Un tipo decidió reprogramar a mi futura esposa 7.

Nadia y Rita estaban de mi lado, pero necesitabamos avanzar y lo logramos, pero como siempre cada paso provocaba algo nuevo en mi.

Eran casi las dos de la madrugada cuando vimos que Marta se iba sola en un taxi y ahora lo tendríamos igual de complicado para seguirla.

  • Nadia vamos dirección a su casa porqué si aquellos sinvergüenzas han dicho la verdad debería regresar a su casa.

  • Buena idea.

Cogimos el Smart y fuimos dirección a su casa y gracias al poco tráfico que había en aquella hora logramos alcanzar el taxi, que dicho y hecho llegó a la que había sido nuestra casa. Marta al bajar del taxi casi no se tendía en pie. Seguimos hacia adelante ya que no había sitio donde aparcar, pero justo en la calle de atrás encontramos un hueco.

Ahora era el momento de hablar y dejar las cosas claras sobre todo lo que había sucedido, aunque Nadia se me adelantó.

  • Me quería disculpar contigo y es que pensé que tú eras el culpable de la separación, lo que nos contó Marta a nosotras no cuadra para nada con lo que he visto hoy y es que esa persona no se parecía en nada a mi hermana.

  • Yo en apenas horas sentí que la había perdido y que ahora ella es como un juguete en manos de los hombres.

Le expliqué todo lo que había sucedido y es que después de lo compartido con Nadia sabía sin duda alguna que junto a Rita sería una buena aliada: le comenté lo de mi secuestro y cómo tuve que ver como disfrutaba siendo follada por un montón de tíos a la vez y como la habían ido introduciendo de manera progresiva en todos aquellos juegos sexuales.

La cara de Nadia era de alucine con todo lo que le estaba contando, aunque después de lo vivido aquella noche tampoco parecía sorprenderle mucho.

Cuando decidí explicarle algunas cosas más y es que tenía mi primera prueba de los actos que ella hacía en solitario y le expliqué como me encontraba en aquel momento de mi vida.

  • Estoy viviendo en casa de Rita que es mi secretaria, entre ella y yo no hay nada, es la mujer que has visto y al no tener familia y saber que vosotras me odiabais me invitó a vivir a su casa y es qué, aunque no te lo parezca mi vida ahora carece de sentido.

  • Si lo llegamos a saber.

  • Vosotras no lo sabíais.

  • Por cierto, Rita es bastante guapa y si has tenido algo con ella, yo no te lo tendré en cuenta y viendo en lo que se ha convertido Marta sería normal.

Ahora Nadia me decía que si le metía los cuernos a Marta sería la cosa más normal del mundo.

  • A ver cómo te lo digo, paso algo, pero me da vergüenza decirlo.

  • ¿Te la follaste?

  • No.

  • ¿Y entonces?

  • La culpa la tuvo tu hermana indirectamente.

  • ¿Cómo?

  • Al ir ar a retirar mis cosas del piso de Marta encontré escondido un pendrive y por cierto la casa de tu hermana está llena de cámaras para que sepas que no es un lugar seguro.

  • Haces bien de avisar, pero ¿que había en el pendrive?

  • Lo primero que se veía eran los pies de un hombre diciendo que tenía los videos en un lugar seguro, pero que no los podía sacar. Después había un gran número de vídeos dónde tu hermana disfrutaba masturbándose de todas las maneras posibles y con todo tipo de consoladores, yo no la reconocía y me empecé a...

  • ¿Excitar?

  • Si, fue algo vergonzoso y es que yo intentaba buscar algún detalle, pero solo la veía a ella gozar y correrse con aquellos malditos consoladores metidos dentro de ella.

  • ¿Y Rita que pinta aquí?

  • Aquel día yo tenía libre y ella llegó antes, escondí el portátil, pero vio mi bulto en él pantalon y se pensó que me la estaba pelando.

  • ¿Y qué sucedió?

  • Me dijo que me ayudaría a bajar la erección.

Vi la cara de Nadia y pensé que me mandaría a la mierda, pero vi como una extraña sensación de comprensión en ella.

  • ¿Y cómo te ayudo?

  • Me bajé los pantalones y ella empezó a acariciar mi cuello y segundos después me besó mientras yo empecé a masturbarme hasta que estallé. Pensarás que soy un guarro.

  • Lo comprendo y es que mi hermana te está llevando al borde del abismo y sé que quieras recuperarla, pero en estos momentos yo lo veo muy complicado. Sabes ya llevamos un rato aquí y creo que ahora ya estará dormida.

  • ¿Qué quieres hacer?

  • Voy a despertarla, pondré el altavoz y me haré la borracha, a ver que sarta de mentiras me cuenta.

Llamó al teléfono y a los tres tonos descolgó.

  • Si -medio dormida contesto Marta-.

  • ¿Que tal hermanita, que haces?

  • Dormir que es lo que tendrías que hacer tú a estas horas.

  • Pensaba que a lo mejor habías salido.

  • Fui a comprar un par de cosas y después me he quedado mirando la tele y ahora que llevo durmiendo un buen rato me despiertas.

  • Bueno perdón lo siento, nos vemos.

  • Buenas noches.

Colgó la llamada y Nadia me miró.

  • Perdón por lo que te diré, pero este cabrón hace maravillas y es que no sabe nada de lo que hace, me da pena verla así y tengo miedo qué acabe mal-medio triste-.

