Un trato ventajoso ¿pero para quién?

Un trato ventajoso, donde las partes se involucran y mientras todo esté tranquilo, el juego seguirá

Nota: este relato es ficticio, lo escribí en una tarde de creatividad así que ignoro hasta dónde va a llegar.

Lunes, odio los lunes; en especial cuando como hoy, lo primero que me despierta es la voz de Francisco: “Pao, abre la boca”, medio dormida aún, obedezco y siento claramente un pene introduciéndose, empiezo a mamar con muy pocas ganas, pero enseguida me dice “apúrate que hoy tengo clase de filosofía a la primera hora y ya tengo muchas faltas, no quiero quedarme sin derecho a examen”, me lo saco un momento y le digo que entonces por qué me hace chupársela antes de irnos, “pues nada, que he despertado caliente, pero apúrate que en serio tengo prisa” nuevamente obedezco y me apresuro lo más que puedo, pues si bien por el olor corporal de él, deduzco que ya se ha bañado, sé bien que eso de sus faltas lo dice en serio, mientras que a mí me falta incluso despertar del todo, y también quiero llegar temprano a la escuela.

Finalmente lo hago terminar, me lo trago todo como de costumbre, le dejo el pene bien limpio, él se acomoda la ropa y sale del cuarto, mientras yo me levanto y me voy a bañar, me arreglo un poco, o un mucho mejor dicho, me gusta verme linda, pero elegante aunque aún no acabo la carrera, me gusta vestir con estilo ejecutiva, no desprecio la ropa informal pero creo que un traje sastre, con tacones a juego, y el debido arreglo hace que los hombres se fijen en mi más que si me vistiera de manera muy provocadora, pero como dije, la ropa informal tampoco se me hace fea y también la uso cuando quiero sentirme muy cómoda.

Escucho que la puerta se abre y se cierra enseguida, seguro Francisco ya va tarde y lo compruebo cuando me asomo para ver que sube a su carro y sale como si lo fuera persiguiendo la policía “ese idiota un mal día se va a matar, o peor, va a matar a alguien” pienso mientras termino de arreglar mi habitación, seguro el resto de mis compañeros de casa tienen su sitio peor que casa de perro, no entiendo cómo son capaces de salir y dejar el tiradero y regresar para dormirse en medio del mismo desorden que han dejado por la mañana, creo que de todos los que viven aquí, en esta casa de dos pisos que hemos ocupado, y a pesar de todo soy la única persona que mantiene su habitación libre de suciedad, bueno, nada raro si se toma en cuenta que soy la única mujer que vive aquí, mientras que de las otras ocho habitaciones cuatro están ocupadas por hombres y el resto están vacías, supongo que la renta no es barata pero vivo aquí de gratis, así que el pago no me quita el sueño.

Termino de arreglarme, apago la tele, levanto los platos que han dejado botados sobre la mesa con restos de cereal “estos idiotas seguro piensan que soy su gata” rezongo, acto seguido compruebo que no se me queda nada, bajo y veo que ya mi carro es el único que queda, me voy a la uni y pienso en ese perfume que vi ayer antes de llegar a casa, y es que ayer no tenía ganas de nada así que luego de volver de mi visita semanal a casa de mis padres y viendo que aún tenía tiempo, quise pasarme a ver qué cosa me compraría esta semana.

Llego justo a tiempo a la clase, el profesor como siempre de mal humor, pero no pierde la ocasión de querer ver mi escote, no es feo pero su falta de humor me desagrada, pese a todo es muy influyente en el instituto y si bien José desde su sitio como “mandamás” del comité estudiantil e hijo de uno de los más renombrados doctores de la ciudad podría ayudarme, hay cosas que es mejor no forzar, así que finjo que no me doy cuenta, de todas formas con el saco y la blusa que me puse, solo podría ver algo con ayuda de rayos x y una buena visión, pero por los anteojos que usa, sin duda carece de ambas cosas, pero creo que un día de éstos tendré que dejarlo ver un poquito, pues sé que si sigo frustrándolo va a agarrarla contra mí, y cálculo de por sí ya es complicado, no quiero hacerme pesada la vida solo por una nadería.

