Un reto con la esposa de mí cuñado – PARTE FINAL

Cuando una oportunidad con una mujer casada es bien aprovechada, trae excelentes frutos, el premio es muy satisfactorio y placentero para ambos. Debo reconocer que esa última experiencia con Sonia fue uno de los mejores encuentros sexuales con una mujer casada en mi vida.

Un reto con la esposa de mí cuñado – PARTE FINAL

Infidelidad

Cuando una oportunidad con una mujer casada es bien aprovechada, trae excelentes frutos, el premio es muy satisfactorio y placentero para ambos.

Debo reconocer que esa última experiencia con Sonia fue uno de los mejores encuentros sexuales con una mujer casada en mi vida.  Ella, posteriormente me lo confirmo, me dijo “viejito” ambos superamos el reto, fue lo máximo, siempre mío.

Tres días después, recibo una llamada telefónica de su celular, expresándome lo siguiente:

Sonia: viejito, voy a viajar a la playa por dos semanas con Alberto y la familia, pero antes quiero estar contigo y me des tu dosis de sexo y cariño, ¿Cuándo podemos vernos?

Yo:       Hola bella, ¿puede ser mañana en la tarde, en tu casa o prefieres que sea en otro lugar?

Sonia:  ok mañana en la tarde a partir de la 1 pm, pero no en la casa, esta mi mamá y los muchachos, prefiero que sea en un motel, te parece, te paso buscando con mi carro, en la plaza cercana a tu casa.

Yo:       Ok corazón, nos vemos en ese sitio a la hora convenida 1 pm

Sonia:  ok, besos amor.

Después de la llamada, me quede pensativo por el estado de ansiedad que percibí en su voz. Generalmente, ella deja pasar unos nueve días y me llama, parece que está más deseosa de sexo fuerte conmigo, eso es bueno y malo a la vez, debemos tener mucho cuidado.

Llegue a la 15 minutos antes de la hora convenida, di un recorrido de seguridad alrededor de la plaza, todo normal y sin peligro de mirones conocidos, me estacione, baje del carro y me senté en un banquito a la espera de ella. Sonia llegó a la 1,05 pm, subí a su carro y me di cuenta que le puso papel muy oscuro a los vidrios, siempre un paso adelante en su previsión de seguridad y discreción de curiosos indeseables. Nos saludamos con muchísimo cariño, un beso muy rico y una agarrada de paloma muy especial.

En la medida que conducía al motel, me informo que estaba muy nerviosa, mi cuñado, puso varias cámaras de video para saber quién se estacionaba frente a su casa, quien visitaba su casa cuando él no estaba, alegando razones de seguridad de toda su familia. También, me dijo que era imposible volver a tener encuentros sexuales en su casa y debía reducir mis visitas cuando ella estaba sola a cero, solamente visitarla cundo estuviera Alberto. Finalmente, me expreso que ella intuía que algo estaba sospechando mi cuñado. Estaba preguntando, cuando fue la última vez que yo había visitado su casa sin que él estuviera presente, comentándole que no quería que ningún hombre entrará a su casa en su ausencia, y eso me incluía principalmente. Cosa que ella entendió y acepto sin chistar.

Realmente sentí su angustia no tanto porque nuestra relación se terminase sino por el nivel de daño que pudiese ocurrir si se sabía la verdad de nuestros encuentros; en ese sentido, le manifesté, que estuviese tranquila y segura de mi parte, solamente ella, sería la responsable de cualquier infidencia o revelación de nuestras relaciones de amantes con su esposo, y si lo revelaba, era la autora del daño en su matrimonio; yo lo negaría a toda costa.  Ella se quedó pensativa y vi rodar lágrimas de sus ojos, señal de que entendió la extensión del mensaje. Intente, neutralizar su miedo y angustia, acariciando su pelo y rostro, en eso llegamos al motel.

Una vez que entramos a la habitación, ella se sentó en la cama y me dijo tajantemente:

Sonia:     este es nuestro último encuentro sexual, quiero vivirlo intensamente; después, así te busque, te llore por un encuentro, debes rechazarlo, por el bien de nuestras familias y de nosotros, ¿estás de acuerdo?

Yo:         Si, tú propones y yo dispongo, cuando te rechace no me condenes por favor, fue tu propia decisión, la cual respeto aunque no comparta.

Sonia:     totalmente de acuerdo corazón bello

Bajo esas condiciones ella, me abrazo y comenzamos a morrearnos con mucha pasión y deseos, me desnudo desesperadamente y me dio una mamada bestial, fui quitándole la ropa suavemente hasta dejarla desnuda, se había depilado toda la zona vaginal y anal, su piel era muy suave y agradable, acariciándola con mucho interés y calor, sus senos fueron mi blanco favorito, sintiendo su excitación al máximo al brotarse sus pezones y palpar su erizado cuando los mordía y chupaba. Al rato la fui llevando a la postura de un 69, sabía que era su posición favorita, acariciaba con mi lengua el clítoris y dedearle el botón del punto “G”, casi inmediatamente, comenzó su cadena de orgasmos; por su parte, tenía mi paloma hasta el fondo de su garganta, me acariciaba los testículos y la zona perianal con mucha pasión hasta que sentí que mi carga de leche estaba lista para que ella se la tragara completamente, cuando sentí, que se sacó mi rabo de su boca y me dijo que estaba acabando, le dije que yo también, le la volvió a chupar.  Me apretó la cabeza con mucha fuerza y soltó todos sus jugos vaginales, igualmente, empecé a descargar toda mi leche en su garganta y boca, la verdad que fue tan fuerte, que nos quedamos casi inconscientes y sin fuerza física para separarnos en la cama.

