Un tio mas ¿solo?
"Buenas tardes" saludo al tiempo que mis manos cierran el collar sobre tu sublime y esbelto cuello.
(Es conveniente haber leído la trilogía "Solo un tío más")
Hemos vuelto a quedar, como aquella primera vez, en un hotel, cerca de tu lugar de residencia, unos meses después de nuestro primer encuentro.
Aunque, en esta ocasión, hay cosas que son diferentes. Para empezar, te he citado en la habitación del hotel, donde yo ya estaré cuando tu llegues. Tus instrucciones son entrar en la habitación, cerrar la puerta, desnudarte completamente y ponerte tanto la venda en los ojos que tendrás preparada junto a la entrada como las fijaciones de velcro. Y esperar.
A las 19h00 en punto oigo el click de la cerradura de la habitación, y entras. "puntual, como siempre" pienso.
Aún no te veo, pero oigo cerrarse la puerta y el roce de tu ropa al deslizarse sobre tu piel. Tras unos instantes, el característico sonido del velcro al abrirse me indica que estás a punto, casi preparada.
Dejo de sobar el femenino culo que descansa junto a mi en la cama y me levanto para acercarme a ti, con un collar rematado con una cadena.
Oyes mis pasos acercarse y te orientas hacia ellos, levantando tu cara hacia donde supones que estoy.
"Buenas tardes" saludo al tiempo que mis manos cierran el collar sobre tu sublime y esbelto cuello.
"Sígueme" te ordeno, al tiempo que empiezo a andar hacia el interior de la habitación, hacia la pequeña pero robusta mesa de centro que he recolocado en el centro del espacio libre de la habitación.
Andas a gatas, tras de mi, sumisa y obediente. Una rubia cara, de pelo corto, se levanta de la cama para mirarte al pasar. Sabe que no debe hacer ruido. Te llevo a la mesa, y te ayudo a subir a ella. Quedas a 4 patas, a una altura perfecta para que todos tus agujeros puedan ser usados a placer ...
Te dejo ahí, sola, con la cadena colgando de tu cuello, mientra me acerco a la cama y tiendo mi mano hacia la amiga que te ayudó a prepararte la primera vez que nos vimos (recuerdas; "Tengo una amiga muy liberal sexualmente, la conozco desde hace muchos años, y tenemos mucha confianza" ... "rubia natural, de mi misma estatura; pelo corto, complexión delgada, con curvas, bonitos ojos" ... "bisexual y muy liberal" ... "se siente mejor siendo dominada" ... "aunque no es tan sumisa como yo").
Está desnuda para evitar ruidos que te puedan alertar de su presencia. La dirijo hacia tu culo, y voy junto a ella. Te hablo desde allí "vaya, ya veo como empiezas a mojarte por como brillan tus labios, y aún no te he tocado" digo al tiempo que tu amiga empieza a acariciar tus preciosas y suaves nalgas. Pasa sus suaves manos por toda tu por perfecta anatomia, nalgas, piernas, muslos, espalda, ... haciendo que aumente el brillo de tus labios.
La rubia mira con deseo tu coño, está deseando lamerte, se la ve en la mirada "no me creo que nunca te dieras cuenta de que el interés de tu amiga tenía conotaciones sexuales" pienso "fue tan fácil convencerla para esto" me situo tras ella, casi rozándola, apoyo una mano en su nuca y la dirijo hacia tu sexo ... un gemido abandona tu garganta, puro placer al sentir los que crees que son mis labios sobre tu sexo húmedo y abierto, te lame con ansia, con deseo, con la pasión acumulada con el transcurso de los años, recorre tus labios menores con su lengua para, después introducir su lengua en tu vagina y penetrarte con ella como si de un minipene se tratara.
Te está gustando recibir placer oral, tus caderas empiezan a moverse al ritmo de sus acometidas.
Mi mano descarga un azote en tu nalga derecha, más sonoro que doloroso. No hace falta más: tus movimientos se detienen.
Tu amiga sigue lamiéndote ansiosa, ahora abre tu coño con su mano izquierda, aumentando así la superficie de piel disponible para ser lamida y chupada, mientras su mano derecha baja hasta su propio coño y lo acaricia superficialmente.
Yo, por supuesto, ya estoy excitado, pero aún es pronto para darte pistas sobre lo que realmente está pasando. Me desforaré con la rubia: tomo su cabeza y la aparto de tu coño, dejándolo así libre para que 2 de mis dedos puedan explorarlo. Inmediatamente tu amiga entiende lo que pretendo y se introduce mi verga en la boca, iniciando una mamada en la que acaricia mi verga con la lengua y la presiona con los labios. Me gusta más como me la chupas tu, pero no lo hace mal. Su excitación crece pues puedo ver como introduce sus dedos su vagina.
Mis dedos juegan en tu interior, perfectamente lubricados por tus abundantes fluidos.
Retiro mi verga de la boca de la rubia perfectamente humeda, recubierta por una generosa cantidad de saliva. Tu amiga me mira desde abajo, y le hago la seña convenida para que se prepare.
Saco mis dedos de tu interior y me coloco junto a tu cabeza, acerco mi boca a tu oido y te susurro "estás disfrutando, ¿verdad?" "si" me respondes, "me encanta la vista de tu coño y tu culo tal y como están ahora, totalmente expuestos y disponibles; creo que voy a sacar unas fotografías" "como desees" contestas justo antes de que me aleje de ti para coger la cámara de fotos. Miro de reojo a tu amiga; ya tiene colocado el consolador doble con el que tenemos previsto realizarte una DP y está acabando de fijar el arnés que lo mantendrá fijo a su cuerpo.
