Un regálo inesperado

Tras pasar un sin vivir en su antigua relación, Helena, la dulce Helena, recibe un regalo la mar de interesante de alguien muy especial..

Helena cerró la puerta de casa de una patada después de guardar las llaves con brusquedad. Se despojó de la chaqueta, una bonita chaqueta blanca, que le caía hasta sus muslos, y que le daba aspecto de tener una mayor edad de la que realmente tenía.

A sus 21 años, había pasado, por muchas relaciones, unas más largas que otras, pero todas ellas con un final nada feliz para ella, en verdad pensaba que la vida “amorosa” la había castigado de forma beligerante. Posiblemente de sus 4 anteriores relaciones, las que menos le dolió, fue aquella que mantuvo con la persona a la que ella creía que amaría toda la vida. Ahora un año después echa la vista atrás y recuerda con satisfacción que se dio cuenta que verdaderamente, dejó de amar a ese hombre.

Ella que le había entregado, todo su amor y gran parte de su juventud, siempre correspondió a sus caprichos, y ¿para qué? pensó mientras se miraba al espejo… no había cambiado nada en una año, con una sonrisa pícara recordó como hace un año se dijo así misma, ojala pueda crecer unos  centímetros más, pues leyó en una revista científica que hasta los 21 años un ser humano crecía, que ingenua, ahí estaba ella de pie, desnuda frente al espejo de cuerpo entero, contemplando sus 1.65 cm, mientras se acomodaba detrás de las orejas su pelo castaño, observando cada milímetro de su anatomía… para que él se estuviera tirando a esa zorra, esa que decía ser su amiga, su confidente, cuando en realidad le llenaba de veneno la cabeza a su novio, y él, crédulo le creyó y se dejo atrapar por ella. ¿Cuántas veces no habrían ensuciado sus sabanas?, ¿cuántas veces no habrían mancillado su hogar?, pero ya nada de ello le importaba.

¿Quién le diría a Helena que el tiempo le daría su recompensa?

Gritó para sí misma, que aún podía sacarse partido… estaba en la flor de su juventud, era guapa, lista, tenía un buen trabajo que además pagaban bien, su piel tersa y morena, algo heredado de sus padres de origen latino igual que ella . Su jefe es una persona de principios, nunca ha intentado nada ni con ella ni con sus compañeras... Se dijo… aún puedo ser feliz, encontrar a la persona indicada, tengo unas piernas turgentes, un culito respingón que me agrada cuidar, y lucir por supuesto, siempre que camino por la calle, los hombres se giran para admirarlo, seguro que es una buena pieza de deseo, y sobre todo mi mayor tesoro, mi busto, un par de senos bien puestos (95 de talla), que es la envidia de la chicas en la oficina.

Pero tengo que encontrar a una persona, que sea como yo. Sincera, abierta a todos los temas, habladora, que siempre haya una sonrisa en su rostro, que me haga reír, que sea espontáneo, atento, alegre, humilde y que me cuide, como yo cuidaré de él.

Bueno una noche más a dos velas, menos mal que en mi vigésimo cumpleaños mi prima me regaló ese juguetito tan especial, que tantas noches en vela me ha hecho perder la razón. Es Viernes, total mañana no se  trabaja, esta noche jugaré hasta bien tarde, sí señor.

Se metió a la ducha, y el agua fría le templó todos los músculos de sus  cuerpos hasta que se acostumbró a la temperatura de la misma. Cogió el jabón de barra, y empezó a aplicarlo sobre sus voluptuosos senos, entretanto apoyaba uno de sus pies en la parte superior de la bañera,  sus manos se recreaban en ellos con el suave tacto del jabón y el diminuto chorro de agua que caían sobre ellos, al tanto asió con una mano el suave jabón de olor a frutas del bosque y la baja en dirección a su estómago para pasar raudamente a enjabonarse su cuidada entrepierna.

