¡Un romance con el profesor!
El profesor se quedó mirando a su computadora sin decirme nada, aproveche para observarlo. Pude observar cómo dentro de sus pectorales tan bien trabajados se asomaban una sarta de finos vellos, ansiosos por salir a la superficie y respirar aire fresco.
Hola a toda la comunidad, soy Carlos Isaac, este es el primer relato que escribo, queria hacerlo un poco más largo pero eso se decidirá si ustedes quieren a ver si me animan a seguirle, dejen sus comentarios y los estare leyendo, que disfruten el relato.
Era la última hora del día y ya estaba demasiado cansado como para prestar atención a la clase, aunque admito que el profesor, al que todos llamábamos “Molina” por su apellido, era uno de los más guapos de la universidad, pero su clase era demasiado aburrida como para que su belleza me mantuviera despierto. Estábamos a finales de semestre y yo seguía sin entender una palabra de lo que profesor Molina decía. Cuando ya casi estaba por quedarme dormido la alarma del celular del profesor sonó avisando que la clase había terminado, ese fue el sonido que recargó mis pilas y rápidamente empecé a aguardar las cosas en mi mochila.
-Antes de que se vallan muchachos –dijo el profesor apagando la alarma. -Les tengo algo que decir, ya saben que a mí no me gusta calificar, a la escuela se viene a aprender no a calificar lo que saben, por esta razón, todos estarán exentos del tercer parcial y del examen global, felicidades muchachos, hemos terminado el curso.
¡No podía creerlo! ¡Había pasado la materia! Y yo que pensé que iba a reprobar, eran las mejores palabras que había oído en mi vida, me había salvado de repetir la materia, pues desde el principio no había entendido nada y esto hacia que la materia se me complicara más.
-¡Isaac! –dijo dirigiéndose a mí. -Quiero que me acompañes a mi oficina, tengo algo que decirte –todos en el salón empezaron a abucharme, yo me quedé sorprendido y nervioso a la vez. “¿Para qué me querría en su oficina? ¿Fue algo que hice o será sobre mis notas?” muchas preguntas invadieron mi mente, sólo tome la mochila y me dispuse a seguir al profesor hasta su oficina.
-Siéntate, por favor –su voz era tan dulce pero seria a la vez.
-¿Qué pasó profesor? –pregunté nervioso. El profesor se quedó mirando a su computadora sin decirme nada, aproveche para observarlo con detalle como siempre lo hacía en sus clases. Llevaba una camisa de vestir enrollada hasta el codo, dejando sin abrochar los dos últimos botones, pude observar cómo dentro de sus pectorales tan bien trabajados se asomaban una sarta de finos vellos, ansiosos por salir a la superficie y respirar aire fresco. Su barba era tipo “short boxed beard” y hacia una combinación perfecta con su cabello despeinado. Su piel tenía una textura lisa, sin marcas de acné en la cara ni líneas de expresión, esto me indicaba que se mantenía joven a pesar de sus casi 40 años.
-¿Pasa algo Isaac? –creo que debí haberme quedad viéndolo bastante tiempo.
-No profesor, solo espero que me diga porque me trajo a su oficina.
-Es sólo que estoy viendo tus exámenes de los dos primeros parciales y veo que no has demostrado suficientes conocimientos, como dije anteriormente, a la escuela se viene a aprender no a calificar, pero eres el único que no me demostró que está capacitado para pasar de semestre y sabes que mi materia es una de las más importantes para llevar a cabo otras de semestres más avanzados, por lo que tendrás que hacer el examen global si quieres pasar.
-Pero profesor el problema es que no entiendo nada de su materia.
-Puedes encontrar mucha información en libro que dije que compraran a principios de semestre, ¿lo compraste?
-Sí, empecé a leerlo, pero tiene muchos términos que no entiendo.
-Entonces necesitas tutorías ¿te gustaría que yo te diera clases particulares? –dijo con una sonrisita que me encantó.
-¿Usted? ¿Enserio? –pregunté sorprendido, si no era una broma, podía estar a solas con él y conocerlo un poquito mejor.
-Claro, tengo mucho tiempo libre después de clases, puedes pasar a mi casa y ahí te explico todo lo que no entiendas.
-¿Y no habría problemas con que yo valla a su casa?
-Vivo solo o ¿a qué te refieres?
-Pues ya sabe, reglas de la escuela.
-No te preocupes por eso, nadie se dará cuenta.
-En ese caso acepto –dije muy emocionado.
-Entonces te espero mañana sábado a las 6 –dijo mientras anotaba algo. –Está es mi dirección.
-Gracias profesor, se lo agradezco -dije mientras le daba un apreton de manos.
-Por nada, nos vemos mañana
Salí de su oficina con una gran sonrisa, el hombre con el que habia fantaseado tantas noches me había invitado a su casa. y bueno después de todo no era tan malo que yo hiciera examen global, si eso haría que el profesor y yo estuviéramos a solas.
Pues hasta aqui amigos, como les dije dejen sus comentarios y si veo que les gusta le agregare buen sexo y algo de emoción, hasta la proxima!