Un tipo decidió reprogramar a mi futura esposa 9

Gracias a Rodrigo descubrimos la identidad de la persona que controla a Marta. Las cosas se aceleran, pero llevándome a un límite en el que tendré que decidir que es o no lo correcto.

Estaba ansioso de compartir aquella noticia con Rita y cuándo oí ruido en su habitación entré para decírselo y noté cómo esbozaba una media sonrisa, Algo más tarde llamé a Nadia para que se lo comentará a Olivia y para que ambas vinieran a casa de Rita a las seis.

Tenía unas ganas inauditas de descubrir quién era la persona que había hundido mi vida y la de Marta durante aquellos últimos meses. La espera se me hacía eterna e incluso preparando la comida.

  • No mires tanto el reloj y estate tranquilo-dijo Rita-.

  • Quizás descubramos su identidad, pero algo me dice que recuperar a Marta será muy complicado.

  • Ahora comeremos y después miramos un rato la tele y no le des tantas vueltas...lo que sea será.

Le hice caso e intenté no hacer cábalas con todos mis pensamientos. Sobre las seis de la tarde oímos el telefonillo: eran Nadia y Olivia. Al entrar entre ellas se presentaron y vi como Rita y Olivia congeniaron al momento y es que me extrañó mucho que no le molestará que viviera con una mujer que era realmente preciosa mientras intentaba recuperar a la mujer de mi vida.

Ahora solo faltaba Rodrigo y todos los presentes estábamos expectantes ante la información de la que él disponía. Diez minutos más tarde oímos nuevamente el timbre, al abrir la puerta vi que venía acompañado de una chica que se parecía mucho a él y sin ningún tipo de duda era su hermana Carola.

Me fijé en su mirada y desprendía cierta tristeza y no lograba comprender cómo aquel individuo le había destrozado su juventud dejando en ella una huella psicológica difícil de borrar. Ahora fui yo quien decidió presentar a Rodrigo.

  • Os presento a Rodrigo y a su hermana Carola. Ellos tienen tantas o muchas más ganas de acabar con el individuo que ha denigrado a nuestra hermana.

Carola era una chica muy mona: ojos verdes, media melena morena con un cuerpo delgadito, pero con formas y noté que quería empezar a hablar.

  • Quizás vosotras no sabéis quién soy, pero yo fui víctima de aquel indeseable. Lo peor de es que jugó con mi mente para que no recordará su rostro y pensando que me hundiría el resto de mis días en un burdel siendo abusada a todas horas por hombres y mujeres que sólo buscaban su satisfacción y siendo humillada día tras día...pero nunca pensé que lográramos descubrir quien és.

Las caras de mis "cuñadas" eran de alucine total y es que la explicación oída de sus labios aún era más dura de cómo la habíamos oído Rita y yo.

Fue entonces cuando Nadia se acercó a ella y la cogió de la mano.

  • Pero tú estás aquí y no te pasará nada.

  • Esto es muy bonito de decir, pero algunas noches me despierto pensando en las barbaridades que me hacían: me ataban a la cama y durante horas me follaban analmente multitud de hombres mientras tenía que comerles el coño a varias prostitutas.

  • No pienses más.

  • Lo intento, pero nunca me lo podré sacar de mi cabeza.

Rodrigo sacó un ordenador de su mochila y lo conectó al televisor. Yo estaba sentado junto a Rita y Nadia, cuando empezó a hablar Rodrigo.

  • Ha sido una labor muy difícil y complicada, aunque gracias a una inversión de tiempo he logrado descubrir quién se escondía tras un enmarañado grupo de empresas pantalla y que hacía imposible descubrir su identidad.

  • ¿Pero quién es? -Rita totalmente histérica-

  • Su nombre es Leopoldo Fernández de la Vega y es el marido de Sofía González Heras.

  • No me suena de nada este nombre-dijo Nadia-.

  • El nombre de él no, pero el de ella sí. Es la hija de un magnate de las telecomunicaciones y que tienen multitud de empresas, lo que se diría una multimillonaria.

Ese apellido me sonaba de un tipo que rondaba por la universidad, una persona a la que vi un par de veces y del cuál no tenía muy buen recuerdo, pero se me hacía extraño que fuera él...

Le pregunté a Rodrigo cómo lo supo al cien por cien.

  • ¿Y cómo sabes a ciencia cierta que es él?

  • Mis pesquisas y el control para saber de dónde venían los videos fue complicado, pero aquí mi hermana me ayudó en algo que fue de vital importancia.

  • ¿En qué?

  • En que ella si recordaba su voz y gracias a las hemerotecas descubrí una entrevista de él en que se jactaba en su forma de hacer sus negocios. Mi hermana reconoció su voz al instante.

Fue entonces que Carola cortó a su hermano.

  • Yo no le podía poner rostro al hombre que había arruinado mi vida y fue al oír su voz que recordé su rostro y cómo si su poder sobre mí.

Las piezas del puzzle estaban encajando de forma progresiva. En cuestión de segundos aparecieron unas fotos y nos empezó a presentar a la "familia".

  • A la cabeza Leopoldo: treinta años y el mayor de la familia. Parece tener todos sus negocios perfectamente atados, aunque algunos de ellos de dudosa reputación.

Al fin le podía poner rostro a aquel hombre que había convertido mi vida en una pesadilla sin fin. Era un tipo alto y curtido con sensación de gentelman...en realidad para mí un hijo de la gran puta y ahora sí que sabía a ciencia cierta que era aquel tipo de la universidad que rondaba siempre a Marta e incluso diríamos que la acosaba y ahora entendía el por qué de esta obsesión por tenerla y retenerla solo para él. Mientras Rodrigo continuó presentándonos al resto de familiares.

  • Ahora los padres: Ramón y Sara; Él tiene sesenta años y ella cincuenta y son los típicos nuevos ricos. Su hijo parece haber aprendido de su padre que también se dedicaba a pequeñas estafas. Su mujer es la típica ama de casa que ahora vive desahogadamente y que tampoco es trigo limpio ya que ha logrado conseguir suculentas indemnizaciones de muchas empresas de las que fue despedida.

Vaya familia y ya lo dicen de tal palo tal astilla.

  • Los hermanos de Leopoldo son: Adriana y Jorge. Adriana esta enganchada a todo: drogas, alcohol, cirugía y es una niña engreída con unos estudios "bastante maquillados", además de poseer una gran soberbia que parece ser el sello de toda la familia. El hermano menor y a diferencia de ellos es el más estudioso, pero no os dejéis engañar es igual que el resto dispuesto a aplastar a quién sea a cambio de poder, una fotocopia de su hermano mayor.

Fue entonces que decidí decirles el por que Marta había acabado en las redes de Leopoldo.

-              Este Leopoldo era un tipo que rondaba por la universidad y que algunas veces intentó acercarse a Marta, aunque digamos de formas poco dignas y no comprendo esta obsesión por tenerla.

