Un suegro me pagó por tener sexo conmigo 5
Mi suegro quiere esta vez tenerme todo un fin de semana
Como he platicado en esta serie mi suegro estuvo pagándome para ser su mujer, cuando mi novio Humberto me presentó a su papá, no se imaginó lo que eso representaría tanto para el señor como para mí.
Mi suegro también de nombre Humberto como su hijo, era un señor feo, pero con dinero conseguía la mujer que quería, yo no fui la excepción.
Estaba un día en mi casa, veía una película de acción, el actor era fuerte y guapo, se me antojó mucho ese macho, me imaginaba que me chupaba las tetas, después me besaba la boca y después bajaba a mi vagina y me daba un rico sexo oral, estaba en eso y pensando en tocarme cuando sonó mi celular, en la pantalla esta el nombre de Humberto, seguido de una s, que significaba suegro.
Sabía que esa llamada no era para otra cosa que pedirme que otra vez le aflojara las nalgas, todavía no le contestaba y ya estaba pensando en que gastar el dinero.
P -Hola, ¿cómo estás?
H -Bien y tú.
P -Bien, muchas gracias.
H -Quiero estar otra vez contigo, te doy el doble de la última vez, pero quiero que sea todo un fin de semana.
P -Oye pero la última vez solo fue por unas horas, como es posible que ahora solo me des el doble por dos días.
H -Mira puta, más te vale que tomes ese dinero, agradece que te pago una puta como tú no puede andar exigiendo, si ya estás más cogida que nada.
Su autoridad y sus comentarios me desconcertaron pero también me excitaron.
P -Pero es que no es justo ganar tampoco por tanto tiempo.
H -Bueno hija de la chingada, más te vale que pases el fin de semana conmigo, esa la última vez que te lo pido por las buenas.
P -Pero que le digo a tu hijo.
H -No inventes, no lo ves todos los fines de semana, así que no tienes que darle explicaciones pero si quieres entonces invéntale cualquier cosa.
Siguió la llamada, pasaríamos el fin de semana en un motel cerca de Cuernavaca, me pedía ropa sexy y lencería sexy para la noche del sábado y otra para la mañana del domingo. Durante ese fin de semana tendría que ser muy cariñosa con él, como si fuéramos novios.
En la casa dije que me iría con unas amigas a pasar el fin de semana a un pueblo mágico cercano.
Ese sábado me puse una pantalón de mezclilla súper pegado, blusa, y una chamarra, llevaba unos tacones de plataforma, me veía un tanto puta, llegué a donde me citó a las 9 de la mañana.
Por primera vez él me recogió, las otras veces que nos habíamos visto, él había mandado a su chofer, por lo que vi iríamos esta vez nosotros solos al motel que me había dicho. Al subirme al carro tuve que besarlo en la boca, fue un beso largo, donde Humberto aprovechó para agarrarme las tetas y hacer que pusiera una de mis manos sobre su verga.
Manejó hacía la carretera, en el trayecto tuve que ir diciéndole lo mucho que me gustaba, que lo amaba, que era el mejor hombre, etcétera. Cuando pasamos la primera caseta me dijo que le dijera cosas calientes, así que empecé.
Papi ya quiero esa vergota, no he conocido a ningún macho como tú, solo tu verga es capaz de satisfacerme, quiero ser siempre tu puta, si no tengo tu verga no quiero nada, mis tetas son para tu boca, mi ano es hecho para ser roto por ti.
El trato de novios que me había pedido cuando me llamó y duro hasta la salida a la carretera, ahora cambiaba a un trato de puta y su macho.
Llegando a Tres Marías me dijo que quería desayunar, al bajarnos del carro, un grupo de muchachos de mi edad se me quedaron viendo con lujuria. Humberto se acercó a mí, me hizo caminar adelante mientras esos muchachos no dejaban de vernos, de repente sentí una fuerte nalgada, era Humberto que quería demostrárles que él era mi macho, que yo era su perra.
Ellos se ríeron, yo volteé a ver a mi suegro quien solo sonreía de forma triunfante, su trato me excitaba, lo malo es que estaba muy feo y lo pequeño de su pito.
Antes de desayunar me besó un grupo de familias que estaban por salir nos veías con molestia, sobre todo a él, me imaginó que les molestaba que una persona de esa edad anduviera con una jovencita como yo.
El desayuno terminó, el transcurso en la carretera fue para estarnos calentando, diciéndonos todas las cosas sucias que se nos ocurrían, yo en verdad iba muy caliente.
Al llegar al motel me quede sorprendida, este por afuera se veía muy corriente, se me hizo raro que alguien como mi suegro no pagara un buen lugar para cogerse a una puta como yo.
Entramos al cuarto, tenía una cama grande con una sabana algo vieja, un sillón rojo, viejo y horrible. Una lampara de piso dorada, cortinas rojas de terciopelo, un tubo que iba del techo al piso. Un baño muy viejo, con varios mosaicos rotos y sucios, las llaves de agua empezaban a oxidarse.
Dejamos nuestras cosas, me jaló hacía él y me besó usando su lengua mientras con sus manos agarraba fuertemente mi culo. Estuvimos así como 10 minutos, sentí su verga parada contra mí.