Dejó caer el jabón e inicio el vaivén de sensaciones, que tan esmeradamente le daban sus manos, se apoyó en la pared, mientras que con una mano se pellizcaba los pezones y con la otra, mantenía un ritmo desaforado en los labios vaginales, que pocas veces dejaba aparte para acudir a su ya hinchado clítoris en el cual aumentaba más si cabe el ritmo de sus alocados dedos, mientras sus gemidos eran cortados  por la una romántica salsa que tocaba en el equipo sonido del piso de abajo la cual recordaba a la perfección pues es preferida, por su peculiar estribillo…Y el amor me lo compras a mi cuando quieres sentir el calor de esta piel que si te quema, como fuego entre tus venas… estaba tan excitada, notaba como el orgasmo iba naciendo desde lo más profundo de su ser, entonces se metió dos dedos en su coñito que destilaba ríos y ríos de jugos debido a su calentura, y ese gesto con sus dedos, unidos a los pellizcos a los que torturaba sus pezones, hizo que su orgasmo fuera de los mejores que había tenido en muchísimo tiempo.

Pasado el trance, su estómago gruño cuan felino hambriento, así que termino por ducharse, y prepararse una cena ligera. Una ensalada “Cesar”, entretanto, se puso una película que emitían llamada Un paseo por las nubes, en cuanto la vio cambio de canal, para ver una película romántica, ya estaba ella sufriendo de mal de amores, y no necesitaba una de una película para rememorarlos, asió el mando y encontró una de sus series predilectas “Las Vegas”, se dijo para sus adentros… al menos me río un rato, que falta me hace, además los actores estás bueno s…

Cuando por fin acabo la serie, serían las 2 de la madrugada, y por raro que pareciera, no tenia pizca de sueño. Así que inmediatamente pensó en el regalo de su prima.

Súbitamente se marchó a su habitación, abrió el cajón de su mesilla y saco esa polla de goma que tantas veces la había complacido. Se desnudo torpemente, y se acostó en la cama boca arriba, para dar rienda a su pasión. Sin aplicar la vibración del mismo comenzó a rozarlo a lo largo de su rajita, mientras se mordía el dedo corazón, para luego bajar la mano a sus ya endurecidos pezones, que ya pedían guerra, alternaba la mano de un pecho a otro y con la otra iba aumentando el ritmo,.

Activó la vibración del consolador y pasó a introducírselo en su ya encharcado coño, ese movimiento, hizo que le llegara el primer orgasmo que se alargó por la vibración del susodicho aparato que le estaba dando placer. Inicio una penetración lenta y acompasada con su respiración mientras se relamía el labio inferior y arqueaba su espalada para poder meterse más profundo tal aparato…su prima no había escatimado en tamaño, unos 18 cm bien considerados... en esa posición  le llego otro orgasmo más.

Se giro en la cama de tal forma que su rostro daba en los pliegues de las sabanas, abrió sus piernas mientras la mano q asía el consolador, no dejaba de embestirla contra sí misma. Estaba llegando su tan deseado orgasmo, ese iba a ser el más demoledor, lo sabía, lo sentía, mordió la almohada para cuando gritara de placer no se enterase todo el edificio.

Su orgasmo fue devastador, gritó como una perra en celo, su néctar destilaba en cantidades industriales mojando las sabanas, dejó en la mesilla el consolador, y por fin Morfeo se apoderó su cuerpo, exhausto pero complacido.

Pasaron los días y los meses, llevaba más de 7 meses sin follar, y la verdad eso la frustraba, porque no la dejaba concentrarse en su trabajo, además se acercaba su cumpleaños, y por motivos de trabajo, en lo último en lo que quería pensar era en salir de fiesta con sus amigas y la alocada de su prima,  a la que tanto quería.

Llegó el día de su 23 cumpleaños, y el día en la oficina fue de lo más abrupto, lo único que quería era llegar a casa ducharse, cenar y a la cama, pero en ese mismo pensamiento, se acordó que si prima le llevaría su regalo de cumpleaños, y por lo que notó en su voz cuando la llamó por teléfono, estaba deseando que llegara ya su cumpleaños, desde luego, parecía mentira, que la persona que deseara más su cumpleaños fuera su prima y no ella mismo.

