Un suceso poco común
La amiga se acercó al sillón, se arrodilló y puso unos de sus pechos en la vagina de mi suegra, se cogía la teta desde abajo y restregaba el pezón acariciando el interior de la raja y el clítoris. Mi suegra se escupía en la mano para lubricarse el coño y que resbalara el pecho de su amiga...
Voy a contaros una historia que me ocurrió hace años en casa de mi suegra.
Fui a recoger a mí novia a casa de su madre porque al salir de trabajar tenía que ir a llevarle unas cosas que le había comprado, según me dijo mi suegra por teléfono.
Llegué sobre las diez de la noche, ella aún no había llegado y me dijo su madre que tardaría en llegar, pues se había tenido que quedar a hacer horas extraordinarias en el trabajo, así es que me acomodé en el sofá y me quedé dormido mientras veía la tv.
Entre sueños oía como susurros de personas hablando y pensaba que era en mi sueño, notaba que me movían y cogían de las manos. Soñaba que me desnudaba y estiraba los brazos hacia atrás como cuando te estás desperezando. Un sueño como casi todos los sueños, muy raro.
De pronto dejé de oír a la gente hablando y me despertó el silencio total que reinaba en el salón, la tv. y la luz estaban apagadas, solamente se veía en la penumbra por la claridad que entraba de la ventana ya que había una farola cerca.
Al despertarme traté de incorporarme con la idea de ir a la cocina a beber un vaso de agua.
No podía, ¿Qué pasa?
Eh, eh, ¿qué pasa? ¿Dónde estoy?, me retorcía y me doblaba en el sofá intentando ponerme de pie, no podía bajar los brazos.
Pasado un rato, casi a oscuras en el salón y tranquilizado, respiraba lentamente cuando vislumbré la silueta de dos mujeres.
Mi suegra era una guapa señora de cincuenta y algún años de edad, siempre salía muy arreglada porque como vivía sola después de su separación, le gustaba emperifollarse para tener buena presencia y ya lo creo que la tenía.
Las dos me miraban, estaban desnudas y a mí me habían atado las manos por encima de la cabeza y del apoya brazos a la pata del sofá y los pies de igual modo a otra pata. No podía salir del sofá, estaba todo lo largo que era tumbado y atado sin poderme mover.
Encendieron una lámpara de pie para que hubiese mejor iluminación.
Mi suegra lucía dos estupendos senos, bien puestos y de un tamaño considerable, la otra señora aunque en la parte del salón que estaba, la visibilidad no era buena, dejaba entrever una silueta de una persona también de unos cincuenta años, delgada y con buenas cachas y tetas.
Esta, supuse que sería una amiga de mi suegra la que sin pensarlo se acercó a mí y puso uno de sus pechos rozando mi boca, luego ladeándose me puso el otro para terminar aplastándome la cara con los dos que además restregó sobre mi cara apretándoselos para hundirlos en mi boca. Se apartó de mí y sobándose las tetas se las acercaba a su boca lamiéndose los pezones alternativamente uno y después el otro, muy despacio, con la intención de ponerme cachondo.
Miré a mi suegra que estaba sentada en el sillón de enfrente con los pies encima del sillón y las piernas abiertas. El coño lo tenía afeitado y se estaba masturbando con dos dedos de su mano derecha. Se acariciaba con movimientos circulares el clítoris de color rosa, después se abría los labios vaginales para que yo viera la rosada cavidad, sacaba la lengua y se mojaba el dedo corazón para después pasarlo por el interior de sus labios, abriéndoselos para finalizar acariciándose el punto “G”.
Ante este inesperado recibimiento se me puso la polla morcillona, no podía disimularlo porque antes de atarme me habían desnudado, así las dos veían lo que más me alteraba de lo que hacían.
La amiga se acercó al sillón, se arrodilló y puso unos de sus pechos en la vagina de mi suegra, se cogía la teta desde abajo y restregaba el pezón acariciando el interior de la raja y el clítoris. Mi suegra se escupía en la mano para lubricarse el coño y que resbalara el pecho de su amiga.
Se le empezó a humedecer el coño cuando vio cómo se me puso la polla ante esta escena, mojando el seno de su amiga que a su vez de vez en cuando se pellizcaba los pezones con sus dedos pulgar e índice. Una escena cargada de erotismo.