  • No voy a dejar que suceda no temas y por cierto yo quería disculparme contigo.

  • ¿Por qué?

  • Por lo del club y es que te he sodomizado y eso es algo que nunca podré perdonarme-ahora si arranqué a medio llorar-.

  • No tienes que disculparte, yo elegí quedarme y tú tuviste el acto reflejo de calentarme, por cierto, me has hecho gozar y mucho, aunque me daba vergüenza decírtelo

  • No hace falta que me hagas la pelota.

  • No te la hago y es que sabes tratar a una mujer y te lo digo yo que he estado con tíos de todo tipo, eso sí cuando mi hermana se ha dirigido a mí de esa manera y diciendo que me haría gozar realmente me he asustado.

  • De momento por lo que veo aún no anda con mujeres, pero creo que aquel desalmado no tardará mucho en introducir a alguna mujer en sus juegos sexuales.

  • Cuando se lo diga a Olivia no se lo va a creer.

  • Tenemos que hacerlo todo con mucho tacto y es que no sé quién es este tipo y por extraño que parezca cada día que pasa la veo más lejos de mí. Por cierto, tendría que ir a sacar el coche del parking tendré porque si no tendré que pedir una hipoteca.

  • Ahora te acompaño-se medió rio-.

Estuvimos en silencio casi durante todo el trayecto. Estacionamos el vehículo y entonces ella me hablo.

  • Escucha Sergio, ¿te sabría mal llevarme a casa?, me siento muy extraña por lo que he vivido esta noche.

  • Sin ningún problema y lo comprendo.

-Gracias.

Fuimos al parking a buscar el coche y ella me volvió a cogerme de la mano y es que la veía insegura en aquellos momentos: Nadia era una mujer de armas tomar, pero lo vivido aquella noche parecía haberla dejado bastante tocada emocionalmente. Yo me hacía el fuerte, pero también estaba hecho polvo. No se lo tomé en cuenta.

Cuando estábamos en el coche y nos disponíamos a ir en dirección a su casa, me llamaron al teléfono que lo tenía puesto en el manos libres y descolgué.

  • Hola Rita.

  • ¿Dónde estás, te ha pasado algo, te ha hecho algo su hermana?

  • No me ha hecho nada, es más ahora mismo estoy con ella y llevo él manos libres.

  • Es que era para decirte que esta noche cuándo hemos llegado las chicas y yo a casa hemos visto que no estabas y pensábamos que te había pasado algo.

  • Algo sí que ha pasado, pero por teléfono no te lo puedo explicar.

  • Escucha Sergio, te llamaba para decirte y es que me sabe mal, pero esta noche las chicas han traído compañía y que...

  • No sigas más, vendré mañana de buena mañana y no molestaré.

  • Lo siento.

  • Pasáoslo bien.

Después de la noche que había vivido aún me tendría que ir a dormir a un hotel, eso ya era lo que me faltaba, pero era su casa y estaba en su derecho.

Estábamos llegando cerca de dónde vivía Nadia. Era la casa de sus padres donde conocí por primera vez a toda su familia.

  • ¿Dónde vas a dormir esta noche? -dijo Nadia-.

  • Buscaré algún hotel.

  • Tú te vienes a dormir a mi casa...bueno a la de mis padres.

  • Pero...

  • Nada, es lo mínimo que puedo hacer por ti y es que tengo miedo qué hagas algo.

  • No me voy a suicidar, aunque hace una semana esta idea sobrevoló por mi cabeza.

  • Sin duda entiendo que lo hubieras pensado, yo ahora te lo puedo decir y es que he quedado tan impactada con lo que he visto que creo que no me lo podré sacar de la cabeza nunca.

  • Tú piensa que a mi verla así, me rompe el alma. Pero al estar tú allí el trago ha sido menos doloroso.

  • No tienes por qué sentirme mal, los dos lo hemos disfrutado y punto.

Aparcamos y subimos a su casa, era un piso muy amplio dónde habían vivido toda la familia hasta que se fueron independizando. Ahora vivía ella sola en aquel piso. Yo estaba totalmente sudado y me sentía sucio.

  • Si no te sabe mal dormiré en el sofá-le dije a Nadia-.

  • Tú no eres un extraño, tu dormirás en una cama.

  • Lo que necesito es darme una ducha para relajarme si no te molesta.

  • El baño ya sabes dónde está, ahora te traeré una toalla y algo de ropa de mi padre para que te cambies.

  • Gracias.

Me fui al baño, me desnudé y me metí bajo el grifo de la ducha. En mi cabeza no paraba de venir a mi mente todo lo sucedido aquella noche, había visto follar nuevamente a Marta ante mis ojos, pero esta vez yo había estado con Nadia disfrutando de su cuerpo. Eso me atormentaba, pero no lo podía negar había sido brutal. Noté como mi polla empezaba a tomar forma nuevamente y cerré mis ojos cuando noté que la mampara de la ducha se abría y me quedé de piedra.

  • ¿Qué haces aquí Nadia?

  • Vengo a ducharme, ¿qué es que no puedo?

  • Estás en tu casa, faltaría menos.

Entonces me sentí avergonzado. Nadia estaba desnuda ante mí y creía que se estaba tomando demasiadas confianzas, además de que mi polla estaba dura como una piedra recordando lo del club y ahora viéndola a escasos centímetros de mí.