Mis compañeras mientras tanto, se ocupan de hablar de mí a mis espaldas, como si me importara, desde la primaria ya tenía pocas amigas, y en la secundaria mis amistades femeninas se redujeron a dos personas que hace años ya no veo, así que paso de ellas, de todas formas creo que por ahora les viene bien hablar de quien verán luego muy por encima de ellas, con todo lo que he podido ahorrar ya me alcanza muy bien para un negocio propio, y a este paso acabando la carrera ya casi voy a trabajar por puro hobby, ya quisiera ver a esas ordinarias cotizando en la bolsa de valores como yo, así que pueden hablar lo que les venga en gana, yo seré una inversionista mientras ellas a lo mucho podrán aspirar a salir de la carrera con un novio igual de pobre y desempleado que ellas, y en esto me pregunto por qué diablos mejor no estudié economía, pero la respuesta me viene a la mente y sonrío…

El resto de las clases lo mismo, lo bueno es que a las 13:00 ya salgo y tengo cosas que hacer.

Mientras me dirijo a mi auto en el estacionamiento de la facultad, me aborda Pedro, el despistado del grupo, creo que el único hombre sincero conmigo, que además es tremendamente tímido conmigo y creo que con todas, y aunque no es el más guapo tampoco es feo, sin embargo por no sé qué cosas él cree que no es nada atractivo y que sería milagro que alguien se fije en él, me saluda así que le quiero dar un beso en la mejilla y salta hacia atrás como si lo fuera a morder una serpiente, enseguida se sonroja, se excusa y empieza con ese tartamudeo que le da cuando está nervioso o avergonzado… imposible enojarse con él, lo conozco bien y así es él así que le pido que me diga qué se le ofrece.

  • “Verás, es que ya ves que llegué un poco tarde, y no tomé los apuntes enteros, así que quiero saber si podrías prestarme los tuyos para completar, solo me falta como dos renglones, pero nadie me los quiere pasar, y pensé en ti, te juro que no te quito mucho tiempo”

Me da pena, pero realmente no puedo ayudarlo, saco mi cuaderno y le enseño lo que estuve haciendo: el cálculo de lo que tengo ahorrado y los intereses que voy a recibir a corto,  mediano y largo plazo de mis inversiones, y el resto de mis hojas lo mismo, me he vuelto obsesiva con eso, no es mucho lo que tengo pero quiero que todo esté bien y en orden para sacar el máximo provecho posible, le digo que no se preocupe, pues lo que le falta lo tiene en el libro, noto su cara de incredulidad y le muestro lo que descubrí… que los maestros nos dictan directamente del libro, supongo que en sus tabletas se lo han bajado y lo que hacen ha de ser solo ir a leer para nosotros, pero parece que mis compañeros no se toman la molestia de leer sus libros a pesar de lo costoso que son así que creo que solo yo me he dado cuenta de ello, lo único que le digo es que no comparta eso con nadie más, me arruinaría la diversión de ver cómo mis compañeros se confunden con las clases por cosas que llevan en su mochila y mejor explicado, arruinarme esa pequeña satisfacción diaria es lo único que no le perdonaría, así que pide disculpas y se da la vuelta, le pido que me diga a dónde va, solo dice que a la habitación que renta, le ofrezco llevarlo y me dice que queda lejos, a decir verdad no me importa, hoy tengo tiempo de sobra, o al menos eso quiero pensar.

Llegamos a su casa, me dice que siente haberme hecho llevarlo, no es su culpa, pero aún así ofrece pagarme al menos la gasolina, me niego y me despido de él, y enfilo ahora hacia mis clases de zumba, la verdad que hoy ya veré cómo pierdo cualquier cantidad de tiempo, hoy apenas quiero llegar a mi habitación, no tengo muchas ganas de estar ahí.