La amiga se subió encima del sillón poniéndole el coño en la boca a mi suegra, ésta comenzó a comer y lamer lentamente mojando y apartando con su lengua los pelos que le protegen para después meter la punta de la lengua en la cavidad vaginal humedecida por flujos y ensalivada por la lengua de mi suegra. Resbalaba esa lengua por la raja que se forma en medio de ambos labios y al mismo tiempo se frotaba el punto “G”, a cada momento más deprisa, contorneándose en el borde del asiento.
Yo tenía la polla que me iba a reventar, no podía agarrármela, necesitaba que alguien me la comiera o me la agarrara o hacerme una paja viendo lo que estaba viendo, nadie se acordaba de mí, me estaban puteando estas dos guarras. La amiga gritaba de placer cada vez que la otra le lamía el coño, la cara la tenía llena de flujos y seguía masturbándose mientras comía y lamía aquel precioso chochito.
Empecé a forcejear para desatarme, la polla me iba a estallar, necesitaba hacer algo, ¡¡¡ que sufrimiento joder ¡¡¡, quería aunque fuera restregarla contra el cojín del sofá pero no llegaba. Finalmente se aflojaron las ataduras de las manos y pude soltarme, me incorporé sentándome en el sofá y desate los pies.
Mi suegra seguía lamiéndole el coño a su amiga mientras se masturbaba y la otra apoyaba las manos en la pared dejando los pechos al aire subiendo y bajando según los apretones que le daba mi suegra en el coño. No se percataron de mi escapada.
Me levante con la polla en la mano, LA TREMENDA POLLA EN MI MANO, subí al sillón por detrás de la amiga, le abrí las nalgas y le metí toda la polla en el coño, ella se abrió y echó el culo para atrás poniéndomelo fácil, es lo que estaban esperando, creo que habían dejado un poco sueltas las ataduras con conocimiento de causa.
Mientras mi suegra se lo comía todo yo arremetía desesperadamente agarrado a sus pechos, apretándoselos tan fuerte que tiraba de ella hacia atrás, mi suegra estaba enloqueciendo al ver entrar y salir tan cerca de su boca esa enorme tranca enloquecida por el sufrimiento que había pasado. Sin esperar más me corrí, no pude aguantarlo y todo el semen soltado a chorros, le resbalaba por el coño a la amiga hasta llegar a la boca de mi suegra.
Saque la polla lentamente de este chochito y un golpe de semen cayó en su boca llenándola y desbordándose hasta caer en sus pechos. Ella lo escupió cayendo aún más caudal sobre sus tetas y al tener la boca vacía, le puse la polla en la boca tapándosela al completo. Ella se la comenzó a comer mientras se corría de gusto acariciándose la vagina.
Metí la mano por debajo del culo de la amiga y le empecé a sobar el coño presionando levemente con mi mano el clítoris abultado de esta guarra. Jadeaba y gritaba, se golpeaba la cabeza contra la pared, estaba enloquecida hasta que después de un buen coito le flaquearon las piernas quedando tumbada sobre el respaldo del sillón.
A mi suegra le restregué la polla por toda la cara golpeándola fuertemente en la boca por lo que me había hecho, le cogí de las mejillas apretándole con mi mano para abrirle la boca y le escupí en ella para después volver a meter mi polla en su boca.
Esta dejó caer los brazos como desfallecida, extasiada, sin fuerzas.
Ahora me tocaba a mí darme el gustazo de putearlas. En el mismo sillón donde estaba le subí las piernas de forma que los pies pisaban el cojín del sillón, le até cada mano a un pie y le abrí las piernas atándole una cuerda desde una rodilla pasándola por debajo del sillón hasta la otra rodilla, tensé la cuerda y quedó con las piernas abiertas sin defensa alguna y sin poder manejar las manos para coger o tocar nada. En esta postura dejaba la vagina y el ojete al borde del sillón a merced de lo que yo quisiera hacer.
Cogí a su amiga del brazo y la llevé hasta el sofá, la puse de rodillas encima del cojín a cuatro patas con el culito y la almeja en pompa, a mi total disposición. Con la cabeza agachada aplastando el cojín con la mejilla y parte de la nariz. Entonces até sus manos por su espalda para dejarla indefensa.