Me fijé en su cuerpo casi perfecto, era la antítesis de la antigua Marta. Un cuerpo perfectamente cuidado: unas piernas perfectamente depiladas, una piel tersa, su cabello mojado y lo más bonito su rostro sin maquillaje, no podía ser que ahora me pusiera cachondo viendo a Nadia. Pero yo no quería decir nada yo amaba a Marta a pesar de que ella se había follado a multitud de hombres.

La ducha era bastante amplia y ella empezó a recorrer con sus manos todo su cuerpo y limpiando cada rincón de su cuerpo. Lo que había ocurrido en el club era una cosa y la situación dónde me encontraba era diferente y mi erección no se bajaba de ninguna manera.

Mientras ella lo hacía yo también me limpié un poco, por eso había entrado en la ducha y no para ver cómo ella se limpiaba perfectamente su anatomía.

-Me dejas pasarme un poco de agua-me dijo ella-.

Le dí el teléfono de la ducha y entonces se dio cuenta de mi visible erección, me quería morir y es que mi polla no pensaba bajarse de ninguna manera.

  • Sergio, veo que te gusta mirarme.

Sin tiempo para decir nada colgó el teléfono de la ducha y noté su cuerpo cerca del mío. Sus sugerentes pechos acariciando mi piel y entonces ocurrió lo que no quería que pasará.

Ella se acercó y me besó en los labios y allí ya no hubo vuelta atrás ahora sí que me entregué a ella sin ningún reproche ni nada. Aquella noche la disfrutamos en la habitación de Marta y con una Nadia que me hizo sentir único y motivándome para hacerme olvidar la pesadilla en la que estaba viviendo.

Aquella noche al fin logré dormir que era algo que no había logrado desde mi nueva situación emocional.

Al despertarme miré el reloj y eran cerca de las doce de la mañana y ella seguía dormida. Todo era muy extraño, habíamos follado y dormido en la cama de Marta. No quería molestarla y me levanté sigilosamente, pero ella se despertó.

  • Buenos días Nadia o tardes.

  • Buenos días Sergio-medio adormilada-.

  • Perdón por molestarte.

  • Ya estaba medio despierta y veo que tú has dormido de un tirón.

  • Si y es que no te lo vas a creer, pero hace tiempo que no lograba dormir tantas horas.

  • ¿A qué Marta tiene la culpa de ello?

  • Pues sí, piensa que desde el día que regrese este es la primera noche en que he logrado dormir del tirón, pero necesito hablar de otra cosa contigo.

  • Dime.

  • Lo de esta noche ha sido único, pero por extraño que sea yo amo a Marta y sé que otro la dejaría estar, pero sé que no es ella la que hace todo aquello.

  • Sé que la amas y digamos que hoy los dos hemos acabado engullidos por el circulo de lujuria que parece que la envuelve a ella. Para ti quizás es muy duro haberla perdido, pero cuando yo quedé con ella aún será peor y no sé si lo podré soportar.

  • Lo sé.

  • En cuánto a lo sucedido esta noche creo que no ha sido un error, tú eres un hombre y necesitas tener sexo con alguien y yo llenaré este vacío que te ha dejado Marta.

  • Esto no es justo, no quiero que lo hagas por hacerme un favor.

  • Te lo he dicho esta noche ha sido única y diferente para los dos, tú me has hecho disfrutar y podemos volver a repetirlo.

  • Pero esto es una traición a Marta.

  • No lo mires así, será nuestro secreto.

Ahora las cosas se complicaban más y es que Nadia se había convertido en mi amante y yo vivía en casa de Rita intentando recuperar a Marta.

Nos arreglamos y llame a Rita para decirle que vendría acompañado de Nadia y que teníamos que hablar largo y tendido sobre Marta.

Abrí la puerta y Rita me estaba esperando: llevaba unos leggins de color negro y una camiseta ancha de color blanco.

  • Buenas tardes Rita, te presento a Nadia la hermana de Marta.

  • Encantada de conocerte Rita-se dieron dos besos en la mejilla-.

  • A ver que esto que me tenéis que explicar que no me lo podíais comentar por el teléfono.

  • Rita toma asiento y te lo contamos tranquilamente.

Se sentó y le vimos cierta cara de preocupación y es que ella era partícipe de todo, pero no sabía lo que había acaecido la pasada noche.

  • Ayer por la noche al encontrarme con Nadia y separarnos del grupo nos empezamos a discutir, pero justo al entrar a una calle vimos a Marta con dos tíos que debían tener sesenta años agarrándole el culo y sobándola.

  • Yo alucinaba y no me creía a Sergio-dijo Nadia-.

  • Al final los seguimos y acabamos en un local a las afueras de la ciudad y allí empezaron nuestros problemas.

  • ¿Que os sucedió? -Rita expectante-.

  • Era un local oscuro y al principio no creía a Sergio, pero ver a Marta allí con dos hombres masturbándoles me hizo darme cuenta de que algo sucedía, aunque yo pensaba que ella me reconocería, pero no fue así.

  • ¿La viste follar en directo?

  • Si y eso no fue lo peor para mí.

  • ¿Y que fue?

  • Después de ver a mi hermana comiéndole la polla a esos individuos nos dijeron que si no follábamos no nos podíamos quedar a ver como aquella zorra follaba.

  • No me digáis que...

