Un regalo inolvidable.

Una pareja despues de ser abducida por el ovni empiezar a realizar sus fantasias y perversiones más escondidas.

UN REGALO INOLVIDABLE

Un domingo estaba leyendo el periódico y leí el siguiente anuncio de relax: "CASA PRIVADA. BELLAS SEÑORITAS, CLIMATIZADO, MÁXIMA DISCRECIÓN. VISA", junto al anuncio venía un número de teléfono, y decidí llamar, me atendió una señorita con la voz muy sensual, quedé una hora más tarde en una dirección, aprovechando un viaje de mi mujer.

Cogí el coche y me encaminé a la dirección que me dieron, llegué a un barrio a las afueras de la ciudad y me abrió la puerta una rubia exuberante y en el interior de la casa pude ver a cuatro muchachas más, me dieron a elegir entre las cinco muchachas, una vez presentados, se quedaron sorprendidas cuando dije que elegía a las cinco, después se rieron y me preguntaron que como iba a hacer para complacerlas, yo las miré fijamente y no dije nada. Una morena empezó la faena, se acercó a mi y metió su lengua en mi boca y me besó suavemente, las compañeras siguieron el juego y se fueron desnudando al mismo tiempo que me desnudaban a mi, minutos más tarde me tenían tumbado en una cama enorme, una de las muchachas sacó de debajo de la cama una maleta grande y sacó de allí dos o tres pollas de plástico y me dijo, nosotras nos divertimos con esto cuando estamos caliente y ahora lo estamos, cogieron cada una de ellas una polla postiza y empezaron a hacer un numerito estupendo, empezaron chupando la caperuza de esos aparatos, mientras yo frotaba el mío, que era verdadero, entonces algunas manos parparon algunos coños que no eran la de su dueña, y empezaron a refregarse los consoladores por todo el cuerpo, hasta que llegaron al coño que una a una se lo iba metiendo hasta que desaparecían por completo, de pronto una de ellas se lo sacó de su coño y se lo endiñó a otra por el culo suavemente, la que tenía los dos consoladores se retorcía de gusto y se corrió gritando, ésta volvió a la maleta y cogió un consolador con forma de puño cerrado, le untó un liquido, y se trajo a la que le metió el consolador por el culo al mi lado, la abrió de patas y me dijo chúpale el conejo mientras yo lubrico esto, le hice caso y me amorré a la cueva húmeda sin vacilaciones, chupé y tragué todo lo que venía a mi boca del interior de esa cueva hasta que me dijeron por detrás ya vale que la vas a derretir de gusto, me aparté al tiempo que la otra se acercaba hacia ella con la enorme polla en la mano y le iba diciendo: "ahora disfrutaras zorra" y le fue metiendo el puño poco a poco abriéndose ella misma el coño para facilitar el paso del consolador, parecía increíble que pudiera meterse una cosa tan grande en un orificio tan pequeño, pero entró entero, le dio unos cuantos meneos hacia adentro y hacia afuera, mientras la otra se mordía los labios de gusto, se lo sacó de un golpe me lo dio a mi y seguidamente introdujo su puño donde estuvo el falso, se ve que el puño verdadero trabajaba mejor allí dentro pues se corrió enseguida en el puño de la amiga, esta lo sacó y empezó a chuparlo, mientras yo me amorré de nuevo al coño que estuve chupando antes solo que ahora estaba más abierto y repleto de flujo, lo chupé hasta que lo dejé lo más limpio posible, en agradecimiento me tumbó donde ella estuvo antes tumbada y empezó a chuparme la polla, aprovechando mi postura la otra puso su coño sobre mi boca y me dijo cómetelo, cómetelo todo, y yo me lo comí, mientras tanto las otras tres sobre la misma cama se refregaban los coños unas a otras, una morena dejó el coño sobre las tetas de la rubia la más tetona que había, y la rubia le metió un pezón en el coño, mientras que la pelirroja tiraba el consolador y se amorraba en el coño de la rubia, como el coño de la pelirroja quedaba a mi alcance alargue la mano y le introduje dos dedos y empece a moverlos, al mismo tiempo la que me chupaba la polla dejó de chupar, puso su coño sobre mi polla y fue bajando lentamente, yo pegué un empujón y se la metí hasta los ovarios, a la que le estaba chupando el coño y a la que estaba follando se daban la lengua y se sobaban las tetas, por fin se corrieron sobre mi boca y mi mano, a la rubia se le corrieron en las tetas, yo me corrí en el coño de la que se corrió sobre mi polla y la pelirroja se comió la corrida de la morena, me aparté de las que me amarraban hasta que llegué a los pechos de la rubia y le limpie la corrida de la morena a lengüetazo limpió.

