Un recuerdo de mi juventud. 2ª parte
Continuan los recuerdos de este hombre, ahora tirándose también a una vecina
UN RECUERDO DE MI JUVENTUD. 2ª PARTE
Esta mañana estaba sonando en la radio la canción de Funambulista, la vida de antes y hay un momento donde dice: “Cuando llega la morena elegante con todo su acento andaluz, prima hermana del alcalde” Eso me recordó que entonces también me follé a la prima hermana del alcalde. Pero primero vayamos por partes.
Mi tía se había empeñado en que conociera a Francisca, Paca para los amigos, una mujer de 35 años que era viuda desde hacia dos.
Yo ya tenía claro cuales eran sus intenciones, pero me hice el despistado como si no supiera que quería que hiciese en realidad.
Paca nos recibió en su casa, que estaba a un par de kilómetros de la de mis tíos, a la entrada del pueblo. No sé si os dije que la casa de mis tíos estaba en medio del campo, un poco alejada de el.
-Hola, si eres tú, Juana. Y este debe ser tu sobrino, que grande está ya. Pasad, no os quedéis en la puerta. Nos recibió con alegría.
Entramos en su casa que no era tan grande como la de mis tíos, evidentemente la suya era un caserón de campo y la de Paca una casa pequeñita, pero muy acogedora.
Paca era una mujer hermosa. Tenía como os dije 35 años y estaba de muy buen ver. Llevaba un vestido antiguo e iba sin maquillar, pero aun así se apreciaba su belleza.
Nos invitó a tomar café con pastas. Charlamos de todo un poco, bueno más bien ellas, porque yo me limitaba a asentir con la cabeza cuando mi tía se dirigía a mi.
Entonces Paca me preguntó:
-¿Y de novias que tal?
-Hasta el momento no he tenido, le respondí. Al menos serias no. Algún tonteo con alguna chica del insti, pero nada más.
-Con lo guapo que eres me extraña que no tengas...
Mi tía me miró y sonrió. Estaba claro que la tenía en el bote.
Nos despedimos y de camino a casa mi tía me habló de lo que tenía pensado.
-No solo vas a follar conmigo este verano, me dijo sonriendo pícaramente. Paca lleva dos años viuda y desde entonces no se le ha conocido pretendiente, ni novio, ni pareja ni nada. Así que como te ha dado el visto bueno, le pareces guapo, quiero que te la folles, que te la tires porque la pobre no ha conocido más polla que la de su pobre marido.
-¿Y si no quiere?
-Al principio seguro que se resiste, pero verás como la convencemos para que te la tires. Estará muy necesitada de sexo. Tu polla joven la rejuvenecerá.
-Esta bien tía. No iba a poner ninguna pega a follarme a su vecina aparte de a mi hermana y mi tía.
Esperamos dos días y mi tía la llamó por teléfono.
-Qué dice mi sobrino que le gustaría volver a verte. Qué le gustó el café que preparaste y las pastas.
-Ay, si es un chico muy majo. Dile que podéis pasaros cuando queráis.
-De acuerdo. Mañana si quieres nos vemos.
-Ok. Os espero a las 5 si te parece bien.
-Claro. Nos vemos a las 5.
Estuve algo nervioso todo el día hasta que llegaron las 5.
Llegamos a su casa y antes de llamar a la puerta, Paca ya nos estaba abriendo.
-Hola, pasad, pasad. Ya tengo el café listo.
Paca llevó el café a la mesa pero nosotros nos quedamos de pie.
-¿Qué pasa? ¿No tenéis hambre?
-Tu si que debes tener hambre. Le dijo mi tía. Sinceramente, ¿cuánto hace que no follas?
Ella lo sabía de sobra, lo habíamos hablado, pero se lo preguntó.
Paca se quedó cortada. No sabía dónde meterse.
Agachó la cabeza y finalmente habló.
-Ya sabes que hace dos años perdí a mi marido. Desde entonces no he tenido novio, ni nada.
Mi tía ya lo sabía, pero no sé porque se lo preguntaba.
-Ahora tienes la oportunidad de recuperar el tiempo perdido. Mi sobrino acaba de descubrir el sexo, pero ya lo hace bastante bien. Así que si estas dispuesta, él puede dártelo.
