Un sueño hecho realidad
Sin pensarlo, ocurrió una de las experiencias más satisfactorias que alguien pudiera tener y que me excita al recordarlo, por lo que comparto un momento lindo esperando que a más de uno le guste.
Un sueño.
Hola a todos los lectores de esta sección.
Ahora les voy a contar una historia real que me ocurrió no hace mucho tiempo, y que fue muy placentera, la cual nunca voy a olvidar.
Sucedió que fui a trabajar a una ciudad que no es en donde vivo, motivo por el cual tuve que estar desde el día anterior a la fecha en que me tenía que presentar al trabajo.
Para esto, viajé desde temprano y pasando el medio día ya me encontraba en el lugar y como no tenía nada que hacer, pues me fui al centro y me puse a caminar un buen rato.
En esas estaba cuando de pronto me fijé en un pequeño cibercafé, y sin más, me dirigí hacia su interior.
Este ciber tiene dos pisos, y su forma es algo peculiar, ya que básicamente consta de un pasillo central que a los lados tiene una serie de cubículos pequeños en los que están las máquinas, dispuestas de tal forma que cuando uno se sienta tiene la espalda hacia la pared y ve de frente al pasillo, por lo que nadie puede ver lo que aparece en las pantallas de las computadoras.
Me tocó un lugar en el segundo piso, y simplemente me instalé y comencé a ver diversas páginas porno, en donde las imágenes son totalmente explícitas y muestran sexo entre hombres, mujeres, etc.
En eso estaba, excitándome cada vez más cuando de repente vi por el pasillo a un jovencito encantador, alto, delgado, de cabello negro un poco largo que se sentó en el cubículo que estaba frente al mío, y al sentarse se me quedó mirando y nos saludamos con una leve sonrisa.
Eso me dio gusto y me provocó una sensación algo rara, pues el hecho de que un hombre me sonriera de esa forma nunca me había pasado.
Continuaba yo viendo imágenes eróticas y mi pene se ponía cada vez más tieso, y de repente me le quede viendo a quien me había sonreído, y de repente volteó hacia mí y de nueva cuenta nos miramos por un momento, y entonces le guiñé un ojo y obtuve una bella sonrisa de sus labios.
Entonces se me ocurrió llamarlo con el pretexto de preguntarle como hacer para ver un video porno en la computadora. El se dirigió hacia mi y le hice la pregunta, pero me respondió que el tampoco sabía como, y le dije que si quería sentarse junto a mi.
El accedió y me presente y le pregunté su nombre, que era Carlos, y así iniciamos una breve conversación mientras yo seguía seleccionando nuevas imágenes. En eso estaba cuando en la página que estábamos observando aparecían unas lindas chicas haciendo fisting, o sea meterse toda la mano dentro de la vagina, y le comenté que eso debía de ser delicioso, y que tal vez me gustaría sentir algo así, lo que hizo que volviera a sonreír con cierta picardía. Luego le pregunté con quien venía acompañado y me respondió que con su hermano pequeño.
Seguimos viendo imágenes y yo estaba cada vez mas caliente cuando de pronto noté que en su mano delgada tenía pintada la uña del dedo meñique de color negro y le pregunté por qué mientras le tomaba la mano. El no me respondió pero dejó su mano en la mía y entonces comprendí que el ya sabía lo que quería, y el calor de su mano se me transmitía hacia todo mi cuerpo. Después, con la otra mano le acaricié la pierna y el no mostraba ninguna objeción a ese toque, por lo que continué haciéndolo. En un momento seleccioné una escena en donde dos hombres tenían sexo entre sí y le dije que si le gustaba lo que veía y me dijo que sí.
La siguiente imagen fue de tres hombres, en donde uno le introducía el pene en el ano mientras que el otro le introducía su pene en la boca, y fue cuando Carlos me dijo que eso ya lo había experimentado, siendo él el de en medio, y que la había gustado mucho. Yo le dije que le tenía envidia pues nunca me había pasado algo semejante y que ojalá que yo tuviera un día la oportunidad de hacerlo. Fue entonces que le pregunté si quería acompañarme a otro sitio más íntimo a lo que me respondió que sí, solamente tenía que despachar a su hermanito a su casa, cosa que hizo rápidamente y regresó de vuelta a mi lado. Al sentarse le puse mi mano izquierda en sus lindas nalguitas y con cierto atrevimiento le introduje la mano por atrás de su pantalón y le acaricié la rajita suavemente mientras que la computadora se apagaba. Nos dirigimos a la salida para pagar la cuenta y nos dirigimos a un pequeño hotelito para pedir un cuarto.