-              Yo también lo recuerdo-dijo Nadia- y es que Marta me comentó en un par de ocasiones que había un tipo que la rondaba con muy malas intenciones, pero que no había pasado de esto, pero veo que seguía obsesionado con mi hermana…hay hombres que no saben que la palabra no es no.

-              Los hay y es una pena, pero ahora lo entiendo todo, lo que ahora no sé es cómo desestabilizarlo y a la vez recuperar a Marta.

-              Esto aún no lo sé, pero ya tenemos algo más que hace unas semanas.

Cuando Olivia tuvo la primera idea.

  • Tenemos mucha información y me gustaría recuperar a mi hermana ¿Y si le extorsionamos?

  • Sería complicado y no tenemos las pruebas definitivas...sería interesante ver cómo Marta ha sido sometida por Leopoldo y mostrárselo a su esposa, pero aún no dispongo de estas pruebas incriminatorios, aunque creo que estoy cerca.

  • Yo confío en ti, pero ahora sabiendo quién es si pudiera lo mataría.

  • No digas estas tonterías-dijo Nadia-.

Entre todos intentamos aportar ideas y ahora al saber su identidad podíamos empezar a dar pasos más concretos.

Después de todo aquel carrusel de emociones llegó la hora de despedirnos. A quién le di un fuerte abrazo fue a Carola y es que si ella había salido de aquel infierno Marta también lo lograría.

Después de irse todos Rita y yo no comentamos nada más. Los dos sabíamos que la información de la que disponíamos era muy valiosa, pero teníamos que ser cautelosos en nuestra forma de actuar. Ese individuo aún ejercía su poder sobre ella, el tiempo corría y no había manera de solucionar nada...de momento.

Aquellos dos primeros días de la semana venían como siempre cargados de mucho trabajo.

El miércoles por la mañana recibí una llamada: era Olivia.

  • ¿Olivia necesitas algo?

  • ¿Cómo lo tienes para quedar para tomar algo sobre las seis de la tarde?

  • Hoy bien... ¿pasa algo?

  • No, pero quería hablarte sobre Marta.

  • ¿Le ha pasado algo?

  • Que yo sepa no...pero no quiero hablarlo por teléfono y no se lo comentes a Rita.

  • De acuerdo, quedamos en una cafetería que está al lado de dónde trabajo yo ¿te va bien?

  • Perfecto, nos vemos.

Aquella llamada era bastante rara y es que mi relación con ella no había sido nunca muy buena ya que el "feeling" con ella era nulo, por lo que me sorprendió mucho su llamada y lo que no lograba comprender era el por qué no sé lo podía contar a Rita.

Para no levantar sospechas le comenté a Rita que me quedaba a hacer algo de papeleo y que llegaría a casa más tarde. Ella se extrañó, pero no dijo nada.

A la hora indicada llegué a la cafetería y vi al lado de ella a una chica: debería tener unos treinta y pico largos, melena rubia, ojos azules e iba vestida con unos jeans y un jersey de coyal.

  • Buenas tardes Sergio-dijo Olivia-.

  • Buenas tardes Olivia.

Me fijé en aquella mujer y es que no entendía el secretismo que envolvía aquella cita. Cuando al final arrancó a hablar.

  • Sergio te presento a mi compañera de trabajo Patrícia.

  • Encantada de conocerte Sergio.

  • Lo mismo digo.

Después de las presentaciones yo quería saber el porqué era tan importante la presencia de Patrícia y en cuestión de segundos Olivia empezó a disipar alguna de mis dudas.

  • Sergio primero de todo gracias por venir y por conocer a Patrícia. El domingo cuándo salimos de la reunión con Rodrigo me quedé en shock y es que sabíamos quién era la persona que la controlaba, aunque no sabíamos cómo acercarnos a él.

  • Si es correcto-cada vez más intrigado-.

  • Este lunes y aún no sé cómo fue que hablé con ella-refiriéndose a Patrícia- de cosas paranormales por qué sé que ella está metida en estos mundillos y le pregunté si existía alguna forma de controlar una persona y lo que me dejó atónita es que dijo que era cierto.

Fue entonces cuando Patrícia decidió tomar la palabra.

  • Lo que os voy a explicar os puede parecer una tontería, pero es cierto y es que hay personas que tienen el don de inducir a otras a hacer cosas, sería el caso de las sectas dónde un líder va vaciando la mente de la persona controlada.

La explicación me parecía interesante, pero no tenía nada que ver con lo que le sucedía a Marta, pero su voz y como lo decía me tenían intrigado, las palabras que vendrían a continuación me dieron a entender él porque era tan importe la presencia de Patricia allí.

  • Pero este no es el caso de Marta...y no tengas miedo. Olivia y yo somos compañeras desde hace años, cuando me pregunto sobre todo esto me pareció extraño. Ella me explicó el problema y sobre todo me comentó todo lo que vio y todo lo que tú estabas dispuesto a hacer para recuperarla y todo lo haces por qué la amas y si...el control mental existe sin ningún tipo de duda.

  • ¿Y cómo lo sabes? -ya con mi corazón a punto de salir por mi boca-.

  • Pues por qué yo tengo este don.

  • ¿Tú lo tienes?

  • Si y no se lo he dicho nunca a nadie y es algo que se nace con ello, es para hacer el bien y no el mal.

  • La persona que está controlando a Marta dice que a él este don lo heredó de una persona que le debía la vida.

  • ¡Maldito bastardo!

  • ¿He dicho algo malo?

  • Olivia no me ha dicho quién es esta persona, pero sé sin duda quien es: su nombre es Leopoldo Fernández.

  • ¿Tú le habías dicho algo Olivia?

  • Yo no le había dicho nada Sergio, te lo juro-dijo Olivia-.

  • Ella no me ha dicho nada, pero sé sin ningún tipo duda que es aquel desgraciado.

  • ¿Que te ha hecho este hombre a ti?

  • Este hombre engaño a mi tío con falsos negocios y le hundió en la miseria. Un día mi tío desapareció sin dar señales de vida y a las pocas semanas apareció muerto con un tiro en la cabeza, nunca nos creímos que hubiera sido un suicidio. Ahora sin ninguna duda este tipo heredó el control de mi tío, pero no es innato y tal como se crea se puede destruir.

Por extraño que fuera estábamos atando cabos y es que muchos de nosotros parecíamos estar conectados con aquel malnacido que también en parte había arruinado la vida de Patrícia, Carola y ahora la mía. Olivia estaba callada ante la conversación que teníamos los dos y es que cada vez estábamos más cerca ¿pero de qué?

  • Mira Sergio, Leopoldo tiene un poder infinito sobre Marta según lo que me ha explicado Olivia y podemos empezar a resquebrajar su control.

  • ¿Le puedes arrebatar el control sobre Marta?

  • No es tan fácil y tendremos que romper una regla que es la de hacer el mal...pero para conseguir el bien.

  • ¿Y cómo lo haremos?

  • Tenemos que destrozar algo en su vida.

