Un taxista muy amable
Ese día estaba caliente, quería sexo, y buscaría una presa para mi satisfacción
Salí de mi departamento, dispuesta a comerme un pene. Estaba caliente y necesitaba ser penetrada.
Pedí un taxi, el conductor era un tipo de unos 40 años app., bien cuidado, brazos musculosos con un tatuaje, bella sonrisa, expresión morbosa. Calificaba para mis planes.
Donde la llevo amorcito, me dijo
Le di la dirección de un sector apartado, zona de moteles y parejas.
Es un poco solo por ahí, y me cerró un ojo picaramente.
Si, tengo una cita, pero no podía pasar por mi
Que afortunado ese hombre, me dijo
Yo le sonreí tímidamente, haciéndome la santurrona. Porque le dije?
Porque es usted muy bella, además se le nota una bella sonrisa, lo dijo mirando disimuladamente mi delantera.
En un momento tome el teléfono y hable en voz alta para que el taxista escuchara.
Pero amor, ya estoy llegando, pucha, si entiendo, bueno amor nos vemos mañana.
Parece que nos vamos de vuelta, me dijo, y con lo linda que está.
Ya habíamos llegado a un sector de mirador, estaba totalmente solo, con un atardecer que llamaba al sexo.
Si, le dije, me falló mi cita, con cara de apenada. No le molesta si paramos un momento para fumar?
Tranquila, me dijo, paremos a fumar así se le pasa el enojo.
Gracias, es usted muy amable
Bajamos, yo vestía minifalda, sandalias de taco, una blusa negra transparente sin sosten y un abrigo largo, que al bajar abrí, para tentar a mi compañero y cumplir mi fantasía.
De reojo lo mire, quedo clavado en mis pechos y paso su lengua por los labios.
Encendimos el cigarrillo, me estiró la mano y se presentó. Soy Felipe, un gusto fumar con usted, me dijo con su cara cada vez más morbosa.
Yo le tome la mano y le di un beso en la mejilla, tratando de acercar mi cuerpo. Yo soy Pilar, gracias por tu compañía, necesito despejarme, para pasar el mal rato.
El me miró descaradamente los pechos y sonriendo me dijo, hace frio parece, los tienes paraditos, se mojo los labios, vamos al auto mejor.
Subimos al asiento de atrás, al subir me saque el abrigo y disimuladamente subí mi falda, abrí levemente mis piernas, cerré los ojos, estiré mi cabeza hacia atrás y fume. Que placer, le dije, esto me relaja.
Se nota me dijo, aún tienes frio? Si quieres te ayudo un poco.
Bueno le dije, tímidamente. El me abrazo con una mano y la otra lo puso sobre mi pierna, acariciando suavemente. Yo fumaba cerrando los ojos y de a poco abría disimuladamente las piernas. Quieres le dije, mostrando el cigarrillo, bueno me dijo, lo puse en su boca, acercamos mucho nuestras caras para intercambiar el cigarrillo de boca en boca, riéndonos como adolescentes, mientras el seguía acariciando mi pierna, subiendo de a poco, tanteando si podía avanzar, el cigarrillo se acabo, al estirarme para botarlo, su mano rozó mi vagina, el me miró con cara de afligido y pícaro, yo le respondí con una sonrisa y abrí mis piernas, dejando a su vista mi tanga roja, que se notaba mojada. El la separó y metió sus dedos en mi mojada concha, tienes mucho frio todavía, dejame ayudarte. Si le dije, necesito calorcito. Se abrió el pantalón, dejando ver su miembro grueso y duro, lo tomo con su mano, este te quitará todo el frio. Desarrolló mi blusa y puso su pene entre mis tetas, amasando exquisitamente. Empujó mi cabeza para que se lo chupara. Lo metí en mi boca y chupe alocadamente, me separó, saco mi tanga y me monto arriba suyo. Yo cabalgaba desesperadamente, gemia, estaba a punto de acabar, el me metió un dedo en el culo, lo que me provocó gran placer, me chupo los pezones y me dijo al oído, acaba mi perrita. Yo aumente el.ritmo, logrando un órgasmo exquisito y salvaje. El me dio vuelta, con mis abundantes jugos mojo mi ano y me sento de espaldas sobre el, metiendo lentamente su pene en mi culo, cuando estuvimos pegados me tomo de las caderas y me.movia rítmicamente, levantandome como mete y saca, mi culo ya se había acostumbrado a ese pico rico y saltaba sobre él, cada vez más jugoso. Su manos apretaban desesperadamente mis pechos, su boca lamía y besaba mi espalda, sus gritos aumentaban y yo me movía más, hasta que sentí su explosión y mi culo se lleno de su leche espesa y caliente. Fue realmente exitante. Me puse el abrigo, totalmente desnuda y salimos a fumar, la oscuridad bañaba el paisaje. Mientras compartíamos el cigarrillo nos besabamos y acariciabamos, estábamos como perros en celo. El cigarrillo se acabo, el me abrazo por atrás, me apoyó en el capot del taxi, corrió mi abrigo y de un golpe me penetró por el culo, sentía el frio de las latas en mi pecho y el fuego de su cuerpo en mi culo, acabamos nuevamente. Tiramos el abrigo al suelo, completamente desnuda nos acostamos sobre el, nos seguimos besando desesperadamente, el me subió sobre el, mientras yo cabalgaba, apretaba fuertemente mis pezones, lo que me calentaba cada vez más, tuve otro fuerte orgamo, el se separó puso su pene entre mis tetas, masturbandose en ellas, hasta acabar y salpicarme de semen, los dos desnudos, nos abrazamos y besamos, mezclado en nuestros cuerpos nuestros fluidos. El se vistió, yo me puse el abrigo y me llevo a mi depa. Lo bese al bajarme y el me dio su tarjeta. Cuando tenga frio me llama, ya sabe que la puedo ayudar mi perrita.
Gracias, es usted muy amable
Jamás lo he llamado, pero su tarjeta sigue en mi velador
Espero les haya gustado. Besos