Un taxista con suerte

Risas, juegos, todo eso cambia cuando llegan la hora de los desafíos.

Sábado por la noche, me había encontrado con mis amigas en casa de una de ellas, la casa era para nosotras solas; TV, música y mucho alcohol mientras las horas transcurrían. Éramos 6 aquella noche, una más borracha que la otra, nuestra conversación había iniciado de algunos chismes y el alcohol nos llevó a temas más fuertes. Estábamos en medio de juegos y el alcohol no faltaba, luego de verdades y retos sumamente fuertes y con la confianza que nos teníamos, Amanda, una de mis amigas propuso algo “ ¿Se animan con retos sexuales? ” nuestras miradas de crítica, risa y duda no faltaron en rodearla, “¡No se cierren, nuestros novios no lo sabrán!” nos mirábamos entre nosotras con disimulo, para Amanda era normal, cogía con media universidad y se rumoreaba que cogía por dinero.

Las dudas pasaron y nos animamos, siendo un pacto de amigas, escribimos un reto cada una en un papel metiéndolos en una taza, una de mis amigas comenzó a moverlos y una tras una fuimos tomando un papel. Mi amiga Pamela fue la primera, su rostro reflejaba asombro al leerlo.

- ¿Están ustedes locas o qué?!! – exclamó saliendo a la cocina tirando el papel a lo que Tatiana tomándolo lo leyó en voz alta.

- Seduce y…ten sexo con un doctor... – nuestra impresión era evidente, dos de mis amigas fueron por Pamela calmándola y haciendo que vuelva al círculo.

No pudimos contenernos la risa, con algo de culpa pues sabíamos que los doctores le recordaban a su ex con quien recientemente había terminado. Tatiana aprovechó y pregunto si alguna había puesto retos con sus ex o chicos conocidos, dejamos en claro que no, sabíamos que esto sería más intenso y emocionante de lo que imaginábamos, Pamela al igual que todas sabíamos que debíamos cumplir.

Los retos iban siendo anunciados y en mi turno, al abrir el papel me puse tensa cuando lo leí " anal con un taxista " ¡¡No lo podía creer!! Al pronunciar mi reto mis amigas comenzaron a reírse al igual que con Pamela, "¿serian risas por maldad o porque sabían cómo disfrutaba ser cogida por ahí como una zorrita? Fue lo que paso por mi mente", así fue con todas, nuestros retos eran fuertes y todas teníamos el deseo de saber quién había puesto el reto de la otra.

Al final empezamos a discutir queriendo tratar de reducir el reto o hacerlo más fácil. Cada una sabía que cualquiera podría hacer trampa, así que Pamela propuso el reto adicional de traer una foto o vídeo que evidencie lo sucedido. Como promesa final, quedamos en ayudarnos todas pues los retos serían con desconocidos y todas teníamos el miedo que terminara mal. Así que decidimos hacer un reto por día, eligiendo hacer el mío el jueves.

Durante esos días no dejaba de pensar en lo que estaba metida, en esa espera me había subido en 3 ocasiones a un taxi, una fue con mi novio y las demás sola y no dejaba de mirar a los taxistas con morbo pensando en que la próxima sería algo diferente. Cuando estuve soltera había tenido algo con personas más grandes pero al menos los conocía, en cambio ahora era diferente, no sabía con qué tipo de persona estaría, podría ser desde el más dulce, tierno y apasionado hasta el más machista o psicópata.

Los días pasaron y mi día llegó, no tenía clases y mis amigas vendrían a mi casa, Kamila tenía una especialización a la que no podía faltar, no vino pero al final terminó siendo parte del plan, le dijimos que esperara en un centro comercial cercano de donde estaba. Con las chicas en mi casa quedamos en que ella me esperaría al final, mientras tanto busqué algo ideal para la ocasión. Luego de buscar me decidí por una blusa de tela delgada blanca, una falda a cuadros de diseño escocés verde que me quedaba unos 5 dedos arriba de la rodilla. Adicionalmente me puse unas botas negras que hacían juego, me rocié un perfume dulce, tomé una cartera chica y viéndome al espejo me di cuenta de lo provocativa que lucía, cada detalle contaba para lograr mi objetivo.

