Un sábado en el gimnasio
Mi nombre es Lorena, soy Argentina, pero ya hace muchos años vivo en Uruguay. Cómo dije en mi presentación, en alguna cosa que escribí anteriormente, estoy dando mis primeros pasos en esto de escribir, sobre todo para soltarme un poco más y sí bien me costó dar el primer paso, quiero seguir.
(Se agradecen comentarios para mejorar, opinones, etc)
Mi nombre es Lorena, soy Argentina, pero ya hace muchos años vivo en Uruguay. Cómo dije en mi presentación, en alguna cosa que escribí anteriormente, estoy dando mis primeros pasos en esto de escribir, sobre todo para soltarme un poco más…y sí bien me costó dar el primer paso quiero seguir.
Algunos de mis relatos tienen algo de realidad, aunque en realidad soy un poco recatada, o tímida, y estoy tratando de romper con eso. Mido 1.57 de altura, lo que siempre me genero un complejo de inferioridad por ser petiza, tengo el pelo negro, aunque lo he usado de otros colores, y uso cerquilla y el pelo largo. Mis medidas son 84, 67, 90 y la verdad es que siempre quise ser más voluptuosa pero no me animaría a operarme creo. Soy súper blanca y de ojos marrones normales.
Vivo con mi padre y mi abuela y tengo un novio con el que estamos a punto de mudarnos, me gusta ir a la rambla, tomar mate, la música movida, cocinar, comprar e ir al gimnasio, aunque odio los ejercicios aeróbicos, soy más de la sala de aparatos. Cómo dije, soy media tímida, recatada, pero lo estoy cambiando hace un tiempo y me di cuenta que me gusta provocar, sobre todo desde que me empecé a tomar el gimnasio en serio…. Y si, me gusta que me miren y algunas veces que me encaren…aunque no salgo nunca a bailar ni nada, muy pocas veces. Crecí, bastante sobreprotegida digamos.
Hace un tiempo atrás, entre mis planes de ahorro para la mudanza, cambié de gimnasio por uno más barato, no tenía mucha cosa… clases de zumba y GAP, pero ya dije que no soy muy de lo aeróbico, GAP igual algunas veces trataba de hacer, pero sobre todo iba a hacer aparatos. El profe que generalmente estaba en mi horario me parece re bien, súper atento y buena onda. Ya no voy más a ese gym pero les voy a contar porque (Decidí cambiarme).
Cómo les mencione, pase a soltarme un poco más, me gusta poner un poco celoso a mi novio, pero es cero celoso. así que bueno, con el tiempo me fui comprando otro tipo de ropa para el gimnasio, más provocativa capaz, óseo pasé más a ir de short corto , calzas y alguna vez top y championes comodos. Digamos que entre mi amor por comprar y lo de ir al gimnasio hice un gasto grande. Me gusta que los chicos del gimnasio me coman con la mirada y empecé a congeniar bien, osea pase a tener más seguidores en Instagram y a seguirlos yo, aunque soy de poner pocas fotos, y me agregaron al grupo de whatsapp del gimnasio.
Sí bien suelo hablar de mi novio, los del gym me ponen algún comentario en las fotos, pero nada subido de tono… pero adentro del gimnasio me gustaba calentarlos un poco, sin pasarme mucho… de a poco fui haciendo buenas relaciones y bueno, entre una cosa y otra cometí un error, mande alguna foto en ropa de gimnasio un poco chica de más a alguno de los chicos y fotos en tanga de un viaje aArgentina de hace un tiempo que m habia sacado para mandarle a mi novio, del cual no voy a decir el nombre… pero quedo en una charla amena de whatsapp, el chico tiene novia y yo también y no había intencionalidad de nada de mi parte, creo que quise sentirme sexy y fue un juego. Además, me hice un poco amiga de una de las chicas del gym, unos años más grande que yo. Yo ahí tenía 23 y ella 31. Los sábados había alguna clase de zumba en la mañana, pero en general, sobre todo en el horario de a mañana que iba yo ese día, había poca gente…casi nadie diría. No era un gimnasio top, más bien de barrio con techo de chapa, y las maquinas estaban bien y había variedad. Al mediodía el gimnasio cerraba y reabría 4 de la tarde a 8 de la noche.
