Un sueño con mi madre

Gozaba de tan solo ver como mi verga le entraba en su vagina que resbalaba como en un palo encebado.

UN SUEÑO CON MI MADRE.

Hola amigos tal vez los aburra con tanta historia sobre mi madre y una que otra de mi hermana Laura pero son las únicas mujeres con quienes he tenido experiencias incestuosas y tres primas mas, hablar de otras personas inventaría mentiras mis relatos son verdaderos con el pequeño toque de exageración de todo relato para hacerlo ameno al publico afín a este tema que me gusta por mis propias experiencias vividas y saber que no soy el único que desea a su madre. Muchos pasajes son repetitivos pero es lo que viví y sus recuerdos me excitan a la fecha y más ahora que me encuentro solo por el lapso de tres meses.

Mi madre en la actualidad tiene 58 años era hermosa de cara, bonitas piernas y nalgas paraditas, grandes chiches de pezones erguidos y abultado monte de Venus con abundante pelo rizado que cubría su enorme rajada de gruesos labios, cuando se inclinaba dejaba ver sus grandes tetas y sus pezones erectos dando la impresión de que siempre estaba excitada y cuando se sentaba mal enseñaba su gran mata de pelos y con suerte la veías la vagína por que no usaba brassier ni calzones, decía que se le marcaba sobre el vestido y no le gustaba. Eso decía ella pero pienso que se inclinaba para atraer un macho mostrándole las tetas que se comerían y sin calzones era mas fácil subirse el vestido empinarse y recibir la verga del elegido que casi siempre eran sus primos por lo que el incesto en la familia no era tabú para cogerse a una prima , tía o sobrina.

Yo tengo 40 años felizmente casado con una mujer muy buena para la cama mejor que mi madre para coger, a sido mi trabajo de amoldarla a mi modo y nos cumplimos nuestras fantasías sexuales pero no hay el toque mágico del incesto, de lo prohibido que todos deseamos y no aceptamos en publico, yo lo acepto y lo deseo, a mi madre la he deseado desde los 13 años, nuestros encuentros sexuales no pasan de siete veces, la primera la agarre tomada pero consciente y la segunda en casa de los abuelos al dormir en una sola cama y las dos ultimas el 31 de dic. Pasado y este 6 de enero que han sido los mejores cuatro encuentros y motivo de relatos, hoy que me encuentro solo por espacio de tres meses mis deseos sexuales no los enfoco a mi esposa sino a mi madre que no es la gran figura en los últimos 8 años, piernas gordas y flácidas , abdomen un poco abultado y las chiches desparramadas colgando como peras, eso si sus nalgas aunque mas aguadas siguen paradas y respingonas que cuando la nalgueo sobre el vestido le digo que se le pararía un vaso tequilero donde termina su espalda, su precioso monte de Venus no luce la pelambrera que cubría su rajada ahora es entrecana y medio calva sin ser malo, ahora deja al descubierto sus gruesos labios vaginales como si estuviera depilada y la rajada se le ve mas grande dando la impresión que le entraría hasta una verga de burro por que tiene una rajada grande y ancha y sobra decir que mas guanga y aguada. La amo como la mejor madre del mundo pero la deseo como a la mas puta de las mujeres de la tierra, es un deseo irrefrenable bañado por el embrujo de los recuerdos de mi niñez cuando la veía bañarse contemplándola a mi antojo en el patio trasero de la casa, y cuando la veía cogiendo sus palabras, gestos, gemidos y sus caderas convertidas en una licuadora ante los embates de la verga que la perforaba convulsionando todo el cuerpo por el orgasmo alcanzado no lo olvido, tampoco olvido cuando por única ves se ponía pantaleta de yérsey para llevarnos a la playa con mis hermanas y al contacto del agua se volvía transparente dejando ver su enorme biscochote de pelos enmarañados escurriendo agua con ganas de pegarme y mamar sus gruesos labios sobre la tela absorbiendo el agua salada de mar como si fueran sus jugos vaginales, se quitaba la pantaleta y los pelos le quedaban lacios escurriendo agua que al pasarse la toalla por la rajada recobraban sus rizos volviéndose suaves y esponjados para cubrir el tesoro de su enorme pepita hasta que mi sueño se cumplió a la edad de 22 años y perfore su rica y jugosa vagína cumpliendo mi fantasía después de 15 años de espera y después de 18 años este 31 de dic. La volví a perforar aunque mas abierta y guanga mi verga entro con el mismo ímpetu y ansiedad de la primera ves y ahora en mi soledad tengo semanas ansiando tener nuevamente su cuerpo recordando todas las noches sus voluptuosas tetas y su cimbreante culo sacudiéndole al ritmo de un orgasmo hasta que me vence el sueño.

