Un tratado imperfecto sobre el amor. Final

Tú que te vas y yo que me quedo son dos inviernos

FINAL ALTERNATIVO360

En febrero de 1977 Stan Lee concibió la serie What If?. Se trataba de presentar una serie de universos alternativos sobe hechos que sucedían en la “tierra 616” (lo de 616 viene de junio del año 61, pero eso es otra historia).

Uno de esos hechos fue la creación del grupo de héroes “Los Invasores” cuyas hazañas transcurrían durante la Segunda Guerra Mundial. El número 4 de la colección What If? ( en español ¿Y si?) contemplaba un futuro alternativo a lo que sucedía al final tras lo ocurrido en The Invaders  Annual #1d.

Tal fue el éxito de ese número en los lectores que Stan Lee tuvo que certificar que ese futuro alternativo ocurría en la realidad del universo marvel 616 ( el oficial, tronkos)

En homenaje a alternativo360 os presento este final de relato que podría ser integrado, por así decirlo, en el Universo Todorelatos (ahí lo dejo, responsables de la página).

PRÓLOGO A “LA BÚSQUEDA”

Francis.-

He estado desembalando todo lo que me he traído de Estados Unidos y, al sacar un libro de la maleta, ha salido de su interior la carta que me envió Albert.

Cinco años después  de todo aquello el pasado ha venido a golpearme con fuerza. Nunca voy a poder reponerme de ese golpe, nunca voy a poder superar los sentimientos expresados en esa carta.

No me cuadra, por más vueltas que le doy, por más que lo pienso, todo esto me resulta rarísimo.

Albert está muerto, eso es lo que me dicen, pero no me lo creo. ¿Por qué llevó un machete y una pistola de fogueo? No tiene ningún sentido. ¿Pretenden hacerme creer que mi marido quería morir?

¿Por qué?

¿Por qué esa decisión tan extrema?

¿Soy la culpable? Es evidente, ¿no? Pero, entonces, ¿por qué la carta? ¿por qué dice que espera tiempos mejores? Me voy a volver loca. Estoy segura de que todo es un plan de Alberto. Él es así de retorcido, quería dejarlo todo zanjado.

Estaba todo demasiado dispuesto, la muerte, el crematorio, la carta. No pude fijarme muy bien ni  durante el funeral ni los días posteriores, bastante tenía con mantener el tipo ante la avalancha de acusaciones y reproches y me prodigó Pilar.

Por supuesto, la culpable fue Patricia. Condenada muchacha, de alguna manera se las apañó para conseguir todos los vídeos que tuve con Felipe y sabéis ¿qué hizo?, la muy … dos días después del  funeral se los envió por whatsapp a Pilar.

  • ¿Felipe?, ¿te has estado tirando a Felipe, mamá? ¿Cómo has podido?, ¿cómo has podido? ¿lo sabía papá?, mírame, mírame a la cara y dime que papá no lo sabía.

Mantuve el silencio, mientras mi hija lloraba desconsolada y en ese momento recibí un mensaje de whatsapp de la mayor acólita de mi esposo.

“Te dije que me las pagarías si volvías a hacerle daño”

“Jódete”

Últimamente me viene mucho a la memoria la Rima XXX de Béquer

Asomaba a sus ojos una lágrima

Y a mi labio una frase de perdón;

Habló el orgullo y se enjugó su llanto,

Y la frase en mis labios expiró.

Yo voy por un camino; ella, por otro;

Pero, al pensar en nuestro mutuo amor,

Yo digo aún: ¿Por qué callé aquel día?

Y ella dirá: ¿Por qué no lloré yo?

No me gusta echar la vista a mi pasado. Es demasiado doloroso. Ocho años de mierda que han tirado por la borda 22 años de felicidad absoluta. Ahora lo sé. Y solo me ha hecho falta perderle.

Me fui a Estados Unidos con la finalidad de que mis hijos tuvieran un futuro mejor y, por supuesto, para huir.

Pilar volvió aquí a los tres años, Alex no aguantó apenas un año, “¿Dónde está mi padre?, ¿Dónde?” me preguntó cuando volvió de Irlanda, y reclinó su cabeza sobre su hombro derecho mirándome tras ver los vídeos que Pili le  mostró.

¡La misma postura que puso Albert el día que me vio con Jose!

Decididamente era hijo suyo.

A regañadientes vinieron conmigo, y el silencio fue la nota dominante en nuestra relación, el silencio … y el reproche.