El ambiente del sábado en la mañana no estaba muy bueno, cómo dije, poca gente, los que parecían simpáticos eran un chico que iba siempre con la novia, mi profe ese día no trabajaba y yo entrenaba con esta chica de la que me había hecho amiga. Siempre decíamos que era el día de los raro y fracasados o de los viejos, va, el horario, de tarde iba gente más normal. Igual admito que éramos malas en el sentido de calentar a los viejos del sábado de la mañana cuando entrenábamos, ósea, jodiamos, pero sabíamos que se babeaban. El encargado del gimnasio de los sábados, a efectos de este relato lo vamos a llamar Omar, era un tipo pasados los 50, rozando los 60, le gustaba hablar de boxeo con algún otro veterano que iba en ese horario y de cosas de política, pero no me voy a meter en eso. Era pelado, medio morocho de piel, gordo, alto, pero medio fierrero (Hacia, de vez en cuando, unas repeticiones de pesas), imagino que mucho en a dieta no se cuidaba…igual era medio vende humo con respecto a hacer pesas y dos por tres quería tirar algún consejo. No me simpatizaba mucho pero tampoco era algo que molestara.
Ya que estoy usando nombres ficticios, hablaba mucho con otros, uno se llamaba Jorge, mismo estilo, pero no pelado, un poco más joven, otro que le decían “el doctor”, nada que ver, un viejo buena onda, supongo que sería médico por el apodo, y uno que era policía retirado al que llamaremos Rubén, bastante poco sociable en la vida parecía.
Un día notamos que la pareja que iba los sábados de mañana hacia dos semanas que no iba por el gym, nada importante realmente, pero en una charla casual con un conocido del gimnasio a mi amiga le dijeron que entre semana tampoco estaban yendo, así que asumimos que se habían cambiado de gimnasio. Mi amiga le pregunto a la chica de la pareja, me dijo, por Instagram y le contesto que se habían cambiado a hacer crossfit y que ahora entrenaban en otro lado. Mi amiga, llamémosla Natalia, era de Mercedes, es en el interior eso, y me dijo que se iba a pasar un par de fines de semana allá con la familia…le dije que entonces no iba a ir el sábado al gym pero me insistió que no fuera tarada y que fuera a entrenar igual, que no deje pasar los días de entrenamiento… así que fui el primer sábado sola.
Era un día de verano de esos que rajan la tierra, y el gimnasio, con poca salida de aire, la verdad, y algún ventilador era un horno. Protector solar, gorra, me tome el ómnibus, me baje cerca del gimnasio y camine dos cuadras. El gimnasio tenía una reja, después es como un pasadizo y una puerta de chapa que estaba abierta a esa hora, no de las gigantes, es decir, tiene puertas grandes pero el sábado dejan abierta la puerta chica nada más…que es cómo una sub-puerta diría. Salude a Omar, normal “Hola”, me fui al vestuario, me cambie, agarre mi botella de agua y me fui a entrenar, día de piernas, la rutina que me marca el entrenador (Aclaro que voy os sábados porque quiero ir 4 veces por semana al gimnasio, mínimo 3, y entre semana algunas veces se me complica). Cinta, escaladora o bici, abdominales un poco algunas veces lumbares y después piernas ese día…trato de mejorar el peso que agrego a las repeticiones…aunque estoy súper lejos de Natalia que levanta bastante más peso. Termine de entrenar, me duche y me fui. Entrenar sola no estaba tan bueno como entrenar con Natalia, ni tampoco había nadie que me cayera bien o con quien hablara algo en ese horario…además estando sola me siento menos segura para cargar las máquinas. Ser la única mujer me generaba un poco de incomodidad, sobre todo por lo que cuento de no tener nadie con quien me lleve, el doctor parece un viejito buena onda igual. Algunos ejercicios me generan incomodidad de hacer en esa circunstancia porque no me pinta (No tengo ganas) de que me estén fichando el orto (Mirándome el culo), aunque también pienso “que pajeros, que miren todo lo que quieran”. Al hacer algunos ejercicios me éxito, algunos por la posición particular.
Cuando me estoy yendo saludo “Bueno, nos vemos, chau”. A lo que Omar responde “¿Cómo andas che? ¿No vino Natalia hoy contigo?”
“No” le respondí “se fue un par de semanas para la casa de la familia, en el interior”
“Ah” me dice “me pareció raro, porque siempre vienen juntas los sábados… che ¿y vos que contas? ¿Con el novio cómo vamos?” Nunca en mi vida le dije a Omar que tenía novio, de hecho, era un tipo con e que cruzaba un “Hola” y un “Chau”. “Todo bien” le respondo “viendo de mudarnos”.