Cuando por fin salió de ese martirio, se fue directamente a casa, desechando las invitaciones de sus compañeras para ir a tomar algo.

Abrió la puerta, y la cerró dándole una patada, mientras se dirigía hacia su habitación, comenzó a desnudarse, dejando un reguero de ropa haya por donde pasaba. Necesitaba una ducha urgente, en pleno mes de Agosto, el calor era insoportable, se sentía pegajosa, además hacía pocos días había comprando unos pequeños cucuruchos en un supermercado, de sabor Maracuyá´ (Fruta que se da en América Latina), desde luego lo necesitaba.

Una vez se hubo duchado, se encaminó a la nevera, donde extrajo la caja que contenía los cucuruchos, pensó… está tarde acabaré con la caja entera… y en cuanto dio el primer bocado de helado, sonó el timbre de la puerta, maldijo por lo bajo su situación y a continuación… ojala sea Karla.

Cuando se desplazaba hacia la puerta, sonó el pequeño inalámbrico, el cual cogió y se dirigió de nuevo a la puerta.

H: hola, ¿quién es?, y el timbre volvió a sonar… ya voy no tenga prisa joder.

K: feliz cumpleaños, primita, ¿Cómo es eso de llegar a los 23?

H: una puta mierda, haces memoria y dices, buaff!! En dos años 25 y en otros 5 los 30,¿estás en la puerta?

Echó un vistazo por la mirilla de la puerta, y vio a un chico, muy guapo en la puerta. Entonces sumó dos más dos, y dio con su prima.

H: Karla no me jodas, ¿me has enviado a un boys?

Su prima empezó a reírse, y como buenamente pudo decirle…

K: ¿qué dices de boys?, te he enviado algo mejor que eso, espero que lo disfrutes, y Feliz Cumpleaños.

Helena dudo en abrir y no abrir la puerta, entonces decidió abrirla y decirle a aquel chico que se volviera por donde fuera, pero no contó con algo en cuestión.

Al abrir la puerta él se dio cuenta que estaba “embutido” en una gran caja de cartón, que este, en cuanto vio que ella se asomaba la abrió y salió de allí desnudo, salvo por el pequeño tanta rojo, que iba adornado con un lacito y una nota.

E: felicidades, me han dicho que por favor leas la nota.

Ella anonadada por la impresión de ver a semejante semental, rubio, ojos azules como el cielo, de complexión atlética, y con un diminuto tanga rojo, no daba pie con bola para decirle que se marchara, fue tal la impresión que cuando se dio cuenta, ya había cogido la nota y se disponía a leerla.

QUERIDA PRIMA, EN VISTA DE QUE LLEVAS MUCHO TIEMPO SIN CATAR UNA BUENA POLLA, TE HE HECHO ESTE REAGALO TAN ESPECIAL. PROCURA DISFRUTARLO TODA LA NOCHE, AUNQUE TE DEJE EL COÑO EN CARNE VIVA, AUNQUE SE TE DESENCAJE LA MANDÍBULA DE LAS TANTAS VECES QUE SE LA VAS A CHUPAR, QUIERO QUE LO DISFRUTES PLENAMENTE, PORQUE TE LO MERECES, PORQUE ERES LAS MEJOR PERSONA QUE CONOZCO.

FELIZ CUMPLEAÑOS.

No salía de su asombro, cuando sintió que la puerta de la vecina se abría, esta al salir y ver a semejante cañón de hombre, no pudo más que reírse, este educado, la saludo con una leve referencia, que la señora acepto de buen grado, entonces se dirigió a Helena.

Helena, hija, yo quitaría esa cara de idiota que has puesto, y me llevaba rápido a ese monumento, anda, anda, que si yo tuviera tu edad… todo eso con un brillo en los ojos.

Helena sin preámbulos lo arrastró dentro, mientras le decía a su prima, menuda cabrona estas hecha, pero de todas formas gracias, y si voy a disfrutarlo plenamente.