  • Si y aquí le tengo que dar las gracias a él y es que no intentó sobrepasarme conmigo y fui yo la que acepté tener sexo con él y tuvimos que follar mientras Marta estaba siendo follada por aquel par de energúmenos. Sergio me trató de la mejor manera posible. Ver a mi hermana recibiendo dos pollas a la vez me dejó marcada y lo jodido es que se dirigio en más de una ocasión diciéndome puta y que mi novio me haría gozar de una manera única y me sentí asustada.

Nadia no comentó nada de que la había follado analmente y tampoco era algo que me apeteciera explicar, cuando Rita nos miró nuevamente.

  • Joder con Marta, todo lo que toca Marta acaba invadido por la lujuria ¿y ahora que te has follado a su hermana aún la quieres?

Entonces la que contestó fue Nadia.

  • Se que la quiere y es que a pesar de lo que hicimos no he visto una persona que desee tanto al amor de su vida y es que ahora con mi hermana no sé ni como dirigirme.

  • Tú tranquila que lo lograremos, pero no sé cómo -le dije yo-. Rita trae el ordenador que le enseñaremos a Nadia nuestras pesquisas.

Trajo el ordenado, lo encendí y puse los vídeos dónde Marta se autosatisfacía hasta con tres consoladores a la vez y no paraba de llamar al señor y cada vez corriéndose de una forma más escandalosa, en ningún momento Rita dijo nada de lo que había sucedido viendo los vídeos, ni Nadia tampoco.

  • Algo tenemos que hacer para salvar a mi hermana de todo esto.

  • Tendríamos que poder controlar su móvil, pero no sé cómo -dije yo-.

  • Si la quieres recuperar tendremos que encontrar a alguien más en este equipo y tendrá que ser partícipe de todo.

  • A ver Rita no te lo tomes a mal, pero solo nos falta poner un anuncio y publicarlo, no podemos confiar en nadie.

  • Creo que sí, sabes el chico que te ayudó con el móvil creo que es un coco y nos podría ayudar.

  • ¿Pero será de confianza?

  • Creo que sí y además cuánto más tiempo pase más duro será recuperarla para vosotros.

  • Sergio haz caso a Rita y haced lo que sea necesario, pero no tenemos que tardar mucho y es que las navidades están cerca y no quiero que mis padres se enteren de nada de todo esto, lo dejó en vuestras manos y Sergio llámame cuando sepas algo.

  • Tu tranquila mujer-le dije a Nadia-

  • Ahora que lo hemos hablado, creo que es momento de irme ya y es que estas últimas 24 horas han sido muy intensas.

Rita se quedó en el comedor y me fui a despedirme de Nadia que me comentó que cogería un taxi. Cuando menos me lo esperaba, me clavó un beso metiéndome la lengua hasta el fondo, yo no pude decir nada y sí que fue ella la que habló.

  • Sergio para lo que "necesites" ya sabes dónde estoy. Cuídate.

Volví al comedor y no lograba entender por qué todas aquellas mujeres en mi intento de recuperar a Marta hacían ciertos "sacrificios" por mí.

Al día siguiente llegamos a la oficina, decidí encarar el problema y como dijo Rita el informático (se llamaba Rodrigo) nos ayudaría.

Sobre las diez de la mañana aquel chico se presentó con Rita.

  • Buenos días Rodrigo.

  • Buenos días Sergio.

  • Rita te ha comentado algo de porque te he hecho llamar.

  • Me ha dicho que era para un asunto privado.

  • Es algo bastante serio y es que necesito que investigues a mi ex y es que creo que ha caído en manos de alguien que la controla.

  • Miré yo no puedo hacer de detective ni nada por el ejemplo, soy un simple informático.

Yo me estaba empezando a desesperar y Rita se sentó a mi lado.

  • Entiendo tus motivos, pero es que ella parece otra y no puedo más, te pagaré una buena cantidad de dinero.

  • Lo siento, pero no puedo.

  • Lo he intentado, pero veo que el maldito "Señor" ha vuelto a ganarme-estaba medio triste nuevamente-.

  • Ha dicho "Señor".

  • Si, ¿por qué?

  • Deme toda la información necesaria y pongámonos cuando antes con el asunto.

  • ¿Y por qué ahora quieres?

  • Por qué creo que usted y yo nos necesitamos.

Me quedé a la espera y es que lo que me iba a contar era algo muy importante para esta nueva alianza que estábamos a punto de firmar.

Su respuesta y su predisposición me dejaron extrañado y no lograba entender porque había cambiado de opinión Rodrigo.

  • Yo no lo quería ayudar, pero si estamos hablando de quien yo creo necesitará mi ayuda.

  • ¿Tú lo conoces?

  • Yo no pero mi hermana sí.

  • Creo que aquel cabrón cometió un error.

  • ¿Que error?

  • Me dijo que había logrado controlar una chica para que no reconociera su rostro y que después la vendió como una vulgar puta.

  • Esta puta es mi hermana.

Esas últimas palabras y de la manera en que las pronunció dejaron en la sala una sensación de silencio y como si el mundo se hubiera parado durante unos instantes y es que oír en la misma frase la palabra puta y hermana hacían que todo sonará muy extraño.

  • ¿Pero cómo puedes llamar puta a tu hermana? -se lo dije totalmente enfadado-.

  • Es una larga historia y yo a mi hermana la amo, pero por desgracia este "Señor" la denigró.

