Un reto con la esposa de mí cuñado PARTE II
Cuando una oportunidad con una mujer casada es bien aprovechada, trae excelentes frutos, el premio es muy satisfactorio y placentero para ambos
Después de una semana de haber tenido ese primer encuentro maravilloso con Sonia, ella me llamó para vernos y conversar sobre esa experiencia. Me reconfirmo que ese era nuestro secreto y deberíamos cuidarlo como una tasita de cristal, si algo se sabía, nuestros matrimonios se destruirían, yo la calme diciéndole que por mi parte podía estar 100% segura de mi silencio y discreción. Me pidió que la visitará en su casa el martes en la tarde que estaría sola y podíamos hablar en confianza sobre nuestro encuentro, ella tenía grandes deseos de verme y tomarnos un cafecito bien rico, así acordamos encontrarnos a la 1,00 pm.
Recordé cada escena de esa experiencia con ella, en especial, cuando me revelo que una de sus fantasías sexuales era ver una paloma bien grande y gruesa, en especial, la mía por comentarios que se hacían de mi instrumento. Entre ese recuerdo de sus palabras, quedaron grabadas estas: “ siempre me han dicho que tienes una verga muy grande y sobre todo gruesa, yo jamás he visto una como me la han vendido, quisiera verla, tocarla, acariciarla y probarla pero no quiero que me juzgues como una puta, sabes que siempre he dicho que soy en la casa una ama de casa y en la cama una señora puta ”, revelando su gran frustración por cumplirla y la oposición de su esposo (mi cuñado) por oír su sueños y complacerla, no pude evitar mi erección con esos recuerdos vividos.
El martes a la 1,00 pm estaba frente a su casa, enviándole un mensajito de texto a su celular informando de mi presencia, inmediatamente salió para abrirme, me recibió muy sencilla y livianita de vestimenta, de veía muy jovencita y alegre, me invita a pasar, adentro me da un besito muy suave y tierno, me prepara un aromático cafecito y nos sentamos a conversar en la cocina, iniciando el siguiente dialogo:
Sonia: ¿cómo has estado mi lindo? me veo tan bien, ya conozco esa mirada morbosita, seguro estas recordando tu última visita conmigo.
Yo: Bella, estos ojos miran una preciosa mujer, agradable, divina, juvenil y muy excitante, siempre adoro apreciar las cosas bellas de la vida y disfrutarlas mentalmente; en especial, si eres tú.
Sonia: Gracias amor, sabes Alberto, pocas veces me dice tan bellas palabras para su esposita, que lo espera con tantas ganas y disposición. Es una de mis frustraciones silenciosas, guardadas en mi cofre de recuerdos. Reconozco que tú siempre has sido muy gentil y piropero conmigo. Has sabido darme la palabra y frase de aliento, oportuna, optimista y reconfortante a una mujer casada en un estado de tristeza y desengañada por múltiples motivos.
Yo: Siempre te dije que tú eres especial para mí, conociste mis errores, malas decisiones, fracasos y éxitos, nunca me condenaste, no me sacaste el cuerpo, me atendiste con amor y cordialidad en tu casa, sé que compartiste más de una de mis acciones en un silencio aprobatorio sin que nadie lo supiese, eso lo valoro demasiado. Tus miradas y sonrisas discretas me lo decían en el momento en que charlábamos o se hacían los comentarios en privado con Alberto.
Sonia: Eres muy observador y analista, es cierto todo lo que acabas de decirme. A pesar que te dije: yo no tengo ojos para otro hombre sino mi marido, debo reconocer que vengo cambiando de opinión, mi encuentro íntimo contigo ha provocado reflexiones y cambios de postura en ese sentido. Tú eres un hombre diferente, reflexivo, amplio de mente, con metas de largo alcance y muy discreto; además, jejejeje, un gran puto experto, que sabe atender y satisfacer plenamente sin tabúes a una mujer casada como yo.
Sonia: quiero que me digas como te sentiste tirando conmigo después de tantas ganas que tenías de mí. Inmediatamente empezó a besarme salvajemente, con una mano abrirme la bragueta para sacar mi erecta paloma y masajearla suavemente.
