Un sueño y un relato dentro del relato..
Un despertar húmedo, un relato para relajarme y la fantasía se desarrolla...
Salté de la cama, empapado en sudor. En el sueño, una atractiva psicóloga me preguntaba si podía identificar una situación culminante en mi pasado. El recuerdo que me produjera las sensaciones más placenteras. Yo estaba tan relajado tumbado en el diván que no sentía la necesidad de poner voz a mi respuesta. Ví docenas de momentos, y en cada uno de ellos, como si la cámara de la película que se me estaba mostrando tuviera aplicado un gran zoom, veía mi glande hinchado comenzando su recorrido hacia las entrañas de una mujer. Ensanchando un coño depilado, otro con el vello moreno.. una secuencia de varios de mis mejores encuentros sexuales enfocada en ese momento del inicio de la penetración de un coño húmedo, con todo lo que ello conlleva. Los juegos que han llevado a esa situación, el deseo de gozar de dos (o tres..) personas. Un paso decisivo que define lo que sucedió antes y lo que ocurrirá después de el. La explosión de los cuerpos que llegará..
Como si pudiera leer lo que estaba pensando, mi psicóloga cambiaba mágicamente su atuendo y aparecía ante mí completamente desnuda, llevando únicamente un collar de perlas que caía sobre sus bellos pechos. Su mano alcanzaba mi miembro y comenzaba a acariciarlo, haciéndolo crecer rápidamente. Y en el momento en el que mi polla estaba a punto de reventar.. desapareció la psicóloga, y se hizo la oscuridad. Mis manos no alcanzaban a encontrar mi miembro erecto, que pedía ayuda para escupir toda la leche que tenía acumulada. Lo sentía a punto de reventar, sin poder hacer nada para evitarlo.. y en ese momento desperté.
Fume un pitillo para relajarme. Recobré la calma pero no bajó el deseo de compartir esa erección con alguien más, que pudiera disfrutar de ella. Pensé en que era una pena desaprovechar aquel momento. Al igual que habría, en ese momento, una mujer bella removiéndose inquieta entre las sabanas, con su sexo mojado, hinchado, y pidiendo a gritos una verga que lo calmase. Esa verga que yo tenía en ese momento, y que habría cedido gustoso a quien la quisiera disfrutar..
Eran las dos de la madrugada, y yo estaba solo. Mi mujer había tenido que viajar esos días a su pueblo, a atender unos asuntos familiares. Me sentí bien.. tenía por delante toda la noche. Me gusta pensar, imaginar, y aunque disfruto mucho de su compañía, disfruto también sus ausencias. Pensé en porque no intentar encontrar a esa mujer que en ese momento se encontrase como yo, deseando a otro, quizá mejor a un desconocido, que la llenase de carne y saliva.
Pero sinceramente, no era fácil encontrar a nadie a aquellas horas.. y pensé en escribir. Pensé en que a través de nuestros cuentos se consigue también que el sexo se haga presente en nuestras mentes, y la magía de conseguir erecciones, humedades... y placeres. Y soñé con que esa persona se despertase como yo, encendiera su ordenador y leyera mi relato. Lo escribí y lo lancé al mundo.
El relato comenzaba con mi situación: el sueño del que me acababa de despertar. Lo escribía, de manera sucinta, y lo enviaba a una web como esta. No muy lejos de mi casa, una luz se encendía en la noche y Verónica, una morena de pelo rizado, despertaba de un sueño húmedo. Al igual que yo, sobresaltada por la excitación que había experimentado. Su coño cubierto con un vello suave y rizado estaba empapado, ardiendo, y transmitía ese calor al resto de su cuerpo. A su pecho, a sus pezones, a sus axilas.. Pensó en masturbarse pero le pareció poco. Pensó en lo que deseaba en ese momento meterse una verga desconocida para calmar su ansia, para disfrutar, para correrse mil veces. Pero el despertar le trajo también cierta consciencia, y entendió la dificultad de encontrar a esa verga a esas horas de la madrugada. Así que decidió masturbarse. Para mantener su excitación, encendió su ordenador y buscó un relato erótico con el que motivarse... y... encontró el mío. Comenzó a pensar en que en ese momento había una polla tiesa buscándola a ella, y ella estaba buscando esa polla, y solo de pensar en lo que estaba sucediendo en ese momento se excitó aún más. Pensó en dejar un comentario al autor, por ver si... "hola, soy Verónica y vivo cerca de Madrid, cerca de donde tú estás. Estoy sola en casa y me ha excitado tu relato. Me encantaría encontrarme contigo. Ahora".
Nos intercambiamos los datos de contacto y media hora más tarde ella estaba llegando a mi casa. Aunque serví unas copas, la calentura era tal que tras unos minutos ella estaba tumbada en la gran mesa del salón, con las piernas abiertas para mi, y yo saciaba mi sed en su coño empapado. Estaba bella así, completamente animal. Su placer crecía, y sus gemidos también. También mi polla estaba a punto de reventar. Introduje dos dedos suavemente en su vagina, buscando su punto G. Lo acaricié, lo presioné, y sus gemidos se hicieron continuos. Se estaba corriendo, y eyaculó. Un chorro, dos, tres, de líquido salieron con fuerza de su vulva, empapando el suelo al caer desde la mesa. Aquelló me hizo perder el sentido.
Me puse de pie delante de la mesa. Su coño quedaba exactamente a la altura de mi verga. Sujete sus piernas con ambos brazos, y empuje con todas mis fuerzas, sintiendo el final de su coño en la punta de mi polla. Bombeé como un animal. Se corrió otra vez, y otra vez eyaculó, al tiempo que yo lo hacía dentro de ella y mi leche inundaba su interior.
Que pena que solo fuera un relato, pero me estaba excitando yo también al escribirlo, pensando en todo ello... en fin. Lo envie, y me dispuse a masturbarme pensando en las ideas que había tenido.
Al poco rato, mientras me la meneaba frente al ordenador ví que alguien había escrito un comentario. Lo abrí. Decía: "Hola, soy Verónica.. y vivo cerca de Madrid.."
VERONICA!!! ESTAS POR AHI??? ;)