  • ¿Como fue? -le dijo Rita-.

  • No es una historia muy agradable de oír, pero si compartimos "villano" es necesario que la escuchéis. Cuando sucedió todo esto mi hermana que se llama Carola tenía veinte años y yo diecisiete. Ella estaba estudiando en la universidad. De forma gradual empezó a desatender sus estudios y a cambio no paraba de recibir regalos bastante ostentosos: bolsos de marca, teléfonos de más de 700 euros y varias cosas más. Le preguntamos en más de una ocasión que quién le hacía estos regalos y nos dijo que un amigo suyo, pero que ya llegaría el día en que nos lo presentaría.

  • ¿Y tus padres no lo encontraban raro? -yo estaba extrañado-.

  • Si, pero en casa se comportaba igual y pensaron que tarde o temprano lo conoceríamos, pero la sorpresa que nos llevamos fue mayor.

  • ¿Que ocurrió?

  • Un día mi hermana no llegó por la noche después de estudiar y nos empezamos a preocupar: llamé a varias amigas suyas y me dijeron que no la habían visto. La llamamos al móvil durante toda la noche y no contestó. Como era mayor de edad para denunciar su desaparición debieron pasar unas horas.

  • ¿Y cómo lo vivieron tus padres? -Rita totalmente acongojada-.

  • Muy mal y es que en su habitación estaba intacta y lo único que faltaba era su documentación. Durante un año estuvimos buscando pistas y no encontrábamos nada. Un día llamó un antiguo vecino a nuestra puerta: era Anselmo que era un señor viudo de unos sesenta años y que era casi como de la familia. Su visita nos sorprendió, pero lo que nos contó   a los tres nos dejó como en shock. Nos dijo que había visto a Carola.

  • ¿Eso no eran buenas noticias? -iluso de mi-.

  • No lo eran... nos dijo que había visto a Carola en un club de la zona de la Costa del Sol y que la reconoció al momento, ella también le había reconocido. Anselmo hizo una pausa durante unos segundos para decirnos que para hablar con ella tuvo que mantener relaciones sexuales y es que si no la hubieran pegado.

  • ¿Tu hermana acabó de puta? -Rita no entendía nada-.

  • Si y aunque saber que aquel señor se había acostado con ella era duro, al menos sabíamos dónde estaba, pero todo iba a ser más complicado de lo que parecía y es que mis padres cuando supieron el sitio fueron allí. No iba a ser una tarea fácil recuperarla y es que ella por extraño que fuera era como una propiedad y no querían desprenderse de ella. Mis padres lo intentaron y solamente ofreciendo una gran cantidad de dinero consiguieron su libertad.

  • ¿Cuánto dinero?

  • 20.000 Euros que mis padres consiguieron gracias un crédito que pidieron. Cuando llegó a casa mi hermana ya no era la misma: parecía como si su mente hubiera muerto: su larga melena morena había desaparecido dejando una rubia y corta. Lo primero que hizo fue abrazarme y llorar fuertemente. Durante los siguientes días me fue explicando cosas: me dijo que no recordaba nada de su llegada allí y que al primer día la ataron con unas correas y con las piernas abiertas y que varios individuos la estuvieron follando durante horas. Con el paso del tiempo tuvo que soportar dobles penetraciones y sexo lésbico sino quería recibir una paliza. Decía que no lo quería recordar, pero aquellas visiones no la dejaban dormir por la noche.

  • ¿Y ahora como está?

  • Esta mejor pero psicológicamente hablando siempre está nerviosa y cuando sale a la calle tiene miedo de que alguien la reconozca. Por mucho que ella lo ha intentado solo recuerda la voz de aquel individuo.

Realmente habíamos encontrado una víctima de aquel malnacido, ella había salido de aquel infierno al contrario de Marta que estaba de lleno en él.

  • Ya que tú me has explicado lo que le sucedió a tu hermana, te comentó la situación de mi "novia". Ella está controlada por el "Señor". Se ha convertido en una máquina de follar y cuando más depravada mejor para él. Rompió nuestra relación y hace todo lo que dice él. Tiene dos personalidades: la del trabajo y la familia y la de mujer entregada al sexo. No sé cómo descubrir a este tío y lo primero que pensó Rita sería en que tendríamos que descubrir sus movimientos.

  • Creo que será costoso, pero no pararemos hasta liberar a su novia y descubrir a aquel tío.

Le expliqué que la casa estaba llena de cámaras y que los únicos que estábamos al tanto de todo éramos los allí presentes y su hermana Nadia. Le puse los vídeos de Marta (de perdidos al río), para que se hiciera una idea de cómo era la casa y lo que sucedía.

Al cabo de un par de horas volvió y me comentó que tenía varios contactos que le facilitarían el software necesario para poder controlar los movimientos de Marta.

Me dijo que alguien tenía que entrar en la casa y poner como un aparato que diera una falsa señal de que nada funcionaba y que acto seguido tendría que bajar un programa indetectable en el móvil de Marta. Sin duda la elegida para esta misión sería Nadia. Llamé a Nadia y me dijo que haría lo que hiciera falta. Teníamos que lograr poner el aparato, pero el mayor problema sería que Nadia tenía que hacerse con el móvil de Marta y aquí nada podía fallar.