Nuestros cuerpos se fundieron en caricias, besos y gemidos ardientes, empecé a quitarle la blusa y acariciar sus senos y pezones, los mamaba y mordía con locura, pasaba mi lengua y dientes por su cuello, produciéndole suspiros y quejidos de placer. Ella a su vez, me mordía suavemente los labios y me decía palabras ardientes sexuales. Metí una mano debajo de su short deportivo en su entrepierna y sentí sus labios vaginales muy lubricados y cálidos, empecé a acariciar su clítoris con mis dedos y exploto con movimientos oscilatorios de placer.
Ella se levantó para que la desnudará, cuestión que procedí a realizar sin demora, ella hizo lo mismo conmigo y se acostó en el mueble para realizar un 69, entendí que era una de las posiciones que más placer le produce, le permite morbosidad sin que nadie lo sepa y vea, eso me lo comento en nuestro primer encuentro. La verdad es que me comenzó a dar una mamada de guevo bestial, con hambre de sexo y ganas de tirar. Acariciaba mis bolas mientras succionaba la cabeza y cuerpo de mi machete. Por mi parte, comencé a pasar mi lengua por toda su raja, desde su clítoris hasta su ano, metí dos de mis dedos buscando el punto G, cosa un poco difícil debido a los movimientos de placer tan rápidos de Sonia, cuando le mamaba su cuchara, sin embargo logre precisarlo y empezar su dedeo. Sabía que muy pronto alcanzaría su primer orgasmo y los que pudiesen generarse con mis caricias. La verdad deseaba satisfacerla al máximo en el 69, después buscar la oportunidad de cogerla por el culo.
La cadena de orgasmo se presentaron en menos de tres minutos, ella gemía inicialmente con mi paloma en su boca, después se la saco, y empezó a decirme: dios tenían razón mis amigas, tienes una paloma bien rica y grande, eres tremendo chupando cuca, como mamas papi bello, me voy, ayyyyyyyy rico, dame más duro chamin, diossssssssss uhhhhhhhhhhhhhhhhhhh, rómpeme la cuca amor. acabooooooooo uyyyyyyyyyyyyyyyyyy , se metía mi guevo en la boca y succionaba con más desespero, mamaba como una fanática sexual, me pedía que le llenará la boca de leche, deseaba tragársela toda.
Sonia: hay viejito que guevo tan rico y grueso, dame toda tu leche, por favor quiero saborearla, no seas malo, ayyyy dios que rico me mamas mi cuchara, Alberto no sabe mamarla así, rico papacito, me vengoooooooooo, uhhhhhhhhhhhhhhh, dame más duro, ohhhhhhhhhhhhhayyyyyyyy
Yo: Dios, tremenda mamada chama, eres como una diosa sexual, la mejor de todas, sácame la leche mamacita bella, me voyyyyyyyyyyyyy, trágatela toda, uhhhhhhhhhhhhhhhhhh
Ella tuvo una acabada mayúscula, casi me ahoga de tanto fluidos, pero no la solté, entre más acababa, más la mamaba y dedeaba en su clítoris y punto G. Yo tenía tiempo que no me mamaban el guevo de esa manera tan frenética y ardiente, fue genialmente divina y bestial, acabe muy fuerte, Sonia se tragó toda mi esencia y dejo mi paloma limpiecita y en su más mínima expresión de descanso. Ella quedo semi-inconsciente y en un letargo máximo de relax, ambos en la misma posición del 69, no teníamos fuerza para levantarnos.
A los pocos minutos, pudimos reaccionar, la bese muy suavemente y de piquito en sus labios, los acariciaba con mi lengua superficialmente y la abrazaba con ternura. Ella suspiro con clama, me miro con deseo y empezó a masajearme nuevamente mi paloma. Me dijo.
Sonia: Te gusto lo que hicimos, dime si fui una diosa sexual para ti.
Sonia: Sé que has deseado mi culo desde hace mucho tiempo y voy a complacerte al máximo; por mi parte, yo deseo cabalgarte hasta desmayarme de tanto acabarte en tu guevo, estás de acuerdo, tienes suficiente fuerza para cumplirme viejito.