Me colocó detrás de ti, y tomo varias fotos, desde diferentes posiciones: en todas se puede apreciar cómo tu coño está húmedo y ligeramente abierto y tu perfecto cículo anal.
Cuando acabo, miro a la rubia, qué ya está lista: medio consolador lo lleva introducido en su propio coño; el otro medio simula un pene dispuesto a penetrarte. Entonces, dejo la cámara y me acerco a ti, a tu oido, y te ordeno con voz suave pero enérgica
"levanta tu pierna derecha" e, inmediatamente, realizas el movimiento al tiempo que la rubia se tumba boca arriba sobre la cama, dejando la falsa poya a escasos centrímetros de tu cuerpo "bájala" ordeno una vez que ella está colocada.
Sientes un cuerpo entre tus piernas y tu cara refleja sorpresa "¿cómo es posible que me esté hablando y sienta contacto en mis piernas? ¡¡hay alguien más aquí!!". Tu cara muta el gesto cuando te das cuenta, tu amiga se mantiene quieta, y me mira al darse cuenta de que su presencia ha sido revelada. Todos tus músculos se tensan "relájate" te ordeno "todo está bien; hay otra persona con nosotros, que está aquí porque yo lo he deseado" digo con convencimiento para que no se nota la media mentira que acabo de pronunciar "relájate y haz lo que se te ordene; todos disfrutaremos" manteniendo el contacto visual con tu amiga; ambos sabemos que ella está aquí por voluntad propia.
Mis palabras te calman; confias en mi, y vuelves a relajarte: tu cara vuelve a denotar el placer que hasta hace 2 minutos te embargaba, y tus musculos se relajan, haciendo que tu pubis descienda, pegándose al esbelto cuerpo de la rubia. Una mirada cómplice con tu amiga y amante ocasional le da luz verde para que te penetre: se mueve sobre la mesa para acercar el consolador a la entrada de tu vagina y, cuando la tiene bien alineada, te introduce el consolador con un poderoso y enérgico golpe de cadera; ambas gemis, instante que yo aprovecho para llenar tu boca con mi poya. En cuanto tus labios la rozan, se cierran sobre ella, y tu lengua prodiga caricias a la porción de pene que mantienes en tu boca mientras mis caderas introducen y sacan mi verga de tu húmedo y delicioso interior. Sin duda, tu mamada es mucho mejor que la de tu amiga. Al menos, para mi.
Tu amiga marca un ritmo suave en sus penetraciones, que son profundas y largas; cuando se retira de tu interior el consolador sale casi totalmente de tu cuerpo para, luego, iniciar un movimiento de penetración que hace que casi vuestros montes de Venus se rocen.
Mantenemos unos eternos instantes la situación hasta que retiro mi pene de tu boca, haciendo que los gemidos que mi verga no ha permitido salir lo hagan de manera atropellada. No dejas de gemir mientras me dirijo hacia tu culo. Voy a penetrarlo. La situación es tan excitante ...
Miro a tu amiga al tiempo que preparo tu cuerpo: hundo el consolador en tu interior hasta que, ahora si, ambos montes de venus contactan, tomo tus hombros y hago que tu torso aumente el contacto con el de tu amiga, haciendo que vuestros pechos se rocen y aplasten unos contra otros. Entonces, una de mis manos se coloca en el centro de tu espalda, para impedir que te levantes, mientra la otra mano juega con tu ano, para prepararlo. La rubia, consciente de la situación, toma tus nalgas con sus manos y las separa, dejándome mucho más accesible tu oscuro agujero, el cual ya está siendo penetrado por uno de mis dedos. No voy a prodigarme más en preliminares o me correré antes de follarte. Tomo mi poya con la mano y acerco a tu ano mi capullo. Noto, a través de la mano situada en tu espalda, tu agitada respiración: tu también sabes lo que va a pasar y te excita pensarlo. Eso me alienta: sujeto fírmemente mi verga y un golpe de cadera la introduce en tu interior, haciendo que gimas mitad por la sorpresa de la brusca penetración mitad por la consecución del deseo de ser doblemente penetrada.
Libero tu espalda y me recuesto sobre ambas, iniciando un movimiento de penetración que es rápidamente seguido por tu rubia compañera. Ambos te follamos mientras no paras de gemir; mantendo un ritmo moderado de penetración unos instantes, pero, ante la inminencia de mi orgasmo, acelero el ritmo todo lo que puedo, obteniendo de ti el máximo placer.
Unas pocas embestidas después me derramo en tu interior; sientes como tu intestino se llena de caliente semen, y estallas en lo que es, sin duda, el orgasmo más intenso de los que has tenido hasta el momento estando yo presente. La base de mi poya, aún enterrada en tu magnífico culo, es comprimida al ritmo de las involuntarias contracciones que recorren tu cuerpo mientras tu agitada respiración se hace extrema para suministrarte todo el aire que necesitas ... Te fallan los brazos, y te desplomas sobre el cuerpo de tu ocasional amante, sudorosa y exhausta, pero con una gran sonrisa en el rostro.
Me retiro de tu interior, haciendo que un pequeño hilo de semen abandone tu ano y caiga sobre la parte del consolador que te une con la rubia ...