Él me hizo voltearme y recargame sobre la cama, mi culo apuntaba hacia él, comenzó a nalguearme, y yo a gemir.
Se sentó en la cama, se sacó la verga.
H -Vamos puta, ponte a mamar.
P -Sí suegrito lo que tu ordenes.
Tomé su verga, la sentí muy caliente, como siempre estaba sucia, su aroma era fuerte, pero me tenía muy excitada, la vi tan pequeña pero sentía que le pertenecía a un macho que sabe tratar a una puta. Se la escupí con mi mano derecha la embarré toda, después me la metí a la boca, con la lengua le acariciaba la cabeza, me iba tragando todo lo sucio, mi lengua le dejo la cabeza limpia. Me la saqué de la boca y le chupé los testículos, los cuales estaban completamente sudados. Casi siempre exigía limpieza, pero esa vez era yo la que había limpiado la verga de mi suegro con la lengua, eso me había excitado mucho, me hacía sentir muy puta.
La volví a meter a mi boca, ya necesitaba su leche llenándome la boca, bajando por mi garganta y acabando en mi estomágo. La metía y sacaba aflojando y apretando mis labios, no usaba las manos, de vez en cuando lo miraba a los ojos. Lo tenía muy caliente, sus gemidos me lo decían. No aguantó mucho cuando me tomó de la cabeza y empezó a cogerme por la boca, sus gemidos se hicieron gritos, a mi me faltaba el aire pero no me importaba solo quería la leche de mi suegro. Sentí un primer disparo de semen, estaba caliente y salado, me supo delicioso, los demás disparos me fueron llenando la boca y empecé a tragarlo.
Cuando mi suegro acabo y me la sacó, yo me tragué lo que quedaba, le enseñé mi boca ya sin su leche, él me tomó de la cara y me dio una cachetada, me excitó muchísimo, después me dio otra.
Yo quería que él me chupara la concha, pero me dijo que fueramos a la ciudad.
Llegamos a un centro comercial donde mientras caminabamos me llevaba tomada de la mano. Llamábamos mucho la atención por la diferencia de edades y de físicos, todos se habrán imagindo que mi suegro era mi novio o esposo y que debía de tener mucho dinero para que yo anduviera con él.
Después fuimos a caminar a un parque en el que de vez en cuando se ponía atrás de mí, me picaba con su verga, haciéndome desear que me la metiera, a pesar de su tamaño, tenía muchas ganas de ser penetrada por ella.
De vez en cuando yo pasaba mi mano para atrás y se la acariciaba, él me decía al oído lo puta que era, me acariciba las nalgas y me besaba el cuello.
Ya eran como las tres de la tarde cuando fuimos a comer a un lugar muy bonito, cuando nos ofrecieron algo de tomar, el mesero dijo para la señorita, mi suegro me agarró la mano y le dijo al mesero, es mi esposa. Tanto el mesero como yo nos sorprendimos. Mientras comíamos el trato de mi suegro cambio, otra vez estaba muy cariñoso, un señor se acercaba a las mesas ofreciendo alguna pieza en violín, mi suegro pidió un tema romántico y me lo dedicó, mientras lo escuchabamos me recosté sobre su hombro.
Era increíble ese trato, cuando yo realmente era la novia de su hijo y él me pagaba para cogerme.
Regresamos al motel como a las 8 de la noche, me pidió que me pusiera la lencería que había llevado para esa noche. Para esa noche preparé un brassier negro en conjunto con una tanga, medias a mitad del muslo, sostenidas por un liguero, tacones de aguja.
Al verme se levantó de la cama donde estaba el sentado para besarme, lo hizo con mucha pasión. Sacó su celular y puso una canción lenta en inglés, me pidió que bailar usando el tubo pero que no me quitara nada de lo que traía puesto.
No se usar un tubo para bailar, me refiero a que no puedo colgarme de cabeza y esas cosas, así que lo que hice fue darle la espalda a mi suegro, tomandome del tubo y moviendo las nalgas, me agachaba sin doblar las rodillas, después ponía la espalda sobre el tubo me bajaba de frente a mi macho, doblando las rodillas hacia él. Cuando estaba abajo abría las piernas, me tocaba los senos, las nalgas, la concha, le daba vueltas lentas al tubo.
Acabó la canción, me fui a sentar en las piernas de mi suegro. Me fajó bien rico.
Me quito la tanga y el brassier, él se desnudo. Al ver su pequeño pito sentí molestia pues yo estaba caliente y quería una enorme verga que me hiciera gritar de placer, pero ni modo, con lo que pagaba mi suegro más valía ser una buena puta y fingir.
Hicimos un 69, se esforzó mucho en darme una buena chupada de concha, yo traté de darle un buen sexo oral a pesar de que su verga no se prestara para eso.
Después me puso en cuatro y me la metió por el culo, lo bueno es que con lo pequeño de su pito no sentí gran molestia, mi suegro comenzó a moverse y a nalguearme.
P -Así papi, que rico me das por atrás.
H -Toma puta, como me gusta este culo.