Yo: Eres lo máximo haciendo el 69, tus acabadas y el sabor de tus fluidos son un néctar para mi gusto. La mamada fue extraordinaria, también quiero saber si te gusto mi leche; además de lo que te hice. Tu propuesta será cumplida, tranquila corazón, jejejeje, después no te empepes bella.
Sonia: Chamo, hacía mucho tiempo que no tenía unos orgasmos como los de hace rato. Aquí en confianza, Alberto me coge bien una de cinco veces y no le agrada hacer el 69, cuando estoy acabando, no me mama como tú, menos mete sus dedos en mi vagina y explora mi botón sexual. Los otros tres con los cuales he tenido sexo, son como mi esposo. Tú eres el único que lo hizo excelente, me sentí plena y satisfecha, nunca había acabado tanto, tan divino y fuerte, me interesa continuar haciéndolo contigo siempre y cuando seamos muy discretos
Yo: También quiero sincerarme contigo, es incontable las noche imaginándome que me estas cabalgando como una yegua salvaje y después te pones en cuatro patas, pidiéndome te parta el culo, que te entierre el guevo por ese ano cerradito y semi-virgen. En esa fantasía te sueltas el moño como la mejor puta en la cama que he tenido en mi vida. Me pides llorando, que no te deje, que serás mi amante siempre. Eso me produce mucho bienestar y placer.
La conversación sobre nuestros deseos y fantasías sexuales entraron en ebullición y nos fuimos a su dormitorio para estar muy cómodos. Le pregunte si no sentía inquieta por tirar conmigo en su cama matrimonial, sorprendiéndome con su respuesta:
Sonia: te voy a contar otro secreto íntimo de mi vida matrimonial, hace tres años Alberto trajo un amigo suyo a esta casa para una atención especial, un proveedor extranjero alemán que visitaba la empresa donde él trabaja para realizar unas negociaciones. El asunto es que preparamos una cena privada para los tres, tragos y música. Los muchachos se quedaron en casa de mi hermana. Alberto me pidió que estuviera muy elegante y sexy, para él era muy importante esa cena con el alemán y esperaba que yo fuera muy receptiva, comprensiva y amplia de mente.
Cuando el Proveedor llegó a la casa, me sorprendí de su estatura, presencia y personalidad, era un mangote, estaba demasiado bueno. Lo llamaremos Karl por razones de seguridad. La cena fue un éxito, al invitado le fascino todo, en especial el café. Después vivieron los tragos, yo observaba desde que llegó que no me quitaba la vista de encima, así como tú me miras a veces morboso, jejejeje. Sabes que tomo muy poco, más de tres tragos me pone pesadita de sueño al menos que se active mi ego sexual, cosa que estaba ya activada desde la cena, no sé qué pasaba pero estaba súper excitada.
Alberto empezó a charlar con Karl, y el alemán me incorporo a la conversación. Cerraron la negociación como en una hora, empezamos a conversar sobre la vida de casados, divorciados y viudos, Karl hizo referencia a la vida alemana de parejas, la visión del disfrute de la vida material y espiritual, de la vida sexual de los europeos y Alemania, Alberto empezó a señalar que nosotros tenemos muchos tabúes y prejuicios de vida y de la práctica sexual. Expreso que la mayoría de los hombres en Venezuela son muy celosos y machistas, muy pocos son amplio de mente y practican la libertad de relaciones sexuales entre parejas. Karl me preciso sobre el tema de la libertad y práctica sexual de intercambios de parejas, tríos y amantes ocasionales, si me gustaba y deseaba hacerlo. Alberto me miro, se sonrojo y sonrió con nerviosismo. Sólo le respondí que si mi esposo, lo deseaba, yo lo complacía sin ningún problema, entonces el invitado preciso a Alberto con una simple pregunta ¿Que le responderías a tu esposa? el sin pensarlo contestó: Si ella lo desea, yo no tengo problema en hacer un intercambio de parejas, un trio HMH o que tenga una oportunidad de tener sexo ocasional con otro hombre, siempre y cuando se cuide y me lo diga sin miedo. A lo cual, Karl me volvió a preguntar ¿te gustaría tener un trio HMH en este momento con nosotros o tener sexo conmigo solamente? Esa pregunta me desbarato mi punto de equilibrio, mi cuquita estaba aguaita imaginándome sexo con ambos, una fantasía muy oculta en mi yo interior y este tipo me la saca así sin ningún lubricante.
