Un tipo solitario.... como yo.
Mi vecino era un tipo extraño... raro... hasta que le conoci. entablamos una amistad... y algo mas. Os ruego comentarios para mejorar. Espero que os guste.
Aquel tipo era un hombre muy raro, reservado, solitario…. Diría que algo extraño. Hacia 1 año que se había mudado al piso de al lado y apenas hablaba para saludar cuando nos cruzábamos en la escalera las pocas veces que se dejaba ver.
De vez en cuando, cuando el tedio de las largas tardes caía sobre mí, cotilleaba por el ojo de la puerta cada vez que le oía entrar o salir del piso que estaba de frente al mío. Menuda tontería, simplemente lo veía abrir o cerrar su puerta sin ocurriera nada más.
Llevaba más de dos años sin encontrar trabajo, y para salir adelante, seis meses atrás, me había decidido a ser autónomo y crear una empresa unipersonal, dedicada a realizar reparaciones de electricidad, fontanería e incluso me atrevía con ordenadores, lavadoras, etc. etc. mi experiencia en una empresa de mantenimiento me había servido para poder hacer realidad este proyecto.
Una tarde que volvía de un servicio, coincidí con mi vecino en el ascensor y nos montamos juntos. No hablamos pero ambos sabíamos que íbamos al mismo piso. Al cerrarse las puertas del ascensor, como si tal cosa, el tipo solitario, cuya voz apenas reconocía por no ser asidua en mi vida, va y me dice:
- ¿Sabrías cambiar un grifo?
Como si no fuera conmigo, no hice caso. La frase se repitió. Entonces reaccione y conteste:
- Sí, claro que sí. Me dedico a eso.
- ¿Cuándo podrías hacerlo?
- Si tienes el grifo ahora si quieres.
- De acuerdo.
En unos minutos estábamos en el fregadero de su cocina realizando el trabajo, que se hizo rápido y no me llevo más de media hora. A su vez, el tipo que parecía tan silencioso, no había parado de hablar desde que entramos a su casa, resultó que había dejado atrás su timidez y me había contado media vida, que era ingeniero de minas, que trabajaba en Obras públicas, soltero, sin familia en la ciudad….y se llamaba Alex.
Era un chico de mi edad, unos 35, delgado pero fibrado, metro ochenta, muy moreno de piel, rapado al 2 y con una barba de esta de afeitarse de allá para cuando. Alex, a juzgar por como vestía y como tenía el piso, no tenía problemas para llegar a final de mes.
El hombre raro me había resultado un chico bastante agradable y simpático, abierto… yo, ayudado por su palabrería me había soltado también y le había contado parte de mi vida, mi nombre: Juan, que vivía solo, que estuve casado pero mi novia se largo con un compañero de curro, que vivía solo y que me buscaba la vida para salir adelante
.Cuando terminé le dije que estaba listo y me puse a recoger mis herramientas para irme. Probamos el grifo, comprobé que no tendría fugas por dentro de los muebles de la cocina. Alex salió de la cocina y volvió con su cartera:
- ¿Cuánto es?
Sacó unos 150 € de su cartera y los dirigió a mí.
- Nada, nada… por ser el primer servicio… este es cuenta mía.
- De ninguna manera!!. Cógelo!! . se mostró molesto e imperativo.
Le retire la mano y le dije que no insistiera, que ya estaba así decidido.
Antes de que pudiera decir más, agarre la bolsa de herramientas y Salí de su piso. Aquella tarde no deje de pensar en Alex, como hablaba, como su cuerpo expresaba lo que decía… me había caído simpático.
Al día siguiente, al volver a casa, Alex llamo a mi móvil. No recordaba que le entregue una tarjeta por si necesitaba algo de mí más adelante.
- Juan??
- Si? ¿Quién es?. No reconocía el número en mi móvil.
- Soy Alex. Tu vecino.
- Vaya!! ¿que tal? Dime. ¿Ocurre algo?
- ¿puedes venir a casa en media hora?
- Si claro. ¿Que pasa?