En el gimnasio, no falta la que me dice que cómo hago para estar en forma, y que no entiende qué hago ahí si estoy en buena forma, parece que hay quienes no se dan cuenta que justo por eso me mantengo con un cuerpo en buenas condiciones: no tengo el cuerpo de una top model, tampoco soy la chica exuberante que causa accidentes al pasar, soy más bien la chica que apenas mide 1.60 de estatura, de piel morena y cabello lacio, busto 32B y bueno, pues aunque no tengo gorditos en la cintura, creo que tengo un trasero más bien normal,  lo que quizá me hace llamar la atención es que justo por la actividad física, lo que tengo lo tengo firme, y tampoco estaré esperando a pesar 300 kilos para empezar a hacer ejercicio, no faltan los que hacen pesas y que se pasean a ver qué hay de interesante para ellos, siempre hay alguno simpático con el cual tengo alguna conversación, pero también están los que a veces me desagradan, con su actitud de chulos como si fuera a salir corriendo a pedirles sexo, pero me divierte ver su cara de perros con hambre cada que una chica pasa frente a ellos.

Saliendo, no tengo más opción que enfilar a casa, creo que haré lo que tenga qué hacer y salgo al cine, o por ese perfume, o hasta por un simple billete de lotería.

Al llegar, veo que Francisco, Ramiro y Ernesto están como siempre, tumbados y jugando al Fifa, mientras acumulan cada día más peso; creo que debería decirles que el deporte solo cuenta si lo hacen ellos mismos, solo falta José, supongo que está ocupado cocinándose algo, ese hombre se pasa la vida comiendo, lástima que su papá es cirujano y no el nutriólogo que tanta falta le hace a su hijo.

Saludo apurada, llego a dejar mis cosas sobre mi escritorio, enseguida tomo mi toalla y me dirijo al baño privado que está en mi habitación, el agua tibia comienza a salir, comienzo a bañarme y tardo un poco más de lo esperado, al salir, con la toalla enredada en el cuerpo, descubro a Francisco esperando sentado en mi cama, sin apenas decir nada me toma de la mano y así, con mi toalla como única prenda, me lleva a su habitación, que queda adjunta a la mía, noto que Ramiro y Ernesto alcanzan a vernos y hacen algún comentario, Francisco simplemente me tumba sobre la cama y comienza a acariciarme, no tardo mucho en ver lo excitado que está, le gusta que acaricie su pene y es justo lo que hago, lo saco y comienzo a comérselo despacio pero con cierta fuerza, sé que le gusta y trato de satisfacerlo, no aguanta mucho y antes de venirse, se retira y me da la vuelta, saca un condón y se lo pone apresuradamente; enseguida siento su glande haciendo fuerza por entrar, está un poco alocado así que me penetra rápidamente con sus algo así como 15 centímetros de virilidad, sus embestidas son fuertes, toma mis nalgas y las aprieta suavemente como comprobando su firmeza, luego toma mi cintura y comienza a dar empellones cada vez más pronunciados, sé lo que va a hacer y me dejo mover por él según su propio ritmo, pues le gusta tratarme con firmeza, sus ritmo se hace más rápido e incluso violento, hasta que luego de unos pocos minutos más, siento cómo su pene se hincha un poco dentro mío, y a través del forro de látex el calor de su eyaculación, me detiene un poco más, vaciándose totalmente en mi interior, mientras que con su cobertor nos cubre a ambos, disfrutando sin duda de la suavidad de la tela, y de mi presencia, me ha gustado también así que esos momentos los disfruto igual que él de dándole la espalda y acurrucándome un tanto contra su cuerpo, que no es como el del sus amigotes, aunque no está en plena forma, al menos él no tiene ese sobrepeso que los caracteriza;  de pronto escuchamos cómo la puerta se abre, es Ramiro, le pregunta a Francisco si ya ha terminado conmigo, él responde afirmativamente, así que Ramiro me toma de la mano y de dice “ven, que yo también quiero lo mío”, no hay alternativa así que obedezco y me dejo conducir por él, le pido a Francisco que por favor lleve mi toalla a la azotea y la ponga a secar al sol, siento que no tiene caso ponérmela de nuevo para cubrir mi cuerpo.

