Un trio con un jovencito y mi joven esposa

Después de un tórrido verano en el que alternamos la vida normal de pareja como recién casados con las sesiones de sexo a trío con Maria, nuestra vecina del 8º, un buen día mi esposa me dijo que comenzaba a sentir celos.

Un trio con un jovencito y mi joven esposa.

Después de un tórrido verano en el que alternamos la vida normal de pareja como recién casados con las sesiones de sexo a trío con Maria, nuestra vecina del 8º, un buen día mi esposa me dijo que comenzaba a sentir celos.

Que si yo la penetraba durante más tiempo que a ella, que si cuando utilizaba la lengua para darle gusto a la vecina prestaba más entusiasmo.... etc. Ella no había tenido ningún novio formal hasta que me conocido con 18 años. Llego al altar virgen (recuerden que esto sucedió en 1979 y la libertad sexual en España, y las costumbres en los pueblos estaban a años luz de lo que sucede hoy en día) y yo fui el primer hombre que la penetro, el desfloramiento se produjo casi sin sangre aunque ella sintió dolor la primera vez que hicimos el amor, justo dos semanas antes de la boda.

Después de un par de noches con esta monserga, un día después de hacer el amor los dos en la terraza del sobre ático a la luz de la luna, me dijo que le gustaría, ni que solo fuese una vez, hacer el amor con otro hombre para probar.

Cambie de conversación pero por la noche no pude pegar ojo. ¿Y si la vecina tenia otros planes en los que no me incluya a mí?, o ¿Es que ella se había encaprichado de algún jovencito de su despacho?. Yo casi tenia 15 años más que ella y no era cuestión de perder a "mi bomboncito" que además de cuidarme exquisitamente, cocinaba como los Ángeles y en la cama era fantástica y más después de las clases que le dio la vecina veterana, ninfomana y con hambre atrasado por falta de atención marital.

Por la mañana desayunando le dije que de acuerdo, con algunas condiciones: Yo debía estar presente, con alguien desconocido y siempre con preservativo, aunque ella tomaba la píldora pues de momento no quería niños al ser muy jovencita y desear viajar viviendo la vida. Dijo "de acuerdo a todo"

Le propuse dos soluciones: contratar un "gigoló" o bien que ella escogiese a un hombre y lo sedujera. Se puso colorada como un tomate, entonces vi que no era cuestión de amor sino que quería solo sexo con dos pollas, como yo había tenido con dos chochitos.

Le ayude un poco diciendo: ¿recuerdas al dependiente que te atendió hace un par de meses en la zapatería, que no paraba de mirar tus piernas? Con una caída de ojos y un coqueteo seguro que te trae los zapatos a casa y "zas" a la cama. Precisamente quería comprarme unas botas para el invierno, ¿que te parece si vamos este viernes?

Le dije que mejor que fuese ella sola, así estaría más suelta y libre, que se pusiera una falda vaporosa y unas braguitas transparentes para mostrarle lo que podría conseguir el mozo a poco espabilado que fuese. Ella se azoró, pero llegado el día al entrar en casa procedente del banco, olí su mejor perfume, ella estaba en el baño y cuando salió en verdad estaba espléndida: Con sus zapatos de tacón más alto, una falda cortita de gran vuelo y una blusa bastante transparente, teniendo en cuenta en el tiempo que vivíamos, deliciosamente maquillada y recién peinada su larga melena en la peluquería.

Me dio un sonoro beso y me dijo: gracias por concederme este capricho. Comimos y luego me dijo que le gustaría ensayar conmigo, no fuese que allí actuase de forma poco natural. Se sentó en el sofá y yo me arrodille como aquel vendedor de zapatos, intentando ponerme en su punto de vista. Lo que divisé me dejo perplejo: mi chica sin bragas mostrando su almejita sonrosada con su ensortijado bigote rubito alrededor de aquel capricho de la naturaleza. Le dije: cuidado que te lo quieres ligar, no anestesiar el primer día que abras tus piernas ante él.