El sábado siguiente, misma rutina. Misma gente, se fue el doctor, yo había legado un poco tarda y quería terminar mi rutina completa. “Qué haces picarona?” me dice Omar cuando entro… mi pregunta en mi mente fue ¿Desde cuándo la confianza? Tremendo calor, lo admito, ya estábamos cerca del mediodía y las chapas del gimnasio contra el sol lo habían convertido en un sauna.
Short gris claro, cómodo y bastante corto, con una cuerda para ajustarlo, championes (zapatillas) reebok negros y rosados con el logo blanco, top deportivo y arriba del top remera amarilla fina, por el calor, con el dibujo de un león con corona, ese era mi outfit para entrenar ese día. Se iba haciendo la hora del cierre del mediodía en el gimnasio y por tanto yo me apuré para terminar la rutina, me fui al vestuario para bañarme rápido, porque era una sopa, e irme a casa…pensaba pasar antes por el puesto de frutas y verduras.
Aproveche que no había nadie, me mire en el espejo y me saque unas fotos después de entrenar. Una en tetas haciéndome la sexy y se la mande a mi novio. Le mande un audio “Ay mi amor, estoy re cansada”, me quedaban 15 minutos para bañarme, vestirme e irme. Estaba hecha un agua.
Me metí en la ducha, pensaba darme una ducha rápida, digo, no da para más el gimnasio, además de que hay un cartel que dice que hay que darse duchas rápidas colocado en la pared. Senti una baja de intensidad en la luz, y sentí la puerta de chapa cerrarse, me asusté, pensé que me estaban dejando encerrada adentro porque pensaban que no había nadie. Salí de la ducha corriendo con la toalla y me envolví, y desde adentro del vestuario gritaba: “! Omar, no cierren, estoy acá todavía, ya salgo!” el gimnasio cerraba en 10 minutos, me moleste que estuvieran cerrando cuando todavía tenía tiempo. No hubo respuesta. Me empecé a vestir con la ropa de calle mientras seguía gritando: “! ¡No cierren, ya voy!”. Había escuchado que una vez habían dejado a alguien encerrado en el gimnasio sin querer como una hora. Cero respuestas, ni me había sacado bien el jabón, me estaba calzando apurada para salir corriendo. Mismas zapatillas con las que entrene, short negro y remera gris, ropa interior rosada y blanca…sin combinar.
“Tranquila pichona que tenes tiempo” me grita Omar desde afuera, “no te pongas nerviosa ¿Pensaste que te quedabas encerrada?”
“¡Voy!” respondí.
En eso lo veo a Omar acercarse por la puerta “¿Ya estas vestidita, pichona?” … y sí, me incomode, demasiado.
“¡Ya salgo!” y agarre mi bolso.
“Para” me dice Omar “¿estás muy apurada?”.
Ahora si estaba nerviosa, el tipo estaba entre la puerta del vestuario y yo y atrás veo asomar las cabecitas de sus compinches. Ya estaba muy asustada.
“Qué pibita tierna” me dijo Omar. “Che nena, sabes que me llegaron unas fotitos ¿No?... mira, esta no sos ¿vos?” Dijo mientras sacaba el celular del bolsillo del pantalón de jean. Destrabo el celular y de repente me muestra el celular no enfoque bien al principio, pero eran las fotos que yo había mandado al chico que mencione al principio, por lo menos paso algunas en la pantalla “¿No te estabas por mudar con tu novio?...capaz que también no están las cosas. Mira que puta estas en estas fotos… levantando la colita, pidiendo con la tanguita”.
“¿Qué decís enfermo?” le digo. Había varias fotos, algunas de mi viaje a tigre, Argentina. Sí, fotos en tanga, y fotos en mi casa.
“¿vos sabes que tenías pinta de mal atendida?” me dice. “Alguno de los chiquilines del gimnasio ya se comió eso por lo que me llego”.
“Salí pelotudo” le digo.
“¿Sabes qué? Tanto mirar pendejas cómo vos mover el orto y venir a calentar machos y nunca tocar nada me tiene un poco podrido… a vos te gustan los pibitos lindos se ve… pero te falta probar machos de verdad ¿O no?”.