La segunda sesión de jodienda empezó poniéndose la rubia platino, que antes le estuve chupando el coño, a cuatro patas delante mía, mientras la morena se ataba un consolador en la cintura, con el que endiñó a la negra que antes follé, al igual y al lado mía, por lo que podíamos ver lo que hacían las del frente, cogieron un consolador negro y largo con dos capullos y uno se metió cada una en el coño y comenzaron a moverlo de forma frenética, parecían dos tías con polla y haciéndose una paja una delante de la otra, de vez en cuando la morena miraba para mi y se pasaba la lengua por los labios, suficiente señal para amorrarme a su boca y de vez en cuando a sus tetas, de pronto una del frente empezó a chillar: "me voy, me vacio", la otra se saco la polla y se la llevo a unos centímetros de su boca y del centro del capullo salió una hilera de flujo blanco que le llenó la boca, la cara, los pechos, bajó el consolador a su coño y al sentir el flujo caliente en su interior se derramo sobre la otra que se saco el consolador para llevárselo a la boca, en ese instante la morena se corría encima de la espalda de su yegua al igual que yo, saque la polla del coño y se la puse en la espalda, mi yegua giró la cara recibiendo una corrida sobre todo su cuerpo, se giro, levantó un poco las piernas y empezó a refregarse el clítoris hasta que se corrió, mientras mi polla todavía goteaba encima de sus pechos, la única que no se había corrido era la negra que había cabalgado la rubia, por lo que le di la vuelta y la puse boca arriba, me puse de rodillas y se la fui metiendo poco a poco, las compañeras no se quedaron quietas y una se amorró a una teta, otra al otro pecho, otra a la boca y otra le introducía un dedo en el culo, la negra no tardó en correrse al igual que yo que volví a correrme entre los cuerpos sudorosos de mis cinco amantes.

Cuando volvía a mi casa en uno de los surtidores de gasolina compré una película porno, titulada "Lesvian love". Cuando llegué, puse la película en el vídeo y mientras comía un trozo de pizza con una mano, me la cascaba con la otra ante la vista de dos tías que se sorbían la pepitilla mutuamente en un caliente 69, tendí el sofá-cama y me tumbé, viendo la película porno me quedé dormido. Al día siguiente, al despertar me encontré a mi mujer desnuda a mi lado viendo la película porno que yo había comprado, estaba embelesada viendo como una tía le metía un consolador a otra por el coño, una mano de mi mujer se acariciaba las tetas, mientras la otra escarbaba en las entrañas de su abertura, me quedé sorprendido se estaba haciendo una paja viendo como dos tías follaban, cuando se dio cuenta que estaba observándola me dijo: "arráscame el chocho, me pica un montón", sin hacerse repetir me coloque debajo de ella y sin que ella perdiera la vista de la película la ensarté hasta que mi polla topó con sus ovarios, ella seguía frotándose la pepitilla al mismo tiempo que yo le metía todo mi ser en su interior, después de un buen rato subiendo y bajando lentamente aceleré las embestidas al mismo tiempo que ella se movía con más ímpetu, por lo que supe que iba a descargar de un momento a otro, se vació sobre mis muslos, la levanté y le coloque la polla entre las tetas, ella las apretó contra mi falo y empece a moverme en aquella postura, poco después descargué sobre su cuello, cara y pechos.

Después de un ligero descanso le pregunte que si le gustaban las tortilleras, ella me dijo que le encantaría gozar con dos o tres mujeres, como era pronto su santo decidí volver a llamar a la casa de citas y preparar algo inolvidable con aquellas hermosuras de chicas para el día de su santo. Parecía que nunca llegaba el día señalado, pero al final llegó, pedí el día libre en la oficina y le dije a mi mujer que íbamos a casa de unos amigos a pasar el día.