Pilar consiguió perdonarme, aunque le llevó tres largos años. “Voy a estudiar Derecho, Francis, en honor a mi padre”. Cambió su carrera y ha estudiado nada menos que en Harvard.

Los contactos de Albert. Tanto que sacrifiqué para venir a Estados Unidos y resulta que los amigos de Albert lo solucionaron todo en cuestión de 48 horas. La “muerte” de “Albert”, “el Abogado”, “El Puertas” estalló como un reguero de pólvora.

De repente recibí llamadas de desconocidos garantizándome el futuro de mis hijos y el mío mismo, y vaya si han cumplido. Al parecer le debían muchos favores, algunos de ellos “impagables”.

Su leyenda. Pienso en su leyenda. En el barrio dicen que si vas al polígono industrial por la noche y prestas atención se puede oír el “Adiós reina mía” de Eskorbuto en la nave donde falleció y si fijas la vista verás una sombra, una sombra que baila. Baila sola una danza de muerte.

Yo no creo en esas tonterías. Tengo cincuenta años, soy escéptica total, hasta con la muerte de Alberto.

Mi hijo Alex finalmente ha cursado medicina. En breve hará el MIR y lo pasará con nota, como todo lo que hace. Me ha dicho que piensa hacer un voluntariado en el Sáhara, un par de años al menos. No sé cómo se le ha metido esa idea en la cabeza pero su padre estaría orgulloso de él.

No he vuelto a tener sexo. Ya no lo quiero. No sin él.

Tampoco quiero hombres cerca. Ya no. Ya no está él

Pero voy a buscarle, siquiera para cerciorarme, por quitarme la espina. Hablaré con todos los personajes. Todos dicen que Alberto era muy inteligente y que jugaba muy bien al ajedrez pero lo que no saben es que yo siempre le ganaba.

Y cuanto termine la búsqueda, cuando le encuentre, porque le encontraré, escribiré un libro. Hasta tengo pensado el título “Un tratado imperfecto sobre el amor”.

Alex.-

Roberto, un conocido de mi padre que también fue Boina Verde consiguió que pudiera llegar aquí por medio de Jeróme

Mi madre piensa que estoy loco por venir aquí, a los campamentos de refugiados en Tindouf (Argelia). Pero qué sabrá ella. Aquí puedo prestar un servicio humanitario, solidario y, después de todo, ¿con quién voy a estar mejor que con mi padre?

FIN ¿O PRINCIPIO?

GRACIAS AUTOR/A, GRACIAS LECTOR/A, GRACIAS COMENTARISTA

Este relato tiene cuatro responsables. Cristina (Sigrid1, estrelladelasnieves), Lola Barnon, Emsibi y Alternativo360.

No se entiende la obra sin ellos.

Siempre he sido muy sincero con estas cosas, cuando leí “Nunca seré una piedra en el camino de nadie”, decidí que necesitaba expresar la desazón que me causó ese relato, hacerle saber a la autora la pureza del dolor que sentía, cómo me llenaba, me embargaba ese caos destructivo y lo bien que me definía.

Siempre pienso en esa frase “Quizá habríamos podido reinventarnos como pareja, en cambio lo único que conseguimos fue romper para siempre nuestra vida en común”

Por fin alguien expresaba la posibilidad del “no retorno”, porque hay lugares a los que se va pero de los que no se vuelve, y ese relato lo expresaba a la perfección. En ese sentido, Cristina me tocó la fibra y me supuso un reto. Jamás me he echado para atrás ante un desafío. Decidí comentar.

Decidir comentar y sentir satisfacción fue todo uno. Contactaba con personas que también expresaban su punto de vista, y la niebla se fue despejando para dar paso a todo un mundo de personas interesantes, amables, correctas y valientes. Eso me motivó aún más.

Entonces llegó Lola Barnon y mi mundo se incendió con la siguiente frase:

“Me gustaría acostarme con otros hombres… Necesito sexo con alguien distinto a ti.”

Ya había leído “Nuevas experiencias” y me encantó la sinceridad de Lola Barnon en sus respuestas a los comentaristas, cómo criticó a Mamen ante su actitud ante la situación planteada, pero “Una decisión dolorosa”, uffff, me marcó. Se ha quedado grabada a fuego en mi alma, lo juro.

Pero lo más espectacular fue la calidad de los comentarios. No menciono a ninguno en concreto porque si se me olvida alguno sería desmerecerlo. Vosotros sabéis quienes son y sabéis lo mucho que me marcó esa obra.