-Por favor, que corte. Eres buena persona Juana, pero esto es muy fuerte.
-Mi sobrino esta dispuesto. Solo quiero tú bien y él también. Tienes derecho a disfrutar. ¿Cuánto hace que no te masturbas?
-Ni me acuerdo.
-Entonces no lo dudes más.
Se quedo pensando un momento y luego dijo:
-Esta bien. Pero tiene que ser con mucho cariño y con preservativo. Y eso si, tiene que ser de espaldas por favor, que me da mucho corte.
-¿Estas de acuerdo sobrino?
-Claro tía. Por Paca lo que sea.
Me llevó hasta su cuarto. Se dio la vuelta y se apoyó en una coqueta que tenía en su habitación. Mi tía se sentó a mirarnos en el sofá del salón que acercó hasta allí.
-Hazlo tú todo por favor. Estoy muy cortada.
Yo empecé besándole el cuello. Ella no reaccionaba mucho por lo que pasé a besarle tras las orejas. Así reaccionó mejor.
Luego bajé a sus piernas y acaricié sus muslos. Los tenía prietos y muy ricos.
Después de un rato ocupado en sus muslos pasé a sus nalgas. Las acaricié despacio primero y luego le metí un dedo en la raja del culo. Ella se estremeció.
Yo ya estaba excitado y empalmado. Froté mi polla erecta por su culo rozándome contra el y después le subí el vestido y le bajé las bragas.
Ahora me concentré en su coño. Estaba muy estrecho y me costó un poco masturbarla. Luego acaricié su clítoris y ahí empezó a gemir bajito.
La apoyé más fuerte contra la coqueta y subí su vestido hasta casi arriba del todo. Mi tía me paso un preservativo y me lo puse.
La penetré despacio disfrutando de la sensación de estar dentro de ella. Su coño estaba muy cerrado y me costó metérsela hasta el fondo.
Dio un respingo cuando entré del todo hasta el final. Mi glande rozaba el fondo de su vagina. Entonces empecé a bombear.
Ella gemía de gusto aunque seguía sin abrirse del todo. Aceleré la penetración y la oí gemir algo aunque no la entendía bien.
Luego me di cuenta que decía: Qué vergüenza, qué vergüenza.
Yo seguí follándomela mientras mi tía nos observaba. La verdad me estaba dando un morbo increíble. Paca se agarraba a la coqueta y su respiración iba haciéndose más jadeosa.
La pena era que al estar tan estrecha, yo no duré demasiado y me corrí al poco tiempo.
-Qué vergüenza, qué vergüenza. Qué vergüenza, qué vergüenza. Volvía a repetir.
-Aaaaah, me corroooo. Gemí. Pacaaaa, que gustoooooooo.
Seguí bombeando más hasta que solté todo el semen y terminé de derramarme en ella.
Me salí y me quité el preservativo. Mi tía me miraba como diciendo que algo no estaba bien. Se levantó y se acercó a nosotros.
Paca seguía apoyada de espaldas a la coqueta. Temblaba.
Mi tía se puso en jarras y la miró.
-Paca, dime la verdad. ¿Te has corrido?
Ella la miraba con ojos llorosos.
-Dímelo.
-No. Lo siento. Me ha dado mucho gusto pero no me he corrido.
-Luis, me dijo. Ya sabes lo que tienes que hacer.
Asentí con la cabeza. Me agaché y me puse bajo las piernas de Paca.
Ella miró hacia abajo sorprendida.
Abrí sus labios húmedos con mis dedos y procedí a masturbarla. Después lo hice con mi lengua. Le hice una comida de coño cómo probablemente su marido no se la había hecho nunca.
Las piernas le temblaban mientras yo obraba y después de unos minutos estalló en un orgasmo tremendo.
-¡Aaaaaah! Qué vergüenza, pero que gusto por diooosss. ¡Aaaaaaaaaaaaaaaah!
Acabó escurriéndose hasta que terminó sentada de culo junto a mí.
Ya recuperados los dos del orgasmo, nos levantamos y nos vestimos. La tía nos preparó un café y unas pastas como había hecho aquel día Paca.
Estábamos los tres sentados a la mesa y callados. Paca con la cabeza gacha mirando la taza de café.
Entonces hablé yo.