K: entonces, ¿te gusta primita?

Como no le iba a gustar, menudo semental, un rostro seráfico, y un cuerpo diseñado para el pecado, vamos, un hombre perfecto.

H: ¿cómo se te ocurrió esta idea?, y dándose la vuelta, para fijar su mirada en el chico… ¿tu cómo te llamas?

Esbozando una sonrisa, me llamo, Menganito…

Esa bromita a ella no le gusto mucho, pero lo dejó pasar.

H: bien “Menganito”, podrías bajar la herramienta… pues ya de por si aquel chaval, estaba excitadísimo, al pensar en la suerte que iba a tener en follarse a aquella atractiva mujer.

K: mmm! Vaya, parece que le gustas… mientras se destornillaba de risa.

Entonces Helena se volvió a dirigir al chico.

H: ¿Quién eres en realidad?... pero el no contestó, sino, la encargada de hacerlo fue su prima.

K: el perdió una apuesta, con lo cual me pertenece una noche, pero dado que es tu cumpleaños, prefiero dártelo como mi particular regalo.

A Helena esa peculiar explicación de la situación no le hizo ni pizca de gracia.

H: vaya con la salida de mi prima, bien si es así te lo agradezco.

K: no hay de que primita. Que lo pases bien.

Helena casi colgando le espetó… para cuando llames a lo mejor aún estará enfadada contigo, ¿lo sabes no?

Karla aguantando la risa como buenamente podía, le soltó… si cariño, yo también te quiero, ah y no olvides que el Domingo comemos en casa de mis padres. Disfruta del regalo.

Helena colgó el teléfono, y se dirigió a él.

H:Mira ¿no se qué propósito te trae aquí?, pero, y entiende bien, tienes cinco segundos de sacar tu trasero de mi casa, o si no te saco a escobazos.

El chaval no se amilanó lo más mínimo ante su comentario, y le espeto.

M: ¡no!, yo de aquí no me muevo hasta cumplir el cometido que se me ha designado.

Ella con una cabreo monumental.

H: mira imbécil, supere con éxito un curso de defensa personal, así que te puedo echar a patadas de aquí, si me da la gana.

El se encamino hacia el pasillo ante una alucinada Helena, y al llegar a la mitad se giro, para verla directamente a los ojos.

M: yo soy cinturón negro, así que dudo mucho que puedas conmigo. Te voy a hacer una pregunta, y si titubeas una sola vez me quedo. ¿Tú quieres que me quede?

Esa pregunta le vino de sopetón, pues muy en el fondo, quería que ese cuerpo diseñado para el pecado la hiciera pasar la mejor noche en mucho tiempo.

Cuando ella se repuso de la pregunta, le espeto.

H: mira niñato, ya has hecho acto de presencia, así que puedes largarte por dónde has venido.

M: no has contestado a mi pregunta, además, yo siempre cumplo con mi palabra, no soy como otras personas que no las cumplen.

H: ah sí!, ¿Y qué fue exactamente lo que apostaste? Dime.

El sin más se arranco el diminuto tanga, y dejó su miembro a la vista de la avergonzada chica, que giro su rostro, para no ver la magnificencia de tal aparato. Era enorme, tan embobada estaba, que no se dio cuenta de que aquel chico se acercó a ella, para cuando lo vio frente a ella, ya era demasiado tarde, él sin preámbulos, la cogió en brazos e hizo que el estomago de la chica quedara  en su hombro, como si cargara un costal de arroz.

La llevo por el pasillo y  le pregunto cuál de todas era su habitación algo que la chica, ya de por sí se estaba poniendo cachonda ante tal situación, no le contestaba, el chico al no recibir respuesta, eligió una al azar, que casualmente, era la habitación de Helena.

Ella desde su posición, pudo ver la magnitud de su espalda, desde luego se cuidaba, pensó, tenía unas piernas fornidas y sus glúteos, eran fuertes y duros como rocas, amén de que estaban bien puestos en su sitio.