“Omar, la concha de tu madre, salí”. Le respondí “voy a gritar, y ya estoy llamando por teléfono…”
“Para, para, para… no te pongas nerviosa…¿no te ibas a vivir con tu novio? ¿Vos pensas que va a estar todo bien si sabe que anduviste compartiendo fotitos? ¿y si sbe que te anduvieron cogiendo?”.
“¡A mí no me cogió nadie!”
“Por lo que a mí me contaron sí… Todo bien, a mí no me importa… no le tenemos que contar a nadie y estas fotos se pueden quedar entre nosotros ahora… pero así cómo andas puteando acá, haciéndote la gata, así nos vas a atender a nosotros los viejitos hoy… siempre andas calentando con la trolita de tu amiga… hay que apagar ese fuego ¿No?”
“¡Déjate de joder!”
“Acá en el gimnasio hay más de uno que me contaron que te volteo… me lo dije una buena fuente jaja… pasa por estar haciéndose la hembra fatal. Es normal igual acá, hay varias que vienen a trolear con los pibes y a que las miren… el tema es que no se enteren los novios… tremendo cornudo el pibe”.
Me puse nerviosa, entre la asfixia del calor y el susto empece a sudar más de lo que ya lo estaba haciendo.
En eso Ruben desde atrás dice “Déjate de joder Omar, vamos a cogerla… si estas vienen a afilar machos… esta quiere” Rubén era robusto, pero no gordo u obeso, era cómo del interior, un poco tostado y hablaba medio bruto. “Qué pasa guacha ¿ahora no moves el orto?... andas con los pendejos porque nunca te agarro un macho con experiencia… Jorge, traete unas colchonetas…”.
Mientras deecis Ruben se me vino encima. Camine dos tres pasos de espalda, la verdad no me dio para moverme mucho… y Ruben me puso contra los casilleos “Date vuelta” me dijo.
“Para, no sean hijos de puta” le dije.
“Dale guacha, te voy a registrar nomás” me respondió.
“Jajaja sos re milico” le dio Omar.
Me puso de espaldas y me paso la mano po el cuello, me palpo los hombros, debajo de los brazos, y me agarro las tetas… me metio la mano por debajo de la remera y por abajo del top y me manoseo con los dedos las tetas…bajo por la espalda y la cintura y me metio las manos por abajo del short, me agarro de la cola y sentí que pasaba el dedo por la tanga en subida y bajada.
“Qué hilito usas…. A ver cómo esta ese culo sin el shortsito…”
“¿Cómo en las fotitos?” apunto Omar. Siento que me suena el celular. “Te están llamando…igual es rapidito esto, después atendes si queres… sácate la remera y pela las tetas”. Me quede quieta “¿Qué? No te hagas…pela las tetas ¡Dale!”.
En es vuelve Jorge con dos colchonetas y las tira en el piso. Rubén me apoya contra los casilleros y se escucha el golpe de la chapa, no estaban fijados a un muro ni nada, así que se balancearon un poco. Me empezó a tironear la remera hacia arriba y me la saca… no pude hacer mucho. “Dale, sácale el top” le dice Omar.
Rubén le responde “Che, estos casilleros son una mierda” me agarro de la cintura y me tironeo contra la pared “Se va a lastimar alguien”.
“Dale Rubén, sácale el top de una vez”. Le insiste Omar.
“Para gordo que no es tan fácil” le responde Ruben “¿Tenes la cocnhita mojada? Si te portas bien es un ratito… sino capaz que se complica…digo, pero yo te veo con ganas, te tenes que sacar la vergüenza piba”.
Dejo que me saque el top.
“Ricas tetas” dice Omar “Bien blanquita sos… ahora bájate el short”. Me bajo el short “pero con gracias bombona, despacito” …me termino de sacar el short…quede en tanga, medias cortas, (soquetes deportivos) y zapatillas. “Ahora sí” dice Ruben “¿Jorge, cuando fue la última ez que viste algo así?... que cremita… Ahora nos vamos a poner en pija y nos las vas a chupar un poquito para levantar los ánimos… cómo una porno… tenes pinta de actriz porno ¿Sabes?”.