  • Su familia no es trigo limpio y su mujer la consiguió a base de un supuesto control.

  • Pues entonces su familia será nuestro objetivo. Lo que tengo en mente es algo muy sucio e indigno de mi poder, pero es una de las pocas cosas que se pueden hacer para empezar a derrumbarlo.

  • ¿Qué es esto tan sucio?

  • Él ha utilizado a tu novia para ser su juguete sexual y llevándote a ti y a todos los que la amáis a desesperaros ante su actitud y le debemos pagar con la misma moneda.

Fue entonces que me quedé helado y de la forma en que lo dijo entendí al momento que sus familiares serían nuestras víctimas.

  • Si Sergio, nosotros también los tenemos que humillar.

  • Pero entonces nosotros haremos el mal igualmente.

  • Olivia me ha comentado que la familia de Leopoldo no son lo que diríamos una familia modelo.

  • No sé si podré.

  • Leopoldo se ha follado a Marta hasta la saciedad y ahora tú tienes que hacer lo mismo con ellos -Olivia totalmente exaltada-.

  • Pero yo no soy un monstruo.

  • Si la quieres recuperar tendrás que hacer muchos sacrificios-dijo Patrícia-.

Lo que me pedía era un disparate y es que por muy malas que fueran aquellas personas no creía que se merecieran aquello, pero si era lo que se tenía que hacer para romper el control de Leopoldo lo haría. Tenía dudas de cómo lo haríamos y cómo lo conseguiríamos. No me ande con rodeos y se lo pregunté.

  • ¿Cómo lo vamos a hacer?

  • Tenemos que conseguir reunir a toda la familia a excepción de Leopoldo en un mismo lugar.

  • ¿Y cómo lo haras para controlar sus mentes?

  • De esto no te preocupes, yo me las arreglaré y piensa que es necesario denigrarlos a ellos para conseguir el objetivo de liberar a Marta de su control, piensa que esto es solo un paso y que tendremos que hacer muchos más.

En aquellos momentos ya no había vuelta atrás cuando por la puerta apareció Nadia.

  • ¿Hola Nadia que haces aquí?

  • Traigo noticas interesantes sobre los hermanos de Leopoldo.

  • ¿Qué tipo de noticias?

  • Estoy al corriente de lo de Patrícia y no tienes por qué hacerte el sorprendido.

Fui el primero en descubrir que a Marta la controlaban y ahora sus hermanas me habían adelantado por la derecha con sus avances. Noté que Nadia venía con ganas de explicar cosas.

  • Entiendo que tengas perjuicios por lo que vas a hacer, pero piensa que son muy mala gente y Adriana y su hermano Jorge son de lo peor.

  • ¿Tienes pruebas?

  • Si, ellos humillaron a una compañera de trabajo.

  • ¿Y cómo lo hicieron?

  • Mi compañera Alexia estaba a punto de conseguir un contrato con una famosa marca de cosméticos, pero se cruzó por medio Adriana y su hermano.

  • ¿Pero cómo sabes a día de hoy todo esto?

  • Pues por qué investigue a esta supuesta "modelo" y es una zorra de primer nivel...bueno lo que te explicaba a mi compañera Alexia casualmente no la contrataron y además hallaron en su bolso una papelina de cocaína...no la denunciaron, pero nunca más ha podido volver a presentarse a una campaña de una empresa importante. Son personas terribles y si Patrícia te ha dicho que tienes que hacer algo hazlo, quiero recuperar a Marta, aunque el precio sea muy alto.

Ahora Nadia también me estaba empujando a este abismo, pero de la forma en que me lo decía se me hacía muy complicado decirle que no y es que ella tenía algo que me hacía perder la cabeza, pero si había algo que me molestaba es que Rita no estuviera al corriente y se lo hice saber.

  • Yo estoy dispuesto a hacer lo que sea necesario, pero si Rita y Rodrigo no están al tanto de todo yo no hago nada y todos perdemos.

Ahora me había pasado tres pueblos y me importaba poco y es que no iba a ir con medias verdades en este asunto.

  • ¿Y que aportan Rita y Rodrigo a todo esto? -dijo Patrícia-

  • Rodrigo es quién ha conseguido que sepamos dónde está Marta y además su hermana ha sido víctima de Leopoldo. Por su parte Rita es un apoyo importante desde el primer momento y no los quiero dejar a un lado por ningún motivo.

Vi durante unos segundos como pensaba y es que ella tenía un don que podía acelerar las cosas, pero no quería mentir a mis amigos.

  • De acuerdo Sergio háblalo con ellos y es que cuanta más ayuda mejor, pero piensa que no podemos fallar en nada de ahora en adelante.

  • No fallaremos te lo prometo.

Patrícia después de aquellas palabras se despidió junto a Olivia que nos dijo que nos mantendríamos en contacto y quedando allí Nadia y yo.

  • Nadia no sé si podré hacer lo que me piden, yo no soy un monstruo y esto me parece algo enfermizo.

  • A mí me lo han comentado esta mañana y me ha parecido algo descabellado, pero quiero recuperar a mi hermana-cogiéndome la mano-.

  • Yo también, aunque tengo miedo de que todo se vaya al traste y no la recuperemos.

  • La recuperaremos y piensa que yo estaré aquí contigo en lo bueno y en lo malo.

  • No lo hagas por lástima Nadia.

  • No lo hago y es que en este tiempo he empezado a sentir algo por ti, pero sé que es imposible.

  • Lo es por qué sabes que amo a Marta.

Allí acabó aquella conversación, al salir la acompañe hasta un taxi. Ella sabía que todo aquello era aberrante, pero a la vez necesario.

Aquella misma noche al llegar a casa le comenté a Rita toda la conversación y todo lo que me habían dicho que tenía que hacer, cuándo las palabras que salieron de su boca me dejaron de piedra: "Hazlo, un amor como el tuyo ya no existe y haz lo que tengas que hacer para recuperar”.

Más tarde llamé a Rodrigo, le pedí que empezará a controlar si era posible los pasos de toda la "familia” y que me mantuviera informado.

Ahora todo estaba en manos de Patrícia y yo sería el ejecutor de todo lo planeado por ella.

Yo seguí con mi vida hasta que el viernes por la mañana en que recibí un mensaje de Patrícia: "Mañana es el día, esta tarde te enviaré un sobre con toda la información que necesitas, nos mantendremos en contacto".

Todo el mundo me apoyaba en este afán por recuperarla, pero destrozando a personas que no eran trigo limpio precisamente.

Sobre las tres de la tarde recibí un paquete: había dos llaves y la dirección del bloque y el número de piso.

Al terminar del trabajo decidí investigar la zona y fui junto a Rita la cual me ayudaba a no pensar en todo lo que iba a suceder.

Esa noche para no pensar en muchas cosas salí con Rita y sus amigas a cenar y a tomar algo y es que quería tener mi mente clara para lo que iba a suceder en las horas venideras.