- No nada. Te espero en media hora.
A la hora prevista. Llame al timbre y me abrió la puerta. Tras los saludos, y cargado con mis herramientas, le pregunte que que pasaba a lo que me contesto que nada. Alex había preparado unos aperitivos y tenía unas cervezas puestas a enfriar. Nos relajamos, pasamos la noche charlando y picando entre trago y trago. La verdad que fue un rato agradable lejos de la soledad de mis noches de tele. Alex me dijo que había pensado que después de haberle cambiado el grifo gratis no podía hacer otra cosa que invitarme a tomar algo a modo de cena y que así ninguno cenaría solo.
Los días fueron pasando y nuestras reuniones fueron más asiduas un día en su casa, otro en la mía, al principio un día a la semana, luego un par de días a la semana aprovechando que había partidos de champion… la verdad que mi vida dejo atrás las tardes solitarias sin más compañía que la de los tediosos telediarios que veía antes de irme a dormir. Su compañía se fue convirtiendo en algo imprescindible en mi vida, habíamos consolidado una amistad que me serbia de apoyo en los momentos más jodidos.
Todo esto no hubiera pasado de una buena relación vecinal y de amistad si no fuera porque la tarde del 2 de septiembre, después de recibir su invitación, me presente en su casa. La puerta estaba abierta. Entre al domicilio y me serví una cerveza de su frigo. Oía el ruido de la ducha que Alex estaba tomando. La puerta del baño estaba entre abierta. Alex me grito desde el baño:
- Juan!!! ¿estás ahí?
- Si. Ya estoy aquí.
- Cógeme una toalla del cajón del armario del dormitorio. No tengo toalla.
Me dirigí a coger la toalla. Al abrir el cajón y sacar la toalla vi al fondo del cajón una caja de condones y un par números de la revista Zero. Al principio no le di importancia, pero luego caí que Zero era una revista que algunos famosos habían elegido para salir del armario.
Cogí la toalla y se la lleve al baño. En ese breve trayecto, me acababa de dar cuenta que mi buen vecino era gay, ¡Coño! Quien me lo iba a decir. No le había notado nada. Metí la toalla por el hueco de la puerta del baño para darle la toalla. Alex, se planto frente a mí, desnudo, totalmente en pelotas, como si yo no estuviera, la cogió y empezó a secarse primero el pecho, luego la espalda… frotando a toalla contra sus partes íntimas, sus muslos.
Embobado, como si no pasara nada, así me quede frente a él. Mirando el tamaño de la polla que le colgaba. Parecía un mandingo, sin un solo pelo. Con un torso que marcaba sus pectorales, su tabletita abdominal, sus fuertes músculos de brazos y piernas. Vestido engañaba. No parecía tan fibrado. Y sobre toda, magnifica, como una maroma de ébano, colgaba un pene impresionante.
Reaccione. Aparte mi mirada. Debieron transcurrir un par de segundos pero me pareció un buen rato, en el que me regodee con asombro de cómo estaba mi vecinito.
Alex no perdió el tiempo y acercándose a mí me besó en los labios. Al principio lentamente, despacio… pero poco a poco me abrazo…su lengua entro en mi boca y yo la recibí gustoso, nos dimos un morreo de vicio, largo, suave… saboreando su aliento, su lengua…
Nos abrazamos. Alex se apretó a mí y con cierta maestría mientras nos besábamos cada vez con más avidez, me fue desnudando poco a poco. Metía sus manos por debajo de mi camiseta, hacia mi pantalón, debajo del slip que llevaba. Desabrochando los botones y bajando cremalleras con una facilidad asombrosa. Al cabo de unos minutos estábamos desnudos el uno frente al otro.
Alex llevaba toda la iniciativa y cuando intentaba ser yo el que actuaba, con suavidad, pero con firmeza me imponía su voluntad. Ese juego de cierta sumisión me ponía cada vez más. Me beso de nuevo. Sus grandes manos acariciaron mi cara, para poco a poco ir dirigiendo mi cabeza primero hacia su cuello, después hacia su pecho, su abdomen y obligándome a arrodillarme frente a él y frente a su polla que llevaba un rato erguida fruto del movimiento y de la presión que mis manos ejercían. Su boca comenzó a emitir ruiditos de placer.
