Un reencuentro que no esperaban...
A pesar de los años y la edad no pudieron jamas olvidarse. El destino les daba una nueva poportunidad para amarse...
La colilla aun humeaba en en cenicero. Con un gesto de astio el hombre reclamo al camarero una nueva copa antes de darle un vistaso al luminoso letrero indicativo, donde su vuelo habia sido nuevamente cancelado encadenandole a algunas horas mas la incomoda butaca .
-Otro Bourbon -musitó al camero cuando este se detuvo junto a el-
Se sentía cansado y sudoroso, su agenda planeada hasta el minimo detalle no habia tenido en cuenta la inesperada nevada en el aeropuerto de destino, ni el podía preveerlo. Se encontraba solo con su pequeña maleta de viaje, vestido con el traje de armani que lucia en sus reuniones de negocios, bebiendo en el pequeño bar de la zona vip del aeropuerto, practicamente vacio a aquellas horas. Tenia dinero de sobra para alquilar una habitacion en el hotel del aeropuerto, e incluso comprar un nuevo juego de ropa, pero prefiria beber tranquilo en la barra hasta que con la madrugada saliese finalmente su vuelo.
A su espalda oyo el sonido de la campanillas de la puerta anunciando nuevos clientes, lo ignoro centrandose en su vaso de licor mientras repasaba mentalmente los beneficios de su nueva operacion, que con suerte le daría beneficios para una nueva sucursal en alemanía.
-Lo de siempre Marco- dijo una femenina voz a su lado, se habia sentado dos butacas mas alla en la barra pero su caro perfume le habia llegado como una bofetada-
-Enseguida señora micaela- dijo servicial el Maitre- ¿ha tenido buen viaje desde Paris?-
-¡Horrible! los franceses son tan buenos en el vino como pesimos en la cama...- rio la mujer condescendiente-
El hombre se giro hacia ella, ¿podia ser verdad? Junto a el se hallaba una mujer de cabellera peliroja que le caia sobre los hombros como un vigirnial velo, vestia un estilizado traje negro que ceñia a su tañe y aguantaba un prominente busto. Su rostro pese a mostrar alguna solitaria arruga evidenciando su edad se conservaba fresco y brillante.
-Aqui tiene su bebida señora - susurro el maitre depositanto la copa ante Micaela-
-Sigues disfrutando con tu vodka con hielo... nunca cambiaras- dijo el hombre mientras se levantaba para sentarse a su lado y tomar la mano de la mujer, que se dejo hacer extrañada sin acabar de reconocerle- O vamos, ¿ya has olvidado a tu pequeño bambino?-
-¡Laure!- exclamo la mujer sorprendida tomando su mano con fuerza- ha pasado tanto tiempo... -susurro comtemplandole de arriba abajo- señor, te has convertido en todo un hombre-
-El tiempo me ha arrastrado con el -concedio Laure mientras daba vueltas al licor- han pasado cinco años pero estas tan hermosa como entonces-
-Eres un pillo adulador- dijo ella llevando la mano a sus labios- pero eres tu el que has cambiado... -musito mientras obserbaba su elegante traje que cubria un cuerpo que no se dejaba arrastrar en exesesos e incluso decorado por un rostro con una leve sombra de maquillaje- ¿no me digas que te volviste Gay?- pregunto entre el horror y la sonrisa-
-Soy fiel a las mujeres... los hombres no son para mi, pero incluso a mi me gusta sentirme hermoso -admitio Laure alzando los hombros despreocupado- Pero cuentame, ¿sigues en el negocio de los diamantes?-
-Ho no... me harte de esos estirados, no -alzo la mano y le hizo una seña al Maitre que le acerco una botella rosada que mostro a Laure con orgullo- junte algunos ahorros y compre viñas en el sur de España, ya sabes que siempre me gusto el vino, aunque no tanto como el vodka -rio divertida- poco a poco mi marca se vuelve famosa pero aun debo hacerle la pelota a demasiados "entendidos"...-
-Estoy seguro que lo logras facilmente, recuerdo bien lo persuasiva que podias llegar a ser -musito Laure- ¿te casaste finalmente con aquel rico ingles?- pregunto sabiendo que el capital nesesario para tal empresa debia ser mayor del que ella disponia-
-¡por favor!- exclamó falsamente ofendida- tenia el ego aun mayor que su castillo de irlanda, pretendia que me convirtiera en una dama de sociedad, que visitese de blanco y me limitase a sonreir a su lado... ¡que se pudra alla!- deposito la copa y miro al otro de forma felina- ¿y tu? ¿hay alguna señora Laure por ahi?-
-la hubo... era una mujer maravillosa pero queria una familia, un hogar con jardin y un marido que volviera cada dia...- Laure alzo la mano despreocupado- tengo que resignarme... ahora soy un perro viejo-
-Si estas en la flor de la vida...-Micaela llevo la mano a la mejilla del hombre y la acaricio dulcemente- Tengo habitacion reservada, ¿me acompañas a mi su suit a tomar la ultima copa?- laure contesto con su sonrisa.