Pude darme cuenta del estado de ebriedad de Alberto cuando fue a servir otros tres tragos, dejándome a sola con él, intente evadir la respuesta pero me descubrió y me dijo: sé que quieres y lo deseas, ya me di cuenta, el problema es tu esposo, tranquila ya está ebrio, yo lo convenzo, pon música lenta y vamos a bailar. En voz alta le preguntó a mi esposo ¿podemos bailar acá?, desde la cocina respondió, claro que sí, Sonia pon música suave y bailen sin problemas, ya me uno a uds, hagamos un trio bailarín. Al oído, me dice listo ya acepto hacer el trio, dándome un tremendo beso de lengua, que me inflamo todo mi ser, mis pezones se pusieron a la máxima y mi vagina parecía un volcán en erupción, quise rechazarlo pero mi cuerpo y mente me traicionaron, cedi totalmente. Nos paramos a bailar pegaditos, moviendo suavemente la cintura, sentía su miembro en toda la dimensión de mi vientre, mis tetas estaban sintiendo un movimiento oscilatorio y sus caricias manuales en toda mi espalda y nalgas. Cuando Alberto llego a la sala con los tragos, ya casi estaba a punto de alcanzar mi primer orgasmo, el alemán le pide los tragos para nosotros dos y nos unimos los tres en un sándwich de baile sexual, Karl por delante y Alberto por detrás, jamás pensé que esa experiencia sucediera de esa manera pero sucedía, así que aceleré mis movimientos de seducción y excitación, ellos respondieron con mucho entusiasmo y caricias, empezaron a quitarme la ropa para desnudarme, propuse irnos a bailar al dormitorio y estar más cómodos para hacer el trio y tirarme a Karl como dios manda.
La sorpresa es que mi esposo fue el primero en llevarme de la mano e ir quitándome la falda, llegue casi medio desnuda a la cama, le pedí a Karl que terminará de desnudarme y que me dijera si le gustaba lo que veía, mientras Alberto se tomaba un trago de su bebida. Yo empecé a desnudar a Alberto y después continúe con Karl, al bajarle su pantalón, simplemente no usaba interior, surgiendo un miembro muy largo y medio grueso, eso sí muy duro de erección, mientras que mi esposo, lo tenía un poco gruesito y mediano. Empecé a mamárselos a ambos uno en cada mano, me sentía una reina, por fin podía satisfacer mi oculta fantasía y probar la doble penetración como acto final con mis dos machos en mi dormitorio matrimonial. Mi esposo empezó acariciando mi vagina con su boca mientras yo me saboreaba el pene de Karl, me mordía el clítoris con fuerza y cuidado, me pasaba la lengua por todo el interior de mi cuchara hasta mi arco anal, me metía los dedos en mi culo suavemente hasta alcanzar cierta rudeza anal, mi estado de excitación fue alcanzando rápidamente su mayor intensidad y explote un gran orgasmo en la cara de Alberto, mis líquidos inundaron su cuerpo totalmente. Desesperadamente, me tragaba casi todo el miembro de Karl, el cual gemía placenteramente palabras en alemán hasta sentir sus primeros tacos de leche en mi garganta y boca, solo oí cuando en español me dijo, sácame toda mi leche preciosa, tómatela todaaaaaaa, bebeeeeeeeeeeeeeeee ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh.
