Un trío me llena de placer
No siempre, se tiene la oportunidad, de ser bien cojido por tres hombres a la vez.
Un trío me llena de placer
Lo que contaré a continuación, me pasó la semana pasada. Hacía unos días, que después de haber respondido a un lector de mis relatos, un mensaje, comenzamos a tener una fluida comunicación epistolar. Obviamente, el tenor de dichos mail, eran exclusivamente sexuales, lo de siempre, que me gusta, que deseás, ¿harías tal cosa?, harías tal otra?, que te tengo ganas y así hasta que al fin, tuvimos una comunicación telefónica.
Estaba superclaro, que lo que Fernando quería, era cojerme, le encantan los tipos exclusivamente pasivos, y me cuenta que su herramienta es bien grande, yo le contesto que mejor, que así me gustan y me pregunta si me gusta enfiestarme. -Hay papito...- le contesté,-...por supuesto!-
La cuestión es que me invita a su casa, para compartir con él y 2 amigos más con sus mismos gustos, una jornada pletórica de sexo. Ya, quiero ir ya!!!, le comenté, estaba ansioso por estar con tres tipos en una cama.
Al otro día, al mediodía, estaba tocando el timbre de su casa. Tiene un hermoso aspecto de hombre, 32 años, 1,80 m aprox. de estatura, buen físico y muy bonito, morocho entrecano y ojos verdes. Me presentó a sus dos amigos, Juan Carlos y Daniel.
-¿Estás listo o lista, como prefieras, para la acción?-
-Totalmente!- contesté, y sin más preámbulos, me tomó entre sus brazos y comenzó a besarme apasionadamente. Juan Carlos y Daniel, se acercaron y entre los tres, me dejaron solo con una tanguita que llevaba puesta y nos dirigimos al dormitorio. Ya desnudos, entendí que Fernando no exageraba para nada, respecto al tamaño de su pija, realmente envidiable, tendría 23 cm de largo, muy dura y gruesa, sus camaradas, no se quedaban atrás, realmente los tres tenían como para sentirse orgullosos. Arrodillado en el piso, chupaba alternativamente los hermosos chotos que me apuntaban, mis manos pajeaban las porongas que quedaban fuera de mi boca. Se sentía en el ambiente, la calentura de todos, sus caricias llenaban mi cuerpo, dedos que entraban y salían de mi culo, pequeños pellizcos en mis pezones, lenguas furtivas en mi ano, no hacían más que dilatar mi culo, a la espera de la primera pija.
Ya en cuatro, sobre la cama, le chupaba apasionadamente la poronga a Juan Carlos, mientras la pija de Daniel, forzaba mi culo, penetrando despacio, hasta que sus huevos hicieron tope, sus manos tomaron mis caderas y empezó a moverse lentamente, haciendo que su pija entrara y casi saliera en su totalidad, para embestir nuevamente hasta meterla entera dentro mío. Fernando me ponía su pija alternativamente con Juan Carlos en mi golosa boca. Así me cabalgó Daniel por un rato, hasta que Fernando pidió mi culo. Sentí un enorme vacío cuando Dany, la sacó de mi culo, pero enseguida, el choto de Fer, penetró sin contemplación alguna en mi ya dilatado culito. La verdad, que su primera estocada, la sentí con dolor, pero la pija de Juan Carlos, taponaba mi boca y no pude quejarme, después de todo, era lo que quería. Fernando, mientras me bombeaba a un buen ritmo su cuerpo pegado a mi espalda y sus manos tomado a mis pequeños pechos, aceleraba los embistes. Su enorme pija, entraba y salía a un ritmo cada vez más rápido, su duro y plano vientre golpeaba en mis nalgas y mientras sentía como Juan Carlos bombeaba más fuerte en mi boca y dejaba salir los primeros chorros de leche en mi boca, terminando de derramame los dos últimos chorros en mi cara y dando paso a Daniel para que se la chupase con ganas.
Entre gemidos y una aceleración y embistes más rápidos y fuertes, fui sintiendo con Fernando me daba una ración de semen en mis entrañas, inundando mi culo y sacándola lanzándome un par de trallazo más de su tibio semen en mis nalgas. Al ver que Fer acababa, Daniel, la sacó de mi boca y la metió en mi orto abierto y palpitante. Es hermoso sentir como una pija durísima se mete en mi culo lleno de leche. Su pistoneo, duró pocos minutos hasta que descargó el contenido de sus huevos dentro mío, desbordándome de un tibio y cremoso semen que se fue deslizándose entre mis piernas.