Aquel sábado por la mañana recibí un nuevo mensaje de Patrícia: "Hoy a las cinco de la tarde tienes que estar en esta dirección que te comenté. Ve antes de esta hora, allí recibirás el resto de instrucciones".

Cómo si fuera un autómata me duché, me arreglé y me preparé para lo que fuera y Rita notó mi nerviosismo.

  • No pierdas la calma que tú puedes hacerlo.

  • No sé, cada vez tengo más dudas sobre todo esto.

  • No tengas este tipo de dudas, si Patrícia te ha dicho que lo hagas hazlo.

  • De acuerdo...luego te llamo.

Me dirigí hacía el piso y al estar frente al portal los nervios comenzaron a aflorar en mí. Subí al ascensor y marqué el piso número siete, la puerta a la que tenía que llegar estaba al fondo del pasillo. Durante ese corto trayecto no me crucé con nadie. Abrí la puerta y ante mi apareció un pequeño pasillo y un comedor al fondo cuando vi algo que se movía.

  • Hola Sergio...bienvenido.

  • Hola Patrícia.

Allí estaba ella y la palabra espectacular se quedaba corta. La calefacción estaba puesta en toda la casa, pero quizás fue ver el vestuario que llevaba que aún me calentó más. Llevaba un vestido negro por el cuál asomaban dos hermosos pechos y un culo de escándalo, unas piernas infinitas y unos zapatos de tacón altísimo junto con su melena. Ahora me sentía extraño iba vestida para algo más que una conversación, aunque había venido para otras cosas, ahora estaba hecho un lío.

  • No entiendo por qué vas así vestida así Patricia.

  • ¿No te gusta lo que ves?

  • Me encanta lo que veo, pero no entiendo el por qué.

  • He decidido echarle un poco de picante a esta situación, entre todo tu círculo me han ayudado a conocerte mejor y sabía que esto no lo querías hacer, por esto he decidido que no sea todo tan de golpe y así nos podemos conocer mejor.

Ahora me estaba diciendo que ella y yo nos podíamos entender. Yo había tenido sexo con Nadia y Rita. pero era algo totalmente diferente y en parte no quería traicionar a todas las personas que envolvían mi vida.

  • Mira Patrícia eres una mujer de bandera y por lo que comentaste podrías controlar a cualquiera y no te lo voy a negar eres espectacular, pero ya se me hace bastante duro tener sexo con la familia de aquel malnacido cómo que ahora tú vayas con este look.

  • ¿Que es que no te gusta lo que ves? -acercándose sigilosamente-

  • Si mucho, pero no comprendo que tiene que ver esto con ellas.

Vi cómo se alejó y pensé que todo lo planeado (aunque no creo que fuera lo correcto) se iba al pique.

Fue cuando vi que me miraba y se dispuso a hablar.

  • Hace años que no veía a un hombre tan íntegro como tú y es que cualquiera se hubiera abalanzado sobre mí y hubiera intentado algo más, pero tú me has demostrado algo.

  • ¿El que?

  • Que amas a una persona por encima de todo y además necesito estar cerca de nuestras "víctimas" y para hacerlo me han prestado ayuda otras "personas" y es que necesito estar cerca de ellas para poder controlarlas y no temas a ti no te quiero controlar. No creo que tarden mucho en llegar.

Ella se había abierto ante mí y es que no sé qué me pasaba que cuando tenía a una mujer cerca yo perdía los papeles, era algo que no me había sucedido nunca con Marta y ahora parecía abocado a un espiral de sexo sin control.

Empecé a pensar que en poco tiempo habíamos llegado muy lejos y es que ya me importaba poco tener sexo con una, dos o tres mujeres más si al final lograba sacar a Marta del mundo de vicio en el que se había instalado su vida.

Entonces decidí tirar hacia adelante con todas las consecuencias y que fuera lo que dios quisiera.

Me acerqué a ella y ahora sin ningún tipo de remilgo la abracé y con mis brazos la atraje hacía mí. Me quedé a escasos centímetros de su rostro y me fijé en sus labios pintados de color rojo pasión. Ahora sí que deseaba su boca y noté que mi entrepierna ya había empezado a tomar forma. No sé si fue ella o fui yo, pero el notar su lengua como devoraba mi boca me hizo pensar que aquello dentro de lo cruel que se había convertido mi vida en cuestión de meses no era tan traumático. La pasión con que lo hacía me tenía loco y mis manos empezarón a magrear su culo y notaba como sus pezones se empezaban a endurecer a través de la fina tela de su vestido.

Ya estaba como una moto cuando sonó el timbre.

  • Bueno Sergio ahora es tu turno.

  • ¿Y no podría venir alguien a follárselas en lugar de hacerlo yo?

  • Es algo que tienes que hacer tú, ellas no son precisamente dos santas y todo esto es necesario para empezar a destruir a Leopoldo.

Para un hombre follarse a dos mujeres sería como estar en la gloria, pero para mí en aquellos momentos no era lo que más me emocionaba para ser sinceros.

  • Ve Sergio que nuestra primera invitada acaba de llegar y no tengas miedo qué yo controlaré la situación en todo momento, piensa que hará todo lo que tú quieras.

  • De acuerdo.

Me dirigí hacía la puerta y la abrí: ante mi apareció una chica que llevaba una melena morena y lisa, ojos azules y unos labios diríamos que demasiado perfectos. De su vestimenta no sabía nada aún ya que llevaba un abrigo que le finalizaba a la altura de la rodilla y unos zapatos de tacón blanco.

Ahora lo que desconocía era si lo que le dijera yo lo acataría o era Patrícia la que tenía que decirlo todo. Así que me tiré a la piscina.

  • Hola Adriana ¿quieres pasar?

  • Si quiero pasar.

Aluciné de ver cómo era la primera vez que me veía y como acataba lo que le decía.

Cerré la puerta y la hice pasar delante de mí y vi como su trasero se movía y ahora sí que entendía el que me la quisiera follar. Patrícia me había calentado para que no fuera tan de sopetón todo. Llegamos al comedor y allí estábamos los dos de pie y sentada estaba Patrícia.

  • Bueno Adriana este es mi amigo Sergio y a partir de ahora vas a hacer todo lo que te pida él, ¿estás de acuerdo?

  • Si, estoy de acuerdo -Adriana totalmente con la mirada perdida-.

Madre de dios, ahora entendía al cien por cien lo que era el control mental. Vi en el rostro de Patrícia cierta lujuria y eso me animó a hacer lo mismo con Adriana.

  • Ahora quítate este abrigo y enséñame lo que hay debajo.

Como si fuera un autómata se quitó el abrigo y apareció con un vestido rojo del cuál asomaban unos senos de generoso tamaño que no se ajustaban a las medidas de su cuerpo (operados) y para rematar el conjunto unas medias de rejilla de color negro. No lo iba a negar aquella visión volvió a poner a mi polla totalmente preparada y saber que podía hacer con ella lo que quisiera me empezaba a gustar (yo no era así y la situación parecían haberme superado).