Ponte las braguitas blancas que compramos en Milán durante nuestra luna de miel, son transparentes y suficientemente sexis, pero no para que te llamen golfilla, ni sospeche nada el chico cayendo en tu red por su ansia de nuevas sensaciones.

Salimos a media tarde, ella entro sola a la zapatería, yo me quede fuera observando como aquel que mira el escaparte, después de ver la pinta que tenia el chico: alto delgado y aparentando menos de 20 años, me retiré discretamente al bar de la otra acera donde habíamos quedado.

Ella se probo unas botas altas – bueno creo que le pidió 5 o 6 pares – entre poner y sacar, que si la cremallera no me sube, que si estas que no tienen cremallera no me entran, etc. según me contó luego lo puso a cien, ya que el bulto entre sus piernas así lo atestiguaba. Cada vez que tenia que ir a buscar un nuevo par sé cubria la entrepierna con las cajas y llevaba más de la cuenta para poder taparse.

Al fin se decidió por un par más unos zapatos de corte y salón, cómodos, para ir a trabajar. Al pagar le dijo con su suave voz, si le podía hacer el favor de llevárselos a su casa al terminar de trabajar, pues tenia una reunión en el centro y no tenia tiempo de ir a casa, tampoco era cuestión de ir cargada con las dos grandes cajas. Él pidió su dirección, observando que era a solo dos manzanas de la tienda, dijo: bueno a las 8,30 saldré y me acerco en un momento.

Cris me vino a recoger con aire de depredadora triunfante. Ya lo tenemos en el saco, a las 8,30 en casa. Que tengo que hacer para rematar la faena, señor. Le dije que lo más difícil estaba hecho que lo demás era pan comido, para calentar la velada la lleve a ver una película de "destape" La emmanuel le numero no se que – saga de la famosa película de Silvia Kristel – creo que fue. En la oscuridad del cine, la lleve al cielo acariciándole su clítoris por encima de las braguitas, y metiendo la puntita de mi dedo índice entre sus labios vaginales haciendo algún juego malabar con su braguita blanca, con la que había encandilado al zapatero.

Llegamos a casa y preparé el plan de acción. Pienso que debes ponerte algo cómodo....tal y tal

A la hora convenida sonó el timbre, yo subí descalzo al estudio del piso de arriba que comunicaba con una escalera de caracol con el salón comedor. Ella abrió y le dijo al muchacho que entrara, este obedeció y ella cerro la puerta sin coger las cajas que llevaba en dos bolsas. Le dijo que esperase un momento que iba a buscar dinero para darle una propina, el chico estuvo sembrado y le soltó: solo por volver a verla, habria venido de rodillas a traer su encargo; para mí la mejor recompensa es volver a verla.

Pillín tú lo que quieres es volver a mirar mi conejito, ¿no es cierto? Ya me di cuenta como me mirabas y como se te puso tu pajarito de tieso y juguetón. Siéntate en el sofá que voy a buscar algo para beber y me cuentas que hace un chico como tu, vendiendo zapatos.

Cristina cogió dos cervezas y salió de la cocina, las dejo sobre la mesita baja y se agacho ostensiblemente, doblando su cuerpo por la cintura en lugar de agacharse para coger dos vasos del ultimo estante bajo del armario del comedor donde yo los puse antes, pues esto lo guardamos en el mueble bar alto.

El espectáculo que contemplo el chico fue de vértigo, lo vi desde arriba pues ellos no me podían ver pero yo estirado en el suelo del sobre ático podía observar sin ser visto. El chico se animó y le dijo que no tenia novia, que trabajaba en la zapatería de sus padres y que estaba muy guapa, que si estaba casada o era soltera. Cris mostró su reluciente alianza y le dijo: hace ocho meses que me case, pero mi marido trabaja hasta tarde los viernes. Esto fue la señal para que él estuviese más audaz.

Quiere que le pruebe otra vez sus botas, no sea caso que la hagan daño, tiene la piel muy delicada y no quisiera que le rozasen. Ella le acabo de tender la trampa, según planificamos. Ya sé que propina voy a darte por el favor de traerme las botas; tomo el sol arriba del duplex y me he quemado un poco, con este sol de septiembre que parece que no calienta, pero quema después de un par de horas.

