Un tío normal en una situación nada normal (2)

Que haríamos si un día te despiertas y todo el mundo hace lo que tú quieres. Vamos a intentarlo darlo respuesta. En capítulos anteriores Luis consigue solucionar trabajo y vivienda. Hoy toca visita al banco

MANUEL

La oficina bancaria está punto de cerrar. Luis está guardando pacientemente cola. Podría conseguir que le atendieran ya, pero qué culpa tiene la abuelita que tiene delante. Leyendo su mente, sabe que tiene prisa, ya que llega su nieto del instituto y no tiene preparada la comida. Mientras está esperando, sale de su despacho el director, Manuel, cincuentón, gordo, calvo y con bigote, un cuadro de tio. Le conoce bien, aunque seguro que él no sabe ni que exíste. Hace un par de años, por un culpa de la crisis, estuvo a punto de quitarle su piso, que llevaba pagando religiosamente ocho años. Menos mal que le pudieron echar  una mano sus padres. Realmente le trato de una manera déspota y miserable de manera innecesaria. Va a una mesa y le echa la charla por el descuadre de unos balances al chico sentado en ella, delante de todos. Luis de un vistazo le llega que el chico, que se llama Juan, acaba de terminar la carrera, es gay, es su primer trabajo y le lleva haciendo la vida imposible cuatro meses el director. Antes Luis hubiera suspirado por esa injusticia, y se hubiera callado. Pero eso era antes......

Luis se ha quedado solo como cliente en la oficina. Tiene claro lo que va a pasar a continuación. Podría decir que es por Juan, pero no sé engaña, a Manuel le tiene más ganas que a un cocido. Hay dos personas más trabajando en la sucursal, aparte de los reseñados Manuel y Juan, otra chica en las mesas y otra en la caja. Luis se dirige a la chica de caja.

-Maria, por favor, cierra la oficina. Que vayan a la sala de juntas, Carmen, Juan y Manuel.

-Pero usted que dice, y como sabe.....

Se diluye su protesta en el aire, mientras hace lo que se le ha dicho.

Están todos sentados sin saber que decir o hacer. Luis empieza a hablar.

-No os hagais preguntas que no tienen respuesta. Simplemente está pasando. Juan ya me sé tu historia. Vamos a pasar a María. Háblame de Manuel.

Manuel quiere protestar pero algo le impide que salgan las palabras de su boca.

-Manuel, tu calladito, pero vamos, si quieres estar entretenido vete cancelando mi hipoteca con el dinero de tu cuenta. Y por cierto, no se te olvide liquidar el impuesto de donaciones, que creo recordar que eras muy legalista. María, ibas a empezar a contarme sobre Manuel.

María tendrá unos veinticinco años, se podría decir que un poco rellenita, pero ya se sabe, a esa edad están todas buenas. La verdad es que tiene unos pechos como para dormir como un bebé en ellos.

-Es un hijoputa baboso. A la mínima, no hace mas que darme voces y si nos cruzamos en el pasillo aprovecha para tocarme el culo y sobarme las tetas. Sabe que la cosa está muy mal fuera, y que me toca tragar.

-Ya veo ya. Carmen, cuéntame tú.

Carmen tendrá unos cuarenta años. Morenaza, tiene que dormir en el gimnasio. Está todo prieta. Buen culo pero pocas tetas. Que mal está repartido el mundo.

-Lo mío es peor, hace dos años me la lío concediendo unos préstamos millonarios a  insolventes amigos suyos con mi firma. Si se enteran en la central estoy en la calle y hasta puedo ir a la cárcel. Sabiendo que mi marido está en el paro me ha obligado a renunciar a traslados con ascensos y le tengo que hacer una mamada cada vez que le apetece.

-Joder, creía que era el único que iba a disfrutar con esto, pero ya veo que no es el caso. Manuel, cuéntame porque tratas tan mal a Juan. Pero antes ¿Has terminado con lo de mi hipoteca?, ¿Si? Gracias. Venga, háblame sobre Juan.

-Es un maricón de mierda. No puedo con ellos. Le puteo por eso todo lo que puedo y más.

-Suficiente, Manuel. Juan, te apetecería hacernos un favor a los aquí presentes y dar por culo a Manuel en el sentido literal de la frase. Lo digo por compensar un poco lo que él lleva dado.

-No es mi tipo, pero en este caso voy a hacer una excepción. Lo voy a disfrutar. Voy a por vaselina que tengo en el coche.

-No, metesela sin anestesia. - Grita Carmen

"Hostias, eso ha salido de su cosecha, yo no la he sugerido nada, está visto que no soy el único depravado en potencia" Piensa Luis

-De acuerdo, un momento que empalme,  y voy a ello.

Juan se ha quedado en pelota picada y para tenerla en reposo se gasta un rabo del quince, bueno en este caso del veinte. Manuel está sudando tinta china, viendo lo que le espera.

-Que te la chupe Manuel -Chilla Maria

"Otra que tal baila. No, si espera que al final voy a ser el único normal aquí" Piensa Luis para sus adentros.

-Pues nada Manuel, ya sabes lo que toca. ¿Chicas alguna sugerencia más?

Manuel, que se ha despelotado, se la ha  empezado a comer a Juan y Carmen aparece con dos reglas, le da una a María y sin mediar palabra, se ponen a darle reglazos a Manuel en las nalgas con todas sus fuerzas, hasta dejárselas en carne viva.

Juan parece que está a punto, y se aparta, si en reposo era digna de ver su polla ahora es para salir corriendo. Lastima que no es el caso de Manuel que docilmente se pone en perrito y se abre el culo para facilitar la enculada que le viene encima.

Se acercan las dos chicas a Luis, para tener mejor vista. Parecé que Juan no se la ha metido por la mitad a Manuel y este ya chilla como cochino en matadero. De repente, Carmen le dice a Luis.

-Esto es surrealista, pero he soñado con ello millones de veces. Total, esto no se lo va a creer nadie aunque lo contemos y alguien que nos ha hecho tan felices se merece un buen premio. ¿Tu que opinas, María?

-Totalmente acuerdo, Carmen.

Y ya sin hablar más, Carmen se arrodilla, le abre el pantalón a Luis para darle su mejor mamada en  años, mientras María se saca los pechos y se los pone en la boca a Luis. Bendita iniciativa que tienen estas chicas......,.

Han pasado seis meses. Luis está en la cola de la caja del banco. Parece que todas las abuelitas de la ciudad, deciden ir al banco el mismo día, que él, pero cinco minutos antes.  Manuel es un mal recuerdo, después de informar a la central que la responsabilidad de los préstamos fallidos era suya, presentó la carta de renuncia. Ahora Carmen es la nueva directora. Se respira buen ambiente en la sucursal, según parece es la más popular de la ciudad. A lo mejor tuvo algo que ver, que Manuel antes de irse concediese moratorias en los préstamos a todos aquellos que pasaban dificultades y devolviese de oficio todas las comisiones incorrectamente aplicadas a todos los clientes de los últimos años.  María y Carmen pasan a su lado, no se acuerdan del nada, pero les viene un flash de ese cliente follandose a las dos, pasan deprisa, van a necesitar una ducha fria....


Relatos publicados en la serie:

Un tío normal en una situación nada normal (0) // Luis

Un tío normal en una situación nada normal (1) // Isabel

Un tío normal en una situación nada normal (2) // Manuel