Creí que me llevaría también a su habitación, pero a cambio me conduce justo a la sala donde estaba jugando con Ernesto, que está solo con bermuda y una camiseta, el juego está en pausa y Ramiro me explica “mira, lo que pasa es que el juego está ya aburriéndonos, así que se nos ocurrió que trates de hacérnoslo un poco más interesante, solo tienes que mamárnosla en turnos, claro que hay tiempo así que cada dos minutos cambias de verga, no se trata de que nos hagas venir, sólo mama despacio, lo suficiente para que nos distraigamos un poco pero no tanto como para terminar ¿entiendes?” respondo que he entendido, así que se desnudan de la cintura para abajo y se acomodan para seguir jugando, veo que tendré qué estar de rodillas frente a ellos pues se sientan a una cierta distancia uno del otro mientras abren sus piernas lo suficiente para que pueda llegar a sus miembros semierectos, reanudan el juego y voy a lo mío, y noto por el sabor que los muy cerdos con tal de no perder tiempo para sus estupideces, parece que evitan bañarse, pero luego de un rato ya apenas noto el sabor, mientras que el marcador va a no sé cuántos goles, creo que estoy cumpliendo como distractora pues ambos han festejado varios goles, quizá la escena no es muy típica, una chica que comparada con ellos, que con su estatura y complexión son gigantes a lado mio, les realiza felaciones alternadas, y sin embargo me centro en lo que hago mientras rememoro cómo es qué vine a dar a esta situación, entonces lo recuerdo:

Recuerdo cómo el primer día de clase, llegando a la universidad no faltó el extrovertido o sociable, mejor dicho parrandero, que invitó al grupo a beber alcohol en su casa, yo sin estar acostumbrada a las fiestas accedí estúpidamente a ir y aún peor, estando ahí bebí de más, por lo que luego de un rato ya estaba algo achispada, de hecho la mayoría, pues muchos al ser la primera vez que estaban fuera de casa bebieron hasta embriagarse rápidamente, de ahí que al poco ya estábamos platicando sobre nuestras metas, y ahí es donde conocí a José…

En ese momento no era el tipo obeso de ahora, se veía un poco llenito pero nada que un poco de ejercicio no pudiera solucionar, empezó a platicar conmigo y me pareció bastante educado, nos hicimos amigos y un mes después éramos novios, pero por su negativa a cuidar más su aspecto y por su crítica a mi fijación por lucir cuidada, peleamos y terminamos, por lo que creí que nuestra historia terminaba ahí.

Un mes después, me abordó para charlar conmigo, no quise ser la inmadura que sale corriendo, así que accedí, ahí me recordó lo que una vez le confesé; quería tener dinero, que si bien es cierto que no estoy en una situación económicamente complicada, la verdad siempre fui ambiciosa, así que le confesé que si se me aparecía una oportunidad de verdad buena, haría cualquier cosa, haciendo énfasis en “cualquier cosa” así que sin más me lo soltó: “mira Pao, déjame decirte algo, tú dirás si te convence o no, lo que sucede es que tengo unos amigos que conozco desde la prepa, son tres y una vez me vieron contigo, les gustaste mucho y platicando con ellos acerca de lo que una vez me dijiste, me dijeron que te propusiera lo siguiente: estamos dispuestos a que por un precio, el que tu desees, te conviertas en nuestra amante, los cuatro tenemos dinero tanto de parte de nuestros padres como el que ganamos por nuestros propios medios, y no es poco, así que nos hemos puesto un calentón pensando en una situación así y decidimos planteártelo, solo eso, no te pido respuesta ahorita, solo piénsalo y si en el transcurso de una semana te decides, márcame y nos ponemos de acuerdo”, dicho eso, se dio la vuelta, y yo sin poder creer lo que acababa de escuchar me quedé ahí, creo que en el trayecto a el sitio donde rentaba una habitación apenas estaba en este mundo, pues el chofer del bus tuvo que enviar a su ayudante a pedirme que pagara mi pasaje, pues subí y ni de eso me acordé.