El miércoles por la tarde Nadia dijo que quedaría con su hermana y que irían a su casa: llegaron allí y Marta aprovechó para ir a la ducha. Realmente el primer paso estaba hecho: dejó el paquete en una parte de la casa y allí las cámaras se desconectaron. Para que no sospechará Nadia le pidió el móvil a Marta diciéndole que el suyo no tenía batería (mentira). En cuestión de minutos se bajó la aplicación y ahora sabíamos todos los pasos de Marta (mensajes, llamadas, etc.).

Nuestra tarea estaba hecha y ahora tocaba esperar avinieran a reparar la "avería", de esta manera Rodrigo podría comenzar a buscar cuál sería la forma de entrar en el sistema. Yo quería que las cosas fueran lo más deprisa posible pero aquí se aplicaba aquella frase de "vísteme despacio que tengo prisa".

Yo en casa de Rita me desesperaba sin recibir una llamada de Rodrigo. Al día siguiente estando solo en mi puesto de trabajo (Rita había salido a recoger una documentación) vi como aparecía él con una media sonrisa.

  • Tenemos algo Sergio, es poco, pero algo es algo.

  • Dime.

  • Esta mañana un individuo ha entrado en la casa de Marta y se ha revisado a la red. Yo tenía un aviso en mi móvil por si sucedía. Aquel tipo llevaba un mono sin nombre, pero al conectarse al sistema de grabaciones, yo también lo hice. En cuestión de minutos me ha redirigido a un conglomerado de empresas. No sé el tiempo que tardaré en lograr llegar al sitio de dónde se descargan estos videos o al receptor, hemos adelantado mucho, pero algo es algo.

  • Muchas gracias por todo y tenme informado.

  • Lo haré.

Entre tanta oscuridad aquello era como un pequeño rayo de luz. Aquella mañana misma mañana cuando llegó Rita se lo comenté y después a Nadia. Las dos se alegraron de que nuestros planes fueran lentamente dando sus frutos, pero aún era pronto y además teníamos que contárselo a Olivia que era la mayor y que desconocía por completo todo lo que sucedía.

Sobre las diez de la noche Rodrigo me llamó y lo que me contó tenía una vertiente buena y otra mala. Me comentó que había tenido acceso dónde se descargaban los videos y que había multitud de archivos, que a la mañana siguiente me daría los códigos y el acceso pero que de momento aún desconocía quien era la persona que disponía de aquellos vídeos.

A la mañana siguiente al llegar a la oficina vino Rodrigo y a mi lado como siempre Rita.

  • Buenos días Rodrigo

  • Buenos días Sergio, te traigo en este usb los códigos para poder entrar en los archivos y esto es muy importante, no se deben abrir dos sesiones a la vez si no os descubrirían y a lo mejor rastrean la IP del ordenador.

  • Eres un informático excelente.

  • No creo y es que no hay manera de abrir ciertos archivos y con mis conocimientos no lo logro descubrir quién es el destinatario. El problema es que necesitaría...

  • ¿Dinero?

  • Tendría que hablar con hackers que conocen maneras de llegar más lejos que yo y no sería barato.

Entonces saltó Rita y entró en la conversación de una manera única.

  • Sergio ella es el amor de tu vida, no pienses en el dinero y hazlo.

Su frase era cierta, no me importaba lo que me pidiera y es que sabía que cada minuto que pasaba controlada por aquel individuo era un día más de perversión para Marta.

  • Cuánto dinero necesitas: mil, dos mil euros-dije yo-.

  • Mucho menos: serían unos tres cientos euros y con ello podría dar con el tipo en cuestión de dos o tres días a lo mucho.

  • Pues ponte en ello y dime algo cuánto antes.

  • Por cierto, dentro del usb tienes el programa para saber en cualquier momento lo que hace con su móvil: ubicación, mensajes y conversaciones y la app necesaria para saberlo. Tú tienes ganas de lograr sacar a Marta de su mundo y yo deseo que este tipo acabé pagando por todo el daño que ha hecho.

  • Gracias por todo.

  • Gracias a ti.

Salió del despacho y allí tenía mi usb. Lo primero que hice fue instalarme el programa en mi móvil. Al momento vi que su ubicación era la de la oficina donde trabajaba y ahora venía lo más duro entrar los códigos y ver todos los archivos.

Vi que Rita se dirigía hacia la puerta.

  • ¿Qué haces?

  • Cierro la puerta.

  • Que van a pensar la gente.

  • Piensa que ahora desayunan y hoy faltan bastantes empleados. Además me imagino que lo que veremos no será algo muy para "todos los públicos".

  • Eres realmente inteligente y como te dije el primer día tu tendrías que ocupar mi puesto.

  • Gracias por el cumplido Sergio.

Encendí mi ordenador, puse el usb y encontré los códigos (usuario y password). Se abrió una página con multitud de archivos "mp4" y con fechas que abarcaban desde casi al poco de irme hasta hasta hacía apenas una semana. Sabía que al abrirlos me hundiría, pero algo me empujaba a hacerlo.

  • Hazlo, tú sabes que ella no es responsable de lo que hace-dijo Rita-.

  • Pero ya viste lo que pasó en casa.

  • No lo pienses.

