - sentencio Vane.

-Estáis todas locas jajaja - se limito a reír Isabel.

Pasaron dos meses por lo que se acercaba la recta final para la boda. Por suerte, Nati, la mejor amiga de Isabel la había ayudado mucho con los preparativos por lo que ya apenas les quedaban unos trámites por arreglar. Las clases de salsa y las reuniones con las chicas seguían siendo igual de divertidas. Se podría decir que era uno de los mejores momentos de la vida de Isabel de no ser porque llevaba casi un mes sin sexo. Las primeras semanas se había abstenido de tocarse, segura de que Mario caería a sus pies y podría darle un polvazo, además de ganar la apuesta, pero su inminente marido parecía aguantar mucho mejor que ella. Le había pillado una vez masturbándose frente al ordenador y cuando le ofreció ayudarle si se lo pedía amablemente, se negó y se limito a masturbarse delante de ella dejándola cachonda perdida. No le quedó más remedio que irse al baño y masturbarse ella también. Hacía tiempo que no lo hacía debido a su intensa vida sexual con Mario, por eso le resulto hasta extraño. Se sentó en el váter, se desnudo y se froto el clítoris casi con rabia imaginando que se había sentado encima del miembro de su chico. Se sorprendió lo mojada que estaba e introdujo dos dedos en su vagina, que echaba de menos sentirse lleno de nuevo. No tardo mucho en alcanzar un orgasmo que le supo más bien a poco. Definitivamente necesito una polla, se dijo a sí misma.

Al día siguiente toco salsa a última hora y como era puente, la clase estaba mas vacía que de costumbre. Ninguna de las amigas de Isabel había acudido. Isabel estaba bastante perdida aun dándole vueltas al episodio de la noche anterior, así que perdió numerosas veces el ritmo. Michael fue consciente de ello, ordeno a la clase bailar por parejas y le ordenó a la joven que bailase con él.

-Te preocupa algo Isabel.

-¿Eh? Ah no es nada.

-Me lo puedes contar, hice un juramento cuando me hice profesor.

-Jajaja pues... Es que me voy a casar en unas semanas y tengo mucho lio con los preparativos,  nada más – le mintió Isabel, ya que no estaba dispuesta a hablar de sus problemas sexuales con él.

-Vaya… - dijo Michael con cierto tono de pena o eso le pareció a Isabel. Pues muchas felicidades.

-Gracias Mike - le llamó ella cariñosamente como hacia últimamente. Para ser sincera es la razón por la que estoy aquí. Es tradición bailar salsa en las bodas de la familia de mi chico y me pidió que si podía aprender.

-Me gusta esa tradición jaja. ¿Y cómo te ves?

-Eso tendrías que decírmelo tú que eres el profesor.

-No importa lo que alguien te diga que puedes o no puedes hacer si tú misma no te ves capaz.

-Eso es muy cierto. La verdad es que aun me veo un poco verde, los pasos básicos los domino con bastante soltura pero no sé si me atrevo a hacer muchas florituras el día del baile. Es una pena porque me apetecía dejarles boquiabiertos.

-No necesitas bailar para dejarles así mami jaja.

-Jajajaja tu que me ves con buenos ojos.

-Solo un ciego no lo haría – le dijo al tiempo que la giraba y la ponía muy cerca de él. Isabel fue por primera vez consciente de lo duros que estaban los músculos del mulato cuando posó su mano en su pecho. Parecía que pudiese parar balas. Le miro a los ojos y le devolvió una gran sonrisa blanca. Estaba tan cerca que podía sentir su aliento y su imaginación empezó a disparar se acordándose de la curiosidad que tenían ella y sus amigas. Apartó esos pensamientos de su cabeza e intentó cambiar de conversación.

  • Pues es que como últimamente se han incorporado nuevos alumnos no hemos tenido la ocasión de practicar movimientos avanzados.

-Si ya lo sé, pero no puedo poneros a practicarlos hasta que los nuevos tengan una buena base, no sería justo para ellos. ¡Ya se! ¿Qué te parece quedarte un rato más después de algunas clases? Esta aula suele estar vacía a estas horas y así no molestaríamos a nadie.