Cuando llegamos tenían todas las luces apagadas, cuando cerré la puerta detrás de mí, se encendieron las luces y aparecieron todas desnudas gritando: "felicidades, nosotras somos tú regalo, ábrelo", mi mujer se quedó sorprendida, no se esperaba nada así, cuando miró para mi vio que yo también estaba casi desnudo, las cinco chavalas la cogieron y la condujeron hacia la habitación de los juegos eróticos, estaba muy bien decorada, sobre la cama había consoladores de todas clases y colores, al igual que en las repisas y las mesitas, ellas la llevaron hasta la cama, tiraron los consoladores al suelo y la desnudaron a diez manos, cuando la tenían desnuda y bien sobada, entré en la habitación con una tarta de merengue, como no traje cubiertos nos la tuvimos que comer con las manos, para no desperdiciar nada lo que caía en el cuerpo de alguna era chupado por otra, a mi mujer la tendieron en la cama y le llenaron de merengue en la boca, en las tetas, en la barriga y en el coño, mientras que la negra me llenaba el nabo de merengue a mi, se apartaron y me dejaron el paso libre para que le metiera mi polla blanca en su blanco coño, mientras las demás chicas chupaban y se comían lo que podían entre ellas, me coloqué delante de ella y le dije: "espero que disfrutes el día de tú santo", ayudado por la crema blanca no fue muy difícil meterla completamente, por los bordes del coño le salía el merengue con mi mete-saca, las demás chicas se unieron a nosotros dos, dos de ellas chupaban las tetas de mi mujer, otra el ombligo, otra intentaba chupar el coño y mi polla que seguía bombeando, la negra arrebañó lo que quedaba de merengue y se lo untó en el chocho rasurado, se abrió de piernas sobre la boca de mi mujer y mi mujer empezó a chupar al compás de los movimientos de la negra, esta le decía: "chupa, que después vas a conocer la gloria", la negra se acercó a mi y me dio la lengua, y mis manos masajearon los redondos melones, al ver mi nueva postura mis manos pasaron de las tetas a los coños de las que seguían chupando las tetas de mi mujer, al poco tiempo la negra emitió un grito ahogado al tiempo que se corría sobre la boca de mi encantadora esposa, mis manos se llenaron de flujo que chupé con gusto, las que le chupaban la barriga y el coño y parte de mi polla, se corrieron ya que se estaban haciendo una paja mutuamente, yo notaba que me iba a correr de un momento a otro, pero esperaba que se corriera antes mi mujer así que aguanté como pude hasta que sentí como se iba y yo me deje ir, descargando sobre su interior.

Una vez recuperado el aliento vimos el desastre de la habitación y nuestros cuerpos llenos de merengue, así que decidimos ducharnos y cambiar de habitación, en la ducha todo eran manoseos juguetones hasta que nos volvimos a calentar, los manoseos pasaron a ser masturbaciones y lengüeteo en la boca en la raja o en la polla, aquí volvimos a corrernos de nuevo, yo me corrí en la boca de la rubia, que se apartó para que mi corrida llenara a todas la que estuviera en el punto de mira de mi fusil.

Una vez secos pasamos a otro dormitorio, donde tenían un televisor donde pusieron una película porno, en donde una mujer era ensartada por el coño y el culo al mismo tiempo, otro tío se hacía una cubana, otro le introducía la polla en la boca y con las manos le hacía una paja a otros dos tíos, mi mujer se quedó mirando y dijo: "ojalá me pasase eso a mi", y le dijo la negra: "esta es nuestra sorpresa", y cada una de ellas se colocó una polla de plástico amarrada a la cintura, empezaron pasando la lengua por todas las partes y a golpearle suavemente con las pollas en las tetas, la boca, el coño y el culo, como mi mujer nunca había sido enculada le untaron el agujero posterior con vaselina, una se tendió en la cama boca arriba y le dijo siéntate en mi polla, se la fue introduciendo lentamente, pero ayudada por la vaselina se la metió toda dentro, se tumbó sobre los pechos de la que de daba por culo y otra se la introdujo en el coño, otra se la introdujo en la boca y las otras dos se introdujeron los consoladores en el coño y guiaron las manos de mi mujer hasta ellos para que los removiera, por lo que a mi me habían dejado las tetas con lo que la metí allí con gusto, la que tenía la polla metida en la boca de mi mujer me dio la lengua y con sus manos apretó las tetas sobre mi polla y empezó a moverlas, yo me agarre a sus tetas y se las sobé al tiempo que escuchaba a mi mujer suspirar de gozo, gusto y placer, además de los orgasmos que iba recibiendo uno tras otro y los quejidos de las demás que también se corrían, cuando se corrían lo hacían sobre el cuerpo de mi mujer, y después refregaban el fruto de la corrida donde podían, en este juego se intentaba exprimir al máximo a la que era follada, pero mi mujer era incansable, ella pedía más y más, hasta que pararon las chavalas lo que me dejó el camino libre para poder follarla alternativamente por el culo y el coño, y chupar todos los restos de corridas que estaban a mi alcance, al fin eyaculé, con una corrida abundante que descargue sobre el cuerpo de mi mujer, que fue limpiado por cinco bocas a la vez.

Después de esto mi mujer me pidió que lo repitiésemos más a menudo, cosa en que seguro la complaceré.