Un regalo inesperado...
Pasar el día de tu cumpleaños lejos de casa por trabajo es duro... pero si te llega un regalo inesperado por correo puede ser muuuy divertido...
Tenia previsto celebrar mi cumpleaños con unas copas con los compañeros de trabajo, algo rápido e informal, nos entretuvimos más de la cuenta pero nos lo pasamos muy bien entre copa y copa, contando confidencias y riéndonos hasta la madrugada,
Cuando llegué a casa iba un poco achispada, no quise que me acompañara nadie, estaba realmente cansada por el día de trabajo y algo mareada por el descontrol de la fiesta y preferí no llevarme compañía. En casa sin embargo me encontré a mi compañero de piso despierto, esperando mi llegada impaciente para entregarme dos paquetes y un ramo que habían llegado a casa con sus respectivas notas. Se lo agradecí y me fui a mi cuarto a abrirlos
Eran regalos que venían de mi tierra, de mi gente coloqué el ramo en agua, abrí el primer paquete, abrí el segundo y sorpresa! Era de mi gran amigo y fiel amante esporádico Mario (ni siquiera los miles de kilómetros le impiden ponerme a mil)
El paquete estaba muy bien envuelto, me costó abrirlo pero mereció la pena, mis ojos se abrieron como platos y mi boca exclamó un ooohhh. No me podía creer el regalo de cumpleaños que estaba recibiendo Abrí el paquete y saqué unas bolitas anales del interior, un lubricante efecto calor y una nota que solo decía "Espero estrenarlo juntos aunque no sé si podrás aguantar". Bien cariño lo siento mucho pero debo confesarte que no pude aguantar la curiosidad, tu sabes mejor que nadie que una vez que empiezo no puedo parar tenía muchas ganas de tener un juguetito de esas características y tremendamente excitada con una mezcla de curiosidad y deseo empecé a desnudarme. Me eché en la cama y empecé a masajear mi cuerpo mi cuello, mi pecho, mi vientre, mi ombligo, mis muslos internos hasta que encontró mis labios los abrió poco a poco y entonces empecé a acariciar mi clítoris con una mano, mientras con la otra subía a pellizcarme los pezones. No tardé en sentir que la respiración se me entrecortaba, mi piel se erizaba y mis pezones se ponían más duros en cada pellizco. Entonces me coloqué frente al espejo de la pared ese en el que cada mañana me miro y remiro para comprobar que mi imagen para ir a trabajar es la correcta esta vez me revelaba mi verdadero yo aquello me calentó aún más Busqué el móvil nerviosa y marqué tu numero, pero era tarde y tenias el buzón de voz, mi mensaje fue rápido "Lastima, te vas a perder el gran estreno" y según colgué, abrí bien las piernas para poder ver en el espejo como mi mano acariciaba mi clítoris, abría mis labios y todo eso hacía que me mojara mas y mas mi coñito pedía a gritos una alegría pero sintiéndolo mucho hoy no le tocaba a él disfrutar, sino a mi culito
Alargué el brazo y sujeté mi nuevo juguete por la anilla un consolador de bolitas anales, 10 bolitas moradas, de menor a mayor tamaño solo de pensarlo sentía palpitar mi ano Entonces abrí el lubricante, me coloqué boca abajo, estaba un poquito prieto, por lo que tuve que flexionar mis rodillas, quedando a 4 patitas, con mi culito en pompa y mi ano despejado entonces con ayuda de mis deditos empecé a untar los alrededores de tan preciado agujerito rápidamente la sensación térmica surtió efecto Me detuve a disfrutarlo mientras mi otra mano bajaba por mi vientre y acariciaba mi clítoris pero estaba ansiosa y mi dedito volvió nuevamente untadito, pero esta vez no solo se quedó fuera sino que poco a poco fue entrando en mi culito prieto al principio se resistió, pero solo por un segundo, pues luego se fue abriendo, dilatando primero metí uno y sentí como cada vez apretaba menos después lo saqué y empecé a meter dos estaba realmente excitada mis caderas buscaron el colchón de mi cama y entonces colocada de lado empecé a meterme 3 deditos por mi culito y con la otra mano dos en mi coñito estaba tan caliente que mis sabanas empezaban a mojarse y mis dedos a chapotear entonces decidí que era un buen momento para empezar a jugar.
Agarré las bolas anales y las unté con una mezcla de lubricante y jugos propios me encantaba imaginármelas dentro mientras las untaba bien y entonces nuevamente me tumbé de costado y levanté la pierna mi mano condujo la primera bolita a la entrada de mi culito dilatado aun por los dedos mojadito por los jugos que caían del coñito y brillante por el lubricante empecé a empujarlo poquito a poco, la sensación era increíble. Al principio era una sensación leve pues las bolitas eran pequeñas pero cada bolita que entraba te llevaba a la gloria, las curvas esféricas hacían que aquello se abriera y cerrara y los sentidos volaran mmmm empecé a gemir como una perra, realmente me estaba volviendo loca aquel juguetito. Cuando llevaba 4 bolitas dentro decidí sacarlas qué gran decisión! Entonces descubrí que si meterlas era bueno sacarlas era mejor mmmm estaba entregada al placer. Abrí los ojos y me miré en el espejo la imagen no podía ser más erótica, con los ojos entrecerrados, jadeante, la boca entreabierta, sudorosa, los pechos erguidos y los pezones duros como chupetes las bolitas entrando de nuevo en mi culito y mis deditos metiéndose a la vez por mi coño mmmmm esta vez no me quedaría en la cuarta bolita y así fue... poco a poco fui consiguiendo introducir las 9 bolitas las mejores fueron las ultimas más gordas y ricas.
Mi culo ardía, no sé si por las bolas o por el lubricante, sentía como palpitaba aprisionando más aun las bolas mientras mis dedos jugueteaban dentro de mi coño y salían solo para jugar con mi clítoris entonces empecé a sacar las bolas y volverlas a hundir así una y otra vez sentía que el placer me recorría enterita me iba a correr como nunca me había corrido mmmmmm entonces agarré el teléfono, marqué rellamada y esperé al buzón de voz "Mira lo que conseguiste estoy caliente como una perra, con tus 10 bolitas en mi culo, mis deditos en mi coño y me voy a correr solo para ti mmmmmmmm aaaaahhhh" y colgué. El teléfono se cayó de mis manos y caí rendida encima de la cama, aun abierta, aun llena sintiendo las palpitaciones en mis bajos saqué mi juguetito despacito y así mismo desnuda, sudorosa y recién corrida me dormí, pensando en ti y en cuando me llamases al escuchar mis mensajes quizás seria buen momento para repetirlo