Sin pensarlo mi boca se abrió para besar la punta de la tranca de Alex. Mi lengua lamio la punta y el frenillo de su rabo mientras mi mano derecha la movía lentamente con leves giros de muñeca y la izquierda apretaba sus huevos con suavidad.
Sus manos cogieron mi cabeza apretando contra sí con lo que entendí que esa polla quería meterse en mi boca. Entro hasta el fondo y volvió a salir. Me obligo a retenerla contra la garganta mientras su pelvis hacia movimientos contra mi boca para volver a sacarla de la boca.
- ¡!Qué bien la comes Juan!!. Mmmmmm
Pare un momento para mirar su cara de gusto. Pero él no quería que parara. Agarro de nuevo mi cabeza y me obligo a tragar. Mis manos se clavaron contra sus muslos tersos y cuando el apretaba de mas lo usaba como un muro para parar el golpe. Alex acelero los movimientos de mi cabeza contra su polla. Ese rabo me estaba follando la boca. Casi me ahogaba. Producía tanta saliva que se escapaba por la comisura de mis labios. Apenas podía respirar y mucho menos jadear.
- AGGGGGGG. AGGGGGGG. OGGGGGG.
- Eso es!… sigue asiiiii!!!… cométela entera… ¡! mmmmm Dios!!! Que mamada.
Alex apartó sus manos y comencé a lamerle la polla desde su nacimiento hasta la punta de su capullo para acabar dentro de mi boca mientras mi mano cada vez más rápido le hacia una paja en toda regla. Se apoyo en la pared y simplemente su mano se apoyo en mi cabeza. Paraba de vez en cuando para mirar su cara. Tenía los ojos cerrados y su respiración era cada vez más rápida. Sus gemidos se pronunciaban cada vez que mordisqueaba su capullo.
- OOOOOHHHHH siiiii. Que boca tienes. Continu…aaaa AAGGGG.
- ¿Te gusta? ¿eh?...
- Si tío… me encanta… y tú… ¿disfrutas?-….
- Mucho tío….
Y volvía a emplearme en mamar de aquella polla. Disfrutaba de cada momento con semejante apéndice a mi disposición. Mi amante fue acelerando cada vez más sus movimientos, su respiración se hacía cada vez más grave, más rápida… mis ojos permanecían cerrados y solo se abrieron para contemplar su abdomen moreno que se acercaba y se alejaba de mi.
Me detuve por un instante. Mi mano no dejaba de masajear su rabo. Mire hacia su cara. Él me miro. Guiñé un ojo complaciente ante lo que Alex estaba deseando. Una mano suya se poso contra mi cabeza y continúe con la mamada. Cada vez más rápido. Cada vez más fuerte. Le oía gemir. Le oía respirar con fuerza. Con rapidez. Su sudor caía por su cuerpo.
Tras unos minutos empleándome a fondo, comencé a sentir como el cuerpo de Alex se tensaba. Se ponía rígido y aflojaba. Sabía que venía el chorro de placer que él esperaba. Cada vez con más avidez mamaba y mamaba de él. Alex comenzó a gemir más alto, más profundo.
- OHHHHHHH AGGGGGGGGG. Dios. Voy a correrme Juan!!!! OHHHHHHH.
Eso es, pensé yo. Córrete.
- Me corro tío… me corro.. aggggggggg. Siiiiiii
Un chorro de semen me inundo la boca. Caliente. Espeso.
- Dámela toda Alex. Dámela!!!
EL semen golpeaba contra mi garganta saliendo de mi boca y chorreando hacia el suelo. No pude más que tragármelo para poder tomar aire. Esa tranca me estaba llenando la boca y casi no podía respirar por la presión que Alex estaba ejerciendo en mi cabeza contra su polla. Por fin me libere y me separe. Mi mano acariciaba su polla y me masturbaba la mía. Alex me cogió y me puso de pie para darme un tremendo morreo, limpiando antes de mis labios los restos de su corrida.