Y ahora silencio por favor, porque llega el momento en que desvelo el origen de mi relato.

Capítulo 4 de “Una decisión difícil”. Tania lleva a Luis para que vea a los que violaron a Isabel.

Soy lector, soy comentarista pero también soy abogado. Simplemente me rayó que una Subinspectora del Cuerpo Nacional de Policía llevara a un civil a un escenario que podría ser peligroso. Me quedó esa espinita clavada y se me ocurrió que, si tuviera el suficiente talento para escribir una obra, sin duda, le diría a la Subinspectora Tania Velasco que “eso no se hace”.

Ese es el verdadero origen de “Un tratado imperfecto sobre el amor”. Todo gira en torno a mi decisión de aclarar ese aspecto.

El personaje que elegí fue el abogado que asesoró a Luis. Nadie le había puesto nombre, nadie preguntó por él. Nadie notaría su elección, ergo, ya tenemos protagonista.

Noté que la intención inicial quedaba muy lejos y que tendría que contar una historia que sirviera como fondo más o menos creíble para esa escena. Era la época de COVID19 al principio, como dice Dickens “Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos” y me puse a ello.

Para no hacer ruido y dado que escribía por las noches usé papel y bolígrafo. 21 capítulos del tirón y sin tener un par de narices para publicar.

Entonces llegó Emsibi con su “Producto de mis decisiones”. Un autor novel, agradable, simpático y educado pero con unas ideas firmes y claras. Escribe para entretener, de forma gratuita, solo porque quería quitarse una espina clavada.

Me asombró su franqueza, su sinceridad, y me atreví  decirle que ole sus huevos por publicar, que no se cortara, que ojalá yo tuviera su valor, que tenía 21 capítulos escritos y que no me atrevía a publicar.

“Pues es una pena que teniendo 21 capítulos no publiques”, me dijo el muy canalla.

Y decidí que tenía razón, qué demonios. Que no podía hacer comentarios de autores sin saber lo que es escribir una obra.

Atentos que viene el cuarto responsable. Alternativo360.

Sin él, no habría relato. Así de claro. Mi relación con ese hombre es increíble. No solo por lo mucho que me sinceré con él (hasta el punto que llegó a decirme que tenía miedo de que la obra me afectara por lo mucho que había de mí en ella) sino porque siempre h estado allí. Dándome ánimos, haciendo observaciones todas ellas pertinentes sobre duración de los capítulos, sobre recordar detalles, etc.

La obra fue creciendo. Tenía razón Lola Barnon la obra crece más de lo que uno se cree. Por supuesto decidí pedir permiso a Lola Barnon para usar sus personajes y les pasé los capítulos en los que aparecían. En algunos me hizo la observación de que quizás caricaturizaba un poco a Tania, tenía toda la razón del mundo, por supuesto. Rebajé un poco, solo un poco, el desaire y Lola me dio su permiso.

Y luego pensé: Joder, ¿por qué no hago un Stan Lee? ¿Por qué no crear una obra en la que aparezcan personajes de otros relatos?

Pedí permiso, a todos. Todos me lo dieron. Sin reparos. Incluso hay alguna sorpresa en el relato de la que no os habéis percatado y que me está vedado divulgar. En su momento diré cuál es y todos diréis: “Ah, coño pues es verdad”.

SOBRE LA OBRA

Un tratado imperfecto sobre el amor. Uf, el título me costó mucha reflexión. ¿Por qué “Un tratado imperfecto sobre el amor”?

Porque es imperfecto. Un tratado debería tratar sobre un tema y desarrollarlo. El tema debería ser el amor pero en este relato hay poco amor, salvo el propio. Hay mucha envidia, rencor, odio, dolor, soberbia, orgullo y oportunismo pero ¿amor? ¿Amor de ese tipo del que se mete en tu alma, desgarrador, sincero, leal, sacrificado? Nah, solo uno ama de verdad, y ya sabemos cómo ha quedado.

Los otros tipos de amor son imperfectos. Con excusas, con lujuria, con locura, con odio, interesado. Todas formas imperfectas de amar. Y algunas de ellas totalmente justificables.

Francis.- la soberbia (como forma cutre de orgullo, forma mediocre, qué excelente comentario se marcó Utopía5 ese día), la vanidad y la envidia la condenan. Se olvida que una vez amó y, en lugar de rectificar, se agarra a un clavo ardiendo para justificar su actitud, no es ella, no, es Albert. O Jose, ya puestos, O Felipe, pero ella no. Le llega su epifanía en la duración de cuatro canciones, cuando se da cuenta de lo que ha hecho no se atreve a tocar a su amado y certifica así su condena.