“Dale” me apura Rubén “arrodíllate en las colchonetas así no te lastimas”. Y me agarro del culo aportándome la nalga con la mano “Qué calidad”. Me empujo un poco hasta que quede parada en frente a las colchonetas,” De rodillas ¡Dale!”. Me empujó hacia abajo, no podía hacer mucha fuerza contraria, me venció rápido. Me arrodille arriba de las colchonetas y me ataje con las manos en el piso húmedo. Amague a pararme, pero ahí estaba Omar para evitarlo. “Cerquillito de petera ¿No?” dice.
“¡Gordo pelado de mierda!” le dije.
“No te hagas la loca piba” me dice y me jala del pelo. “120 kilos de morcilla vas a tragar. Imagino que nunca te chupaste tres vergas al mismo tiempo…me vas a pasar la lengüita como si fuera un helado…con el calor que hace estas para un cucurucho de crema ¿No?”
Se desabrocho el cinturón y se empezó a bajar el pantalon Agito el cinturón y lo hizo golpear contra el piso “No te caigas gordo” le dice Ruben mientras se sacaba el pantalón deportivo, lo mismo hacia Jorge. Los tres tenían bastante pelo en las piernas, me acuerdo de eso, y d que la pija de Omar parecía como achicada, pero gruesa…es decir, acortada, ”No sé si los quiero ver en bolas” dice Rubén “¿Y si apagamos alguna luz del vestuario?”
“Milico y puto” le responde Omar “No vemos al a pendeja bien sino…toda pintada de leche va a quedar”. Me agarro de la cabeza… siento mi teléfono sonar otra vez. Me acerco a su entrepierna “Abrí la boquita y chúpala”. Me empujó y amago con levantar la mano…me pego con dos dedos en la mejilla… entonces me forzó y e metió la pija en la boca “Cómo una memita calentita” me dice.
Empecé a mamársela, no creí que me quedara mucha opción “rápida resultaste” me dice Omar.
“Yo te dije que esta necesitaba” le responde Rubén “Que la vaya chupando un poquito a cada uno…nos ponemos medio en ronda”.
Omar estaba todo sudado, sentía tremendo gusto salado…y las gotas de sudor me caían arriba… empecé a sentir que de a poco se le iba endureciendo la pija y se le iba inflando.
“Vení Jorgito, que te la chupe un poquito también, cagón”. Jorge se acercó, temblando me agarro del pelo suave, aparentando apretar y tirar pero no, se agarró la pija y me la acerco a la boca. Omar me empujo…empecé a chupársela… “Te gusta tenerla sometida Jorgito… es tuya”. Yo seguía chupando.
“Le voy a coger la boca” dice Jorge. Me apretó super fuerte del pelo y me empezó a literalmente forzar por la boca con tremendas embestidas. Jorge seguía temblando…el tirón de pelo me pasó a doler… Jorge hacia ruidos raros cn la boca y se agitaba… me empecé a ahogar.
“Para” le dice Rubén “para que las vas a ahora, re caliente estas…a ver, déjamela un poco” fue cómo un pasamanos…me soltó de golpe y me tomo Rubén “Te queremos tratar bien, despacito pasando la lengüita… pasa la lengua despacito y hace lo que te decimos así la pasas bien y no hay problema ¿Dale?”.
Fue una amenaza… hice lo que me pidió, la verdad es que me gusta chupar pija… me hace sentir sensual mirar a alguien a los ojos mientras lo hago o que me tiren del pelo… algunas veces lo necesito…así que actué cómo si estuviera con alguien con quien quería estar. Le recorrí la pija con la lengua como si fuera un helado palito, me la volví a meter en la boca y empecé a chupársela bien fuerte “Despacito que te vas a empachar” me dijo.
“Decí que te encanta” me dice Omar… “dale que queda todo acá”.
“Me encanta” le digo.
“¿Te cogite a muchos de acá?”
“No” le respondí.
“Dale ¿A cuántos?”
“A ninguno”
“Dale guacha”
No me iba a quedar otra que decirle lo que quería “A mucho” respondí.
“Tenes manitos chiquitas…” sigue “a ver, agárranos las pijas mientas las vas comiendo”. Hice lo que pidió, Jorge me miraba en trance, ido. “Tengo una hija un poco más grande que vos” me dice Omar “No sabes cómo me ponen las amigas… cuando era más chica le miraba las fotitos que le mandaba a los pibitos”.
“Sos una mierda Omar” le dice Rubén.