Alberto me puso en cuatro patas y me clavo su verga sin piedad, me decía te gusta mi esposa puticaaa, te gusta que te den machete por esa pepa y yo todavía más ardiente le respondía siiiiiiiiiii papi quiero más pinga, partemeeeeee, duro papaaaaaaciiittooooooo, dale mi amorrrrrrr durooooooooooooo, quiero que me cojan los dos mi cielo, dame duro, pídele a Karl que me vengaaaa a cogeeeereeeee también, complaceme papiiiiiiiiiiiii. Karl a oír mis suplicas de excitación se acostó en la cama y me dijo que me montará encima de él y que mi esposo me diera por el culo, Alberto se salió de mi vagina y le cedió el paso al alemán, se fue a tomar otro trago. Me monte a cabalgarlo, la verga de Karl estaba muy erecta y dura, se puso gruesísima y al sentirla me excite mucho más, por lo larga que era, la sentí llegando a mis ovarios. Me movía como una puta experta ansiosa de macho alfa y de sexo rudo, mi alemán me daba duro y muy violentamente, sentía el roce de su glande en mi botón del punto G, eso produjo una descarga de orgasmos increíbles, los chorros de líquidos vaginales y potencia de las sensaciones de los orgasmos sobre excitaron a Karl hasta el punto de una gran acabada dentro de mí, quedando ambos desfallecidos por el esfuerzo físico y sexual. Lo increíble es que mi esposito se quedó observando totalmente como me cogía a Karl.
Descansamos un rato, nos tomamos otros tragos, fui al baño a bañarme y limpiarme para estar disponible a mi acto final: la doble penetración, mi premio mayor. Al rato llegaron mis dos machos de esa noche de sexo libre para acompañarme en mi aseo personal, había bajado una gran cantidad de leche de mi vagina y estaba duchándome todo mi cuerpo, mi esposito bien borracho me dice:
Alberto: mamita bella, hoy te has soltado el moño, pero falta cumplirte una de tus fantasías, la más satisfactoria para una mujer como tú, te vamos a romper ese culo y tu cuchara nosotros dos al mismo tiempo. Deseas hacerlo mi vida?
Karl: Sonia te juro que pocas veces he tenido sexo con una mujer como tú, eres toda una ninfa sexual moderna, solamente me falta cogerte por el culo y hacerte con tu consentimiento la doble penetración ¿qué dices mi reina?
Sonia: Mis bellos caballeros, estoy loca por hacer la doble penetración con uds dos, pero solo pido que Karl me dé por el culo, Alberto, ya me has cogido mucho por allí, le toca a tu invitado invadir mi esfínter anal, quiero probar otro macho por ese hueco.
Una vez con claridad sobre lo que sucedería una vez culminado el aseo en el baño, me dedique a bañar a mis dos machos alfa y dejarlos listos para realizar la máxima acción de sexo que puede hacer una mujer con hombres en una cama.
Salimos desnudos del baño, me acosté en el medio de mi cama, a mi derecha estaba mi esposo y a la izquierda Karl, empezamos a besarnos y acariciarnos por todas partes, mientras uno me chupaba mis tetas y pezones, el otro me mordía suavemente mis nalgas y piernas, me besaban y pasaban sus lenguas por mi nuca, espaldas y nalgas, me metían los dedos en mis labios y acariciaban mi clítoris y ano simultáneamente, era una locura total. Yo les respondía besándolos en su boca, piñizcando sus pezones, pasándole la lengua por sus testículos y sus nalgas. Poco a poco fueron acelerando mi estado de excitación, Karl introdujo su boca entre mis nalgas, su lengua recorría toda mi raja vaginal y anal, cuando la poso en mi esfínter anal y activada como una serpiente hambrienta de comida despertó una serie de sensaciones que nunca había sentido, mi cerebro ordenaba que dilatara mi ano totalmente para permitir una caricia más profunda y los dedos de mi esposo en mi cuchara aceleraban las reacciones de un volcán sexual en erupción. En verdad estaba como loca de tantas caricias y sensaciones extra corpóreas en mi cuerpo, empecé a balbucear frases y palabras que describían las inmensas ganas de un máximo sexo fuerte y rudo en mi vagina y culo.