  • Me gusta lo que veo, pero desearía que me mostrarás algo más, súbete el vestido y sigue acariciando tu cuerpo.

De forma muy lenta subió su vestido y la muy guarra llevaba un simple tanga que apenas cubría nada, yo no le dije nada, pero me imagino que Patrícia a su manera la estaba motivando y es que se empezó a pasar lentamente sus dedos por su clítoris que al parecer ya estaba bastante mojado. Yo ya estaba caliente y me saqué mi miembro del pantalón y es que ya no aguantaba más.

  • Ahora serás una buena niña y te meterás ese dedito dentro de tu coño mojado, ¿Lo harás?

  • Si lo haré y lo deseo.

En cuestión de segundos cogió su dedo y allí de pie empezó a metérselo frenéticamente y sin ningún tipo de pudor. Yo por mi parte tenía mi polla brillando y es que contaba con el apoyo de Patrícia que seguía allí mirando el espectáculo, pero con las piernas totalmente abiertas dejando entrever sus intimidades.

Adriana por su parte estaba totalmente entregada a sus deseos y se estaba metiendo su dedo mientras lo acompañaba de jadeos constantes, pero yo no quería que la fiesta acabará y es que sabía que su madre también tendría que pasar por este trance y quizás yo no estaría a la altura. Ahora sin ninguna duda quería disfrutar de esa chica que no era precisamente una santa.

  • Deja de jugar con tu coño y ahora ven a jugar con otra cosa y arrodillate para hacerlo-se me estaba yendo la pinza-.

Vino hacía mí y se arrodillo como si fuera a rezar, no tuve que decirle nada ya que agarró mi miembro y empezó a lamer mi prepucio de una manera deliciosa y escupiendo continuamente en él.

  • Come mujer que tienes hambre.

  • ¿Puedo?

  • Y tanto.

Cómo si nunca hubiera comido una polla empezó a engullir un buen trozo mientras me sobaba mis huevos, su mete-saca me estaba enloqueciendo y cada vez quería más. Notaba cómo la muy guarra se metía mi polla en el fondo de su garganta y es que no sentía ningún aprecio por ella precisamente.

Patrícia seguía allí y al girarme vi como sus dedos entraban y salían de su coño. Ella también estaba disfrutando del espectáculo.

  • Adriana eres una buena niña, pero ahora quiero que tus tetas jueguen con mi polla.

  • Ahora lo haré.

Se levantó y se despojó de su vestido y lo que intuía al final fue una realidad: sus tetas eran dos globos de silicona, ahora quedaba ante mí solo con unas medias de rejilla y sus zapatos de tacón blanco.

Me senté en el sofá que había al lado de Patrícia y le hice un gesto a Adriana para que viniera.

  • Ahora quiero que tus tetas hagan disfrutar a mi polla.

Allí arrodillada cogió mi polla y empezó a meterla en su canalillo y lo hacía tan brutalmente que en ocasiones mi prepucio impactaba casi contra su barbilla, yo estaba totalmente superado y para acabarlo de rematar Patrícia empezó a desabrocharme mi camisa y a acariciar mi cuerpo, aquello era demasiado, acto seguido se separó y dejó que Adriana continuará con su magnífica "cubana".

Sin duda alguna creía que si continuaba de esa forma mi polla iba a explotar entre sus tetas y no era mi intención aún. Fue entonces cuando Patrícia habló.

  • ¿Por qué no vamos a la habitación? allí nuestra amiga estará más cómoda.

Se notaba quién mandaba allí, liberó mi polla de entre sus tetas y decidimos seguir a Patrícia hacía la habitación. Allí estaba yo con dos mujeres de escándalo dispuesto a todo con tal de recuperar a Marta.

Entramos en el dormitorio y había una cama de unos dos metros de ancho con una colcha de color verde y si algo sabía es que no habíamos entrado allí para dormir precisamente.

  • Ahora estírate en la cama-dijo Patrícia-.

Adriana se estiró en la cama y fue entonces cuando Patrícia se acercó a mi oreja y me dijo lo que yo esperaba que me dijera: "fóllatela y piensa en el daño que ella hace a la gente".

Yo no sé si ella me controlaba, pero ahora yo tenía unas ganas inauditas de follarme a Adriana. Me quité la ropa y me la miré a la cara.

  • Ahora te voy a follar con mi polla hasta que no puedas más, ¿me has entendido?

  • Si fóllame lo necesito.

La puse a cuatro patas y sin más preámbulos y casi como si fuera una bestia introduje mi miembro dentro de ella.

  • Ahhhh...

  • ¿La sacó?

  • No por favor...fóllame que me encanta que me follen como una perra.

Creo que iba en su adn lo guarra que era y que el control al que la habían inducido diría que era casi nulo. Allí estaba yo agarrándome fuertemente a su culo mientras no paraba de taladrarla, mientras me agarraba a sus pechos para que notará cómo mi polla entra de la forma más salvaje posible y es que de la forma en que chillaba me daba a entender que su excitación iba en aumento.

  • Ohhh..ohh me encanta más fuerte.

Estaba tan enfrascado con Adriana que no me di ni cuenta de que Patrícia se había ido y es que quizás lo había hecho para que no me sintiera tan violento, aunque creo que ya había pasado el suficiente tiempo para que todos nuestros prejuicios se hubieran esfumado.

Estaba allí follándome a aquella niñata cuando noté que la puerta se abría y allí volvió a aparecer Patrícia, aunque iba acompañada de otra mujer, al verla me di cuenta de que era la madre de Adriana, la cual también parecía estar perfectamente controlada, lo entendí por las palabras que soltó al ver a su hija allí.

  • Hijita veo que te lo pasas bien, ¿le dejarás algo a mamá?

  • Si mamá compartámoslo.

Ahora sí que veía que Patrícia había hecho un gran trabajo y entonces pasó por mi cabeza una idea malévola y es que aquel cabrón dijo que quería que Marta tuviera una amiguita y ahora sin ninguna duda les enseñaría a madre y a hija a ser buenas amigas.

La presencia de Sara me vendría bien ya que podría parar de follarme a Adriana y así retrasar mi eyaculación. Me fijé en Sara y a pesar de tener cincuenta años parecía mucho más joven y en parte la ropa que llevaba ayudaba mucho en ello: Llevaba un corsé blanco del cuál querían emerger unos pechos de generoso tamaño y con un conjunto de un liguero de negro. Se notaba alguna ligera arruga en su cara y su pigmentación era diferente, pero aquella morena pedía guerra y también comprendía la presencia de Patrícia para poder controlar la situación en todo momento.

Teniéndolas a las dos allí juntas era un buen momento para que intimaran.

  • Sara ¿por qué no le das un buen beso a tu hija?

  • Si mamá dame un besito con lengua.