Me quede dormido como siempre y escuche que tocaban la puerta me puse un short y acudí a abrir. Era mi madre con su clásico vestido arriba de las rodillas, de una sola pieza y ajustado que le realzaban sus grandes tetas marcándose sus erectos pezones, su pancita ni caso le hice me fije en sus anchas caderas rematadas por el par de nalgas mas preciosas que mis ojos han visto caídas pero redonditas y cimbreantes al caminar. Antes de abrir la boca para un saludo o un abrazo en forma vertiginosa recorrí su cuerpo y sentí una punzada en los huevos que estuve a punto de derramar toda la leche contenida por meses.

-¡Mamá que haces tan lejos!

-Te vine a visitar, eres mi hijo y quería saber como te encuentras ahora que estas solo, una mujer que ha estado sola mucho tiempo sabe lo que eso significa.

-Pásale mamá e n un momento te preparo tu recamara.

Fue lo que se me ocurrió decir, no iba a decir ¡mamá que bueno que llegaste ahora si vamos a coger todos los días! Es mi madre no mi puta. Se fue directo a mi recamara y se desvistió como si nada enseñando su cuerpo como años atrás.

-Me voy a dar un baño, no quieres entrar para que me platiques como te ha ido y me tallas la espalda.

-Nnn….no, mejor preparo tu pieza.

Rápido arregle la cama tendiendo ropa limpia, no se oía el agua caer y me asome al baño ya no estaba -¿Dónde estará?- entre a mi recamara y ahí estaba sentada secándose los pies completamente desnuda y sus grandes chiches colgándole hasta el abdomen, mi verga e4staba a mil y me dolían los huevos por tanta leche acumulada sin descargar pero de la emoción de tenerla a la vista no me salían las palabras adecuadas para decir que me hacia falta como mujer no como madre y ella lo facilito.

-Acuéstate ahorita te acompaño.

Me deslice bajo las cobijas y en seguida estaba a mi lado su tibio cuerpo el mío ardía de excitación, me abrazo y sus tetas quedaron frente a mi boca y sin decir nada comencé a chuparlas con suavidad recorriendo su negra aureola con la punta de la lengua hasta que sus pezones se endurecieron y en lo que chupaba uno el otro lo acariciaba con la mano, su respiración se agito y con un movimiento de piernas me despojo del short y pego mas su cuerpo echando una pierna sobre mi para tallar su vagína sobre mi dura verga, la tome de las nalgas y la gire echándola encima de mi para sentir todo su cuerpo sobre el mío, con movimientos de cadera tallaba su vagína y cuando sus grandes labios abrazaban mi verga se deslizaba de de adelante hacia atrás como si de un riel se tratara, el deslizamiento era suavecito favorecido por la lubricación que su vulva arrojaba, solo se oía nuestra agitada respiración y mi rostro oculto entre sus grandes tetas que no sabia cual meterme a la boca para mamárle como un niño, su cuerpo seguía deslizándose de adelante hacia atrás embarrando todo mi abdomen de sus jugos que le fluían en abundancia, metió su mano bajo su cuerpo hasta tomar mi pene lo levanto un poco y echándose hacia atrás se le metió hasta el fondo de su amplia gruta dejando escapar un pequeñito y casi imperceptible gemido de aceptación de un cuerpo en sus entrañas, se incorporo quedando montada sobre mi y con la verga hasta el tope y su movimiento de adelante y hacia atrás lo cambio por un sube y baja suave el golpeteo de sus nalgas al estrellarse con mis huevos era delicado subía y bajaba deslizando su vagína sobre mi miembro con tal facilidad como si de palo encebado se tratase y mi verga parecía un pistón de biela perforando una y otra ves la enorme rajada de mi madre, ya no era la vagína de gruesos labios y paredes musculosas que hace tiempo arropaba con deleite la verga presionándola hasta extraer la ultima gota de semen, sus labios menores o internos le colgaban aumentando mi excitación al ver como engullían o se tragaban con gran facilidad la totalidad de mi erecto pito, aunque mi madre no hablaba su rostro reflejaba el placer que sentía al estarse deslizando sobre el miembro de su hijo pero no era placer de sexo era el placer de hacerme compañía en mi soledad, el placer de darme gusto y felicidad y yo estaba gozando con solo ver como mi verga le entraba hasta el fondo y el toque suave de sus nalgas sobre mi pelvis y huevos completamente mojados por los jugos que arrojaba su ardiente gruta y en lo que mi madre subía y bajaba ensartándose solita en mi verga mi mente voló a los años de mi niñez y juventud en que la deseaba y me era intocable y a las miles de de noches en que me dormía pensando en el día que la poseyera como hoy y las veces anteriores y pensé en los cientos de jóvenes que desean a su madre y no se atreven a cumplir sus deseos por miedo al rechazo sin siquiera probar el pedírselo como me sucedió a mi y deje pasar los mejores años de su maravilloso cuerpo y cuando me decidí todo fue sencillo, dejando pasar todo por miedo.

