Un suegro me pagó por tener sexo conmigo 2
Mi suegro vuelve a pagarme para estar conmigo.
Como les platique, Humberto un suegro que tuve me pagó por dejarme coger. Él pobre hombre además de ser muy feo, tiene un pene muy pequeño, pero me pago muy bien por estar con él.
Después de aquel día vi a mi suegro dos veces, siempre estando mi novio presente, mi suegro no intento nada, ningún acercamiento, ninguna insinuación. La relación fue como el día el callado, pero viéndome con deseo.
Un día mientras salía sola de la universidad un hombre se me acercó, era el chofer que me llevo al departamento en el que cogí con el papá de mi novio. Me dijo que el señor me quería ver que si podía acompañarlo, que Humberto estaba en el carro, el cual estaba a dos cuadras de ahí, acepté y fui con él. Llegamos al carro, me abrió la puerta y subí. El chofer se quedó fuera del carro me imagino que para darnos privacidad.
H –Hola guapa, te he extrañado.
P –Hola, pero si nos hemos visto.
H –Me refiero a que extraño tu cuerpo, hacer el amor contigo.
P –A ok es eso.
H –Si nuerita es eso.
P -¿Y cómo lo puedo ayudar don Humberto?
H –No me hables de usted, cuando estemos solos tutéame, ¿te quieres ganar otro dinero?
P –Sí, claro.
H –Esta vez te daré 2500.
P –Acepto. Para mi suegro eso no era nada, para mí era muchísimo.
H –Espera como siempre hay condiciones.
P -¿Cuáles?
H –La primera y más importante es que esta vez también abra sexo anal.
P- Sí está bien.
H –Eres más putita de lo que pensé, toda la logística será como la vez pasada, esta vez la ropa será una tanga de hilo dental negra, brassier del mismo color, unas botas de piel negras con el tacón muy alto y una fusta.
Sabía que tenía todo eso así que no tenía que gastar.
H- Como la vez pasada te daré dinero para comprar eso.
Con gusto aceptaría ese dinero extra una puta como yo lo valía.
P -¿Cuándo será?, ¿te volveré a rogar por sexo?
H –Este sábado, y no, esta vez me dominarás, me exigirás que te dé por el culo.
P –Muy bien, a la misma hora.
H –Espera, antes de irte, dime algo caliente para dedicarte una esta noche.
P –Ok. Suegrito que rica verga me vas a meter por mi culito, ya quiero darme unos buenos sentones en tu verga bien parada, quiero ser tuya otra vez.
Sonó su teléfono y aproveche para bajarme. Mientras iba a mi casa pensaba en cuanto dinero podría obtener de mi suegrito, cuantas veces pagaría por cogerme.
Al llegar a casa Humberto mi novio me esperaba.
H –Mi amor, el sábado en la noche hay una fiesta con mi amigo Stefano, estamos invitados, solo irá lo más selecto de la sociedad.
Tenía que pensar en algo rápido, para zafarme de esa fiesta, por más que me gustara mi novio, no iba a dejar ir 2500 dólares.
P –Mi amor, recuerda que ese día visito a mi tía enferma.
H –No me habías dicho nada, si no me quieres acompañar mejor dime.
Se enojó muchísimo así que se la voltee.
P –Humberto si no pones atención a lo que te digo es tu problema, pero no voy a pelear por eso, ni siquiera estoy enojada, estoy dolida al ver como no te importa lo que me pasa ni a mi familia.
La cara de Humberto cambió, lo hice dudar, me abrazó y pidió perdón, lo abrace y le dije que estaba un poco sensible por lo de mi tía que lo amaba. Me dijo que no iría a la fiesta, que me acompañaría a ver a mi tía, le dije que no que mi tía no le gustaba ser vista enferma, tirada en una cama, él lo entendió y no insistió más. Nos volvimos a abrazar, mientras estábamos abrazados, yo pensaba en que ese día mi suegro me estaría dando dinero por darme por el culo. Me excitó un poco.