Descansamos unos 15 minutos, abrazados, sin decir ninguna palabra, solo besitos y caricias en todos nuestros cuerpos, ella se sentó en el copete de la cama y me pidió que no le acabara en la vagina, ni en el culito, eso sí que le diera duro, ella quería tomarse toda mi leche y no dejar evidencia del olor de mi esperma en sus dos huequitos, ya que su marido, pensaba cogerla, cuando llegará a su casa a las 6 pm. Recordé que era viernes y es el día cuando la coge. Acepte sus condiciones, quería una despedida muy tranquila y amigable entre nosotros y de gran satisfacción sexual entre ambos.

Así lo entendimos, ella se puso en cuatro patas y me pidió que le partiera el culo con suavidad, así lo empecé a penetrar, ella estaba disponible y relajada, cuando introduje la mitad del glande, se empezó a mover circularmente para excitarnos más, utilizando palabras muy calientes y populares de sexo caliente, clavándose todo mi guevo en su culo. Sonia, estaba como una puta birrionda de sexo anal, su lujuria al máximo pedía violencia en sus nalgas y cabellera, mientras le acariciaba los pezones, las orejas, el clítoris y punto “G”, los movimientos eran tan fuertes que empecé a sentir una molestia en la cabeza del machete, intente sacarlo y ella me dijo, si lo sacas te mato, ya estaba acabando, lo enterré hasta el final de sus intestinos y sentí sus líquidos vaginales recorrer mis testículos y piernas, hasta quedar acostada conmigo encima, no pude acabar, mantenía mi guevo en su culo, ella estaba semi-inconsciente y sudada al máximo.

Saque mi paloma y fui al baño a revisarme el glande, el cual estaba casi lleno de caca de Sonia, fui a la regadera y al caerme el agua sentí un ardor leve, en la medida que se iba limpiando y lo limpiaba con jabón de baño, desapareció la molestia, observe una pequeña irritación, la cual podía cubrirse con aceite o vaselina, me seque y salí al dormitorio, Sonia continuaba descansando dormida. Decidí, cogerla con condón por la vagina y así no, aumentar la irritación del glande y pasar a males mayores.

Sonia despertó como a la media hora, la abrace con mucho cariño y románticamente, la besaba por todo su cuerpo, ella me pidió unos minutos para asearse, realmente estaba muy olorosa a sexo y restos de sudor de caca en la entrada de su culito. Se levantó de la cama y fue al baño, aproveche para descansar unos minutos, yo sabía que al regresar ella del baño, quería más sexo fuerte, era nuestro último encuentro y no había podido acabar con ella, estaba todavía caliente mi cerebro y paloma.

Me quede dormido boca abajo y no supe cuándo, sentí una boca succionar mis testículos y un dedo acariciar mis nalgas y culito, después una boca y dedos acariciar y chupar mi espalda y nuca, hablándome con palabras sucias y morbosas, cosa que nunca la había oído decir, eso me estimulo muchísimo, empecé a compartir con ella fantasías sexuales acompañadas de otras palabras calientes y morbosas, me puse boca arriba y ella se montó sobre mí, empezó a cabalgarme pidiéndome que no la olvidara como hembra y amante, yo ocuparía un lugar especial en su vida, nadie la había hecho gozar tanto como yo y eso no era fácil con ella, había logrado que se soltará el moño, cosa que ni su esposo lo había logrado en todos sus día de casados. En la medida que me hablaba, iba alcanzando orgasmos en serie, me inundaba con sus acabadas, se cambió de posición montada sobre mí, con su culo de frente y viéndola como era su gozo al cabalgarme en el espejo de la habitación. Sentí que ya estaba a punto de soltar toda mi leche acumulada y le dije que iba acabar dentro de ella, en un arrebato de lujuria me dijo, lléname toda de tu leche papi, que mi marido la pruebe para que no sea marico y cachuo, el me indujo a tirar con otros y ahora me quiere restringir de mis deseos de tirar con otro macho. Inunda mi cuca con toda tu semilla vida mía, disfrútate esta cuca al máximo por ya no habrá otra oportunidad, dale mi viejito bello, dámela toda que estoy acabandoooooo, yo tambiénnnnn mi bellaaaaaaaaa. Fue una acabada bestial, Sonia me saco la paloma y empezó a limpiarla con su boca, dejándomela limpiecita, nos paramos, fuimos al baño a limpiarnos, vestirnos y despedirnos de esa sesión de sexo pasional.

Regresamos a la plaza cerca de mi casa, nos mirábamos con amor y agradecimiento, no hubo una sola palabra de despedida, ni siquiera un beso. Nos despedimos en silencio.  Han pasado dos años de nuestro último encuentro, decidí alejarme lentamente de su casa, solo visita esporádica.