La enorme habitacion disponia de todo los lujos, un dosel ocultaba el enorme lecho y frente a el un largo asiento de cuero les cobijaba a ambos frente a una copa de vino ambarino. Laure se habia quitado la chaqueta que descaba ahora sobre su maleta junto a la puerta, la mujer en cambio se habia quitado los zapatos y la camisa del traje sentandose juguetona sobre el solo con el sujetador.
-No pense que volveria a verte- susurro apurando su copa mientras los brazos de Laure la abrazaban con dulcura- Nos divertimos tanto... tu y yo solo en aquel apartamento de Londres toda una semana... -
-Casi terminé en el hospital...- admitio el otro- cometi tantas tonterias...-
-Las cometimos los dos...-susurro ella cogiendo las manos del otro y llevandolas bajo sus sostenes para que pudiesen palpar libremente sus pechos- mmm, has mejorado, cuando te conoci apenas sabias tratar a una mujer, solo eras un muchacho torpe con un rabo caliente- dijo nostalgica-
-Tu me lo enseñaste todo- musito Laure besando su cuello y liberando con un sonoro clip del cierre, los grandes pechos que libres de la tirania del corcet tendieron a caer siendo sujetados por las avidas manos del hombre que los masajeraron hasta llegar a las dos aureolas pastel coronadas por los ya erectos pezones-
El hombre arrastro sus labios por su piel hasta atrapar entre ellos un caprichoso pezon que fue devorado con furia.
-Yo no te enseñe tan bien- susurro ahogando un gemido- dime Laure... cuantas mujeres han compartido tus placeres... dimelo...- musito Micaela-
-Como quieres que las recuerde ahora...- susurro este mientras deslizaba su mano hacia el humedo pubis que pese a su experiencia aun tembló cuando sintio su contacto- ahora solo puedo pensar en ti, en ti y nadie mas...-
Tomando el tiempo como parte de si mismo, se dedico al femenino cuerpo con dedicacion, sus labios descendieron a traves del redondeado vientre cuyas marcas delataban que habian sido origen de vida anteriormente, besando su hombligo hasta alcanzar una recortada estepa de cabellos rizados que conservaban aun el olor de las sales de baño.
Durante unos instantes su rostro se detuvo, su mejilla apoyada sobre el pubis, con los ojos cerrados, casi pareció dormido mientras sentia el calor de la mujer. Un calor que no solo sentia a raiz de piel, no, lo sentia en su interior, ardiendo en su corazón. La humedad le empapaba el rostro y girando levemente el cuello unio sus labios a los suyos, a sus labios prohibidos y pecaminosos.
Gentilmente, como si fuera su primer beso, deposito sus caricias sobre la humeda entrada. Lentamente llevo sus manos hasta que con ellas rodelo los labios para abrirlos y mostrar su palpitante y rojizo interior.
La mujer se estremeció cuando su viperina lengua inicio su recorrido a largo de sus intimos pliegues, sin prisa parecía no querer dejar ningun resquicio, ningun milimetro de piel sin lamer con dedicacion. En el nacimiento del sexo se hinchaba glorioso el boton del placer, que atrapo entre sus labios para succionarlo al ritmo de los gemidos de la mujer. Lo sentia palpitar entre sus labios trasmitiendole fielmente las pulsaciones del corazon de Micaela.
Finalmente entre sus manos y sobre su rostro Micaela disfruto de un intenso orgasmo mientras con sus manos tiraba del cabello del hombre forzandole a hundir su rostro contra ella.
Con un suspiro Laure se aparto de la mujer con el rostro humedo de sus jugos. Esta reponiendose de su orgasmo le agarro y girando sobre si misma se sento sobre su sintura llevandole el dedo a sua labios.
-Jovencito me has puesto cachonda y a una dama no se le puede dejar asi- Musito mientra se giraba en redondo y le quitaba los pantalones y su slip para observar un instante su rasurado mienbro antes de agarrarlo con sus manos. Con fuerza tiro de la piel que recubria su pene manteniendolo unos segundos hasta que noto como este se endurecia hasta quedar satisfecha. Inmediatamente se sento sobre su cintura, dejando su humedo sexo sobre el endurecido mienbro- No te muevas cachorro... - musito tomando las manos del otro y colocandolas sobre el dintel de la cama.
El hombre recordo ese juego que tantas veces en el pasado habian llevado a cabo. Sabia cuanto le gustaba a Micaela sentirle bajo el con las manos apartadas de su cuerpo, luchando contra sus instintos para no abrazarla mientras ella le montaba como una amazona.
Y eso era presisamente lo que parecia hacer mientras llevaba su sexo sobre su mienbro sintiendo a traves de su sensibls labios las rugosidades propias de este. Continuo los baibenes hasta que de improviso se levantó un instante permitiendo que el mienbro como movido por un resorte saltara tambien quedandose apuntando hacia ella lo que aaprovecho para dejarse caer sobre el, dejando que la penetrase completamente.