El resto se lo pueden imaginar, obviamente luego de darle muchísimas vueltas al asunto puse un precio casi absurdo para acceder a sus intenciones, obviamente no creí que accedieran pero para mi sorpresa resulta que al parecer tienen más dinero del que pensé, pues en vez de poner cara de sorpresa como lo esperaba, un simple “ok” cerró el trato, quedando por lo tanto únicamente poner las condiciones necesarias para la convivencia, además de eso consiguieron la casa que a estas alturas no sé si es rentada o de alguno de ellos, y cada semana recibo dinero en efectivo además de que como parte del trato, tengo derecho a pedir dinero para comprarme ropa, calzado, perfumes, teléfono y un sinfín de cosas más, teniendo por lo tanto ya más de dos años en esta situación, y aunque se supone que para cuidar mi imagen soy oficialmente la novia de Francisco, al parecer hay rumores que quizá me he acostado con alguno de los otros de la casa, no me importa, lo esencial para guardar las apariencias radica en mi despotismo hacia la mayoría de los hombres, eso y el ser una arpía insufrible para las demás mujeres, lo cual hace posible que todos consideren que me siento que estoy por encima de todos…

Mis recuerdo son interrumpidos por cierta presión en mis nalgas, unas manos gordas me las están abriendo, enseguida siento cómo me penetran, sin duda es José, que pese a tener el mayor sobrepeso de todos, posee la verga más grande y gorda, así que siento claramente cómo empieza a cojerme, siento también su panza reposando sobre mis nalgas, quiero decirle que pare, que estoy con sus amigos pero Ramiro ríe, me toma por la nuca e impide que retire su miembro, se dirige a Ernesto y le dice que haga lo que se le antoje con el juego, que ya no le interesa por el momento, entiendo y entonces me afano más en hacerle el oral, mientras que José se retira, se sienta en su sofá y me pide que me siente a horcajadas sobre él, “pendejo, ponte el condón o te atiendes solo” le digo molesta al ver que no lo lleva puesto, no importa tanto si terminan dentro mío pues debido a esta situación que vivo me cuido una barbaridad para no salir embarazada, pero no me gusta que se vacíen en mis entrañas, gruñe y me ofrece un premio bastante generoso si lo cabalgo “a pelo”, sé que puede llegar a ser bastante espléndido así que accedo, como puedo me monto sobre él y comienzo a cabalgarlo, entonces Ramiro y Ernesto no se quedan atrás, me prometen cada uno el doble de mi mesada normal a cambio de que esta vez sea sin condón, sin dejar de cabalgar a José les pido eso, un bolso nuevo, un par de zapatillas y la gasolina que mi auto consuma en un mes, acceden a todo excepto en lo de la gasolina, quedando en pagar solo el consumo de una semana, creo que es una excelente negociación y cerramos el trato, Ramiro se coloca detrás mío y empieza a empujar su pene en mi orificio anal, me espera una doble penetración, así que me relajo y permito el acceso, y empiezan a moverse de manera coordinada, no es la primera vez que sucede que me hacen sándwich, y de hecho me lo hacen muy seguido, así que al poco tiempo el vaivén cobra fuerza y velocidad, luego de un rato de sentir ambos penes perforando mis entrañas, siento que mi recto es inundado, Ramiro se retira y ahora Ernesto ocupa su sitio, me penetra sin más, de todas formas el semen de su amigo ya me ha lubricado y estoy lo suficientemente dilatada para recibir su intrusión, vuelven a lo suyo y siguen bombeándome un rato más, ahora es José quien se viene dentro mío, lo siento