Yo había encendido la mecha y la guarrería de Adriana hacía el resto. Me aparté de la cama y vi como allí de rodillas; madre e hija se fundieron en un tórrido beso y no sé cuál de las dos iba más cachonda y es que Adriana no paraba de sobarle el culo a su madre

Fue entonces que a cierta distancia de ellas y viendo el calentón que llevaba las deje hacer y aproveché para acercarme a Patricia para comentarle lo que estaba viendo

  • Yo alucino con tu poder, pero tengo miedo de que no se plieguen a todo lo que yo quiero.

  • No temas, para esto estoy yo aquí y piensa una cosa están preparaditas para que les des por todos sus agujeros.

  • ¿En serio?

  • Si y me parece que a una dama como a Sara esto no le irá mal probar ciertas cosas, y recuerda que harán todo lo que tu desees.

  • De acuerdo.

Lo que me había dicho Patrícia era que sus culos también estaban preparados para recibir mi polla y que harían todo lo que yo les pidiera, ahora sí que me cobraría la venganza sobre Leopoldo y haría padecer a sus familiares más próximos parte del dolor que él me había provocado.

Me volví a acercar a ellas y ahora viendo que continuaban morreándose como locas decidí separarlas.

  • Sara preciosa porque no te quitas este corsé y le das de mamar un poco a tu hijita.

  • ¿A que mi niña le gustan mis tetas? -Sara poseída por la pasión-.

  • Si mami, quiero ponerme tus tetazas en mi boca.

Se desabrochó el corsé y de allí salieron unos pechos de generoso tamaño y a pesar de que ya no estaban perfectamente erguidos mantenían el tipo. Vi en Adriana unas ganas locas de disfrutar de los senos de su madre, los agarró y con todas sus fuerzas empezó a succionar los pezones de su madre y veía la cara de satisfacción de Sara.

  • Oh dios hija, así cómemelas así...-decía Sara-.

Adriana intentaba abarcar con su boca aquellos pechos, pero era incapaz de hacerlo, era alucinante la forma en que le comía los pezones a su madre y cómo ambas estaban gozando. Después de disfrutar con la visión decidí que Sara necesitaba recibir un buen repaso.

  • Niña, deja de comer que ya tendrás tiempo y ahora voy a jugar con tu mamá un rato.

Se separó de las tetas de su madre y vi un gesto como de desaprobación.

  • No temas que después jugaré contigo.

  • Gracias-como una niña traviesa Adriana-.

  • Venga Sara, enséñame este conejito al cuál haré gozar.

Se levantó y se acabó de quitar el corsé quedando como su hija con unos tacones y unas medias. Ahora quería ver cómo era la madre en temas sexuales.

La hice estirar y con las piernas bien abiertas me fijé en que llevaba su sexo bien arreglado con una buena mata de pelo a diferencia de su hija que iba totalmente rasurada. Adriana estaba mirando cómo me preparaba para follarme a su madre, pero yo me fijé en el rostro de Sara que era una extrapolación de su hija y es que se la veía algo necesitada de sexo.

No pude más y como si en mi mente volvieran las palabras de aquel malnacido cuando dijo que se la follo como una puta pensé lo mismo de Sara, no medie ni un segundo e introduje de golpe mi miembro.

  • Ahhhhh...-dijó Sara-.

  • Si no te gusta me follo a Adriana y tú te quedas mirando.

  • No por favor, fóllame no me dejes de lado.

  • Pues calla.

No me reconocía a mí mismo por el tipo de vocabulario que estaba usando y en cómo había llegado a aquel punto, pero solo de recordar lo que había dicho aquel cabrón decidí penetrarla con todas mis fuerzas y notaba como sus tetas no paraban de bambolearse al ritmo de mi penetración, cuando decidí que ya era el momento de que Adriana también participara.

  • Adriana me parece que tu madre tiene hambre y a lo mejor tiene ganas de comer.

En cuestión de segundos y estando yo allí follándome salvajemente a Sara, Adriana situó su coño a escasos centímetros de los labios de su madre y vi cómo esta última preparó su boca para empezarle a comer el coño a su hija, yo por mi parte agarraba las tetas de ella que parecía muy necesitada en cuánto a sexo y con el ritmo que llevaba Sara no tardó casi nada en llegar a su primer orgasmo, no sabía si era por mi manera de follármela o porque le estaba comiendo el coño a su hija, la muy guarra se corrió soltando una cantidad de flujo descomunal, pero esto no hizo mella en ella y es que continué viendo como mi miembro se hundía una vez tras otra hasta notar casi como daba tope, y empecé a pensar que tendría que frenarme sino acabaría corriéndome antes de probar otros agujeros.

Fue entonces que me la saqué de golpe de dentro de su coño.

  • Ahora vamos a compartir mi polla, así que preparad vuestros traseros.

Me giré y vi como Patrícia se las miraba y es que las tenía hechizadas, en parte me daba miedo el poder de Patrícia.

Adriana y Sara se pusieron en pompa las dos, pero no perdieron el tiempo ya que ambas se morrearon a la vez sin que yo les dijera nada.

Me situé detrás del culo de Sara y se notaba que estaba preparado para ser penetrado (Patrícia había hecho los deberes). Primero de todo empecé a meter un dedo y vi que aquello pedía algo de un calibre superior. Así que me incorporé y antes de penetrarla les hablé ya que continuaban morreándose como locas.

  • Dejad de besaros por ahora.

Me hicieron caso y se quedaron quietas y ahora sí que agarré mi miembro y empecé a acomodarlo dentro de aquel estrecho agujero y lo hice de la forma más lenta posible para que notará que algo desconocido la estaba invadiendo. Me encantó como mi polla se acomodaba y en cuestión de segundos empecé a bombearla salvajemente y es que se ve que Doña Sara no conocía ciertos placeres y la forma en que me lo dijo me lo dio a entender sin ninguna duda.

  • Así hombretón, así rómpeme mi jodido culo...oh dios, más fuerte hazme correr como la puta que soy, me encanta que me rompas mi culo virgen.

  • Besa a Adriana y disfrútalo.

Así lo hizo y es que era brutal como mientras su hija le tapaba la boca ella no paraba de mover su cuerpo al ritmo de mi penetración, pero también era hora de que su hija recibiera un buen tanto de polla. Me la saqué y entonces vi que dejó de besar a su hija.

  • No seas avariciosa que te la volveré a meter, pero Adriana también se la merece.

  • Por favor dámela a mí que yo también la quiero-Adriana aún más poseída que su madre-.

  • Prepárate que voy.

Ahora me fui directamente hacía su culo y a diferencia del de su madre, entró casi de golpe y es que se notaba que ella si hacía servir su ano con más asiduidad.

  • Me encanta...dios por favor más fuerte, rómpeme con tu polla y no pares cabrón.

La madre era la ostia, pero la hija la superaba y es que sus jadeos eran continuos y noté como se masturbaba su coño mientras le follaba el culo y cómo sin venir a cuento Sara puso su coño a la altura de la boca de Adriana y esta empezó a devorarlo ferozmente.