Mientras mi nuevo compañero se dirigía a la habitación yo fui rápidamente a la farmacia para comprar unos condones y un lubricante vaginal
Al regresar el ya me estaba esperando vestido solamente con unos calzoncitos tipo bikini que le quedaban estupendamente y entonces le dije que me permitiera quitárselos. Me arrodillé frente a él y coloqué mis manos en sus caderas, comenzando a deslizar suavemente su calzoncillo y entonces frente a mí apareció su pene, una verga larga y dura, que estaba ligeramente encorvada hacia abajo, y sin poder aguantar más comencé a llevármelo a la boca para disfrutar se su sabor, introduciéndolo de poco en poco hasta la garganta, y sacándolo para comenzar a lamerlo en toda su longitud y por todos lados, hasta los testículos, mientras que simultáneamente acariciaba sus lindas piernas.
Después de un instante, me despojé completamente de mis ropas y nos acostamos frente a frente, y le comenté que tenía cierto parecido con una muchacha que me gustaba mucho, entonces comenzamos a besarnos y a manosearnos por todas partes, prodigándonos besos cada vez más apasionados que encendían nuestras pasiones al máximo y fue cuando me dijo que el tenía otro nombre, que era Fanny. Sin poder aguantar más comencé a descender por su pecho hasta llegar de nueva cuenta a su pene, y mientras que con la mano derecha le acariciaba las nalgas y le introducía un dedo en su ano, por otro lado le saboreaba la verga, succionando fuerte y haciendo que jadeara de placer.
En ese momento el me pidió que me detuviera, porque si seguía el eyacularía en ese momento, y me pidió que me pusiera el condón y que comenzara a cogerlo, a lo que accedí gustoso. Comencé a cogerlo de frente, sintiendo como sus piernas me abrazaban para que la penetración fuera cada vez más profunda, hasta que en un momento le pedí que se pusiera en cuatro y le introdujera el pene por detrás, con lo que rápidamente llegué al orgasmo, derramando una buena cantidad de semen en el condón.
Sin embargo, eso no amainó mi calentura, ya que lo que verdaderamente deseaba era que el me introdujera su pene en mi ano, por lo que le di otro condón y delicadamente se lo puso en el pene. Al hacerlo, me puse en cuatro y le ofrecí todo mi culo para que el hiciera lo que quisiera, y entonces comenzó a introducirlo suavemente, pero por la curvatura y la dureza que tenía en ese momento su pene, me provocaba un gran dolor, ya que esa era la primera vez que recibía algo dentro de mis nalgas.
El aplicó un poco de lubricante vaginal en mi ano y continuó con un movimiento suave de meter y sacar el enorme miembro, primero despacio y después cada vez más rápido, por lo que el dolor que sentía al principio se fue transformando en placer y entonces comenzamos a movernos simultáneamente, y cuando el lo sacaba yo me alejaba un poco, para que al meterlo yo me hiciera abruptamente para atrás y producir así una penetración cada vez más profunda, que llegaba al fondo de mi ser. Al mismo tiempo, sin darme cuenta, yo apretaba el ano, y después el me dijo que eso era tener "perrito", y que le gustaba que le comiera el pene de esa forma. La sensación era maravillosa y yo deseaba que nunca fuera a acabar, a la vez que el sentir que sus manos me acariciaban las nalgas y las piernas me producían fuego en la sangre.
Así seguimos hasta que el ya no pudo aguantar más y se vino de forma abundante, después de lo cual nos recostamos un rato y seguimos besándonos tiernamente, gracias a lo cual el fue mi sueño hecho realidad y espero que sigan las oportunidades de gozar el sexo de una forma tan hermosa como lo que yo sentí.
Espero que esta historia les haya gustado y espero sus mensajes en la siguiente dirección electrónica:
fernando_morenomoreno@yahoo.com
Prometo que responderé a cada una de las cartas que me lleguen.
Su amigo,
Fer.