Un trío inesperado y sabroso
Saliimos dos, mamamos cuatro y terminamos cogiendo tres en la habitación de un hotel... un viajecito de "puente", sólo tres días y una serie de vivencias increibles...
UN TRÍO INESPERADO Y SABROSO
Aprovechando el "puente" de las Fiestas Patrias, Ricardo mi amigo íntimo y yo decidimos hacer un recorrido por algunas ciudades coloniales de México partiendo de Torreón; utilizamos el autobús como medio de transporte para poder disfrutar el viaje sin problemas de manejar, gasolina, llantas, y todo aquello que a veces echa a perder un viaje de placer.
Abordamos la unidad a las once de la noche y no fue posible encontrar asientos juntos, a mí me tocó con una señora gorda que no me dejó dormir en mucho tiempo. Ricardo por su parte, llevaba de compañero a un tipazo moreno, bigotón y muy alto. Después de un rato, volteo a verlos (iban dos asientos atrás del mío en el lado contrario), ambos "dormidos"; sus cabezas se rozaban hacia el centro del par de asientos.
Un parador adelante, bajamos para tomar café . Le pregunto a Ricardo por su acompañante y me dice que se fueron tocando todo el rato, que el tipo tiene muy buen armamento y que es posible que se haga algo. Entro al baño y entran ellos dos . Los tres orinamos en la pileta y me llevo la sorpresa de mi vida: Federico, que es el nombre del tipo, tiene una verga enorme, larga, morena, gruesa y cabezona . Se la sacude como ondeando las cualidades que posee.
Al retomar el viaje encuentro un lugar vacío frente a los asientos de ellos y hacia allá me voy. Desde mi nueva posición pude ver con toda claridad como los dos se abrieron los cierres de sus pantalones, sacaron sus vergas y se iban tocando. En algunos puntos de la carretera, los pasajeros fueron bajando y llegó un momento en que irían unas cinco personas en la parte delantera y toda la parte de atrás para nosotros.
Federico entonces se inclinó hacia la verga de Ricardo y empezó a comérsela con fruición, se veía riquísimo cómo se metía casi toda la tranca de mi amigo y la sacaba para acariciar con su lengua la tremenda cabezota de la verga de Ricardo y volvía a meterla completa
Llegamos a otro parador, bajamos de nuevo y al reiniciar el viaje, sólo íbamos nosotros tres, el operador y un tipo más que subió justo en ese punto pero platicaba de pie con el chofer.
Ricardo tomando la vergota de Federico me la muestra y me pregunta ¿Quieres?. Ni lerdo ni perezoso, me levanté, Ricardo me cedió su lugar y me senté sumamente caliente, empecé a mamar la reatota de Federico, imposible de comérmela toda, tal era su grosor y su longitud, pero cómo disfruté al sentir su glande tocando mi paladar, en momentos llegando hasta mi garganta no sin dolor . El tipo no se corría y eso me emocionó, podría seguir mamando un buen rato.
Entretenido en mi "tarea", no me di cuenta que el acompañante del chofer hablaba con Ricardo. Me levanté de inmediato y aunque tratamos de cubrir la situación resultó imposible. El tipo le decía a Ricardo que era inspector de la línea de transportes y que su labor era investigar cómo andaba todo en los autobuses.
Volteó hacia nosotros y dijo: Ustedes síganle, que yo voy a comerme a este papacito .. Ricardo se pegó a la ventanilla y el inspector ocupó el otro sitio . De pronto, se estaban dando un rico beso de lengua. Haciendo malabares, se abrieron sus pantalones y sendas vergas como mástiles en día de fiesta asomaban.
Cabrón, la verga del inspector también tenía sus cualidades: mucho más gruesa que las de mis amigos, pero no tan larga ni cabezona Ricardo empezó a mamársela, luego se levantó y se sentó en la trancota del inspector, quien le ha dado una cogida fabulosa, yo veía la cara de Ricardo y su rostro denotaba dolor y placer combinados. Me emocioné porque nunca había visto algo así y menos lo había hecho.