Cuando llego a la altura de la cama, él la arrojó sobre la misma, ella se quedó quieta, desafiándolo con sus bonitos ojos marrones, eso él, le excito más si cabe, desde luego no iba a ser fácil someterla, pero le encantará poder intentarlo, pensó.

Sin dilación se inclino sobre ella, y se aferro a uno de sus pechos, desde allí fue recorriendo su estómago, su ombligo, su pelvis, hasta que llego a lo prohibido, su coñito, el cual noto húmedo, el hundió un dedo por encima del  fino pantalón blanco, ese leve gesto hizo que a ella se le escapara un gemido, y se mordiera el labio inferior mientras que por unas décimas de segundo cerró fuertemente sus ojos, algo que hizo que el chico le brindara una cálida sonrisa.

M: dime preciosa, ¿aun quieres que me marche?

Ella negó con la cabeza.

H: como te atrevas a girarte para irte, te pillo a media camino y te la corto.

Menganito, apretó más el dedo sobre su coño mientras esbozaba una sonrisa.

Le dio un mordisquito en la hora y le soltó un… ya me lo esperaba.

Lentamente le quitó la blusa, y se maravillo de sus grandes pechos, apretados en ese sujetador semi-transparente, en el que se notaban sus duros pezones, que se antojaban deliciosos.

Pero aun no se dirigió a ellos, si no que bajo su mano, hacia el pantalón, desabrochó el botón y bajó el cierre de la cremallera, le dijo que se recostara, mientras el lentamente le arrebataba el pantalón, acto seguido, fue a por su tanguita que a juego con el sujetado, era de color amarillo y semi-transparente, le despojó del mismo primero por una pierna, para terminar de quitárselo por la otra, y desde la misma pierna fue bajando dándole besitos, y pequeños lengüetazos, pero al llegar a la altura de su sexo, no fue a por él, se quedó observándolo, le impresiono de buena manera lo bien que lo cuidaba.

Tiró de ella para dejarla su torso erguido, y con una maestría que ella nunca había visto la despojó de su última prenda.

Sus pecho grandes y turgentes, abarcaban la totalidad de sus manos. Helena tenía un cuerpo espectacular, que hizo que se preguntara, ¿por qué no estaba con nadie?, si era una mujer de bandera, desde luego ella se cuidaba bien, era evidente que ella estaba excitada y eso a él le gustaba, juntó sus senos, y se inclino sobre los mismos para empezar a lamer su piel morena, Helena gimió mientras se abría de piernas y llevaba su mano hacia su coñito. Mano que el detuvo, y le soltó al oído.

M: no chiquita, para complacerte ya estoy yo, tu déjame hacer a mí.

Llevó dos dedos que introdujo en su coñito sin miramientos, y mientras ellos jugaban con el coño de Helena, el lamia con desesperación esos grandes pechos, sus pezones lo volvían loco, grandes, duros y rosado, era una delicia poder mordisquearlos, cuando notó que a ella le llegaba el primer orgasmo aumento las acometidas de sus dedos, así  hasta notar cómo se estremecía entre sus brazos.

No la dejo respirar, inmediatamente abrió más sus piernas y se arrodillo en el suelo ubicándose entre ellas. Tenía que saborearla, sentía esa necesidad, empezó dando largos y profundos lametazos, para abarcar todo el coño con la lengua, estaba empapadísima.

A continuación, la sujetó por las caderas para que dejara de moverse y jugueteó chupando su clítoris duro, como una roca, su miembro ya estaba a un nivel superior de la dureza, pues quería fallárse ya  ese delicioso chochito, pero su lengua le pedía más, quería seguir sorbiendo su néctar, introducirse más profundo en ella.

Así estuvo comiéndole el coño si vacilación, hasta que ella le regalo su segundo orgasmo, y el raudo, se bebió todo lo que de allí manaba.