P -Es tuyo papi.
Yo también me movía para darle más placer del que ya sentía ese pobre señor que con su dinero se sentía más hombre, aunque era mal amante y con un pene pequeño.
Con la mano izquierda me tomó de la cintura, con la derecha me jaló del cabello, cada vez me trataba más rudo, yo fingía que él era el mejor amante que hubiera tenido.
P -Que bien me cojes, eres todo un macho.
H -Sí putita, soy un semental.
P -Sí papi, yo soy tu puta, hecha para tu placer.
Su verga abría muy poco mi culo pero yo gemía como si me la hubiera metido un caballo. Estuvimos así como unos 5 minutos. Después mi suegro me hizo voltearme acostandome boca arriba de la cama, puso mis piernas en sus hombros y me la metió por la vagina.
Por ahí bajo el ritmo, lo hacía lento, me imagino que quería prolongar el momento, mientras me la clavaba por la concha me chupó las tetas, daba algunos mordizcos a mis pezones, algunos suaves, otros duros.
Su cuerpo sudaba sobre el mío, su verga ya se sentía muy cerca de acabar, yo no quería que acabar dentro de mí pero no se lo podía decir, afortunadamente antes de acabar me la sacó, el primer disparo cayó en mis tetas, el segundo y tercero se alcanzó a acomodar para echármelo en la cara.
Ya fue poca la leche que me echó pues ya había acabado ese día. Yo se la limpié con mi boca. Él se acomodó sobre la cama y se durmió. Yo me fui al baño donde me masturbé para poder llegar a mi orgasmo, me bañe otra vez y me acosté a lado de mi suegro para dormir.
En la mañana cuando me desperté sentí a mi suegro abrazandome, él se despertó también.
H -¿Otra vez aguantas una cogida puta?
P -Papi ayer me diste con todo, pero me coges tan rico que no me puedo negar a ser cogida por ti.
Me pidió que me pusiera la otra lencería que me había dicho. Yo escogí una tanga blanca, un brassier del mismo color y unas botas hasta las arriba de las rodillas con tacón de punta de aguja.
Al salir y verme inmediatamente se le paró la verga.
H -Ven y ponte a mamar perra.
Gateando fui hacía él, me hinqué frente al que estaba parado al lado del sillón viejo, tomé su verga y me puse a mamar.
H -Eso puta, como la chupas.
Los sonidos de mi saliva distribuyéndose en su pene me llenaban los oídos, deseaba que ahí estuviera un macho de verdad, pero ninguno pagaba lo que él.
H -Así perra, así.
Se sentó en el sillón, me quite la tanga y me senté frente a él, me la metí por la concha.
P -Aaaahhhh que rico, así mi amor.
H -Brinca puta, acábate esa verga.
P -Sí papi esta verga es para mi, solo yo la quiero deslechar.
H -Ni modo puta, tienes que aguantarte a que coja a otras mujeres, todos quieren a un semental.
P -Tienes razón papi, pero verdad ¿qué yo soy tu mejor puta?
H -Si perra, nadie coje como tú.
Yo subía y bajaba por sus once centímetros como si fueran 30 centímetros. Después empecé a darme sentones rápidos, quería que ya se viniera, pero él tenía otra idea.
H -Toma tu celular.
Fui por él.
H -Ahora siéntate pero dándome la espalda.
Lo hice.
H -Ahora márcale a mi hijo.
P -No, ¿cómo crees?
H -Obedecé puta.
Le marqué a mi novio.
P -Hola, mi amor.
P -Yo también te extraño.
Mi suegro empezó a moverse de forma lenta.
P -Con mis amigas.
P -Te amo, eres el único.
Mi suegro se movía más rápido.
P -Sí mi amor, tú también, adiós.
Ya rebotaba sobre mi suegro, sentí como se vino en mi coño.
H -Eres toda una puta.
P -Y tú un cabrón, mira que hacerme llamar a tu hijo mientras me estabas metiendo la verga, pero fue muy excitante.
No era la primera vez que lo hacía y era algo que me gusta mucho, me hacía sentir la más puta de todas.
Nos bañamos juntos, solo nos besamos y tocamos un poco pero nada más, nos vestimos y regresamos a México, al llegar a la ciudad eran como la una de la tarde.
Pasamos por una calle muy larga con paredes sin entradas en los dos lados, una calle sola y de un solo sentido, se orilló.
H -La última mamada puta.
Yo pensé que ya no le quedaría nada de leche, pero si él quería que se la mamára pues lo haría, se la saqué y me la metí a la boca le daba golpecitos con la lengua en el glande, él gemía, me la saqué y lo masturbé un poco, después me la metí toda otra vez y la saqué apretando mis labios, la metí apretando la boca otra vez, lo empecé a hacer rápido menos de dos minutos después me dio dos descargas de muy poco semen.
P -Deliciosa, que rica leche me das siempre.
H -Ya sabes puta, para eso es.
P -Gracias papi por darme su rico semen.
Se acomodó la ropa y fue a dejarme al lugar donde me recogió el día anterior. Antes de bajar me pagó el dinero que me había prometido.