Un apagado gemido y un sentón fuerte para cabalgarme moviendo solo sus caderas me anuncio su eminente venida, con los ojos cerrados y mordiéndose el labio inferior se vino encima de mi bañándome por completo con sus abundantes fluidos vaginales a continuación se monto sobre mi cara para tallarme su encharcada rajada a todo lo largo del rostro, la tome de la cintura y la detuve exactamente donde mi lengua perforaba su vulva para extraerle hasta la ultima gota de su néctar y con la nariz frotaba su hinchado clítoris, succionaba y chupaba su roja vulva y sus labios internos con delirio de hacerla venir otra ves y lengueteaba a la velocidad que me permitía su enorme peso y el poco espacio para respirar pues ella movía la cadera como si estuviera cogiendo y si me la estaba cogiendo pero con la lengua que le metía lo mas profundo que podía pero no se vino y ceso su orgasmo.

-Como tu no te veniste házmelo por atrás, es lo que te estrenaste y lo único nuevo que te puedo ofrecer.

Se puso en cuatro empinada arriba de la cama levantando su enorme culo se preparo para recibirme, abrí de par en par sus nalgas que ocultaban su negro agujero repasándole por el canal mi brillante verga lubricada con sus propios líquidos y coloque la punta en su apretado anillo para empujar y metérsela como en mi regalo de reyes tres meses atrás pero no lo logre una abundante descarga de leche le baño la espalda y nalgas inundándole todo el canal que cruzaba su ano escurriendo a través de su vagína aun abierta por las metidas de verga que le di y otro poco por lo guango de sus músculos vaginales la leche le escurría por los extremos de sus colgantes labios, mis testículos bombeaban chorros y chorros de caliente leche que mi verga expulsaba sobre el culo de mi madre y su negro agujero se fruncía y palpitaba en cada bombeada como reclamando ser penetrado e inundado por mi blanca leche pero cada chorro yo lo sentía en mi abdomen inundando mi ombligo derramándose por los costados haciéndome despertar. Amigos lectores estaba soñando. Era tal mi ansiedad por volver a poseerla que ocupo mi sueño, al siguiente día que le hable para contarle ella tuvo uno igual esa misma noche por esa coincidencia a este relato le llamé. "un sueño con mi madre" .

Tal ves les parezca aburrido pero vuelvo a preguntar y con sinceridad contéstense quien no a deseado a su madre o a soñado poseyéndola como un gran garañon arrojando litros de leche como si estuviera miando, todos lo hemos hecho y este relato es para los jóvenes con estas inquietudes que son normales nada del otro mundo y mucho menos pecado. Hoy tengo 40 años ella 58 y aun guanga me excita y la sigo deseando.

Como posdata les diré que antes de enviar este relato la volví a soñar y le di por el culo con tantas ganas que se lo deje igual de aguado que la vagína. Su negro agujero expulsaba torrentes de semen y sus bordes estaban rojos de tantas talladas de verga, los pliegues del esfínter con el hoyo que le hice semejaba un furioso remolino en medio de sus dos grandes nalgas que tomándolas con ambas manos se las separaba para abrirla mas y le saliera toda la leche que le inundo los intestinos.

Autor: volante azul.

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