Mientras limpiaba sus pijas a pura lengua y chupada, acabé yo también, cayendo rendido y cansado sobre la cama.
Mientras tomábamos unos tragos, las nobles herramientas, que tan solo 15 minutos antes me llenaran de esperma tibia y espesa, crecían entra sus manos y las mías.
Nuevamente, el vigor de sus sables comenzaron a penetrarme por boca y culo. Esta vez, me monté sobre la poronga de Fernando que acostado boca arriba, apuntaba con su formidable pinga hacia el techo, con su ayuda, levantándome y bajándome tomándome de la cintura, me cojía espectacularmente, Juan Carlos parado frente a mi apuntándome con su pija bien dura, me la ofreció y tomé con mis labios, tan sabrosa poronga. Daniel, acostado al lado de Fer, dejaba que con mi mano, lo pajeara, haciendo que su choto estuviera duro y palpitante nuevamente, esperando su turno para penetrarme, como antes lo había hecho. Para no hacerlo esperar más, salí de la pija de Fernando y me senté sobre la de Daniel, cuya herramienta entró fácilmente en mi orto, a esta altura muy dilatado. Mientras lo montaba, me abrazó y comenzó a besarme, Fernando se incorporó y se arrodilló detrás mio, pasándome su nabo por mi culo. No me equivoqué, al pensar lo que ocurriría, su glande, comenzó a presionar en mi culo mientras Daniel se quedaba quieto, dando, de alguna manera, espacio, para que Fer, pudiera poner su pija junto a la de él en mi culo. Realmente el dolor era insoportable, pero muy firmemente, la pinga de Fer, fue alojándose junto a la de Daniel en mi orto. Ya tenía, las dos pijas adentro y yo me sentía inmovilizado. Ya no sentía dolor, era puro placer, Fer comenzó a bombear, así lo hizo durante algunos minutos, hasta que la sacó y dejó a Juan Carlos que tomara su lugar, para hacerme la doble penetración. Ahora era Daniel, que se movía, con cuidado, para que ninguna de las dos pijas se salieran. Fernando se la rebuscó para ponérmela en la boca y que se la chupara hasta que su leche brotó como un manjar para mi sedienta boca de sexo.
Los ímpetus de Daniel y Juan Carlos, se incrementaron y entre gemidos, los dos fueron acabando dentro de mio, haciéndome acabar a mi también sin tocarme.
Quedé tirado sobre la cama, sentía el cuerpo realmente cansado, el semen brotaba de mi culo, como si se volcara de una jarra, mi boca sabía a esa misma leche que tenía en distintas partes de mi cuerpo. En realidad, los cuatro, como podíamos quedamos tirados en la cama, descansando. Me dormí plenamente satisfecho.
No se cuanto dormí, me despertó la pija de Fernando tratando de meterse en mi boca. No me hice rogar, se la chupé, realmente con ganas. Solo los dos quedábamos en la cama. Daniel y Juan Carlos estaban tomando un café en la cocina y solo los dos, comenzamos nuevamente.
Cuando su pija quedó nuevamente dura, la sacó de mi boca y tomándome de los tobillos, me levantó, dejando mi culo a la altura de su pija, dejé que mis pies se apoyaran en sus hombros y tomando su chot con mis manos lo guié hasta mi hoyo, la penetración fue instantanea, y lo dejé que él hiciera todo, solo enrosqué mis piernas alrededor de su cintura y comenzó a pistonearme con fuerza, sus huevos, ahora chocaban en mis nalgas y su boca no dejaba de besarme.
Durante 15 minutos me cojió muy duro, hermoso, divino. Hasta que en medio de gemidos acabamos nuevamente.
Eran las 9 de una noche hermosa, cuando dejé la casa de Fernando, la semana que viene, volveremos a encontrarnos, para disfrutar como ese día y quedar todos realmente satisfechos.
Cualquier comentario, háganmelo llegar a trabi69ar@yahoo.com.ar ; gustosamente, como siempre, contestaré a cada uno de ellos.