En un principio Isabel pensó en negarse, pero recordó el incidente de la noche anterior y pensó que sería bueno ver un poco menos a su novio y así evitar que tuviese mayor tentación de pedirle acabar con la sequia, por lo que acepto la oferta de Michael.

Acabo la clase y se quedaron a solas. La sala estaba en el piso superior así que nadie les molestaría. Michael puso un CD de Gloria Estefan y le ofreció la mano a su compañera de baile. Isabel estaba un pelín nerviosa pues nunca había estado con el mulato a solas. Cogió su mano y danzaron al son de la cubana. La desorientación y la vergüenza pronto quedaron atrás ante el buen hacer del profesor.

-Mucho mejor, parece que vas a dejarlos boquiabiertos sin dudarlo.

-Jajaja ¿tú crees?

-Seguro – dijo acabando el baile y la canción. Ahora vamos con un baile un poco mas agarrado, así sabrás desenvolverte cuando lo hagas con tu marido.

Con mi marido no lo hago desde… pensó ella con resquemor. Sin poder evitarlo volvió a encenderse al pegarse al cuerpo del mulato.  Volvio a acordarse de lo atrevida que había sido Rocío al intentar averiguar el tamaño del miembro de Michael. Intento olvidarse de ello y seguir bailando pero por mucho que lo intentaba no conseguía quitárselo de la cabeza. De forma inconsciente fue bailando de forma más sugerente notando que Michael perdía también la concentración y la miraba más descaradamente. Definitivamente no es gay jaja pensó Isabel pero esa no era la duda que tenia. Tenía que encontrar una forma de poder estar en contacto con su miembro el tiempo suficiente por lo que ideo un plan.

  • Oye Mike podemos hacer el giro ese de la primera clase?

-Sin problemas mami.

Justo cuando empezaba a girar Isabel se dejo caer y se lanzo contra el cuerpo de su profesor que no se lo esperaba cayéndose los dos para atrá. El amortigua la caída sujetándola desde atrás y ella calló sentada directamente encima de su paquete. Casi soltó un suspiro cuando noto la dureza del paquete de Michael en su culo. No podía calcular como de grande era exactamente pero le pareció que era enorme comparado con otras que había sentido en el mismo lugar. Miro al mulato que estaba en el suelo con las manos en sus caderas mirándola intensamente. Por un momento quiso ceder al calentón que tenia. Quería arrancarle la ropa, besar su piel morena y cabalgar esa enorme polla que escondía tan bien. Pero recordó lo mucho que amaba a Mario y en lo cerca que estaba su boda. Nunca le había sido infiel ni a él ni a ningún otro novio que hubiera tenido y no tenía intención de hacerlo ahora. Reuniendo toda su fuerza de voluntad se levanto apartándose de la tentación de ébano.

-Lo siento. Soy un poco pato a veces - le dijo ella rehuyendo la mirada del profe.

-Tranquila mami, no nos hemos roto nada así que no problem.

-Por suerte jaja.

Hubo un silencio incomodo en el que sus miradas volvieron a encontrarse.

-Bueno ha estado bien, pero tengo que irme ya, adiós Mike.

Michael la vio alejarse mientras se frotaba la endurecida entrepierna. Había tenido muchas alumnas y algunas muy sexys, pero nunca le había atraído ninguna tanto como le atraía Isabel. En alguna ocasión se había acostado con alguna pupila sin él buscarlo. Sin embargo con Isabel deseaba que pasase, a pesar de saber que estaba a punto de casarse y al mismo tiempo no se atrevía a dar el paso. Nunca le había pasado nada parecido. Recogió la sala en silencio mientras repasaba todo lo acontecido.

