Un tío normal en una situación nada normal (4)

Que haríamos si un día te despiertas y todo el mundo hace lo que tú quieres. Vamos a intentarlo darlo respuesta. Luis descubre que su hermana es maltratada por su cuñado Carlos. Tomara cartas en el asunto.

  • CARLOS

-Hijo, toma más macarrones, que no me comes nada.

-Mamá, que no puedo más. -Da igual lo que dijera Luis a su madre. Si no le ponía comida para tres no se quedaba contenta. Luego le tocaria charla de la dietista y el entrenador personal. Pagar, y no poco, para que te echen la bronca, hay no sabía Luis si había mejorado, total, se la echaba gratis su madre y la verdad que los macarrones estaban de muerte, no como el último restaurante de vanguardia que estuvo que le pusieron lo que parecía dos trozos de lechuga y medio huevo y le cobraron trescientos euros por cubierto.

Luis solía quedar todos los primeros domingos de cada mes en casa de sus padres y la familia de su hermana Pilar, con su marido Carlos y sus dos sobrinas. Las dos sobrinas pequeñas eran monísimas pero unos trastos, no paraban de incordiar. Luis se tenía contener para no "ordenarlas" que se quedarán calladitas, pero a ver, eran niñas, y con su familia y amigos se había autoimpuesto no utilizar sus poderes.

-Luis, cuando vas a sentar la cabeza, mira a tu hermana que bien la va.

Aunque mil veces repetida la frase, Luis mira a su hermana y no está tan convencido. Pilar siempre había sido una chica muy alegre, pero desde que tuvo a la segunda niña, se le había cambiado el carácter y raramente sonrisa.

-Pilar, traeme una cerveza del frigo, que esta ya está caliente.

La verdad que con quién si tenía que hacerse verdadero autocontrol era con su cuñado Carlos. No podía con él. Trataba de una manera déspota a su hermana. Pasaba de las niñas y tenía una pinta de vividor que echaba para atrás. No entendía como su hermana, jefa de sección en un ministerio, podía estar con ese gandul. Bueno, si lo entendía, típico guapete malote, tenía locas a las chicas del barrio, le había echo un bombo, y se terminó casando con el. Daba tumbos de un trabajo a otro, pero eso sí, siempre dando lecciones de vida.

Pasados unos días, Luis esta en su casa, y su hermana le hace una visita.

-Pasa hermanita, que sorpresa tu por aquí. Pilar, estas rara. Tienes mala cara, ¿Que te pasa?

-Luis me tienes que ayudar. No les quiero preocupar a papá y a mamá y no tengo a nadie más a quien acudir. -Dice gimoteando.

-Tranquilízate, Ya sabes que puedes contar conmigo para lo que necesites. Toma un vaso de agua, sientate y dime qué te ocurre.

-Gracias Luis.-Y se pone a llorar abrazado a su hermano. Después de un buen rato, ya mas tranquila le empieza a hablar.

-Debemos nueve meses de hipoteca, me han embargado la nómina y dice el banco que nos va a quitar la casa.

-Bueno Pilar, tu tranquila. Gracias a Dios, sabes que ahora marcho bien y te puedo ayudar sin problemas. Antes me lo tenías que haber dicho. Lo que no entiendo es cómo habéis llegado a esta situación trabajando los dos como estáis y con el sueldo de funcionaria que tú tienes.

-Ha sido mala suerte, Carlos hizo unas inversiones seguras en criptomonedas y con las últimas regulaciones del gobierno se fue todo al traste. Tuvimos que intentar meter más dinero para recuperar lo perdido pero estos cabrones no le han dejado levantar cabeza.

-¿Y donde habéis invertido? Dependiendo de la moneda, a lo mejor se puede recuperar.

-No lo sé. Yo le daba el dinero en efectivo a José Luis y el se encargaba. Pobre lo está pasando muy mal.

-Pobre mis cojones. ¿En efectivo.....?

Entonces en ese momento Luis se fija en el cuello de su hermana, antes tapado por su pelo.

-Pilar, ¿Que son esos moratones?

-Nada no son nada, jugando con las niñas.

Luis ya no quiere escuchar más mentiras. Esto no lo va a consentir y "ordena" a su hermana que le cuente punto por punto todo lo que está pasando.