  • Así hijita cómemelo, que bien...umm me encanta tu lengua juguetona.

Yo animado ante estas palabras decidí penetrarla aún de forma más salvaje, pero controlando en todo momento mi eyaculación y es que esas dos mujeres me estaban haciendo perder la razón.

  • ¿Por qué no le comes el coño a tu madre mientras ella te lo come a ti?

Saqué mi polla del culo de Adriana y Sara se acomodó entre las piernas de su hija para disfrutar de un 69 de infarto y mientras yo culeaba a la hija y para no dejar desatendida a Sara, sacaba mi polla y dejaba que me la chupara un buen rato para nuevamente meterla en el coño de su hija.

Adriana tenía casi mi polla en exclusividad, pero yo aún tenía ganas de darle un meneo al culo de su madre.

  • Adriana ahora le toca a tu madre.

Se levantaron cambiando su posición y ahora tenía el culo en pompa de la madre que me pedía con su rostro de forma desconsolada que se la volviera a meter en su culo.

  • Así por favor, más duro...joder me vuelvo a correr-Sara totalmente superada-.

Notaba como Adriana me chupaba las pelotas mientras mi polla llenaba el culo de Sara. Ahora sabía que mi final se acercaba y que aquel par de mujeres iban a recibir todo lo que saliera de mi interior.

Continué apretando mi ritmo hasta que no pude más.

  • Ahora te voy a llenar guarra.

  • Si por favor, lléname lo necesito-Sara totalmente enloquecida-.

Aquellas palabras sonaron como un clic y en cuestión de segundos derramé todo mi semen dentro de su culo y tal fue la cantidad que me fijé en que su ano no paraba de escupir leche y las gotas que salían de él fueron a los labios de Adriana que las saboreó y es que ella también se merecía su dosis de leche y llevé mi polla hasta su boca saboreando los restos de mi corrida en el culo de su madre y dejándomela totalmente limpia.

Yo estaba exhausto y es que aquellas dos hembras me habían dejado sin fuerzas, me fui incorporando y las dejé allí haciendo entre ellas un 69. Se ve que continuaban teniendo ganas de más pero mi cuerpo ya no podía en aquel preciso momento.

Me giré y Patricia se había quedado en una esquina de la habitación y noté que estaba algo sudada, cuándo me habló.

  • Vámonos a fuera y te duchas que estas aún no han acabado.

  • Necesito hablar contigo.

  • Ya lo sé.

Salimos y nos dirigimos hacía el baño y entonces le comenté lo que pensaba de todo.

  • Patrícia después de lo que he hecho pienso que yo soy tan mala persona como él.

  • Esto ni lo pienses, ellas son mujeres que han hecho el mal a su manera, que este es un castigo demasiado injusto...quizás, pero es necesario para recuperar a Marta. Ahora dúchate y después lo hablamos.

Entré en la ducha y al enjabonarme me miré mi polla con la que había perpetrado un acto del cuál no estaba muy contento, pero que era necesario. Salí de la ducha y cuándo acabé de arreglarme decidí dirigirme hacía el salón, al llegar vi a Patrícia al lado de la puerta del dormitorio que estaba entreabierta. Lo que vieron mis ojos me dejo de piedra.

Aluciné y es que veía a Andrea con un chico joven que la penetraba salvajemente y entonces me di cuenta de que era su hermano menor y ella no paraba de chillar como una loca: "así Jorge hasta el fondo, así".

Por su parte Sara también parecía disfrutar de otra manera con su marido que la tenía encima: "Así Ramón me encanta tu polla bien dura, fóllame".

Sólo se oían los gemidos de ambas mujeres que parecían que luchaban por cuál de las dos gemía más y la que lograba llegar a un orgasmo de forma más escandalosa, mientras Patrícia y yo nos los mirábamos. Entonces vi cómo Patrícia miraba fijamente a Adriana y cómo esta le dijo a algo a su hermano a la oreja y este sin mediar palabra alguna sacó su polla del coño de Adriana y se puso detrás de Sara la cuál como buena matriarca estaría bien ocupada.

Jorge se acopló perfectamente y en cuestión de segundos los jadeos de Sara fueron brutales. "Oh dios...joder no paréis hombrecitos, dadme más fuerte...joder".

Era todo lo que oíamos y es que aquello era dantesco por qué Sara estaba totalmente entregada a aquellas pollas mientras Adriana se masturbaba con sus dedos furiosamente.

Fue entonces que presté mayor atención en Patrícia y es que la se notaba que tantas horas allí también la hacían sentir excitada y es que su cuerpo supuraba sudor por todos lados.

  • ¿Estas bien Patrícia?

  • No padezcas por mí, tú ya has hecho demasiado y no puedo obligarte a que me bajes el calentón que llevo encima.

Yo en aquellos momentos después de haber luchado con aquellas dos que estaban allí dentro no estaba para muchos trotes, pero ver a un bellezón cómo Patricia y después de ver todo lo que había hecho aquella tarde me hizo pensar en aquel viejo refrán: "De perdidos al río".

  • No creo que este a la altura de una mujer como tú y después de cómo me han dejado estas dos, pero si quieres yo también te puedo mimar.

  • Yo sé que eres un caballero y lo haces por educación y te prometo que esto quedará entre nosotros.

Me situé detrás de Patrícia y bajé la cremallera de su vestido lentamente dejándolo caer hasta sus tobillos. Había estado con varias mujeres últimamente y Patrícia era una mujer de bandera y no lo podía negar que una parte de mi disfrutaba de todo aquello, pero yo no olvidaba el por qué hacía todo esto. Sabía que disfrutaría de Patrícia y también que mi consciencia ya cargaría con las consecuencias de todo aquello.

Mientras acariciaba sus senos mi miembro volvía a tomar vida.

Patrícia desabrochó mi pantalón y noté como me bajaba mi ropa interior hasta encontrar mi miembro el cuál acarició de forma suave. Mientras en la habitación Jorge y su padre se iban desacoplando de Sara y ahora sería Adriana la que recibiría una ración doble de rabo.

Patrícia se giró y me empezó a besar con una dulzura única y notando cómo su lengua jugaba con la mía. Me separé de ella y fui bajando mi boca hasta llegar hasta sus hermosos pechos y los empecé a lamer.

  • Me gusta, no pares-decía Patrícia entrecortadamente-.

Aquellos pechos eran como un lugar dónde perderse y de una perfección casi absoluta.

Estaba tan ocupado con Patrícia que había perdido a la "familia" del alcance de mis ojos, pero oía perfectamente a Adriana chillar:" Si papa, así fóllame el culo más fuerte".

Llevaba cierto rato con los senos de Patrícia en mi boca cuando ella se separó y se arrodilló ante mí y sin mediar palabra empezó a recorrer con su lengua mi glande de una forma muy relajada. En aquel momento se me hacía complicado ver a Adriana porque estaba perfectamente acoplada a las pollas de aquel par mientras que ahora la que se masturbaba ferozmente era Sara y sus palabras me dejaban descolocado por qué esa mujer era puro sexo: "Venga hijita se más puta que tu madre y deja que te follen así de fuerte".