“Dejá, mas bueno soy” le responde Omar. Derechita salió, mejor padre que yo imposible… Bueno, ahora te paras y te sacas la tanga que te toca gozar”. Me levanto y medio torpe, y a lo bruto me bajo la tanga. Puso una colchoneta sobre un banco del vestuario “Subite ahí y ponete en 4, la colita bien para arriba que sos petiza”
Hice lo que me pidió. Se posiciono atrás mió…la empujo “despacito” le digo.
“Dá, despacito…se…” volvió a empujar… Lo tenía adentro, toda lla gordura apoyada arriba, aplastándome. Me empecé a quejar. “Mira cómo gemís, hija de puta” me dijo.
“Déjamela un poco qu estoy re caliente2 le dice Rubén “Dale piba, ponete arriba mío que quiero ver si estas tetas saltan o no”.
Me cento arriba de el mirándolo y me alejo con una mano “no te caigas me dice”. Me acomodo fuerte y me empezó a hacer subir y bajar. Los otros me miraban y se tocaban.
“Quiero ver cómo le entra y le sale” dice Omar.
“A ver esas tetas” me dice Rubén “Ahora podes gritar un poquito”. Le verdad es que me calentó… y empecé a gritar…me calentó cómo me estaba cogiendo “así no te garcha ningún pendejo”.
Seguí gritando y gimiendo y jadeando. Siento a Omar agarrarme por las costillas desde atrás “Quedate así Rubén que le voy a romper el orto”. Yo no quería, no quería que me cogieran por atrás…no le importo, me forzó, sentí cómo los dos me penetraban al mismo tiempo. Rubén me cacheteo. Sentía como el ano apretaba la pija de Omar, estaba tensa, me dolía. Jorge miraba la escena.
“¡No! ¡Así no! ¡No más!”
“Cállate hija de puta” me dijo Omar. Jorge me seguía mirando. Omar me puso la mano en la boca “Comele las tetas Ruben, mirá lo que es… una así no me cojo nunca”
“¡No! ¡No! ¡Omar!... ¡Me duele!”
“Si supieras quien me conto que eras tan puta” me dice Omar. Hace semanas me vengo re pajeando con tus fotos “¿Te duele hija de puta? Te pasa por buscar… buscas, buscas y encontras. Puta ya eras”.
“¡Paren, no aguanto más!”
“Jorge, vení, clavatela” dice Omar. Ruben se me acaba…. Sentí todo el semen escurrirse por mis piernas, y me saca de arriba de el. Con las perinas temblando me arrofdille en la colchoneta del piso. Entonces Jorge me empuja yme acomoda en 4… dolorida y dilatada me penetra por atrás.
“Por atrás no, no puedo más” sí lo otro había sido violento esto era peor, Jorge me pego una cachetada en la cola, me puso la cabeza contra el piso y me jalo del pelo. No tuvo ninguna consideración, la metió a la fuerza, yo seguía gritando que parara.
“Sos una puta” me dice Jorge “Una puta como todas las zorras que vienen acá, perra” sentí que me estaba partiendo al medio literalmente, cada vez lo hacía con más fuerza…yo estaba mojada, sudada, llorando.
“No, no, no”
“Sí, hija de puta, te voy a matar”
“Para, Jorge” le dice Omar.
Me estaba violando como desesperado “Pedí perdón por ser tan puta” me dice Jorge “dale trola, pedí perdón”.
“Perdón, por favor, perdón…déjame”
“¿Perdón por qué?” me increpo
“Por ser tan trola”
“Así vas a aprender, así se trata a las putas”
Sentía como me bombeaba, de pronto exploto. Toda la leche adentro, espesa…muy espesa. Jorge me pego una cachetada, Omar se p aro arriba.
“Arrodíllate” me dijo Omar.
“No, no puedo más”
“Dale que te vas a ir con la bolsa de leche entera arriba”. Me arrodillé y lo miré…ya estaba. Se empezó a pajear y me miraba mientras se relamía. Broto sobre mí, me tiro todo arriba y se limpiaba contra mi cuerpo “Qué acabada” me dice… “Ya te podés ir… el sábado que viene si queres venirte a la misma hora y te enfiestamos de vuelta…me quedo con tu tanguita de recuerdo…veestite que hay que cerrar el gimnasio”
Me vestí…me fui caminando a casa, no pensaba volver a ese gimnasio nunca más… me sentía rota…sonó el teléfono, mi novio “Todo bien amor, estoy yendo para casa porque pase por el super antes…”
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