Me decidí a abrir un video al azar que duraba treinta minutos y que eran de hacía dos semanas. Allí estaba ella vestida tras una mesa como si fuera una maestra de peli porno: llevaba un sujetador negro de encaje que apenas le cubría y una blusa muy ajustada y parecía que estaba dando una lección. Se levantó y vi que llevaba una falda negra igual de ajustada y se intuían unas medias negras a conjunto con unos zapatos negros de tacón de aguja, entre sus manos llevaba una regla y de la forma que hablaba sabía que aquello no era una obra de teatro "chicos me parece que tendréis que hacer algo para subir vuestras notas". Me fijé en su mirada y era pura lascivia, a los pocos segundos aparecieron los "supuestos alumnos" que se despojaron de su ropa. Deberían tener unos treinta años los dos: eran altos y corpulentos y parecían ser extranjeros y con dos buenas pollas largas y duras a escasos centímetros de Marta que volvió a sacar su vena más zorra: " si queréis subir nota ya sabéis que os toca".

En cuestión de segundos Marta se arrodilló y empezó a chupar las pollas de aquellos individuos con una gran maestría aprendida durante aquellos últimos meses. Cogía una de las dos y se la tragaba casi de golpe mientras masturbaba con todas las fuerzas la otra.

Yo tenía a Rita a mi lado viendo aquellos videos y veía en su cara cierta incredulidad ante lo que estaba sucediendo y es que ahora veía de primera mano todo lo que hacía Marta y lo peor de todo es que yo empezaba a notar que sudaba viendo aquel vídeo ¿acaso me estaba volviendo un pervertido?

Aquel vídeo era pura traca y es que cuando se cansaron de que se la chuparan la sentaron encima de la mesa y uno de los dos individuos la abrió de piernas y le bajó su tanga que debía estar mojado no...lo siguiente mientras el otro se subió a la mesa y le volvió a clavar su polla en el fondo de la boca. Se notaba que lo estaba gozando como una loca y el otro metió su boca dentro del coño de ella y entonces empezó a tragar la polla de aquel individuo con todas sus fuerzas. En aquel momento tenía muchas dudas y es que viendo cómo se comportaba ella y los pasos que dábamos quizás sacarla de allí y de aquel mundo sería bastante más complicado.

A los pocos minutos de estar ensimismado viendo aquel video noté como algo acariciaba mi paquete.

  • ¿Pero Rita que haces?

  • Lo normal aliviarte.

  • Pero tú sabes que...-no tuve tiempo de acabar-.

  • Yo lo sé todo y Nadia me ha dado permiso.

Ahora resulta que Nadia también había decidido meter en el ajo a Rita para ayudarme en ciertos "asuntos".

Ahora volvíamos a estar como nuestra primera vez y es que ver a Marta practicando sexo siempre me llevaba al mismo camino: tener que aliviar mi polla.

Adelanté unos segundos el video mientras Rita me desabrochó la cremallera y sacó mi polla mi pantalón. Comenzó a pasar la lengua muy por mi prepucio y aquello no podía estar pasando, cerré los ojos y al abrirlos en el video ya estaba Marta totalmente desnuda y sus tetas ya asomaban por encima de los sujetadores, con sus medias negras y sus zapatos como únicos complementos, mientras uno de los individuos se la follaba salvajemente desde atrás, "así me gusta que a tu profe le demuestres que eres un buen estudiante", mientras se sacaba de la boca la otra verga.

Mientras yo no podía dejar de gemir y es que la mamada de Rita era de órdago. No paraba de subir y bajar con su boca mientras yo me agarraba con todas mis fuerzas a la silla y sintiendo un placer descomunal. Estaba muy cachondo y ahora deseaba poseer el cuerpo de Rita.

Viendo como avanzaba el video intuí lo que iba a suceder y es que se ve que aquel cabrón había abierto en ella una depravación absoluta y es que se estaba preparando ya para una doble penetración. Se desabrochó sus sujetadores y aquellos dos globos de silicona quedaron totalmente a la merced de aquellos tipos. Por otra parte, Rita levantaba la vista y veía el video de Marta como se preparaba y me miró de forma lasciva.

  • Rita no puedo más, necesito follarte como sea.

Estuve pensando en que ella quizás no quería.

  • ¡Fóllame!

Me levanté de la silla mientras en el vídeo los dos se la estaban follando salvajemente a la vez cuando apareció un tercer individuo totalmente desnudo "así me gusta que tú también vengas a subir nota"-decía Marta-.

Yo ahora quería clavar mi polla dentro de Rita. Creo que todas mis ansias de sexo eran más producto de mi frustración y la resignación de ver esos videos que por otra cosa. Apoyé a Rita contra la mesa: le subí la falda, le bajé las medias y las bragas y sin mucha dilación empecé a penetrarla

  • Así Sergio, joder que ganas que tenía de que me la metieras.

  • ¿Es lo que querías?

  • Si, desde el otro día que me comiste las tetas me moría por sentirte dentro, no lo pienses más y disfruta.

Mi descenso a los infiernos ahora había cambiado y estaba empezando a dar pasos, pero aún no sabía en qué dirección. Si cada vez que descubría algo de ella me acababa follando a alguien eso al final me hacía sentir mal por qué yo sí que era consciente de mis actos.

Allí estaba Marta gozando como una vulgar puta con aquellas tres vergas hundiéndose dentro de todos sus agujeros a la vez, mientras yo agarraba fuertemente por la caderas a Rita para que sintiera aún más mi polla dentro de ella, yo estaba muy excitado y su coño parecía un lago de lo mojado que estaba.