Entonces fui a por el sillón y lo arrimé hasta nosotros de tal forma que mi suegra pudiera ver todo lo que hacíamos.
Con mis manos agarré las nalgas de la amiga y con mis pulgares abrí esas nalgas duras dejando la rosada almeja al descubierto. Entonces con mi lengua solamente rozaba sus labios, no llegaba a lamerlos, solamente rozaba uno, ella se estremecía porque no lo esperaba y entonces me retiraba para rozarle el otro labio vaginal, se volvía a estremecer, después le hice lo mismo en el clítoris y en la rajita del coño. Me separé de ella con la polla enormemente dura, se la puse delante de la cara a mi suegra para que la viera bien pero que no la tocara pues tenía que sufrir por lo que me había hecho.
Ahora con la punta del nabo rozaba la almeja de la amiga sin que ella lo esperara, se estremecía y comenzó a soltar flujos empapándose el chochito, ahora resbalaba cuando la rozaba con la punta de mi polla. Mi suegra miraba y comenzó también a humedecer su almeja.
Entonces me arrodillé y metí mi cara de lleno en el coño de la amiga, ese chochito babeante que estaba diciendo cómeme. Ella se estremeció, los lengüetazos lubricaban desde lo más bajo de su almeja hasta el agujero del culo, con mi lengua arrasaba con todo. Mi suegra miraba y gemía, sufriendo, quisiera que se lo hiciera a ella.
Metí la punta de la lengua en el ano y taladré para abrírselo, escupí en él y con la punta de la polla se lo restregué empapándoselo, después agarré con mi mano la polla y se la comencé a meter por el culo, no se podía defender, estaba a mi merced y no pensaba dejarla hasta que se corriera de gusto, jadeaba cada vez que yo arremetía, lloriqueaba y juntaba los labios buscando meterse algo en la boca, entonces saque la polla de su culo, esperé unos segundos sin hacer nada, ella sufría y movía el culo hacía mi pretendiendo que la penetrara de nuevo. No guarra, sufre como me habéis hecho sufrir a mí, pensaba yo pero sin decir nada.
Mi suegra decía
- Métesela, métesela cabrón, no la dejes así, penétrala cabrón –
Me fui a la cocina dejándolas solas, sabiendo que la espera aumenta el deseo y volví para ponerle a mi suegra un trapo en la boca, para que se callara. Aproveché para sobarle la almeja húmeda que la tenía y de paso le di un lengüetazo para después dejarla con las ganas de seguir.
Escupí en el culo de su amiga y de nuevo introduje mi dura verga lentamente y poco a poco, haciéndola gozar y gritar de gusto, en varias arremetidas noté que llegó al orgasmo. Saque la polla de su culo para metérsela en el húmedo coño.
Ventidos centímetros de polla penetraron hasta dentro, lo que hizo que gimiera, gritara y llorara sin posibilidad de defensa alguna, aquella polla entraba y salía del coño hasta que juntos volvimos a corrernos los dos.
Mi suegra miraba con los ojos desorbitados, jadeando y revolviéndose como podía en el sillón, manchando su coño con los fluidos que le aparecían por su abultada vulva a punto de estallar. Llenó el coño y el sillón de jugos vaginales y lloraba de rabia de no poder comerse esa tremenda polla que había penetrado a su amiga y la veía al sacársela como chorreaba semen por el coño manchando el cojín del sofá.
Le di la vuelta y le puse la polla en la boca para que me la limpiara cayéndole algo del semen que quedaba por la barbilla.
Ahora tocaba hacer sufrir a mi suegra de verdad, estaba caliente del espectáculo que estaba presenciando, solamente quería llegar al orgasmo, quería que yo la penetrara por todos los agujeros, que la hiciera lo que fuese con tal de terminar corriéndose.
Cogí de la mano a su amiga y la senté en el suelo de tal manera que su cara se apoyaba en la nalga derecha de mi suegra con la boca en la entrada de su coño pero sin tocarlo.
Fui a la cocina de nuevo, tomé un vaso de leche bien fría, después fui al baño me duché y volví al salón.