Por su parte Isabel, tras cambiarse, se dirigió lo más rápido posible a su casa. No podía parar de pensar en lo que había pasado y lo que es peor, en lo que había estado a punto de hacer. A pesar de todo sentimiento de culpabilidad no podía evitar sentirse más cachonda que nunca. Necesitaba sexo. Y lo necesitaba ya. Poco le importaba ya perder contra Mario. Necesitaba besarlo, lamerlo, sentirle dentro de ella. Estaba tan excitada que si se lo pidiera sería capaz de dejarle que se corriese en su cara (cosa que rara vez le dejaba).Cuando abrió la puerta de casa y vio a su novio sentado viendo la tele, se abalanzó sobre él mientras le cubría de besos y le acariciaba el pelo.

-Joder Isa. ¿Qué te pasa?

-Que necesito follar coño.

-Jajajaja no has podido aguantarte ¿eh?

-Calla y follame de una vez.

Antes de que Mario se diera cuenta estaba en calzoncillos y su mujer en braguitas. Nunca la había visto tan desatada, se sentía poderoso e iba a disfrutarlo al máximo.

-Así que necesitas una buena ración de polla verdad cariño.

-Cállate y sácatela- le dijo empezando a cabrearse mientras intentaba quitarle la ultima prenda que le quedaba.

-Ruégame que te folle .

  • Ya lo he hecho.

-Follame

-Otra vez.

-Follame de una vez joder! - dijo ella mas exasperada que nunca.

-Mmm no es suficiente... - dijo el viniéndose arriba. Dime que eres mi putita y que quieres que te rompa el culo.

-¿¡Que!? Oye te estás pasando - dijo ya ella notablemente molesta. A pesar de lo fogosos que eran y de que empleaban lenguaje soez a veces, nunca se le había ocurrido llamarle puta. Por alguna razón, por muy cachonda que estuviese, su orgullo no le dejaba aceptar ese tipo de vejaciones.

  • Calla y métetela en la boca - dijo sin ser consciente de los sentimientos de su chica. La agarro por la nuca y la acerco con fuerza a su miembro. La falta de sexo también le había afectado a él, haciendo emerger al animal que llevaba dentro.

-¡PARA BURRO! - grito finalmente apartándose de su chico que se sentía culpable y confuso.

-Isa... Yo... - empezó él, pero la joven se fue corriendo al baño, encerrándose para evitar verle.

-ISA! - le llamó a la puerta tras correr tras ella. Los siento cariño, no sé que me ha pasado, me he dejado llevar.

  • Eres gilipollas! - dijo ella mientras sollozaba de rabia. ¡Vete, no quiero hablar contigo!

  • Pero cariño...

  • ¡¡Que te vayas!!

Mario se alejo de la puerta desconsolado. La había cagado a base de bien. Si no se hubiera comportado como un imbécil habría ganado el juego y habrían echado un polvazo que se pronosticaba épico. Se vistió y bajo la basura mientras no paraba de recriminarse lo imbécil que había sido.

Isabel, sentada en váter sentía una ira enorme. Estaba cabreada con Mario, por haberla despreciado y tratado como un objeto, por haber estropeado el momento que llevaba ansiando desde hace más de un mes.  Pero también estaba cabreada consigo misma, pues incluso después de todo lo que había pasado, seguía sintiéndose muy cachonda. Se deshizo de sus braguitas dispuesta satisfacer los deseos de su cuerpo. Pensaba imaginarse haciéndolo con Mario, pero eso la cabreaba más que excitarla. Entonces vino a su cabeza la excitante situación que había vivido con Mike y en lo que se había imaginado haciendo. Se introdujo dos dedos en su vagina al tiempo que botaba encima de la tapa del váter imaginándose que cabalgaba encima del enorme pollon del mulato. Tras unos minutos exploto en un intenso orgasmo que relajó su libido y su cabreo. Cuando salió Mario ya había vuelto y estaba haciendo la cena, sin atreverse a mirarla a la cara. Cenaron en silencio y se fueron a la cama. Antes de dormir Mario intento pedir disculpas a su chica de nuevo.

  • Isa, lo...

-Sssh, no digas nada - le interrumpió. Han sido unos días ajetreados y la falta de sexo no ha ayudado, por eso te lo perdono, porque sé que no eres así.