¿Te gustaría ponerme crema After Sun? Antes que pudiese responder Cris fue al baño y regreso trayendo una botella de body milk que le dio al chico mientras se quitaba la batita de estar por casa. Se quedo con un pequeño tanga y le ordeno que la dejase estirar en el sofá. El chico no parecía tonto pues le dijo: ¿no estaría mejor en su cama? Tienes razón, por cierto no sé tu nombre ¿cómo te llamas? Marc respondió al tiempo que ella se dirigía a nuestro dormitorio. Conté hasta cinco; baje sin hacer ruido, me puse mis zapatos que tenia en la cocina y fui al recibidor, abrí la puerta y cerré de golpe gritando: Cristina, ya estoy en casa, ¿qué tal el día cariño?

Fui directo a nuestra habitación y el pobre chico se quedo helado y blanco de pánico.

Yo actué según lo previsto.

Conque estas tenemos, llego más pronto de lo habitual y te veo en plena faena

¿Cuantos tíos te has traído a casa, so guarra?

El hizo ademán de intervenir, pero le dije cállate que luego iré a por ti.

Eres una puta, pero esto lo vamos a arreglar.

Si quieres follar con otro, yo también tendré derecho de aprovechar.

Cogí al chico por una muñeca le retorcí el brazo y le lleve a la cama, diciéndole: Venga follatela y complace a esta furcia. El se destrempo, su polla parecía un flan, su cuerpo temblaba como una flor en un día de viento.

Me baje los pantalones y como la escena anterior me había puesto a mil por hora, sin lubricar ni nada le intente meter mi polla por su culo. El primero se resistía apretando su esfínter, entonces le susurre al oído:

A meterla como un hombre y relájate que sino al darte por el culo te puedo hacer daño.

Le metí todo mi dedo medio, hasta el fondo, luego dos con el índice.... Y al final lo encule a pesar que costo de entrar.

Cris parecía enojada, una cosa es decir quiero "una polla tierna" y otra ver que la tienes y se reblandece, que es inexperto su propietario y que el marido esta delante de ti mirándote a los ojos.

Cuando acabé le dije bien ahora a comerle el coño.... mientras tanto me dedique a los bonitos pechos de Cristina, mientras le decía cosas al oído, el chico se animo, se le puso tiesa y entonces le dije vamos a cambiar de postura.

Le ordene tenderse boca arriba y le dije a Cris: ahora puedes aprovechar a recibir esta pollita por delante que yo vendré por detrás y con dos penes alucinaras.

Así lo hicimos hasta eyacular ambos dentro de mi chica. Fui al baño y al regresar Cristina, siguiendo el guión le había dicho al mozo, vístete rápido y desaparece que este es capaz de tirarte por el balcón y estamos es un décimo piso (8 + entresuelo y el ático nuestro, con el estudio en el sobre ático 11 en total)

Al cerrar la puerta nos abrazamos y ella me dijo:

Con una mujer mucho mejor.

Nunca más te pediré un trío con otro.

Yo bromee diciendo: ¿y tu sola con otro muchachito tierno?

Ni hablar, el próximo con otra chica, pero que no sea Maria, es una lagarta y creo que te quiere ligar. Quiero esta polla solo para mí o bajo mi control.

Yo también le prometí fidelidad.

Solo haré el amor contigo o con alguna amiga tuya pero los tres, ya tengo una cierta edad y he vivido bastantes aventuras para ir a buscar nuevos "coñitos" por ahí.

La siguiente juerga fue con tres mujeres y no con dos como ella decía, fue casual y se lo juro "cierto como la vida misma" los que han participado en una cosa así sabrán que digo. Los que todavía no han podido que carguen pilas pues al tercer intento la cosa cuesta pero el cuarto, salvo que seas un jabato, es duro. Pero la inexperiencia inolvidable

Mi mujer y dos bomboncitos, se me comieron vivo

Un póquer de tres chicas con un solo hombre, socorro.