Jose.- Chulo, cínico y envidioso. No razona, es autodestructivo e infecta a todo aquel que se le acerca, pero quiere a su amigo. “Todo era una puta broma”, sin pensar en el daño que le estaba haciendo a su amigo, sin pensar, porque la envidia no piensa, obnubila el juicio y así, este monstruo no puede mirarse ya en el espejo.

Joya.- Un tonto a las tres, pero un tonto peligroso. El Luca Brasi de este relato. Leal a Albert hasta decir basta. Jamás habría hecho nada con Lara de haberlo sabido. Jamás hará nada con Lara por respeto. Es la venganza definitiva, aquél a quien no querrías ver nunca como enemigo.

Alberto.- El amor verdadero. Un campeón de la vida, pero para se4r un campeón de la vida, uf, la vida le ha abandonado del todo, ¿no?. Eso sí, Alberto es todo un francotirador de hacer el amor. Dos polvos, dos embarazos. Sí el hijo que tiene con Patricia es de aquella noche, por eso se adelanta el nacimiento del niño.

¿Qué más puedo decir de Alberto? Paga sus deudas. Las heridas que recibe con las que infligió en su día a los demás. Una cicatriz en su ojo izquierdo por la que hizo al jefe de los violadores, una rodilla destrozada por la que destrozó a uno de ellos y la cara y el cuerpo destrozado por lo que hizo con el tercero que sujetó al marido. Puro Karma que creí que veríais todos y que al final lo ha visto Enkrateia.

Esther.- Pues eso el amor por morbo. Ser comida por un deforme, por tu compañero de despacho, por tu mentor. Es un amor sin compromiso.

Patricia.- Amor juvenil, desbocado, sin pensar, sin razonar, puro instinto y puro amor esquizofrénico

Lara.- Sin duda la ideal. La que debería haber acabado con Alberto. Afín en todo con él. Sin prejuicios por la edad. Pero en un acto de desesperación muy humano se sale de la carretera. Yo habría apostado todo mi dinero por ella.

Pero estamos ante un tratado imperfecto de amor, por eso se rompe. No somos perfecto, no lo vamos a ser nunca. Alberto se despide de las tres. A su manera, de buen rollo, tranquilizando a sus amigas y saldando sus cuentas. El casette de hace años, una C-90, por cierto (se me olvidó ponerlo).

Sí, con Lara habría sido feliz, de no ser…

…Porque amaba a Fran. Y Alberto no es falso, prefiere morir a vivir una mentira y él no es consentidor, cuando tiene que elegir entre vivir y morir elige la muerte, cuando vuelve la muerte se intenta suicidar. Es su propio acto reivindicativo, su propia negación a ser cornudo. Aun así lo intenta una vez más, pero la realidad es tozuda, se oye decir a los dioses ¿dónde vas cornudo?, y él los oye.

¿Se trata de honor?  También

Los hijos.- El amor a los hijos. También está presente. Alternativo360 me advirtió sobre ello. “No estás hablando de los hijos, la gente va a preguntar por ellos”. Lo asumí. De veras. Y sostengo que el amor hacia los hijos está presente en todo momento ¿sabéis cómo’ precisamente por su ausencia, está presente en vosotros que lo habéis mencionado en todo momento.

¿Habéis leído “Esperando a Godot”? El protagonista es Godot y no aparece en ninguna escena. Pues aquí lo mismo.

Los padres aman a sus hijos sin condiciones, sacrificando todo, no se mesan los cabellos si no los llaman, lo aceptan y punto. ¿Un mes sin llamadas de los hijos en Irlanda? ¿Por qué no? Es una experiencia nueva, comienza el curso, son jóvenes y los fines de semana, ah, los fines de semana.

Los hijos han estado en todo momento en vosotros. Habría sido muy fácil escribir un par de mensajes y decir “No pasa nada. Todo va bien” y salvar la papeleta pero entonces no sería fiel a mí mismo.

Un último brindis por “El Puertas”, un último tercio de Mahou etiqueta verde por el último de lo grandes héroes. ¡Skol!, Puertas, resérvame un sitio a tu lado en los salones de Valhalla o, mejor, un lugar en la barra del bar que fijo, fijo, hay en el Paraíso.

Pues creo que eso es todo. No queda más que agradeceros todo lo que habéis hecho por mí. Ha sido un placer, de veras.