Pero quería más. Me giro. Me dio la vuelta. Comenzó a besarme el cuello, la espalda, bajando hasta mis riñones y pasando su lengua por mi raja… despacio… con tranquilidad. Me incline más para dejar que me acariciara detrás. Solté unos gemidos al sentir su lengua caliente sobre mis nalgas.
- Ohhhhh …
- Te gusta lo que te hago?. Me dijo Alex.
- MMMMMM siiii . sigue, por favor.
- Quiero que disfrutes cada momento Juan.
Su lengua se abrió paso hasta la humedad de mi culo. Lamio hacia arriba y hacia abajo. Olas de calor y de placer me llegaban desde abajo. Mi mano izquierda lo agarro de la cabeza hundiéndolo más. Sus manos acariciaban mi polla mientras con su lengua me follaba el culo.
Pronto empezó a actuar con sus dedos. Primero introdujo uno, moviéndolo lentamente. Se coloco a mi lado para taladrar mi culo con su dedo. Mi mano agarro su polla pudiendo comprobar que la tenia dura de nuevo.
- Que culito tienes… tan apetecible… mmmm me muero por disfrutar de él.
- AGGGGGGG UFFFFFF. Mi cuerpo se movía al compas de su dedo mientras mi polla era masajeada por su mano.
- Quiero metértela Juan. Quiero follarte. Lo he deseado desde que te vi la primera vez.
- Ufffff siiiiii . Lo mire a la cara y pude comprobar el vicio en sus ojos. – Hazlo Alex. Clávame tu polla y disfruta de mí. Quiero sentirte dentro de mí.
Mis palabras actuaron como un afrodisiaco en su cabeza. Ya no atendió otra cosa. Se coloco detrás de mí y untó crema en mi agujero. Su polla se rozaba en la entrada de mi culo hacia arriba y hacia abajo. Oía como respiraba detrás de mí. Su aliento calentaba mi nuca.
- Prepárate cielo. Te la voy a meter enterita….
Sus brazos me obligaron a inclinarme hacia adelante mientras coloco su polla desnuda en mi ojete. Poco a poco comenzó a infringir presión sobre el agujero húmedo y comencé a sentir un escozor en la zona. Sentía como se iba abriendo paso poco a poco dentro de mí. Los anillos de mi ojete abrazaban la polla invasora mientras mi garganta dejaba escapar gritos de dolor.
- OHHHHHHH. JODERRRRR TIO…. ME DUELE…
- Aguanta tío… aguanta… ya verás.
Su voz era casi imperceptible, entre su profunda respiración. Habría metido ya el capullazo entero en mi interior cuando agarro mi cintura y de un solo golpe de pelvis me la clavo entera… hasta el fondo… de una vez. Aquel dolor me pareció casi inhumano.
- AHHHHHHHHHH CABRONAZO…. ME HAS PARTIDO POR LA MITAD AHHHHHHHH
- Tranquilo Juan. Relájate….. uffffff… pronto pasara….
Intente zafarme de su abrazo pero no pude. Me mantuvo abrazado a él. Apretado a él. El dolor y el escozor eran enormes. Poco a poco fue apareciendo el placer. Mi cuerpo empezó a responder con un leve movimiento, al principio un poco luego mas… acompañado de mi rápida respiración y de pequeños jadeos. Alex fue entendiendo que empezaba a disfrutarlo.
- Eso es…mueve este culito… ufffff como me gusta metértela.
- Siiiii Alex…. Métemela….
- Asi cariño…. Te gusta no?
- Siiiiii AGGGGGG.
Sentir aquella tranca en mí actuó de inmediato. Sin tocarme la polla y casi sin darme cuenta me estaba corriendo. Alex también se dio cuenta con lo que empezó a bombear más rápido. Ya me había vaciado y no pensé que llegaría más, pero al cabo de un minuto mi polla estaba morcillona y después mi culo estaba enviando a mi cerebro oleadas de placer.