Al salir de mi habitación, mis amigas me vieron y no pararon de fastidiarme señalando lo zorra y regalona que me veía, ¡y tenían razón! yo también lo pensé pero no dije nada. Amanda sacó un móvil en el que descargó la App de taxis y ya que se podía ver el rostro del conductor mis amigas decidieron que fuera uno madurito si o si, actué serena al escuchar eso pero por dentro eso alentaba mi perversión con mi futuro acompañante. Estuvimos unos minutos así, hasta que eligieron a uno, Hernando, cuál era su nombre y ya me sentía muy nerviosa de lo que me haría.

Fui a un parque cercano con 3 de las chicas ya que ahí me recogería, las chicas seguirían mi viaje desde la App y Kamila me esperaría en el patio de comidas. Esperamos un poco mientras me hacían recordar las cosas para que no se me olvidara nada. Tatiana y Ximena, quienes ya habían cumplido sus retos me comentaban de sus experiencias en lo que esperábamos, "Está a una cuadra" dijeron mientras veíamos aparecer su carro. Cuando se detuvo pude verlo y me acerqué reconociéndolo por la foto.

- ¿Valeria? - preguntó, escuchándole su gruesa voz.

- ¡Si, si! - dije nerviosa despidiéndome de mis amigas y subí en la parte de atrás mientras partía a mi destino.

Al subir pude verlo rápidamente, Hernando parecía de unos 50 años en promedio. Era moreno, tal vez de mi altura de contextura gruesa, el cabello corto semi canoso, vestía una camiseta cuello pique gris y un pantalón jean. Al iniciar tomé mi móvil mirando los atrevidos mensajes con emojis y gifs que me enviaban mis amigas en nuestro grupo de Whatsapp, por seguridad decidí bloquear a mi novio en lo que escuché a Hernando preguntarme.

- ¿Desea algo de música?

- ¡Si por favor! - le sonreí y escogimos una emisora, poniendo el volumen suave.

Llevábamos unos minutos así que tenía que iniciar con mi desafío, aunque ya había notado que por momentos había puesto su mirada en mí por el retrovisor, lo cual me gustó y me ponía sumamente nerviosa. Decidí mover recortando un poco mi falda y lentamente abrí un poco mis piernas mientras chateaba, en uno de los semáforos rojos noté como ajustaba su retrovisor y las miradas se hicieron frecuentes, de seguro que me veía la tanga blanca que traía puesta y crucé las piernas, percibiendo que se concentró en manejar. Así continué exhibiéndome poco a poco de forma ingenua, curiosa por saber que pensamientos tendría al verme así, volví a abrirme de piernas pero esta vez decidí frotarme disimuladamente, el me miraba por el retrovisor y noté como mesía su brazo 'se está tocando' pensé.

Continué tocándome y abrí un poco los botones de mi blusa regalándole una vista de mi brasier y mis senos, me daba igual si alguien de afuera me viera me sentía muy caliente y decidida para consentir a mi bello taxista. Luego de unos minutos lo escuché decirme.

- ¿Señorita no desea ir a un lugar más discreto? - dijo sutilmente.

- No - de forma pícara - ...continua el recorrido nomas - respondí con amabilidad.

- Yo le puedo ayudar con eso… ¡te va a gustar! - decía cambiando su tono a más atrevido.

- Jejeje sigue conduciendo amor y lo pensaré - me mordí los labios y haciendo de lado mi blusa y brasier le mostré mis senos, mis pezones estaban duritos erguidos por sentir un cuerpo ajeno sobre mí, notando la excitación de su rostro al verme así.

Siguió manejando y me coqueteaba muy atrevidamente mientras yo me tocaba y lo seducía provocando su deseo por mí a través de su retrovisor hasta que, en una esquina él se detuvo y me propuso algo.

- ¿Por qué no vienes adelante conmigo? – con aquella voz no lo dudé y me animé, esperaba a que me lo propusiera.

Tomé la cartera y acomodándome un poco salí del taxi pasando al asiento de adelante, al ingresar lo vi muy ansioso con un enorme bulto marcándose entre sus piernas que me antojaba a guiar mis movimientos por mis bajos instintos, sus manos no se limitaron en acariciar mis piernas lo que me erizaba mucho.