  • Así Sergio, fóllame más fuerte me encanta.

Yo seguí así mi ritmo de penetración dentro de su coño mientras su cuerpo continuaba aplastado encima de la mesa y veíamos como otro individuo se acoplaba a la boca de Marta y gozaba de una cuarta polla. Era totalmente enfermizo aquello que veíamos.

  • Ohhhh.sssi...-dijo Rita-.

Se había corrido con el ritmo de la penetración, yo en parte tenía miedo de que alguien viniera y nos pillará a los dos en plena faena. Aquel día había cursos y varias cosas y no había tampoco mucha gente en la oficina.

Ahora ya habíamos desconectado incluso de mirar el ordenador y solamente gozábamos de la situación y yo notaba que no tardaría mucho en correrme.

  • Rita me vengo.

No pude más y tras varias embestidas noté como derramaba toda mi leche dentro de su mojado coño, mientras ella se agarraba con todas sus fuerzas a la mesa. Me quedé unos segundos allí con mi polla metida dentro de ella y notando mi semen dentro de su coño, cuando abrí los ojos y vi el video allí estaba Marta recibiendo un bukkake de sus cuatro machos y llenándole toda la cara de semen.

Saqué mi polla de dentro del coño de Rita y me fijé en que mi corrida había sido brutal, ya que restos de mi semen aún salían de ella. Rita se incorporó y vio como Marta succionaba aquellas pollas y rebañando con su lengua hasta la última gota.

Rita no tardó en reaccionar viendo lo que hacía Marta.

  • Es mucho más duro de lo que yo me imaginaba, no entiendo cómo puedes aguantarlo.

  • Yo a pesar de lo que hago la quiero, pero tengo miedo de que si logro sacarla de ese mundo de depravación las cosas no funcionen.

  • Tú no tienes que pensar en esto y piensa que hemos logrado mucho en pocos días. Me imagino que no será fácil, pero lo lograremos.

Estas palabras de ánimo eran perfectas y es que cualquier hombre hubiera matado por tener sexo con Rita, pero mi situación en aquellos momentos de mi vida era totalmente diferente.

Nos vestimos y noté como el despacho olía a sexo y es que ambos estábamos sudados y es que nos habíamos dejado ir por nuestros instintos más primarios y ahora tendríamos que aguantarnos así todo el día.

Cuando ella estaba a punto de salir me dejo de piedra.

  • Ya puedes llamar a Nadia para que se mire los videos y de paso dile que yo esta mañana ya te he dejado bien servido.

Aquello me dejó en estado de shock, la misión de Nadia para que tuviera mi ración de sexo ahora también incluía a Rita, aquello se nos estaba yendo de las manos.

Al cabo de media hora decidí llamar a Nadia.

  • Hola Nadia te envío los archivos de Marta que por desgracia no tienen desperdicio.

  • Me lo imagino y por cierto Rita me ha dicho que te ha hecho disfrutar.

  • Nadia sabes que esto no está bien, yo quiero a tu hermana.

  • Lo sé, pero te mereces estar atendido y que te quieran y por cierto hoy hablaré con Olivia y la pondré en antecedentes de todo esto. No sé cómo se lo tomará y me imagino que será complicado que lo comprenda y cuando sepa algo te llamó y lo hablamos...de momento no le enseñare los vídeos que dices que has visto.

  • Por cierto, importante nunca abrir la cuenta a la vez dos usuarios.

  • De acuerdo cuídate Sergio.

Aquella mañana se pasó volando y decidí no mirar ningún video más. Al acabar nuestra jornada de trabajo regresamos a casa y en ningún momento ninguno de los dos comentó nada sobre nuestro calentón matinal, aunque habiendo cruzado esta línea y viviendo bajo el mismo techo sabía seguro que tarde o temprano volveríamos a caer en la tentación.

El mayor problema no sería este sino Olivia, un mensaje de Nadia me dejó alucinado: "Hola Sergio, he visto varios videos y a cada cuál más salvaje. Cómo te dije he hablado con Olivia y me ha dicho que todo lo que le explico son mentiras y que lo único que quiero yo es que volváis a estar juntos y que tú no aceptas que lo vuestro se haya acabado. Le he comentado que tenemos que hablar los tres y al final después de suplicárselo me ha dicho que el viernes a las dos si puedes quedar para comer te dirá lo que opina de ti...lo siento".

Al cabo de unos minutos le contesté "Era de imaginar que por mucho que se lo dijeras, sin no lo ves en personas es complicado de creer. Mañana hablamos...besos.

En aquel momento me vine abajo nuevamente y volvía ponerme triste y Rita se fijó.

  • ¿Que te pasa?

  • Olivia no se lo cree.

  • Lo tendría que ver en directo y así seguro que cambiaría de opinión. Nosotras te creemos y nuestro apoyo siempre lo tendrás.

  • Ya lo sé.

No tuve tiempo de decir nada más y cerró mi boca con sus labios.

  • Te espero en la cama...no tardes Sergio.

Sus palabras y la forma en que lo dijo me resultaron muy sugerentes y cualquier persona en una situación diferente estaría encantado de todo ello, pero sólo de pensar que Marta continuaba gozando como una vulgar puta de todo su cuerpo sin ser consciente de ello hacía que no me sintiera bien, por muy bien que estuviera entre los brazos de Rita y Nadia.