-Gra... Gracias.

-Pero que te quede una cosa clara. No vuelvas a decir ni hacerme algo parecido nunca, jamás. ¿Te ha quedado claro?

-...Si.

-Bien, buenas noches - le dijo ella más relajada al tiempo que le daba un beso en la mejilla y se daba la vuelta. Ambos tardaron un buen rato en dormirse. Al día siguiente la pareja recuperó su humor y cordialidad habitual. Isabel quedo con Nati en un bar al que solían ir tras el trabajo para discutir los últimos detalles del inminente enlace.

  • Bueno pues el fotógrafo era lo ultimo y ya está cerrado, ya no tenemos que preocuparnos de nada más.

-Jo Nati, nunca podre agradecerte todo lo que me has ayudado.

-Tranquila Isa. Cuando tengas una hija le pones mi nombre y en paz.

-Jajajaja bueno a ver qué piensa Mario pero me lo pensare jaja.

-Jajaja también tengo el sitio al que vamos a ir por tu despedida de soltera jiji.

-No me gusta el tono con el que lo has dicho. ¿Es un local de striptease?

-Es un sitio donde se celebran despedidas, evidentemente hay strippers jaja.

-Jajajaja como te conozco. Vale pero nada de que me saque uno de esos tíos al escenario y se me ponga a desnudarse delante mía y con todo el mundo mirando ¿vale? No te lo perdonaría nunca.

-Vamos mujer, que es tu despedida de soltera.

  • Pero lo pasaría muy mal con todo el mundo mirándome, que no y punto.

-Bueeeeno - dijo la risueña Nati mientras le surgía una idea en la cabeza. Oye y ¿qué tal lo de la salsa? ¿Ya lo dominas?

-Pues diría que si jaja. He de reconocer que el profe ha estado muy atento conmigo.

-Uhuuu ¿como de atento?

-Lo normal con una novata, tonta jaja.

-Jajaja y ¿cómo es el profe? que no me cuentas nada mujer.

-Jajaja bueno pues para ser sincera... Esta cañón jaja.

-Jajajajaja y me dices a mi jajaja. ¿Cómo es?

-Alto, fuerte, mulato, y con una (polla enorme pensó) sonrisa preciosa.

-Vaya, vaya. Tranquilízate que dentro de poco te casas.

-Jajaja sabes que yo nunca le haría eso a Mario.

-Lo sé tonta.

-Aunque... Bueno nunca se lo he confesado a nadie pero... Una de mis fantasías secretas es acostarme con un negro.

-Jajajaja ¿en serio? Que callado te lo tenias.

-Jajajaja un poco. El caso es que antes de estar con Mario conocí a un chico parecido a mi profe de baile aunque no tan guapo. Fue durante una fiesta. Nos enrollamos y estuvimos a punto de hacerlo, pero una amiga con la que iba se puso muy mala de todo lo que había bebido y tuve que llevarla a casa. Me descuidé y el chico desapareció. No llegue ni a pedirle el numero. Ni siquiera pude comprobar si es cierto lo que dicen de la gente de color.

-Jajajaja nunca lo hubiera pensado de ti, la verdad.

-Bueno todos tenemos nuestras fantasías no?

-Muy cierto - asintió Nati mientas maquinaba un plan extraordinario.

Y llego el viernes. La última clase de salsa antes de la boda que se celebraba el viernes de la semana que viene. Isabel se paso toda la clase intentando rehuir la mirada de Michael. No le había contado nada a sus compis del incidente del otro día y no tenía intención de hacerlo. Cuando llego el momento de bailar por parejas se puso rápidamente con Roció para evitar que Mike la eligiera, pero lo que no pudo evitar fue sentir los ojos de Michael clavados en ella durante toda la hora. Al acabar el maestro le pidió que se quedara un momento a hablar con ella a lo que no pudo negarse.

-Bueno ¿Hoy es la última clase?