- ¡Mira como me tienes! - decía apretando su bulto por encima del pantalón.

- Al parecer te gustó mi espectáculo... jeje - sonreí un poco sonrojada.

- ¿me... permites? - dijo suavemente acercando sus manos por mis piernas en dirección a mi vagina.

Alcé un poco mi falda mostrándole mi ropa interior sintiendo como sus dedos me acariciaban por encima, tenía unos dedos gruesos y al rozarme sentía un cosquilleo en mi interior que ufff!! me sentía llevada por el deseo que estiré un poco mi tanga y con un ademán le permití que metiera su mano y me tocara.

- Puedes... ¡Pero sigue conduciendo! Que debo llegar a mi destino amor - le dije acariciando su mano mientras me frotaba mi húmedo sexo.

Reclinada en el asiento me deleitaba sintiendo como sus dedos comenzaban a penetrarme más y más. El conducía a baja velocidad mirándome a mí y la pista. De momentos me la retiraba para tomar la palanca y volvía a mí sintiendo su deseo. Estábamos a 2 cuadras del centro comercial y me miró muy cariñoso.

- Tengo una idea pero... quiero que tú me lo permitas - dijo de forma misteriosa.

- ¡Confío en ti! No me vayas a decepcionar. - respondí picara.

Se acercó dándome un beso en la mejilla y sentí su mano deslizarse sobre el muslo de mi pierna apretándome, tenía la piel erizada y un calor interno que me consumía. Dió la vuelta al centro comercial y no tenía idea a dónde iríamos, hasta que noté que nos acercábamos al lado del estacionamiento, habían varios niveles y buscó donde estacionarnos, hasta que encontró un lugar casi al final lejos de las puertas. Hernando apagó su auto dejando las ventanas abiertas acercándose más a mi sin decirme nada, sentía sus manos recorrerme aún más.

- ¡Te voy a hacer la jovencita más feliz! Ya verás – me dijo muy seguro.

- Trátame con cariño y mmm te sabré recompensar – dije nerviosa, por impulso enrojecida. Sintiendo como apretaba mi coñito con sus gordos dedos haciéndome remecer en mi asiento.

- Haré que te mojes todita mi princesa – dijo sujetando mi mentón besándonos lentamente, cerré mis ojos y seguí sintiendo como deslizaba sus manos de mi hombro hacia mis senos, retirando por completo mi blusa y brasier.

La parte superior de mi cuerpo estaba desnudo, mis senos firmes y lo erguido de mis pezones delataban mis deseos por sentirme recorrida por sus experimentadas manos. Hernando se envició con mis senos, como un bebé comenzó a lamerlos y chuparlos mientras que yo le acariciaba los cabellos sintiendo su piel al recorrerla, mordió con sus dientes uno de mis pezones jalándolo un poco, provocándome entre jadeos un placer único. Sus dedos se metían a más no poder en el interior de mis paredes vaginales y un dedo en mi clítoris teniéndome a su disposición.

- ¡Házmelo!… así así asiii ¡más rápido amor! ¡Quiero sentirte en mí! – exclamaba entre jadeos.

- ¡Así me gusta! Muy bien mi niñita, ¿eso te gusta no? – susurraba a mi oído.

Sus denigraciones me calentaban, su voz gruesa e imponente me hacía temblar entre el miedo y la calentura mientras sus dedos en mi me hacían perder el control. Me dejé llevar por el durante unos minutos hasta que lo sentí retirarse de mi cuerpo, haciéndome abrir los ojos. Se retiraba la correa y quitándose el pantalón, mire un enorme bulto debajo, me quede hipnotizada y luego lo vi mirándome enigmático diciéndome "Esto es tuyo, ya sabes que hacer" recostándose en la silla mirándome.