- Dios!!! Que… gusto. AGGGGGG…Me… encanta como me….. follas. Siiiiiiii sigue… más. dame…. bien… fuerte.
- Si mi putita… Uffff… me encanta ver… aggggg…. como te corres…. AGGGGG …solo con mi polla. Aggg aggg aggg.
Estábamos desbocados. Abandonados al placer. Sus manos me tenían agarrado por la cintura mientras, solo cuando abría mis ojos, podía ver sus fuertes piernas y sus huevos golpeando contra mi culo. Me follaba como un animal. Cada embestida hacia que mi cabeza golpeara contra la mano que tenía en la pared. Alex comenzó a temblar a ir más rápido, me era familiar aquellos movimientos. Pero paró en seco.
- Ven. Vamos al salón.
Obedecí. Cogió mi mano y me llevo al sofá. Nos besamos. Intercambiamos la saliva de nuestras bocas mis manos se posaron en su pecho apretando aquellos músculos. Acariciando su cuerpo. Sintiendo su vigorosidad al tacto. Así, me coloco frente a él. Me abrió las piernas e introdujo su polla en mí nuevamente. Su cuerpo se irguió al sentir que la había metido entera. Su boca soltó un breve pero intenso gemido.
- OHHHHH. Qué bien entra. MMMMMMMM.
- AAGGGGG. Siiiiii…. Me encanta.
- Toda tuya…. Aggggggggg dios.
- Eso es… me encanta como me das por el culo tío… aggggggg
Mantuvimos la mirada por unos instantes. Se inclino hacia mí. Con su mano abrazada a mi polla y masajeándola me volvió a besar. Me supo a gloria. Comenzó a gemir mientras nos cruzábamos la lengua…. Ya no vi nada… no volví a abrir los ojos…. Tras varios minutos de embestidas… su nabo comenzó a entrar y salir más rápido, se incorporo…
- Voy a correrme… Juan… siento que viene…
- AGGGG AGGGG AGGGG SIIIIII…. CORRETE AGGGGG
- QUIERO QUE LO HAGAMOS JUNTOS…… UFFFFF
Su mano acelero su masaje pero no hizo falta mucho. Note como se hinchaba dentro de mí y como empezaba a escurrir mejor su polla hacia el interior. A la vez, mi semen empezó a salir e inundar mi vientre.
- Me corrooooo tío….. me corroooooooo
- Y yooooo agggggggg agggggggggggg
De nuevo su lengua se metió en mi boca mientras nos estábamos corriendo en esos instantes que parecieron minutos. Solo gritábamos… gemíamos…
Cuando termino… dejo caer su cuerpo a mi lado. Nos abrazamos…..
- Tío eres alucínate. – me dijo.
- Tu también Alex. – le dije antes de besarlo.
- Quiero volver a hacerlo.
- Yo también tío, pero tengo que madrugar.
- Está bien. Por hoy está bien.
Nos quedamos dormidos. A la mañana siguiente me desperté en su cama. Me duche y mientras él se levanto para preparar un café. Al principio no dijimos nada. Todo parecía raro. Pero Alex, con su maestría, quiso quitarle p peso a todo lo que había pasado. Pronto empezamos a hablar como si tal cosa y en un rato ambos nos fuimos al trabajo. Antes de salir, le pregunte:
- ¿En serio que quieres volver a hacerlo?
- Claro que sí. si tu quieres, si.
Se hizo un momento de silencio. Me gire para marcharme pero tras dar dos pasos, me volví para decirle:
- Claro que quiero. – de un salto me plante frente a él para darle un beso.
El reacciono con complacencia y me dejo marchar. Yo me acorde de una cuestión que seguro le gustaría.
- Alex?.
- Si? dime?
- Hoy es viernes. Tendremos todo el fin de semana para nosotros.
- Que malo eres. Jajajaja
Entre risas nos separamos. Tenía unas ganas locas de volver a casa esa tarde para pasar uno de los mejores fines de semana de mi vida. Sin salir apenas….de la cama.