Sonia: mis machos, porfa cójanme ya, quiero sentirlos con sus ricos guevos en mi puta cuchara y culo. Ayyyyy dios Alberto párteme mi cuca, dame duro. Karl, dame duro y rómpeme ese culo que tanto me lengueas. Dios mío que rico mamassss, uhhhh
Al oírme mi esposito pedirle que me enterrará su verga y Karl partiera mi trasero, Alberto se acostó en el medio de mi cama, seguidamente me monte sobre su miembro como una puta birrionda de verga en su guevo, clavándomelo hasta la pata, uy que sensación de placer tan intensa. Karl por su parte, empezó a lubricarme el culito para meterme su larga y gruesa lanza, introdujo sus tres dedos, dilatando el arco anal para mi disfrute posterior, una vez lubricada, cese mis movimientos de ensarte con la verga de mi esposo, le dije al alemán que metiera su machete en mi culo suavemente, y así irnos acoplando los tres para poder disfrutar mi doble penetración.
Debo confesar que cuando Karl me enterró su guevo, sentí un gran placer anal y muy llena en mis esfínteres, me imaginaba mentalmente estar en un burdel trabajando como la mejor puta del local, tirando con los tipos más ricos del negocio. Eso despertó un hambre de lujuria y sexo pasional que aunado a la sabrosura paloma de mi esposito en mi cuchara, rozando el punto G, su dedo activado en mi clítoris, una mano mamando mis tetas y pezones provocaron un alud de sensaciones orgásmicas y de movimientos fuertes de penetración vaginal y anal, que dispararon una serie de orgasmos míos y de mis dos machos, dejándonos extasiados y agotados de todo ese esfuerzo mayor de sexo conmigo. Quedamos muy extenuados y desfallecidos, mi esposo quedo nocaut y Karl a duras penas podía moverse. Lo acaricie con mucha ternura, besándolo con mucho sentimiento, por fin pude estar con otro hombre, el cual me dio mucho placer en consentimiento y participación de mi bello esposo.
Karl me pidió nos bañáramos juntos, lo empecé a lavar en sus genitales y se puso súper cachondo, le pedí me cogiera de nuevo, pero por todos lados, ese sería su premio de despedida. la orden no se hizo esperar, me dio durísimo por la cuchara haciéndome acabar dos veces, después me penetro por el culito, produciéndome otro orgasmo que me hizo hacer pis y salir lágrimas de placer, fue muy distinto a los sentidos en otras penetraciones anales, él estaba tan fuerte y grueso de espesor que me arrodille a mamarle su verga y que me acabara en la boca, deseaba tragarme su leche y despedirnos en buen lid sexual, sin embargo, no pudo eyacular oralmente, me puse en cuatro patas y le pedí me reventara mi vagina con su monstruo largo y grueso, estuvimos como diez minutos en una sesión de fuertes penetraciones profundas y rápidas hasta que acabamos juntos bajo la regadera. En verdad, fue la mejor experiencia de un trio HMH que he tenido y la primera vez que mi casa y cuarto matrimonial es utilizado para hacer sexo con otro hombre que no sea mi esposito.
Ese es uno de mis secretos más celosamente guardados y tu viejito eres el único que lo conoce después de los participantes en el trio, te cuento:
Yo: Bella que historia tan buena para ti, me imagino como habrá cambiado tu vida después de esa experiencia del Trio. Tu dormitorio es el santuario del sexo contigo.
Sonia: Ahora si entiende porque razón no siento inquietud por venir a disfrutar sexo contigo en mi habitación matrimonial, no perdamos tiempo y disfrutemos a máximo placer.
Yo: Cierto corazón aprovechemos el momento y el lugar para nuestro mayor disfrute
Procedimos a colocarnos en el centro de la cama bajo un intenso morreo de besos, caricias y toqueteos, le acariciaba el cuello con mis labios y lengua aprovechando de decirle palabras morbosas de sexo subidas de tono y con una de mis manos acariciaba sus labios y zona vaginal, la cual se encontraba muy estimulada y encharcada de fluidos, le mamaba sus senos y mordía suavemente sus pezones, le pasaba la lengua por sus labios suavemente y la besaba con pasión.