Me acomodé y arrodillada desde mi asiento me apoyé cerca de él acariciándoselo por encima, logré meter mi mano y bajando sus calzoncillos vi una enorme y gruesa verga, ¡Es muy gorda! dije asombrada y lo mire toda perversa, me dispuse a masturbarlo teniéndola cerca a mis labios sin poder creer que la tuviera así de gruesa. La llené de besos y lamidas, Hernando no perdió el tiempo y sentí como alzaba mi falda mientras me manoseaba las nalgas, sus caricias y palmadas me convencían a todo, tiraba de mi tanga volviendo a tocarme y presionando mi ano y vagina, amaba su manera de tocarme y quise consentirlo como se merecía, abrí mi boca y me la metí hasta la mitad y me la fui metiendo y sacando de la boca haciendo presión con mis labios, sus jadeos y la fuerza con la que me tocaba me hacían metérmela más al fondo, sentía que me atoraba y queriendo retirarme el me sujeto la cabeza agarrándome del cabello y haciéndome mamársela más rápido, me follaba la boca como un depravado y sentí su verga golpeando mi garganta.

Perdí el control y me sentí muy liberal, comencé a acariciárselo lamiendo la punta con deseo, escuchaba sus jadeos y sus manos apretaban mis nalgas con fuertes palmadas. Sentí su mano sobre mi cabeza y me movía agitándome de arriba abajo hasta que sentí como un chorro llenaba mi boca, apretó fuerte mi cabeza en ese momento ahogándome con su leche y al liberarme pude abrir mi boca dejando escurrir un poco de semen y el resto me quedaba en mi boca. Me erguí y mirándolo abrí mi boca mostrándole que tenía su lechita, acaricio mi mejilla y me la pasé abriendo luego mi boca a lo que me miró contento, sus manos recorrían mis nalgas mientras notaba que aun la tenía dura, me ponía más caliente notar ese detalle que aun podía satisfacer mis caprichos de niña mala.

No lo dude y volví a mamársela, sus dedos rozaban mi ano y hurgaban en mi vagina con desenfreno, luego de unos minutos recordé él porque estaba en esa situación, la calentura me había puesto olvidadiza pero mi buena suerte me decía que sería muy fácil hacerlo con él. De la nada, me tomó del vientre y me sentó sobre él, como si no pesara nada, su ímpetu me alborotaba luciendo más fornido y viril con esa actitud ante mis ojos. Sentía su miembro erecto entrando a mi coño y sus manos me recorrían con locura por todo mi cuerpo, besando mis hombros y mi cuello me hacía sentir indefensa ante sus provocaciones, y una voz susurrante a mi oreja con palabras a mi oído que parecían una poesía erótica desnudando mi ser.

Posó su mano frotándome en círculos con sus dedos mi clítoris, mi frágil cuerpo no podía con todo eso pero sus fornidas manos me sostenían haciéndome su prisionera. Sentía como arremetía su verga contra mi coño y yo me mecía enardecidamente pidiéndole más, deslizaba sus manos por mi vientre hasta llegar a mis senos acariciándolos y haciendo con ellos lo que quería, mis pezones sentían todo el deseo que tenía por mí en volverme suya. Yo sola me mecía sobre su verga dándome ese placer mientras el consentía a mis pezones, mis brazos los sentía inertes ante la fuerza con la que me sostenía, su cálida respiración bajo mi cuello me alborotaba y pellizcando mis pezones me hizo una atrevida propuesta.

- ¡Hagámoslo afuera! - susurraba mientras me besaba el cuello.

La idea me maravilló por perversión que significaba, no dude para nada y liberando mis brazos me acomodaba en su asiento mientras el salía primero, luego de nuestros juegos él estaba con su pantalón a medio retirar y yo con mis botas, me causaba risa y picardía ver como tomaba la iniciativa, se sacó el pantalón y con las zapatillas puestas mirándome me tomo de la mano saliendo junto a él. Estábamos entre dos carros mirando con miedo, sentía sus manos tocarme apretando mis nalgas como si las tocara por primera vez, me palmeaba y manoseaba metiéndome sus dedos.

- ¡Me encantas! – grite alegre besándole toda enamorada.

En mi mente lo veía como un novio ya, amé su forma de calentarme y lo bese apasionada juntando nuestras lenguas, frotaba su espalda con mis manos recorriéndole, aquel torso ancho me ponía sumamente cachonda.

- ¡Ven sígueme sígueme! – dijo llevándome a unos pasos en la pista rodeados por miles de autos.