Llegó el sábado, me bañe poco antes de la cita, me hizo un buen lavado en mi ano, no quería que Humberto se llevara alguna sorpresa. Me vi al espejo, me observe detalladamente, me vi muy guapa y con un cuerpazo aunque suene muy vanidoso. Pensé en como una mujer con tan buenos atributos podía ser tan puta, y es que una cosa es cogerse a los que te gustan, pero yo ya cogía con cualquiera, ahora hasta con el feo de mi suegro. Me puse a pensar si algún día eso iba a cambiar. Sí algún día sería una mujer fiel a un único hombre, hasta la fecha esto no ha pasado.
Me vestí de lo más normal y llegué al lugar acordado donde nuevamente el chofer me recogió, me llevó al edificio de la vez pasada, vi a las mismas personas.
Hasta que vi a Humberto, él me llevo al cuarto, me ordenó que me vistiera como me pidió. Entre al baño y me cambie, salí en la ropa interior caminando con mis botas, con la fusta en mi mano. Mi suegro se hinco ante mí y empezó a besarme las piernas. Acaricio mis nalgas, estaba como loco, le di un pequeño golpe con la fusta y le pedí calma, me pidió que le pegara muy fuerte. Le di en la espalda, el grito de dolor y dijo que le excitaba. Puse una de mis botas en su cara, comenzó a chuparla como un loco. Baje mi pie y lo jale del cabello hacia mi vagina, me hice a un lado la tanga.
P –Chúpame la concha.
El comenzó a chupar, su lengua iba para todos lados, no tenía un control, el placer otra vez era mínimo, pero había que ganar 2500 dólares.
P –Como me chupas, sigue.
El seguía pasando su lengua por todos lados, le volví a pegar y le grite que se desnudara, ya desnudo lo hice acostarse en la cama, él tenía la verga bien parada, aunque aun así era de un tamaño miserable. Se la acaricie con la fusta, mientras comencé a apretarle los testículos cada vez más fuerte hasta que grito, cuando grito me metí aquel pene en la boca, le di unas cuantas chupadas y se vino en mi boca.
P –Que rica leche, pero recupérate pronto que me tienes que dar por la concha y el culo.
Me quite mi brassier y la tanga, iba quitarme las botas pero él me dijo que no lo hiciera. Empecé a caminar por el cuarto, desnuda solo usando botas, parecía una escena de película porno una joven hermosa caminando por el cuarto con un hombre horroroso acostado en la cama, que además resultaba ser su suegro.
Cuando se recuperó, me acerque, le ordené masturbarse, una vez que la tenía parada, me subí a la cama, usando las botas de cunclillas me puse encima de él, con su verga apuntando a mi vagina, la tome con mi mano y poco a poco fui bajando, al tenerla adentro no sentía nada, pero empecé a brincar sobre ella.
P- Que rico, que verga, me la quiero acabar a sentones.
No paraba de brincar sobre aquella verga, trataba de excitarme pero no podía, no me despertaba nada este señor. Pero yo fingía que me estaba dando la cogida de mi vida. Después de algunos minutos me cansé. Me paré y tomé la fusta. Le di un golpe fuerte en las piernas.
P- La quiero por el culo, la quiero ya.
Él me vio y le volví a pegar.
P -¿Qué esperas cabrón? La quiero en mi culo ya.
Me puse de perrito, él se puso atrás, sin lubricarme me la metió de una sola vez, empezó a cogerme muy rápido, la cama brincaba de una forma exagerada, y yo no sentía nada, pero tenía que seguir fingiendo.
P –Que verga, como me llena el culo.
H –Toma puta, toma verga.
P –Sí no pares, no dejes de darme tan rico.
Yo movía mis nalgas para adelante y atrás, estuvimos varios minutos así. Después empecé a mover las nalgas en círculos, durante otro rato estuvimos así, después me movía hacia atrás y adelante, y en círculos alternadamente, el empezó a gemir más fuerte, estaba apunto de acabar, su verga palpitaba muy fuerte, me dijo.
H – ¿Dónde quieres la leche puta?
P –Dámela en el culo.
Con mis dos manos abrí lo más que pude mis nalgas y el eyaculo en mi ano. Me la saco, y se acostó, yo me fui a limpiar al baño, saque todo lo que pude de su semen de mi ano, me vestí, sabía que para él era suficiente, me dio las gracias y ordenó que me llevaran a casa.