claramente, Ramiro se da cuenta, me da tregua y deja que su amigo disfrute un poco más de mi interior, pero en cuanto lo siente relajado me separa de él y hace que apoye mis rodillas al costado de su amigo y mis manos en el reposabrazos del sillón, de forma que aunque ya no estoy siendo penetrada por José, sigo montada en él, ahora siento cómo Ernesto vuelve a penetrar mi ano, me toma de la cadera y empieza a meterme su miembro sin miramientos, me duele, le pido que pare y contesta que por lo que va a gastar, me va a tratar como le venga en gana, eso no sé porqué pero me gusta, es un grosero de lo peor en más de una ocasión pero a veces me gusta esa faceta dominante suya, por lo que me callo y me concentro en disfrutar lo que pueda, lo cual no es fácil si tomo en cuenta que pese a que el sexo anal se ha vuelto casi una rutina, jamás lo he disfrutado del todo, así que decido apretar mi esfínter un poco y a mover la cadera en movimientos semicirculares, me duele y me quejo, pero con eso consigo excitarlo de más y hago que termine pronto, recibo unos golpes secos que acompañados del característico calor en mi recto indican que se está vaciando dentro, lo dejo un poco más y para compensarlo hago un poco más de presión, muevo un poco más la cadera para ordeñar bien su verga en mi interior y me retiro de su cuerpo y a la vez, dejo de sentir su respiración agitada en mi nuca, los tres están satisfechos y me retiro a mi habitación para asearme todo eso que escurre de dentro de mi ano y vagina, en el camino me encuentro con Francisco, que sin duda lo ha visto todo pues sin más me toma de la cabeza y me guía hacia abajo, sé lo que pretende así que saco su miembro, me lo introduzco en la boca y comienzo una mamada, quiero que acabe pronto así que me esmero, no dura mucho y termina en mi boca, me hace ver hacia arriba para ver cómo me trago su semen, lo hago y ahora si puedo ir a asearme, tengo que salir un rato y me apuro, al salir me piden que traiga cervezas y cigarros a mi regreso, me dan el dinero y les pido para comprar algo para mi, aún es temprano y no creo tardar demasiado, pues tengo tarea y debo hacerla, pero no puedo evitar pensar que como es temprano seguro salen con alguna otra ocurrencia, así que me apresuro a comprar mis boletos de lotería, admito que es un divertimento algo absurdo pero me gusta jugar con las probabilidades, en especial aquél donde soy libre de elegir los seis números que creo saldrán premiados, generalmente apenas logro reembolsos pero no me importa, luego compro las cervezas y los cigarros, compro una botella de vino para mí y regreso a la casa, extrañamente se limitan a decir gracias y siguen discutiendo no sé qué cosas, yo debo apurarme con la tarea así que entro a mi habitación con mi botella y apenas emparejo mi puerta (sin seguro según nuestro convenio, ya que deben tener acceso a mi cuerpo cada que así lo deseen, haciendo cierta excepción los días en que estoy menstruando) y me olvido de ellos un rato, antes de preguntarme qué demonios estarán tramando, no presto demasiada importancia al asunto así que me centro en mis deberes, de todas formas si es algo que me involucra sin duda me voy a enterar cuando salgamos a cenar.

Te agradezco que hayas leído el relato, si te gustó o no, y si tienes tiempo te agradecería un comentario al respecto, porque al final serás tú, lector, quien decida si hago una segunda parte o incluso una serie al respecto, tus comentarios o sugerencias serán bien recibid@s.

Atte: Andrea Paola (paola2003_7@hotmail.com)