-Si Mike - le dijo ella mirándole por fin a los ojos. Has sido muy bueno conmigo y me has enseñado un montón. No sabes cuánto te lo agradezco.

-No tiene importancia... Y ... ¿no hay ninguna manera de que vengas algún día?

-Bueno... - le miro a nuevamente a los ojos y vio cariño. Se sintió muy agradecida por lo que había hecho por ella, decirle que no habría sido una falta de respeto y de sensibilidad. Ten por seguro que alguna semana me pasare para mover un poco el esqueleto.

-Me alegro... Mientras tanto... ¿Qué tal un último baile de despedida?

-Mmm de acuerdo.

Nuevamente, la música que se había hecho tan familiar para ella, como sus antiguos discos de rock, broto de los altavoces. Mike la sujeto de su mano y de su cintura y sus cuerpos bailaron al son de la salsa. Sus miradas siempre atentas en la del otro irradiaban complicidad y sensualidad. Isabel se sentía muy a gusto con Mike, la trataba estupendamente y se entendían a la perfección además era evidente la tensión sexual que había entre ambos. No sabía si era la falta de sexo o si de verdad habían llegado a sentir esa complicidad de forma natural, pero Isabel sentí que podría haberse entregado a él sino hubiera sido por que se iba a casar. Ninguno de los dos quería que acabara, pero como todo lo bueno la canción acabó, se separaron y se quedaron mirándose a los ojos en silencio. Isabel se acerco mucho a él, se puso de puntillas y le dio un beso en la mejilla.

-Cuídate mucho Mike.

Tu también Isa - le respondió él sonriendo de forma sincera.

La despedida fue mejor de lo esperado para Isabel. Al día siguiente tenía su despedida de soltera y en unos días la boda. Se iría con Mario de luna de miel, donde resolverían sus problemas y se podrían al día en la cama. Por fin podría olvidarse de estos tres meses que tan largos se le habían hecho.

Mario veía como su chica se arreglaba para salir con Nati y las demás. Se había puesto el vestido rojo de tirantes que tan sexy la hacía pues le marcaba perfectamente sus curvas moldeadas en el gimnasio. No pudo evitar sentir como la sangre se le acumulaba dentro de los pantalones.

-Estas preciosa.

-Ya me has visto otras veces con este vestido tontito - le respondió mientras se ponía los pendientes.

-Pero hoy te sienta mejor que nunca le dijo aproximándose a ella y besándola el cuello. Me dan ganas de quitarte el vestido y besar cada centímetro de tu piel mientras te hago el amor.

-¿Siii?

-Siii.

-Vaya que lastima porque no tengo tiempo - le dijo al tiempo que le apartaba. Si eres bueno quizás tengas la oportunidad en la noche de bodas - le dijo saliendo de la habitación. Se sentía sexy y poderosa, y pretendía pasárselo lo mejor posible esa noche.

El lugar al que les llevó Nati era un sitio bastante grande. Había diversas salas. La más grande era un enorme salón restaurante donde cenaban los grupos que iban de despidas mientras veían espectáculos de cómicos o actuaciones musicales. Además había dos salas mas donde se llevaban a cabo los espectáculos eróticos, una dedicado para mujeres y otra para hombres. El grupo de Isa disfruto de una cena distendida mientras disfrutaban del monologo de un cómico amateur. Nada más acabar se dirigieron a la sala de la mujeres donde se unieron a tres grupos mas de despedidas de soltera. Las chicas no paraban de reír y de beber mientras hacían comentarios de cada maromo que desfilaba por allí.

-¿Habéis visto ese que tranca tiene? No sé cómo no se cae para adelante cuando anda.

-Pues ese tiene músculos que yo no sabía ni que existían.

La diversión y las risas no paraban. Isabel, que ya estaba un poco achispadilla por los mojitos, se calentó pensando en lo que le haría a cada uno de esos maromos si estuviera soltera. La prometida de una de las despedidas fue sacada al escenario donde recibió un bailecito en primera fila de un rubio enorme. En ese momento una parte de Isabel quería que fuese ella la que estuviese en su lugar, pero cuando sus amigas se lo propusieron ella se negó tajantemente.