Entonces el muchacho se irguió, y puso una de las piernas de Helena sobre su hombro, cogió un férreo falo y lo llevo hasta la rajita de Helena, con la intención de introducírselo. De todos modos, aunque su cuerpo le pedía que la hiciera suya  de una vez, el sabía que no estaba preparada para tal cometido. Sabía que la cagaría se le echaba un polvo rápido, ella al principio se mostraba reacia a  recibir ese regalo.

Ella estaba tan cerrada al principio  que solo logró meterle la punta en su coño encharcado. Pues aquello parecía una laguna de lo mojado que lo tenía.

Helena vio su indecisión, y le susurro entre gemidos, pues él empezó a mover la polla de arriba abajo aun con glande en su interior…

H: ¿A qué esperas?, métemela ya.

M: tranquila cumpleañera, aun no estás abierta, y no quiero hacerte daño.

Fue penetrándola lentamente, el sudor resbalaba por todo su cuerpo, buscaba con ahínco, su duro clítoris, cuando lo encontró, empezó a masajear, ella reaccionó levantando sus caderas, para que la polla de aquel chico la fuera penetrando más y más profundo, una vez su huevos chocaron con el trasero de la chica, no se movió, espero hasta que ella se acostumbrara a su invasión, pasado un rato, empezó a moverse lentamente, chocando caderas con caderas, fue incrementando lentamente el ritmo, al cabo de unos minutos, el ritmo que él llevaba era demoledor, la envestía con firmeza mientras su boca iba de los pechos a los labios, i viceversa.

Ella que siempre le gustaba llevar las riendas cuando follaba, se cansó de esa posición, y un solo movimiento era ella la que ahora estaba arriba, se empaló en aquel falo, mientras le decía que era su turno.

No se fue por las ramas, sus movimientos, eran rápidos y duros, al poco de llevar semejante ritmo se corría mordiéndose el labio, pero no por eso bajó el ritmo. Cuando ella iba a perdiendo fuelle tras el orgasmo, fue él quien volvió a tomar la iniciativa, empezando a embestirla desde su posición, introduciendo un dedo en su ano, algo que por lo visto le encanto a la chica, pasando rápidamente a introducirle un segundo, y luego un tercero, se dijo a sí mismo… ya que estamos pruebo también su culito…

M: alguna vez lo has hecho por detrás.

H: lo intenté dos veces, pero no pude, porque me dolía, además me ponía nerviosa, y no podía con ello.

M: tranquila nena, déjame intentarlo, seré lo más cuidadoso que pueda, si veo que no, paró enseguida.

H: vale, pero paras inmediatamente si te digo que no.

M: ningún problema, cariño.

Acto seguido la puso a cuatro, y empezó a jugar con su culito, introduciéndole un dedo, dos, hasta tres dedos, cuando vio que su culito estaba preparado, él la noto nerviosa, pero aún apunto su polla a la entrada de su culito,  algo que a ella la puso tensa, entonces cuando todo indicaba que se la iba  a clavar por el culo, sintió como el poderoso miembro del chico se introducía en su coño, follándosela sin piedad, la sorpresa de verse invadida por el agujero que menos pensaba la llevo a otro orgasmo, en cuanto el se dio cuenta de que ella se corría, se la saco y empezó a introducírselo en el culo, hasta el final, eso hizo que otro orgasmo empalara con el que ya tenía, cuando el notó que ella se había acostumbrado a herramienta, empezó a moverse lentamente, hasta alcanzar un ritmo altísimo, le barrenaba el culo sin piedad.

Dado a lo apretado que estaba, el estaba a punto de correrse, pero ella no, y se lo hizo saber, llevo su mano al clítoris, y empezó a masajearlo, hasta que al final ella se corrió, al correrse los músculo de su esfínter, apretaron la polla del chico, que no aguanto más en un prolongado orgasmo, llenó de leche el culo de la chica.

Terminaron agotados en la cama. Y cuando por fin recobraron fuerzas.

M: feliz cumpleaños preciosa, espero que lo hayas disfrutado.

H: uff! Muchas gracias a ti, ha sido fabuloso.

M: me encantaría, que está no fuese la última vez que nos acostamos.

H: no, ni yo tampoco………