Ella suavemente, se fue moviendo buscando la posición nuevamente del 69, lo entendí y facilite el acoplamiento, empecé a pasarle mis dedos, lengua y labios por toda la zona vaginal y anal, limpiaba con mi lengua sus fluidos vaginales y su clítoris inflamado de placer, lo mordía y lo dedeaba de manera circular suave y fuerte produciéndole convulsiones pre-orgásmicas, ella me decía:
Sonia: papí ricooooooo, eres el mejooorrrrrrrrrrr, me vengooooooo, ayyyyyyyyyyy mámame más fuerteeeeeeeeeeeee, muérdemeeeeeeeeeeeee la pepaaaaaaaaaaaaaaa.
yo: te gustaaa mamacita bella, acabaaaa en mi caraaa, damé tus jugos de diosa, sácame la leche.
Sonia: uyyyyyyy viejotoooooo estoy acabandoooooooooo, bebebebebe partemeeeeee toda
Sonia alcanzó varios orgasmos seguidos, quedando muy agotada y semi-inconsciente. nos abrazamos con mucha ternura y se volta boca bajo, todavía estaba con mi guevo bien duro y excitado, me monte encima de ella y con cuidado situé el glande en la entrada de su culito, el cual estaba muy mojado con sus fluidos, lubrique toda mi paloma e intente metérselo suavemente. Al sentir la cabeza de mi paloma en la entrada de su ano, levanto las nalgas y me dijo:
Sonia: papito viejo, toma tu premio, eres el mejor de todos los que me he cogido, mételo todo sin temor.
Sonia: estuve fantaseando todos estos días con este momento, cógeme por el culo como tú sabes hacerlo, dame duro, pártemelo y deja una huella de nuestro encuentro dentro de mí ser, hazme acabar analmente.
Yo: seguro que si mi cielito lindo, por fin voy a hacer realidad este sueño y deseo sexual contigo, te voy a coger ese culo como nadie te lo ha hecho. Mejor que todos los machos con los cuales has tirado.
Sonia: dale chamito, cógeme rico, lléname ese culo de leche, párteme el chiquito como cuando te coges a una puta de verdad, dios que rico se siente, me llenas mis intestinos profundamente.
Sonia: papito, nunca he sentido una paloma tan gruesa y grande en mi culo, eres el primero, se siente inmensa y sabrosa, ayyyyyyy duro papacitoooo, fuerte, palmea mis nalgas, deja tu marca, mi lobo.
Yo: Uyyyyy mamita tienes un culito tan sabroso, se siente cerradito y caliente, muévete como la diosa del sexo rudo más erótica y puta en cuatro patas, después vas a jinetear mi paloma en tu culo, sácame la leche para inundarte ese rabo tan exquisito.
Sonia: sabroso mi padre, partermmeeeee, méteme los dedos en mi cuchara y mastúrbame como tú sabes hacerlo, quiero acabar bestialmente contigo en nuestra cama, mi lobo.
Esas conversaciones despertaron una lujuria muy fuerte e intensa por parte de los dos. Me acosté en el centro de la cama y ella se montó a cabalgarme, se lo metió totalmente en su culo, daba movimientos muy profundos y rápidos, lo sacaba e insertaba nuevamente con fuerza, lucubraba palabras groseras de sexo caliente conmigo. Por mi parte le mamaba los senos con pasión y comencé a dedearla internamente en su vagina y su clítoris, estimulando su pasión ardiente y éxtasis sexual, casi a los diez minutos de tantas caricias y estimulación, comenzamos con movimientos muy profundos, fuertes y suaves sobreviniendo una serie de orgasmos violentos de ella y una inmensa eyaculación mía en sus intestinos. Reconozco que esa ha sido una de las mejores tiradas con una mujer en mi vida. Sonia por su parte, quedo en un letargo espectacular, montada sobre mi cuerpo, abrazada sin fuerzas ni sentido. A penas tenia fuerza para acariciarla en su pelo y espalda, pienso que en ese momento sentimos una profunda sensación de bienestar y satisfacción de nuestras fantasías y deseos reprimidos y ocultos. Superamos un reto ambos.
Después, le contaré la tercera y última experiencia sexual con Sonia. Espero haya gustado esta historia de un hecho real. Abrazos.