-Paca. La tía me ha enseñado lo que es el sexo y cómo hacerlo bien. Me gustaría poder ayudarte este verano. Cuando quieras volveré y te lo haré cómo más te guste.
No dijo nada pero asintió con la cabeza. Al parecer le había gustado cómo se lo había hecho.
Nos despedimos de Paca y volvimos a casa. Yo estaba algo cansado y sudoroso. Hacia calor aunque íbamos andando a la sombra de unos frondosos arboles que daban a la parte de atrás de la casa. Mi tía me había cogido de la mano.
Cuando entramos oímos unos gemidos que venían de la parte de arriba. Estaba claro que eran mi tío y mi hermana dándole al asunto.
Nos quedamos mirándoles como lo hacían. Mi hermana estaba a cuatro patas agarrada al cabecero de la cama mientras mi tío la penetraba en la postura tan apreciada del perrito.
Su barriga chocaba contra el culo de mi hermana y esta se moría de gusto dando unos gemidos que hacían que la casa casi temblara.
Ya cerca del orgasmo, mi tío se salió de ella, se quitó el preservativo y se hizo una paja corriéndose en la raja del culo de mi hermana.
Inclinó la cabeza hacia atrás mientras eyaculaba. Pude ver que la corrida fue bastante intensa. Salpicó el culo y el final de la espalda de mi hermana.
Luego metió dos dedos en su coño y la masturbó hasta que finalmente también ella se corrió.
Después de que acabaran nos fuimos a la cocina cómo si no hubiéramos visto nada.
Mi tía estaba sentada a un lado de la mesa y yo al otro. En esto que entró mi tío como si nada con su barriga agitándose al ritmo de sus pasos.
Nos saludó y sacó dos rebanadas de pan y procedió a meterlas en la tostadora.
Cuando saltaron, las sacó, cogió un cuchillo y la mermelada y se sentó entre nosotros.
Comía con ansia, la misma que había demostrado hacia un rato follándose a mi hermana.
Miró a un lado y a otro cuando terminó de comerse las tostadas y se levantó. Fue a por un croissant que estaba guardado en la bolsa junto con sus hermanos, al lado de la estantería donde había sacado las tostadas.
Después de terminar de comer mi tía se le quedó mirando fijamente.
-Espero que hayas cogido fuerzas. Le dijo. Vengo muy caliente de la casa de Paca después de que tu sobrino se la follara y claro, como estaba centrado en ella, no me ha dado nada a mi y ahora te toca a ti dármelo.
Mi tío se la quedó mirando con cara de idiota con la boca un poco manchada de mermelada.
Ella se giró a mi y me dijo: Sobrino quédate ahí. No te vayas.
Se quitó el vestido que llevaba quedándose en ropa interior. Besó a mi tío con fuerza en la boca llevándose por delante la mermelada.
Enseguida los dos se enzarzaron en un toma y dame de pasión y besos.
Acabaron desnudos los dos con mi tío sentado en la silla.
Mi tía se agachó y le hizo una buena mamada. Enseguida se empalmó de nuevo y una vez erecto mi tía se clavó su verga. Enseguida se acoplaron a la perfección y mi tía lo cabalgaba como si no hubiera un mañana.
El le agarraba el culo y le sobaba las tetas. De vez en cuando mi tío me miraba como diciendo mira como estoy disfrutando, tu te la follas pero yo soy su marido y soy el mejor dándole lo que necesita.
-Ah, ah, ah, sigue, sigue, decía mi tía. Mi sobrino con la Paca me ha puesto muy bruta, si, muy bruta, aaaaaaah.
-¿Te gusta como te folla tu marido? ¿Te gusta guarra? ¿Eh? ¿Te gustaaaaaa?
-Si, cabrón, me gusta, me gusta muchooooooo.
Nunca había oido a los tíos decirse esas cosas de que estaba con ellos. Imagino que el calentón que tenía mi tía les hacía decir eso aunque el tío casi acababa de correrse.
No duraron mucho más. Unos cuantos botes más de mi tía y terminaron corriéndose los dos a la vez.
Después de correrse siguieron un poco más así con ella encima haciéndose arrumacos y comiéndose la boca.
Yo estaba empalmado evidentemente y me levanté para irme al baño a cascármela. No había echado en falta a mi hermana, pero imaginé que estaría en su cuarto durmiendo....
Continuará....
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