Cambiamos de asientos y entonces, yo mamé la verga del inspector, todavía traía el sabor al culo de Ricardo y le escurría el semen excedente . Sabía rica . Federico no dejaba de jalársela y también la probó.
En eso, llegamos a nuestro primer destino. Compusimos nuestras ropas, recogimos nuestro equipaje de mano y descendimos del autobús.
Nos fuimos a la cafetería y mientras bebíamos nuestros cafés, Ricardo me comentó que él y Federico habían platicado mucho al momento en que coincidieron en los asientos y que si no me molestaba, lo había invitado a acompañarnos esa noche en nuestro hotel. Desde luego que no me molesté y enfilamos rumbo al alojamiento.
Entramos a la habitación, nos encueramos rapidísimo los tres, las vergas duras, aunque Federico conservaba puesto su bikini, un bulto antojable dibujaba la tremenda verga que se carga le bajé la prenda y su distintivo saltó como impulsado por un resorte, me lancé de inmediato a mamarla, entonces él me detiene y me acusta en la cama, me acomoda la verga en la boca y empieza a mamarme, esto en posición de 69; en tanto, Ricardo se va a mamarle el culo, a mi amigo le encanta hacerlo, al mismo tiempo, me mete dos dedos en mi agujero y hace lo mismo con Federico, nos tiene bien calientes a los dos. Federico me gira y ahora es él quien me lame el culo con una maestría digna de aplauso .
Me deja bien ensalivado, dilatado y empieza a acomodarme su cabezota, siento que mi culo cede y que su vrga va entrando la comienza a sacar y meter con más rapidez cada vez y le pide a Ricardo que le siga metiendo los dedos en el culo Ricardo aprovecha y acomoda la cabezota de su verga en la entrada del culo de Federico y empuja, empuja primero suave y luego fuertemente, hasta que entra totalmente y hace que Federico puje y casi grite de placer y calentura.
Cuando Federico sintió esa profunda penetración tuvo una reacción tremenda en su verga que se hinchó, yo la sentí en mi culito . Seguimos sincronizando nuestros movimientos hasta terminar simultáneamente.
Quedamos exhaustos. Nos recostamos a descansar tranquilitos, nos acariciábamos los pechos, nos besábamos y quizá nos dormimos una media hora para despertar con más ímpetus, las vergas duras de nuevo y las ganas de seguir disfrutando de la situación tan inesperada.
Esta vez fue mi turno de chupar el culito de Federico y darle a probar mi verga, se la metí despacio, rico, fue una cogida bien sabrosa, de esas que se disfrutan. Mientras yo disfrutaba su rico culo, Ricardo me lengüeteaba el mío y me hacía ver estrellas; de pronto siento que me deja ir toda su carga y disfruto inimaginablemente . No terminamos.
Nos separamos de nuevo y Federico pide cogerse a Ricardo, le chupa el culo para prepararlo y yo le mamo la verga se acomodan y entonces empieza a darle gusto al culo de mi amigo que ya deseaba ser llenado por una verga grande, larga, gruesa y cabezona, me lo había comentado esa misma tarde.
Aparte, hicimos realidad la fantasía de que él recibiera una vergota como la de Federico mientras yo me acomodaba para lamer la parte de verga que entraba y salía de su culo, mientras lamía los huevos de los dos.
Viendo aquello, no me puedo contener, mamo la verga de Ricardo y me acomodo de manera que pueda cogerme, y lo hace. Su tremenda cabezota abre mi culo y sigue empujando hasta que sus huevotes topan con mis nalgas hasta soltar chorros y chorros de mecos dentro de mí.
Esta fue la llegada a nuestro destino . En el mismo viaje conocimos a Alonso y también hicimos algo similar con la diferencia de que está más vergudo que Federico.
JULIÁN.
Agradezco sus valoraciones a mis colaboraciones. Sus palabras me hacen sentir entusiasmado para seguirles contando mis experiencias en esta senda del sexo sabroso.
Espero como siempre sus correos con sugerencias, comentarios y críticas: