Un sueño?

Era muy tarde en la noche y se hallaba Gisela en su lecho...estaba cansada y sola...(con fotos) (dudé si ponerlo en no consentido)

Era muy tarde en la noche y se hallaba Gisela echada en su lecho, el día había sido muy duro y tras el baño todo el cuerpo pedía relax.

Había cenado ligero y visto una película erótica que la había puesto a "mil", dejándola además con una triste sensación de soledad y vacío.

Se fue a dormir y dado que hacía bastante calor, no se puso ni pijama ni camisón, el aire era espeso y húmedo como sólo lo es en las noches de verano.

Ya en la cama, inició una serie de caricias que pretendían emular el contacto con otro cuerpo, pero sólo era su mano acariciando su vulva, nada más, a pesar de la sensación de vacío ella continuó, hasta que el orgasmo sobrevino y con él, descanso y sueño.

Una niebla cubrió su mente y todos los pensamientos se disolvieron hasta no quedar nada.

...se sentía dormida, pero extrañamente despierta a la vez, su compañero estaba de viaje, había recibido un mensaje en el móvil anunciando un retraso indefinido en su vuelta al parecer por el mal tiempo. Aún así, dormida, presintió levemente que la puerta de la calle se abría y que alguien entraba a hurtadillas en la oscuridad. Por un instante pareció alertarse pero el sueño pudo más que su percepción y la tenue sensación previa dejó paso a una anestesia propia de durmientes.

No sintió Gisela como sus manos eran atadas con pañuelos de seda al cabezal de la cama, tampoco sintió el amarre de sus pies, tan suave era la seda... ni siquiera el aliento tenue de una boca olorando su piel, el calor humano...

Desnuda como estaba, pero muy cansada, no reaccionó cuando una lengua comenzó a recorrer sus intimidades, desde los pies hasta su vientre, sólo un escalofrío delató que su cuerpo, que no su mente, percibían al invasor.

Ella, sumergida en las brumas de la inconsciencia, soñó con blancas huríes masajeando sus carnes, con oscuros adalides peleando por el honor de poseerla; sus humedades delataban que en su ser algo se estaba despertando, mientras se retorcía por el placer anónimo de un roce fugaz pero creciente.

Abrió sus ojos, pero nada vio vendados como estaban, pensó que seguía soñando, más la idea se desvaneció al sentir una lengua penetrar como una serpiente en sus más recónditos lagares; un gemido de placer se escapó de sus labios junto a un reguero de humedad en su sexo.

Intentó abrazar al culpable de aquel placer, pero sus brazos no respondían presos del fino tejido, no podían liberarse de aquella prisión, quiso cerrar sus piernas, pero aquellas sólo querían abrirse más absorbiendo al ladrón del placer, su cuerpo ya no obedecía al mandato de resistencia, ahora era autónomo y sólo quería más y más... y no estaba dispuesto a retroceder, por más que ella le ordenara ponerse bajo su control.

En medio de aquel vórtex de placer sin medida, su percepción se distorsionó, una boca bebiendo en su fuente sagrada, otra boca recorriendo sus pezones, mordiendo sus labios, comiendo del manjar de su lengua... Gisela no entendía nada... sólo una sensación abrumadora de placer que inundaba todo su ser como una ola de tormenta...

De repente la luz se abrió en su mente..."¡¡¡sois dos!!!", gimió. Pero el éxtasis ahogaba todo intento de resistencia. Incapaz de luchar se entregó al placer más absoluto y saltó al abismo...

Era acariciada por manos hábiles en lugares que le proporcionaron sensaciones desconocidas, dedos suaves de mujer, dedos fuertes de hombre, roces sedosos...

En un instante sintió sus entrañas invadidas por tanto placer como virilidad, un pene duro como el hierro la horadaba con movimientos diestros y lentos, una ola de sensaciones y calor volcánico subía y subía desde su sexo hasta su cabeza, ya no era Gisela quien sentía aquello, era una ola rompiendo salvaje contra un acantilado pétreo, olas espumosas sobre un mar embravecido...

Primero percibió un calor, luego el aroma ácido y dulce a la vez... una vulva besó sus labios y las humedades de otra mujer inundaron sus labios sedientos, y bebió y bebió hasta saciar su sed, y mientras bebía la embriaguez de la lujuria enajenó sus sentidos...

...cómo habría deseado liberarse de sus ligaduras y abrazar a los culpables de aquella tortura maravillosa, morderlos y participar de aquel festín caníbal... pero no podía y aquella dulce extorsión la excitaba aún mas...

Las manos se deslizaban por su cuerpo como serpientes multiplicando sus placeres y por su boca desfilaban sabores y texturas apenas reconocibles, lenguas, labios, lingams turgentes y de los cuales sentía su latido como si formaran parte de ella, miembros viriles al borde del estallido cósmico, vulvas que como cascadas la rociaban de jugos secretos que bebía con lujuria, como si su supervivencia dependiera del sagrado néctar...

Los orgasmos la convulsionaban. Se retorcía de placer. Ya no eran olas estallando en su cerebro, era una única ola que subía y bajaba sin cesar y corrientes eléctricas que la conmocionaban cortándole la respiración, cegando su entendimiento, su corazón desbocado, sus labios buscando más... todo su ser entregado al placer, cien manos, mil manos que la acariciaban en sus más íntimos secretos, y el calor que la consumía, y el aire que parecía no bastar... cuerpos amándose en la oscuridad, almas perdiéndose en el infierno del placer total.

Y súbitamente una oleada muy superior a todas las anteriores barrió de su mente todo contacto con la realidad y el placer eliminó de su ser todo vestigio de una vida anterior, de una historia anterior y olvidó su nombre... ya no era más una mujer, era la Diosa gobernando el infinito, y de su vulva cósmica nacían los universos...

...una pesada cortina de inconsciencia la cubrió como un manto cálido y se sumergió en la niebla...

Horas más tarde su mente empezó lentamente a recuperar el control.

Movió sus manos, estaban libres, también sus piernas lo estaban, nada velaba sus ojos.

Todo su cuerpo temblaba electrizado, su piel aún húmeda en algunas zonas revelaba una intensa actividad anterior, su vagina literalmente chorreaba... alargó sus brazos hacia los lados del lecho, vacíos... se despertó de repente y se levantó de un salto, corrió hacia el interior de la casa... silencio, sólo silencio, fue a la puerta del apartamento, cerrado...

Volvió a la cama.

Estaba totalmente revuelta, las mantas formaban una pelota en un extremo de la habitación.

Los cojines esparcidos por doquier.

Se echó de nuevo tratando de comprender lo sucedido, pero descargas de placer eléctrico la paralizaban obligándola a respirar profundo, se relajó...

Tal vez sólo había sido un sueño... pero era tan real, pensó... sus jugos aún fluían de su vientre y de nuevo se deslizó al abismo de la inconsciencia...

Y esta vez Morfeo la acogió en sus alas y descansó tranquila.

En el último instante justo antes de dormir, pensó levemente en el sueño anterior, "¿había sido realmente un sueño? ..."


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