Allí estaban las dos como las había dejado. Quité el trapo de la boca de mi suegra, me subí en el sillón y me la empecé a cascar en la cara de mi suegra, que abría la boca queriendo sujetarla y comérsela, estaba a poca distancia pero no podía alcanzarla, pegué varias veces en los morros con mi polla y movía la cabeza de un lado a otro queriendo cogérmela y tragársela.
Me bajé del sillón lamiéndole desde la boca bajando por el cuello hasta los pechos, el ombligo, monte de venus y me retiré. ¡¡¡ Sufre cabrona ¡¡¡.
Entonces ordené a la amiga que sacara su lengua y que simplemente rozara uno de los labios vaginales. Esta se estremeció, esperaba más.
Me senté al otro lado en el suelo y puse mi cara de igual forma que la amiga, nuestras bocas estaban una a cada lado de la vulva dejando libre la raja humedecida por el morbo que le daba imaginar lo que la íbamos a hacer.
Saque mi lengua y rocé su labio, la retiré, su amiga hizo lo mismo. Le escupí en la lengua para después juntar nuestras lenguas y pasarlas muy lentamente por la raja humedecida. Mi suegra se estaba excitando con este juego y jadeaba, retiramos nuestras lenguas para juguetear con ellas entre nosotros, volvíamos a rozarle la abultada vulva y restregar la punta de nuestras lenguas al mismo tiempo por toda la raja.
Se contorsionaba, jadeaba, lloraba y pedía por favor que siguiéramos. Entonces la amiga metió la lengua en su culo, yo seguí rozando simplemente los labios lo que enloquecía a mi suegra, estaba como poseída, comenzó a gritar
- Fóllame, fóllame cabrón – lloraba entrecortadamente y se revolvía en el sillón
Entonces le volví a meter el trapo en la boca.
Me puse de rodillas y coloqué la polla en la entrada de su chocho sin que lo tocara, la amiga me daba lametazos debajo del capullo con lo que la subía para arriba y ésta a cada lametazo rozaba su clítoris, lo que la hacía enloquecer aún más, me puse las manos en la espalda, ahora estábamos los tres muy cerca pero sin tocarnos. Endurecía el musculo de mi polla y tocaba con el capullo su clítoris lo que la volvía a enloquecer, la amiga rozaba con su lengua los labios vaginales y enloquecía.
Le puse el capullo en los labios a su amiga y esta aprovechó para metérselo en la boca salivándolo con la lengua por debajo del glande. Lo saque y le rocé de nuevo el clítoris a mi suegra, estaba llorando de impotencia, entonces me cogí la polla con la mano y metí en su coño el capullo y un poco más y con la mano me hacía una paja dentro de su coño, ahora si que enloquecía, se golpeaba la cabeza que era lo único que podía mover contra el respaldo del sillón.
La amiga babeaba queriendo comerse todo lo que saliera de ahí, quite la mano y penetré totalmente a mi suegra, la follé de tal manera que lloraba y gritaba de placer, eso es lo que ella esperaba que la empotrara. Saqué la polla dejándola metida en la boca de la otra, que chupaba como si se la fuese a quitar, el coño se le humedeció de nuevo, estaba a punto de correrse cuando le quité la polla dejándola en espera. Me levanté, puse a la amiga a comerle el coño a mi suegra que desesperada no paraba de llorar, esta le hacía unas lamidas desesperadas también porque estaba a punto de correrse y la dejé a medias.
Quite el trapo de la boca de mi suegra me subí en el sillón con las piernas abiertas, le abrí la boca con una mano y con la otra le metí toda la verga mientras su amiga le comía el coño me empecé a pajear en su boca hasta que soltó el primer chorro del blanco líquido que le llenó la boca, con el segundo se le desbordó por la comisura de los labios lo que hizo que llegara al orgasmo, un placer intenso invadió su cuerpo llenando de flujos vaginales la boca de su amiga que tragaba todo lo que salía de allí corriéndose a su vez en un orgasmo idílico, los tres al mismo tiempo.
Esto ha sido llevar las cosas al límite, espero querid@ lect@r que tu también estés al límite si has sido capaz de aguantar hasta el final. Yo a veces escribo y no aguanto.
Sonó mi teléfono, era mi novia preguntándome donde estaba que tardaba tanto en llegar a casa. Mi suegra se lo había inventado todo para meterme en una encerrona de la que casi no sale ella.