-Bueno dejadla en paz, sino quiere pues no quiere - dijo Nati de forma conciliadora. Además, le tengo preparada un regalito mucho mejor.

-¿Un regalo? Dámelo ya, dámelo ya dámelo ya!

-Jajajaja si insistes vamos a por él.

-Se levantaron y se internaron por un pasillo mientras no paraban de reír. Finalmente llegaron a una puerta negra donde entró Nati a solas. Unos instantes después volvió a salir.

-Vale ya está listo, dentro esta tu regalo.

-Pero ¿qué es?

-Entra de una vez y lo veras - dijo empujándola.

Isabel entro sin parar de reír y se encontró en una sala de paredes negras iluminada levemente, cuyo único mobiliario era un sillón rojo y una segunda puerta. Se sentó en el sillón inconsciente de lo que la avecinaba.

La sorpresa que la esperaba se asomó por el quicio de la puerta y la observó con incredulidad sin que ella se enterase. Cerró la puerta, se coloco el casco, respiro profundamente para calmar sus nervios y entró en la habitación.

Isabel contemplo al hombre que entro por la segunda puerta, era alto y estaba vestido de bombero. No podía verle la cara ya que estaba oculta por un casco.

  • Nati que cabrona eres - pensó la futura esposa. Bueno al menos nadie va a verme mientras me hacen un bailecito. El stripper empezó a bailar al son del chill out que sonaba a través de los altavoces de la habitación. Isabel contemplo como, lentamente se fue quitando la chaqueta y dejándola en el suelo, mostrando el torso musculado de un hombre negro. La joven rio y se emociono al verlo recordando cómo le confesó a su amiga su fantasía oculta. Estas en todo Nati pensó  mientras se relamía. Iba a ser un baile que recordaría siempre se dijo.  El bombero se acerco a ella bailando y la cogió de las manos. Isabel excitada y achispada se dejo hacer segura de que el stripper no se propasaría. Coloco sus manos en sus duros pectorales y las hizo recorrer cada centímetro de su torso, pasando por los abdominales, los oblicuos e incluso la espalda. Cuando acabó de sobarle el torso entero, se dio la vuelta, puso el culo el pompa y tiró de las perneras de los pantalones haciendo que estos se abriesen al ceder las tiras de velcro. Isabel sobo el trasero del mulato que ya tan solo vestía un tanga rojo sin contar el casco. Se dio la vuelta y la joven se quedo cara a cara con un paquete muy abultado que el tanga apenas lograba contener. Noto como un hormigueo se instalaba en su bajo vientre a la par que su temperatura corporal aumentaba. El moreno hurgo en los bolsillos de la chaqueta y saco un bote de nata. Apunto a sus pectorales y se los unto. Isabel que no perdía ojo del paquete no se dio cuenta hasta que tuvo la nata a un centímetro de la cara. La lamio de forma inconsciente antes de darse cuenta de lo que estaba haciendo. Se aparto y contemplo el oscuro pezón con restos de nata. Bueno mientras solo le lama el torso no pasara nada pensó. Lamia el otro pezón mientras sugería una cara lasciva al hombre al que aun no había visto el rostro. Cuando acabo, el bombero repitió la maniobra por sus duros abdominales. Isabel se dio el gustazo consciente de que Mario jamás tendría un torso tan duro y definido. Cuando la nata se acabo, el mulato volvió a coger las manos de Isabel y las coloco en las tiras de su tanga. Ella las agarro guiada por él y bajo poco a poco la prenda roja. Isabel quedo atónita al ir descubriendo centímetro a centímetro del enorme miembro.  Por mucho que quería no podía parar de mirar el pubis rasurado, el largo oscuro falo y el gordo y rosado glande que lo coronaba. Solo había visto algo así en películas, pero esto era real, mucho más excitante. Su libido estaba por las nubes y sus braguitas totalmente empapadas.

-¿T e gusta lo que ves mami? -surgió la voz del casco rompiendo definitivamente el silencio de la escena.