Se detuvo dejando que el mienbro palpitase entre su interior. Con un gemido de triunfo comenzo poco a poco a bascular su cuerpo sobre el de Laure sin apenas sacar el mienbro de su interior, para ir poco a poco aumentando el ritmo hasta que ya cabalgaba extasiada sobre el cuerpo del hombre, de forma tan energica que su mienbro que saltaba sobre el introduciendoselo una y otra ves.
Laure permenarcio sujetandose con fuerza al cabezal de la cama para que sus manos no saliesen hacia ella, pero no podia impedir que su cuerpo, poseido por su propia inteligencia se moviese a al ritmo de ella para intesificar sus placeres.
Con un grutural gemido micaela se dejo caer sobre Laure cuando este ya empezaba a sentir las convulsiones antecedoras de su propio orgasmo. Quedaron piel sobre piel, sus cuerpos sudorosos se transmitian un calor. Micaela se movio hacia el rostro del otro provocando que su duro mienbro saliese de ella con un obseno sonido y su propio sexo derramara algunas gotas de la esencia del otro.
Laure reconocia esta señal y abrazandola con fuerza la apreto contra su pecho, antes de apartar delicadamente un mechon de su rostro para tomar su menton y besarla largamente. Su rostro sudoroso habia eliminado ya todo ratro del maquillaje dejando a la vista su natural belleza a la que su avanzada madurez solo habia otogado un aura aun mayor de feminidad y atractivo. Sus carnes aunque ya no tan prietas como antaño se conservaban suaves y redondeadas siendo la envidia de muchas mujeres mas jovenes que ella.
-¿quien te enseño para que aguantases tanto?- musito ella entornando los ojos- casi me desmayo, sabes que odio no terminar despues que mi pareja...-
-Una jovencita en Amsterdand...- dijo el con una sonrisa- tendrias que conocerla, tiene cara de angel, nadie pensaria lo que es capaz de hacer con unas esposas y un latigo...-
-Una chica precoz.. pero seguro que acabo derritiendose entre tus brazos... -dijo ella acariciando su entrepierna con ternura- Sabes manejarte tan bien... mas de una te entregaria su fortuna a cambio de tu cuerpo.
-No...- la mirada del hombre se nublo y aparto su rostro un instante- No volvere a venderme por mucho que me paguen... no podria soportarlo otra vez...-
-¿el que Laure?- pregunto ella tomando el rostro del hombre entre sus manos para obligarle mirarla- ¿que te esta atormentando tanto pequeño mio? - pregunto ella de forma casi maternal-
Laure se incorporó arrarastrando con el a micaela y tumbandose sobre ella agarrandole las manos y uniendo sus dedos. Sus rostros se quedaron a pocos centimetros, mirandose fijamente, del el rostro del hombre que apenas habia dejado de ser un muchacho temerosas lagrimas cayeron sobre Micaela.
-Volver a enamorarme de una mujer que solo me veia como un esclavo....- susurro estemecido, Micaela sintio claramente que arrancaba cada palabra de su interior- De una mujer que me enseño el amor, la pasion y todo lo que me ha importado, una mujer que me brindo la mejor epoca de mi vida y me abandonó una noche sin dejar nada mas que un fajo de billetes... ni un adios, ni un beso...-
La mirada de Miacalea se quebro y liberandose de sus manos acercó llevo su rostro y lo enterro entre sus pechos, dejando que el llorara, derramara las lagrimas que tanto tiempo habia guardado para si mismo.
-Nunca quise...- la voz de Micaela reflejaba su culpa- Laure tenías la de edad de mi hijo, no podia llevarte conmigo... -
-¿por que?- musito este- podia haber sido tu amante, no me importaba no estar siempre contigo si podia besarte y amarte... ¿por que no me llevaste?-
-Lo sabes igual que lo se yo... Tu nunca podrias haber sido mi amante, te amaba demasiado para ello, era nesesario distanciarse...- dijo recordando la dura desición que le habia costado a ella tantas lagrimas en su momento- eras joven, impulsivo... mi vida no era para ti..-
El silencio les envolvio, ahora cada uno sabia lo que sentia el otro. Los dos habian sufrido, pero sabian que el tiempo habia pasado y que debian continuar adelante. Lo sabian, lo sentian, pero no querian irse, no querian separarse una vez mas.
-Cada uno seguira su camino- dijo Micaela acariciando los ensortijados cabellos- es lo mejor Laure... lo mejor... - repitio para si misma-
-Lo se, Lo se- exclamo el hombre apretando los puños- pero aun asi.. aunque lo se...-
-¿Vas a quedarte asi parado?, tenemos tiempo hasta el amanecer... aprovechamos este tiempo que tenemos, el destino nos lo concedio- musito Micaela dulcemente acariciando los labios del hombre viendo una chispa nacer en su mirada-
-Tienes razón, siempre olvido lo insasiable que eres...- murmuró antes de besarla nuevamente y amarse una vez mas sin importar que fuese quizas su ultima vez, pues para ellos el presente en los brasos del otro se convirtió en lo unico que tenían....