Pilar estaba viviendo un auténtico infierno. Carlos era un cocainómano de manual desde joven pero ahora la situación se había vuelto insostenible. Solo pasaba por casa para dormir  y vivia en los bares. Ya no trabajaba y en los últimos meses estaba esquimando el sueldo de Pilar sin miramientos. Pilar casi ya no podía vestir y dar de comer a las niñas. Llegaba colocado y borracho a las tantas casi todos los días. Si le apetecía follar, se abría de piernas, si le apetecía que se la chupara, de rodillas se ponia . Pilar le decía a todo que si, con tal de no cabrearle. Pero muchas veces daba igual. Cuando no conseguia todo el dinero que necesitaba, se volvía loco. Al principio daba voces, luego comenzó a golpear las puertas mientras Pilar se encerraba con las niñas. Llego un momento que le empezó a pegar. Primero empujones, luego una bofetada y ahora ya le daba unas palizas de muerte. Pilar le planteo separarse y fue peor. Aparte de golpearla sin parar la amenazó que si le dejaba se llevaba por delante a las niñas y cuidadito con decir nada fuera. Luis no sé lo podía creer como podía haber estado tan ciego. Lo primero que pensó es obligar a su cuñado que se tirara por la ventana de un sexto piso, pero no, eso iba a ser demasiado rápido. Iba a pagar con creces por todo lo que había echo pasar a su hermana....

-Luis,¿Que coño haces aquí?.- No le dio tiempo a decir más, del primer puñetazo que recibio, Carlos termino en el suelo dando una vuelta de campana.

Estaban en un apartamento del centro, con su querido amigo Jesús, otro qué tal bailaba, y dos tías de unos veinticinco años de buen ver, Lola y Laura. Todo aderezado con una botella de ginebra en la mesa y cuatro rayas de coca esperando el turno.

Luis no hubiera necesitado sus poderes, para saber qué estos cuatro se estaban fundiendo el dinero de su hermana sin control en una juerga continua.

-Carlos, contra la pared. Jesús coge el palo de la escoba y empieza a darle palos hasta que le partas.

Luis se sienta en el sofá a disfrutar del espectáculo. Mira a las otras dos y decide que con ellas se va a divertir.

-A ver, las dos en cueros. Bueno culo te gastas, Lola. Pues habrá que follarselo. Laura, chupale el ojete a tu amigita que no me gustan las cosas secas. Muy bien, así. Metela la lengua hasta el fondo,  no te cortes. Muy bien, venga, Lola, encima mío, métete mi polla en el culo hasta el fondo y a botar. Tu Laura, que no quiero que te aburras, vete chupándome las pelotasy el culo. Jodeeer, que gusto me estáis dando. Tampoco es cuestión de correrme tan pronto. A cambiar de posición. Si, ya se, Laura que nunca te la habían metido por el culo, pero siempre hay una primera vez. Hostias, que apretadito. Dioooos, que corrida más buena. Venga, a ver esas lenguas y a dejármela limpita la polla.

Mientras tanto, Jesús sigue dándole ya sin fuerzas a Carlos.

-Se ha roto el palo.

-Leches, pues metesele por el culo, que hay que decirlo todo. Un poco iniciativa, hombre. Eso es. Hasta el fondo. Venga, vosotras dos, no os cortéis, para que quereis la uñas y los dientes.

La verdad es que era un espectáculo digno de ver, como sus tres amigos del alma, le estaban dando por todos lados a Luis.

-Bueno, chicos y chicas, de fin de fiesta y para que veáis que pienso en lo que os gusta, aquí os dejo un kilito de coca encima de la mesa, Os la vais a tomar todita, sin dejar nada. Yo, me vais a disculpar que no os acompañe en ello, pero un gin-tónic si me voy a tomar con vosotros, que no se diga.

-Luis no hagas enfadar a mamá. Comete todos los macarrones, que estás en los huesos.

Allí estaban todos en familia, las niñas jugando en suelo con el novio de su hermana y ella sin parar de reir. Vaya câmbio había pegado desde que se quedó viuda y había empezado a salir con ese agente de bolsa.

-Luis, en cuanto tengas un minuto te explico lo de los fondos saudis. No seas tonto, deja que tu dinero trabaje por ti.

"Hayyyyy, que cansino" -Piensa Luis- "No hay cuñado perfecto........"


Un tío normal en una situación nada normal (0) // Luis

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