-Siii - apenas alcanzo a decir ella. Un momento, ¿mami? - preguntó consciente de que conocía esa voz.

El bombero se quitó la máscara desvelando su rostro. Isabel no se podía creer lo que estaban viendo sus ojos.

-¿¡Mike!? Pero ... Yo no sabía que tu...

-Nadie lo sabe, me gusta enseñar salsa pero no se gana dinero suficiente, al menos no tanto como a aquí.

Isabel volvió  a contemplar el pene de su profesor mientras recordaba todas las aventuras que ella y sus compañeras habían atravesado para intentar averiguar su tamaño. Nada de lo que hubieran imaginado o especulado se acercaba a lo que en realidad poseía entre las piernas.

-Tócala sin miedo que no muerde mami.

-Jajaja rio ella nerviosa pero sin mover ni un musculo.

Nuevamente el agarro sus manos y las coloco abarcando su miembro sin que ella apenas opusiera resistencia.

-Mike... me caso en unos días.

-Venga Isabel, es tu despedida de soltera ¿no?

Isabel masajeo con lentitud el enorme falo a dos manos, sin parar de mirarlo. Mike apunto el bote de nata a su pubis y a la base de pene. Como hiciera antes, Isabel lo chupo mientras miraba la cara ya descubierta del bombero. Este le aparto las manos y dibujo con nata un camino de nata desde la base hasta el glande.

-Mike - dijo ella antes de cometer una locura. No debería...

-Vamos mami, ¿vas a dejar pasar esta oportunidad?

Isabel se debatió entre su enorme calentón y sus ganas de cumplir su fantasía con el amor que tenia por su futuro esposo. Sabía que tomase la decisión que tomase se arrepentiría de no haber elegido de forma distinta. Volvió a mirar el enorme pollon y se toco sus humedecidas bragas y la cuestión quedo zanjada. Aproximo su lengua a la base y lamia lentamente la nata hasta que llego al glande que limpio concienzudamente. A pesar de la ausencia de nata, la joven se dedico a mamar el majar que le ofrecía Mike. El mulato no podía creer la suerte que tenia, jamás habría imaginado que de todos las mujeres que se podría haber encontrado aquella noche, fuera precisamente Isabel. Nuca había arriesgado tanto con ninguna clienta pero con Isabel lo había dado el todo por el todo y había surtido efecto. La joven que no se achantaba por su tamaño, le estaba propinando una mamada de campeonato. Sin embargo no quería limitarse a una felación por muy buena que fuese, se había sentido a atraído por Isabel desde que la conoció y estaba dispuesto a llegar hasta el final Se aparto de ella que se negaba a parar de chupársela y se sentó a su lado. Ella se dispuso a agacharse para continuar pero él la retuvo y quedaron cara a cara. Se acerco lentamente y mientras le acariciaba el pelo con suavidad la beso dulcemente. Isabel estaba descolocada pero el beso le gusto demasiado como para negarse. Continuaron besándose al tiempo que ella masturbaba a su profesor. Las manos de mulato despojaron a la joven de los tirantes del vestido mientras la besaba el cuello. Bajo poco a poco la prenda desvelando los pálidos pechos de su alumna. Nuevamente cogió el bote de nata pero fue él quien esta vez se encargo de lamerla de los durísimos pezones de Isabel que se deshacía entre suspiros. Continuo bajando la prenda deslizándola por sus muslos y sus tobillos hasta que cayó al suelo.

-Eres la mujer más bonita que he visto nunca mami.