El ambiente silencioso y el frío de las corrientes de aire que rozaban nuestros cuerpos aumentaban nuestra adrenalina, no sabía cuanto mas me podía sorprender, ¡mi corazón latía a mas no poder! El que nos vieran me mojaba mucho y me puse de cuclillas mamándosela mientras me hizo el cabello una cola y me embistió la boca unos minutos. Me lo lleve de mano al carro de nuevo, iba por mi teléfono para grabarnos y mandar una dedicatoria a las chicas, mientras lo buscaba en mi bolso sentía como me estimulaba mis agujeros, perdía la concentración del placer, en ello pasaba algo por mí. ¿Debía decirle que cogía con él por un reto? Aquel dilema me hizo buscar una mejor solución.

- ¿Qué haces mi cielo? – decía palmeándome.

- Solo un videíto amor, ¿no te incomoda no? – respondí arqueando mi cola.

- Sabes cómo convencerme mi niña!!

Seguido sentí como metía su verga dentro de mí ¡la punta de su verga era gruesa! Pegué un fuerte gemido de placer mirando a la cámara mientras el sin piedad me la metía de una sola embestida.

- MIRAA como me coge mi amante amor! El si me sabe satisfacer! – decía dedicándosela a mi novio.

Hernando al escuchar eso me comenzó a tratar como su puta, me embestía más duro y tomaba de mi cabello, llevándose por mi jueguito, le di el teléfono para que me grabara y así callar la boca a mis amigas. Su fuego pasional me prendía, el choque de su pelvis con mis nalgas me hacían sucumbir, el ardor de mi ano era tal que sentía mis piernas hacerse gelatina pero tomaba las fuerzas para seguir, pues amaba lo que él me hacía.

- ¿Quién es tu puta? – dije a ojos cerrados

- Repítelo!! – gritó propinándome una dura nalgada.

- ¿Quién es tu puta amor?.. ¿Quién es tu puta? - gire mirándole sumisamente.

- Tu mi niña, TU ERES MI PUTA!!

- Si amor, cógeme! Cógete a tu puta!!

Aquellas palabras al parecer hicieron perder el juicio a Hernando quien me sujetó y apoyó contra el carro tomándome del cuello y embistiéndome sin piedad, su mirada enérgica y sus brazos marcados por su sudor hicieron que me rindiera ante él, quien luego de mucho perforar las paredes de mi ser, me lleno completamente de su leche, besando mis senos mientras me sostenía, pues había perdido las fuerzas para sostenerme sola.

Terminé el vídeo con una toma tipo selfie de ambos y él me llevo a mi asiento, sintiéndome diferente, lo miraba a los ojos como si fuera mi primera vez. Luego de unos minutos de recobrar mis fuerzas me limpié, me arreglé y vestí, mirando nuestras prendas entre risas pues conocíamos nuestros cuerpos desnudos, salimos del estacionamiento y me dejó cerca de una puerta cercana al patio de comidas, antes de irme me detuvo por un momento.

- Dame tu número o alguna red linda, me gustaría repetirlo.

- No puedo, es que…es algo complejo.

- Prometo ser muy discreto, te lo juro, confía en mí.

- Está bien, pero será a mi modo.

Le di un viejo número y que me enviara un mensaje de texto, lo apuntó y me volvió a manosear por debajo de la falda, no sé porque pero antes de irme me retiré discretamente la tanga y se la di acompañada de un beso, fui camino al baño, desde ahí le escribí a Kamila que estaba adentro, me vino a buscar, mientras cortaba el video para enseñarle a las chicas. Me miré al espejo y sentí un gusto extraño al haberlo hecho, surgieron ideas en mi pero seguía sin creer lo que había realizado.

Me encontré con Kamila, fuimos por un frappé y salimos a encontrarnos en una alameda lejana con mis amigas, les mostré el corte del video y los comentarios no faltaron, creo que debí agradecerle a Hernando por la toma, lucía lo más puta posible mientras me cogía, conversamos de más cosas sobre los retos y me fui a mi casa. Luego de un baño en mi tina salí renovada y después me acordé de aquel chip, lo puse en mi teléfono y vi 11 mensajes con 7 llamadas perdidas. Me entró la intriga y decidí retirar el chip, continúe mi vida pero cada vez que pedía un taxi pensaba que podría ser el. Un día por la noche saliendo de la universidad pedí un taxi y adivinen quien me apareció…