Un suegro me pagó por tener sexo conmigo 3

Mi suegro me pagó para estar con él y un amigo suyo

Estaba en mi casa, muy tranquila conviviendo con mi familia. Platicábamos sobre un libro que habíamos leído. La plática era muy amena, cada uno daba un punto de vista, a veces escuchábamos con atención, a veces nos interrumpíamos. Para no variar durante la plática comencé a calentarme, deseaba ser cogida. Pero los hombres que estaban ahí eran de los pocos hombres que respetaba. Fui al baño y me toque un poco, después regrese a con mi familia.

Mientras todos seguían con el tema del libro, yo pensaba en a quien buscar para que me diera una buena cogida. Sonó mi celular, al ver quien era sentí como mi concha se mojaba, era mi suegro Arturo, el hombre que me pagaba muy bien por darle las nalgas, él me pagaba mucho por ser su puta. Me levante y fui a la cocina a contestar.

P –Hola mi amor.

H –Hola Pam, te hablo para vernos, ya sabes para qué.

P –Para cogerme, no papi.

H –Sí putita para eso, ¿Cuándo puedes?

P –Hoy no, pero mañana sí, a las 5, estoy muy caliente.

H –Bien entonces mi chofer pasará por ti al centro comercial de siempre, vístete lo más puta que puedas.

Regresé a la plática con mi familia, pero mi mente ya estaba haciendo el amor con mi suegro, aquel hombre tan feo pero que pagaba muy bien.

Al siguiente día y estando sola en casa, tuve la oportunidad de vestirme como puta y salir sin ser vista. Me puse una tanga roja, un brassier del mismo color, una minifalda negra muy pegada, esta apenas cubría mi culo, una blusa ombliguera negra, tacones de aguja negros, y unas medias de red negras, me maquille normal, pero mi boca la pinte de un rojo muy fuerte, el cabello me lo planche. Me veía muy bien, muy puta como quería Humberto.

Me fui al centro comercial, paso por mí el chofer, me llevó al departamento donde cogía con mi suegro. Al entrar Humberto me esperaba en la sala, él estaba acompañado por otro señor, más calvo y gordo que él, como de la misma edad.

H –Te ves bien puta Pamela.

P –Todo para ti papi.

H –Mira él es mi amigo Camilo, viene a disfrutar de ti también.

Me acerqué a Camilo, le dio un pequeño beso en la boca.

P –Hola Camilo.

C –Hola Pamela.

Los ojos de lujuria de Camilo parecían querer salírsele, me gusta mucho que me vean con deseo, que me desnuden con la mirada.

H –Pamela es la novia de mi hijo, y es mi puta.

C –Excelente tu puta, eres una mujer muy guapa Pamela.

Me di la vuelta.

P -¿Y qué piensas de mi cuerpo?

C –Estás buenísima.

H –Y coge riquísimo, la mama como no tienes una idea.

P –Porque no vamos al cuarto de una vez.

H –No quieres tomar nada.

P –No, yo lo que quiero es coger.

Fuimos al cuarto, Humberto comenzó a besarme, mientras Camilo me agarraba las nalgas. Después me beso Camilo, mientras Humberto se desnudó. Me acerque a Humberto me agaché y le chupe la verga, mi lengua iba por todos lados, mientras Humberto miraba el techo. Yo dibujaba sus venas, sentía la dureza de su pene, lo metía y lo sacaba de mi boca.

Hincada fui a donde estaba Camilo, tome su verga que ya estaba parada y me la metí en la boca, la chupe por todos lados, tenía un sabor extraño, y para nada estaba limpia, estaba demasiada sucia, eso me daba mucho morbo, el que un hombre feo y sucio me coja. Chupe su cabeza y el gemía mucho, no quería hacerlo acabar antes de que me penetrara así que me la saque.

Humberto me desnudó y me acostó en la cama, abrió mis piernas y comenzó a cogerme muy rápido, estuvo así como unos 5 minutos, yo sentía muy rico, después su lugar lo ocupó Camilo, sentí todo el peso de su estómago sobre mi cuerpo, se movía lento, y empezó a sudar mucho, estuvo así como 3 minutos.

Humberto me dijo que me pusiera en cuatro, me la metió por la vagina, primero de atrás hacia adelante y después en círculos, yo gemía pues sentía delicioso.

P –Aaaahhhh sí así, que rico me coges, soy su puta, quiero sus vergas.

H –Eres una puta, no puedes pedir nada, mi hijo no sabe la clase de puta que tiene por novia.

P –Sí soy una puta.

No aguante más y me vine, moje su verga con mis jugos, yo gemía mientras él no dejaba de moverse.

C –Quiero darle por el culo a esa puta.

P –Cójanme los dos al mismo tiempo.

Humberto se acostó, yo me subí en él, me metí su verga, bajé y subí unas 10 veces cuando me acomodé hacía adelante para esperar la verga de Camilo con mi culo. Humberto le dijo a Camilo de donde tomara lubricante para que preparara mi ano. Camilo me puso un poco de lubricante en el ano, y me la metió, me dolió porque no me lubrico bien, les pedí que esperaran a que me acostumbrara.

Después de unos minutos Humberto comenzó a moverse, después se movió Camilo, yo apreté mi ano para tratar de que Camilo se viniera rápido.

C –Que rico aprietas puta.

P –Cójanme rápido, denme duro.

H –Eres una puta, en una penetración doble con tu suegro.

P –Sí soy una puta que engaña a su novio con su papá.

C –Me vengo, me vengo.

Camilo me llenó el ano de su leche caliente, se salió de mí y se acostó a nuestro lado. Yo comencé a brincar en la verga de mi suegro.

P –Así dame verga.

Él me tomaba de la cadera, me penetraba muy duro, yo sentía mucho placer, los dos gemíamos, me agache hacía él y le puse una de mis tetas en su boca, la chupó, después le puse la otra la cual también chupo. Me tomaba de las nalgas para hacerme mover sobre su verga. Humberto gimió y gritó, sentí como su semen me llenaba la vagina, no era mucho pero me dejó algo en mi vagina.

Me paré, vi que Camilo estaba dormido, me comencé a vestir y Humberto me dio un sobre con dinero, nos dimos las gracias y el chofer me llevo al lugar de siempre.