Isabel se ruborizo ante el halago del stripper. Mike retiro el tanguita de Isabel, beso con dulzura su entrepierna haciendo que ella se estremeciera. Su lengua comenzó a dibujar círculos sobre el hinchado clítoris de la futuro esposa. Sabia por sus gemidos y por lo mojada que estaba que no tardaría en correrse. Se detuvo ante la expectante novia, se levanto, coloco su pene a la entrada de su chochito y la miro a la espera de su aprobación, a pesar de saber que no se negaría. La única respuesta que recibió fue una mirada de lascivia de la joven que se mordía el labio inferior. Sin mas dilación fue introduciéndose lentamente en el interior de su alumna cuyos suspiros fueron dando paso a sonoros gemidos. La penetración era lenta pero constante, Mike estaba acostumbrado a vaginas estrechas, pero el tacto de esta le estaba pareciendo una delicia. Isabel por su parte se encontraba en un mar de placer. Llevaba más de un mes sin sexo y sentir una polla dentro de ella era lo que más deseaba en el mundo. Siempre se había sentido contenta con el tamaño de Mario pero lo que sentía ahora era irreal, Mike llegaba a sitios y descubría en ella sensaciones desconocidas hasta ahora. Jamás se había sentido tan llena, a pesar de que el mulato no había conseguido introducirse por entero en ella. No pensaba en nada mas que no fuese correrse con aquel pollon. Sus deseos no tardaron en hacerse realidad cuando empezó a estremecerse y a gritar al llegar al orgasmo al que siguió un  segundo y un tercero consecutivamente. Mike contemplo a la bella mujer que jadeaba tras acabar correrse. Se salió de ella y se sentó en el sofá. Isabel se abalanzo para besarlo y él la correspondió. La dio la vuelta la obligo a agacharse haciendo que ella se sentar el su miembro con el culo en pompa. Isabel se apoyo en las rodillas del mulato y comenzó a botar. El la ayudaba amasando su blanco culo y ayudándolo a subir y bajar. Isabel alcanzo un cuarto orgasmo más flojo agotada por el esfuerzo. El mulato la coloco en el sillon a cuatro patas,  dejándose ella hacer en todo momento. Isabel gritaba como una loca mientras el mulato la embestía desde atras llegándola cada vez más hondo.

-¡¡¡Joder como follas!!! - grito totalmente fuera de sí.

-Te gusta mami.

-SII!! Me encanta!! SII!!! Aaaah!!! grito alcanzo un tremendo quinto y último orgasmo. Jamás se había corrido más de tres veces en una sola sesión de sexo y menos con orgasmo múltiple incluido. Era el mejor polvo de su vida. Mike volvió a salirse de ella quien de derrumbo agotada en el sillón. Levanto la mirada y se encontró al mulato masturbándose rápidamente a escasos centímetros de sus cara. Se estiro y lamio el glande dispuesta a tragárselo todo. El la aparto indicándola que quería correrse en su cara. Isabel estaba demasiado cansada y satisfecha para negarse por lo que se limito a abrir la boca, sacar la lengua y entrecerrar los ojos. Mike gimió con furia mientras iba descargando chorros y chorros del espeso liquido blanco sobre la cara de Isabel. La joven tuvo que cerrar los ojos debido a la fuerza y cantidad del semen que le arrojaba. En cuestión de segundos su cara había quedado cubierta completamente y su boca saboreaba el amargo liquido.

Ambos cayeron extenuados en el sofá. Isabel una vez pasado el calentón fue consciente de lo que había hecho y se acordó que sus amigas aun debían estar fuera se vistió con rapidez y se dirigió corriendo hacia la puerta. Mike la llamó pero ella ya estaba fuera. Sus amigas la contemplaban con los ojos en blanco, lo habían oído todo.  Pero vergüenza de Isabel fue mayor cuando se dio cuenta de que no se había limpiado y aun tenia semen en la cara, se tapo y salió corriendo incapaz de mirar a sus amigas.

Tres días mas tarde ella y Mario se dieron el sí quiero ante unos pocos invitados. Algunos de ellos conocían un secreto que nadie sospechaba, ni siquiera el marido. El baile fue precioso y tanto Mario como su familia quedaron admirados por la habilidad de la joven novia. Fue un momento muy feliz para el marido quien por fin pudo cumplir sus deseos y fantasías en la noche de bodas y en la luna de miel ante una fogosa Isabel. Sin embargo ella jamás le pidió nada, después de todo, ya había cumplido su fantasía.