Os imaginaréis que con Patrícia arrodillada lamiendo con una excelsa suavidad mi miembro y oyendo a aquellos cuatro degenerados allí dentro, yo deseaba algo más con Patrícia y es que los dos nos entendimos con la mirada.

  • Pensaba que no me ibas a dar lo que les diste a Nadia y a Rita.

  • ¿Cómo?

  • No te hagas el tonto que ellas me explicaron que te han aliviado durante este tiempo.

  • Fueron cosas diferentes y que aún no me explico cómo sucedieron.

  • Fóllame que estoy caliente hace mucho rato y me muero por sentirte dentro.

Se puso allí apoyada para que yo pudiera quedar a su altura y preparé mi polla para introducirla dentro de ella y es que estaba realmente mojada y no era para menos con la de sexo que había allí en aquella casa.

Me agarré a su culo mientras veía como ahora habían dejado tranquila a Adriana un rato y ahora era Jorge el que se follaba a lo perrito a Sara y está no paraba de jadear mientras que Adriana le chupaba la polla a Ramón que era de buen tamaño y yo por mi parte estaba intentado dar la talla con Patricia.

  • Así, así me encanta dios, ya era hora-decía Patrícia-.

  • ¿Te gusta?

  • Si me encanta, pero no pares.

Estaba sintiendo cada rincón de su coño el cuál apretaba mi miembro para sentirlo más fuertemente dentro de él y es que era un placer de mujer o es que yo no sabía nada de las mujeres hasta llegar a estos acontecimientos.

Me agarré con todas mis fuerzas a sus pechos y noté como llegó a su orgasmo después de un buen rato de penetración y es que me tenía en el paraíso, pero tampoco perdía de vista a esas dos que iban intercambiando de polla y que decían auténticas barbaridades entre ellas y siendo Sara la más lanzada: "Venga hijito más fuerte, mira cómo papá folla a tu hermana, dame más fuerte".

Yo a pesar de todo quería que la persona que estuviera allí conmigo disfrutará.

  • ¿Estás bien Patrícia?

  • Si me encanta y no te preocupes, eso sí córrete antes de que ellos acaben que no les faltará mucho ya.

Parecía tenerlo todo planeado y no podía negar que Patrícia en aquel momento era demasiada mujer para mí y que las piernas me temblaban a cada vaivén que le daba y fue así que decidí empezar a penetrarla con más fuerza mientras veía como ahora aquellos dos hombres volvían a follar a Sara de simultánea, aunque lo que vi me dejo atónito y es que ahora los dos a la vez estaban metiendo sus pollas a la vez en el culo de ella.

Aquello se estaba descontrolando y mi corrida no iba a tardar mucho en llegar.

  • No voy a poder más-le solté -

  • Así me gusta, un pelín más que me corro contigo-Patrícia-.

Bajé un pelín el ritmo hasta que noté que ella empezaba a gemir más fuerte y entonces saqué mi polla y derramé toda mi leche encima de su bonito trasero. A pesar de que hacía apenas un rato que aquellas dos me habían vaciado aún logré sacar una buena cantidad de producto.

Ella se giró, me miró a los ojos y entonces me dejó sin palabras.

  • Eres un hombre de los que ya no quedan y sin ninguna duda recuperaremos a Marta y que sepas que toda esta familia va a pagar por todo el mal que ha hecho.

Entonces vi cómo se los miraba fijamente a los varones de la familia y como ponían sus duras y brillantes pollas a escasos centímetros de las bocas de aquellas mujeres y como comenzaban a masturbarse frenéticamente ante ellas que tenían las bocas perfectamente abiertas y que sin ningún tipo de duda esperaban ansiosas lo que iban a recibir y no tardaron mucho siendo primero Ramón el que empezó a llenar de leche la boca y el rostro de Adriana que se afanaba en recoger cada gota que iba a parar a la comisura de sus labios, pero lo más fuerte era ver como Sara se preparaba y como alentaba a Jorge: "Así hijito llena la boquita de mami de leche calentita".

En cuestión de segundos y de tanto alentarlo aquel chaval empezó a escupir una cantidad de semen inaudita que salió disparada hacia todas las partes del cuerpo de Sara (pelo, ojos, labios, cuello) y que ella no desperdició de ninguna manera metiéndose su polla hasta el fondo de su garganta como si no hubiera tenido ya bastante con su sesión de sexo durante toda aquella tarde.

Para acabar madre e hija intercambiaron el semen de sus hombres en un largo y tórrido beso mientras el sudor y el semen recorrían sus cuerpos.

Ahora sí que había visto el poder de Patrícia y como había doblegado la mente de aquellas cuatro personas. Lentamente se fueron separando y Patrícia se los miró fijamente a los cuatro.

  • Ahora os ducharéis y no recordaréis nada de lo que ha pasado y es que vosotros habéis estado en vuestra casa, ¿me habéis entendido?

  • Si-dijeron todos al unísono-.

Se levantaron y pasaron tras de mi cada uno de ellos, dirigiéndose las mujeres a un baño y los hombres a otro. Ahora nos habíamos quedado a solas y era el momento de recapitular todo lo que había vivido aquella tarde en aquel piso, pero Patrícia como si leyera mi mente me miró.

  • Sergio no te sientas mal por lo que has hecho durante la tarde y ahora. Estás pagando un precio muy alto por recuperarla y no será fácil lograrlo, pero estamos más cerca y te diré una cosa: Nadia está colada por ti y me ha dicho que si no logramos recuperar a Marta ella quiere ser tu novia.

Aquello era una confirmación y es que veía que Nadia sentía algo por mí, pero aquello no era recíproco y es que yo amaba a Marta a pesar de que algo sentía por Nadia.

Mientras cavilaba, Patrícia me volvió a hablar.

  • Lo siento que te tengas de ir todo sudado, pero tengo de acabar de limar ciertos aspectos para que nada falle.

  • De acuerdo Patrícia ¿y por cierto de lo que ha pasado entre nosotros?

La vi reflexiva durante unos segundos hasta que volvió a tomar la palabra.

  • No ha pasado nada y será un secreto entre tu y yo.

  • Ok.

Recogí mi ropa y me vestí. Patrícia también se vistió y cuando me dirigía a la puerta para salir me alcanzó ella y me abrazó de una forma bonita. Estuve a punto de decirle porque, pero era como un bonito cierre a una tarde con altas dosis de lujuria.

Salí a la calle y ahora tenía frío, me dirigí hacía mi coche y al entrar me puse a llorar desconsoladamente. El problema es que ahora me sentía triste y cómo si todo atisbo de racionalidad que existiera en mi sé hubiera esfumado. Quizás estábamos en el camino de recuperarla, pero de la forma en que lo estábamos haciendo me parecía algo extraño y sabía que estábamos cerca del final, pero aún no sabía cómo.